Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

12 jun 2018

¿Qué ocurre después de la muerte?................... Marta Inés Saloña Bordas

Las investigadoras de AMIT responden a las preguntas de los lectores de 'Materia' en el Consultorio 'Nosotras respondemos'.

Cuadro realizado por el artista japonés Toru Kamei.
Cuadro realizado por el artista japonés Toru Kamei.
Hoy, las investigadoras de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), comenzamos este consultorio científico. Y como puede verse, empezamos fuerte.
La muerte no es un hecho puntual; de hecho, no existe una sola definición de muerte.
 No es lo mismo estar legalmente muerto para ser enterrado que ser certificado muerto para que tus órganos sean trasplantados.
 Pero de lo que vamos a hablar aquí es del proceso biológico al que llamamos muerte y lo que ocurre tras él.
 Esto es un consultorio científico y vamos a hablar de ciencia.
¿Qué sucede cuando dejamos de respirar, cesa el funcionamiento de nuestros órganos, la sangre no fluye y, en consecuencia, se detiene la actividad cerebral? 
Cuando todo eso ocurre, nos hemos muerto y no hay vuelta atrás. Vamos a suponer que me he despeñado por un barranco y estoy muerta en un descampado. 
Nadie sabe lo que me ha ocurrido y ahí queda mi cuerpo.
 Pero en mi cuerpo, que ya está muerto, no estoy solo yo. 
Sigue habiendo millones de microorganismos sin los cuales no habría podido sobrevivir.
 Entre ellos están, precisamente los que me ayudaban a digerir lo que comía, que están en mi estómago, o los que habitan en mi piel. Y esos microorganismos no se han muerto. 
Ellos siguen activos, siguen digiriendo y reproduciéndose.

Mientras yo respiraba, antes de morirme, tomaba oxígeno para mis bacterias, para que ellas metabolizaran lo que yo comía y me ayudaran a asimilar los nutrientes. 
Ahora que estoy muerta ya no respiro pero como mis bacterias siguen vivas ellas están todavía metabolizando y liberando gases. Antes de estar muerta, esos gases que producían mis bacterias los expulsaba yo al respirar pero ahora esos gases se van acumulando dentro de mi cuerpo muerto.
 Esta es la primera fase tras la muerte: mi cuerpo se deforma por la acumulación de gases producidos por las bacterias, se hincha y se vuelve irreconocible.
Los microorganismos no mueren.
 Ellos siguen activos, siguen digiriendo y reproduciéndose
En el momento en el que he dejado de respirar también he dejado de sudar, ya no huelo a mí misma sino a las bacterias que están en mi piel que liberan un olor, lo que conocemos como olor a cadáver. Inmediatamente después de morirme, las primeras moscas notan el olor a descomposición. 
No son las moscas normales y corrientes.
 Estas son las moscas carroñeras. Son moscas brillantes, se llaman moscardas de la carne, tienen un color azul o verde metálico y son más gordas que las que vemos habitualmente en casa.
 Esas moscas pueden llegar en minutos hasta los cadáveres y ponen sus huevos en ellos, generalmente en los orificios y cavidades porque si los ponen en la superficie se pueden secar.
 La mosca no es tonta.
 De esos huevos nacen larvas, que parecen gusanos pero no lo son, son larvas de mosca.
 De ahí viene el término cadáver.
 Cadáver significa “datar la carne con los gusanos”, carne data vermes.
Las larvas empiezan a comer el cadáver.
 Se comen todo el tejido blando y lo hacen tan vorazmente que literalmente pueden dejar un cuerpo en los huesos en pocos días. 
Si hace calor y hay buenas condiciones ambientales para ellas, en una o dos semanas han dejado el cadáver limpio.
 Estas larvas blanditas son muy apreciadas por ciertos insectos depredadores, algunos se alimentan exclusivamente de ellas.
 Así que, cuando las larvas han nacido ya andan por ahí; en pocos días veremos, por ejemplo, escarabajos comiendo larvas de mosca. Mientras tanto, las larvas de mosca están comiendo a todo correr para crecer lo más rápidamente posible y marcharse de ahí para no ser devoradas.
 Por eso el ciclo es muy rápido y muy corto, en una o dos semanas han podido cerrar el ciclo y marcharse.
 El cadáver ahora se ha deshinchado porque las larvas se lo están comiendo.
 Estamos ya en una fase de descomposición activa: hay larvas comiéndose el cadáver y escarabajos comiendo larvas. 
Pero no solo larvas de mosca y escarabajos.
 Con los escarabajos también llegan ácaros y esos ácaros empiezan a comer los huevos de las moscas.
 Y ahí empieza a haber cierto lío entre los que se alimentan del cadáver y los que se alimentan de los que se alimentan del cadáver. Hemos hablado de moscas, de ácaros y de escarabajos... Pero hay más.
 Hay avispas que no son las normales que conocemos en el campo. Estas avispas ponen sus huevos dentro de las larvas o encima de las larvas, depende de las especies. 
Y la larva de la avispa se alimenta de la larva de la mosca.
 Lo que tenemos ya en mi cuerpo despeñado por un barranco y muerto es un auténtico ecosistema.
 Y un ecosistema cadavérico funciona de manera totalmente independiente al lugar donde haya ocurrido el fallecimiento. 
Da igual que me haya muerto en el barranco, en un bosque, en un prado o en mi casa, si las condiciones son óptimas, se produce toda esa sucesión de fases ecológicas.
Las cosas ocurren de esta manera cuando las condiciones son óptimas para los insectos. 
Si me muero en casa con las ventanas cerradas es posible que ninguno de ellos pueda entrar a colonizarme y que me quede ahí o bien en estado de putrefacción porque las bacterias han seguido proliferando o, si hace calor y no hay humedad, entonces me momifique. 
Eso también sucede en las tumbas.
 Para evitar que pase todo esto, es decir, que vengan los insectos y me coman, los seres humanos históricamente han deshidratado los tejidos, es decir, han momificado los cadáveres. 
En nuestra cultura se han enterrado, en otras culturas se queman, y lo que hay detrás de todos esos ritos es siempre evitar que los insectos que comen cadáveres devoren a nuestros seres queridos.

 

La atormentada vida de película de Romy Schneider escandaliza a su familia

La familia de la mítica actriz rechazan un filme que la presenta como “una desequilibrada, alcohólica y con un alma frágil”.

Romy Schneider en un fotograma de 'Una mujer en la ventana', escrita y dirigida por French Pierre Granier-Deferre en 1976. En vídeo, tráiler del film.

Sarah Biasini, hija de la mítica actriz Romy Schneider y su último marido, el periodista franco-italiano Daniel Biasini, apenas pudo conocer a su madre.

 Cuando tenía solo cinco años, en 1982, el cuerpo sin vida de la intérprete, de 43 años, apareció sobre la cama de su apartamento de París. 

Más de tres décadas después, la vida de la rutilante estrella que se apagó demasiado pronto sigue siendo un suculento cajón de sastre en el que hurgar y su muerte continúa despertando todo tipo de especulaciones. 

El espectro de teorías que surgió a raíz de su desaparición —nunca se llegó a realizar autopsia va desde el paro cardíaco en la versión oficial, hasta un presunto suicidio con una mezcla fulminante de barbitúricos y alcohol, en la oficiosa.

Ahora una película rebusca en la exorbitante biografía de la artista para retratar sus últimos meses de vida. 

Se trata de Tres días en Quiberon, de la alemana Emily Atef, que se estrenará en las salas francesas el próximo 18 de junio, después de haber pasado por el festival de cine de Berlín.

 Describe a la diva como una mujer desequilibrada, alcohólica, atormentada y abrumada, con un alma frágil.

 Está basada en una entrevista íntima que el fotógrafo Robert Lebeck y el periodista alemán Michael Jürgs hicieron a la diva en un pueblo pesquero de la Bretaña francesa mientras trataba de buscar calma y recuperarse de la extenuación de los últimos rodajes con una cura de talasoterapia, un año antes de su muerte.  

La excesiva estrella se presentó a ellos con una frase premonitoria: “Tengo 42 años, soy una mujer infeliz y me llamo Romy Schneider”. 
Es el punto de partida para dibujar el declive de una actriz desdichada consumida por las adicciones. 
Una mujer que acarició la gloria del olimpo del cine europeo en lo profesional y que bajó a los infiernos en lo personal.
Es un retrato con el que los familiares de la legendaria Romy no están de acuerdo y que se han afanado en desacreditar.
 “Me quedé escandalizada, especialmente porque creo que la gente que vaya a ver esta película no verá una película sobre mi madre, no verá una película sobre Romy Schneider”, declaró su hija Sarah Biasini en una radio francesa. 
Y va más allá: “Es totalmente errónea, hay insinuaciones completamente falsas”. Se refiere fundamentalmente a los problemas de la actriz con la bebida en los que se centra gran parte de la cinta. 
“Mi madre nunca ha sido alcohólica, todos los directores y actores que han trabajado con ella pueden confirmarlo”, apunta.(Era Heroinómana)
 Y especifica que la inolvidable Sissi emperatriz acudía cada año a Quiberon para relajarse, ponerse en forma y perder algo de peso, “como hacían muchas actrices”, y no para someterse a un tratamiento de rehabilitación, como se sugiere en el largometraje. Biasini ha heredado el talento de su madre, además de su belleza y se ha convertido en una admirada actriz de cine y televisión en el país galo.







La actriz Sarah Biasini en una fiesta celebrada en Munich (Alemania) en diciembre de 2015. Franziska Krug
La actriz Sarah Biasini en una fiesta celebrada en Munich (Alemania) en diciembre de 2015.

(Más guapa fue su madre, guapisima y una vida trágica)

Daniel Biasini, que primero fue su asistente personal, llegó a la vida de estrella en un momento difícil, después del suicido de su primer marido, el actor Harry Meyen. 
Se casó con la diva en 1975 y seis años después ella le pidió el divorcio. 
“La película representa a una Romy Schneider que nunca existió. Me quedé en shock con la escena en la que, ebria, rechaza coger el teléfono a su hijo”, ha declarado a los medios. 
El fallecimiento de su primogénito, David Meyen, fruto de su primer matrimonio, fue el mayor varapalo en la vida de la actriz, del que nunca llegó a recuperarse y que la sumió en una profunda depresión. 
 La “muñequita”, como la llamaba su gran amor, Alain Delon, no pudo aguantar ni un año sin él. 
“Cada vez que David llamaba, en cualquier momento, ella cogía inmediatamente el teléfono”, se queja Biasini.
El hijo adolescente de la intérprete murió precisamente en sus brazos.
 La familia pasaba un fin de semana en la casa de verano de los padres de Daniel cuando el joven, de 14 años, tuvo un trágico accidente intentando escalar la verja para entrar al jardín. 
“Romy nunca se recuperó de aquel dolor, hasta el punto de renunciar a vivir”, confiesa su segundo marido.
Tanto la hija como el exmarido de la artista se preguntan si todo eso no merece un respeto, y lanzan un llamamiento:
 “Pedimos a la gente que deje de ganar dinero vendiendo mentiras”, mientras imaginan las largas colas que se formarán para ver en la gran pantalla vida de la actriz que Francia no olvida. 









 

Francisco sufre una crisis después de volver de ‘Supervivientes’

El cantante reconoce que necesita ayuda psicológica para adaptarse y volver a “colocar las cosas en su lugar”.

Francisco, con su mujer Paca Ribes.
Francisco, con su mujer Paca Ribes. GTRES

 

Francisco reconoció ayer en Supervivientes que está sufriendo una crisis después de regresar de su estancia en la isla hondureña donde tiene lugar el concurso de Telecinco.
 “Pasas tres meses totalmente desconectado del mundo exterior y cuando regresas el choque es enorme”, dijo el cantante valenciano, “estoy sufriendo una crisis porque no domino mi estado emocional, estoy aquí pero sigo inmerso todavía en el programa”.
El artista también reconoció que va a necesitar ayuda de un psicólogo y que acudirá a uno cuando regrese a Valencia, la ciudad en la que reside habitualmente, porque “cuando menos me lo espero me pongo a llorar”. 
“Es la consecuencia de haber estado inmerso en un mundo que no es el tuyo”, continuó diciendo Francisco, “de haber pasado hambre y cuando llegas a un mundo donde todo es abundante el choque emocional es muy grande”.
A pesar de estas declaraciones, el cantante manifestó que su paso por el concurso ha sido “la aventura de mi vida”. “Echo de menos sentirme fundido con la naturaleza, los olores, las estrellas… 
El peor recuerdo está olvidado, me quedo con el universo de colores, con el hambre increíble, con los incidentes en los que hemos bordeado la tragedia como el día de la gran tormenta… Compañeros, compañeros, me llevo pocos. 
Allí he aprendido a ser un poco menos confiado con la gente, que yo lo soy mucho.
 He sido yo en todo momento y no he vendido nada a la cámara”. 


El cantante Francisco.
El cantante Francisco. GTRESONLINE
Francisco, que saltó a la fama en 1981 con su éxito Latino en el Festival de la OTI y compartió escenario en los 90 con la diva Monserrat Caballé, sorprendió hace dos meses con su entrada como concursante del reality para famosos de Telecinco, Supervivientes 2018
No era la primera vez que buscaba los focos de las cámaras lejos de los escenarios que ha frecuentado durante más de 35 años de carrera musical.
 Lo cierto es que en la última etapa de su carrera Francisco González Sarriá (Alcoi, 1959) se ha prodigado tanto más por platós de televisión que por teatros y salas de conciertos.
Antes de Supervivientes, concurso del que fue expulsado el pasado 24 de mayo tras dos meses en la isla, pasó por el concurso Tu cara me suena y en 2011 Santiago Segura lo fichó para que interpretara a uno de los villanos de Torrente 4
Francisco González, de 59 años, una voz lírica que apostó por la canción melódica, ha tenido una vida artística con altibajos. 
Y su entrada en Supervivientes desató las especulaciones, entre ellas que no atravesaba un buen momento económico y que estaba al borde de que ser desahuciado de su casa.
 Uno de sus hermanos, Juan Ramón, llegó a reconocer en Sálvame, otro programa de la misma cadena que emite el concurso, que el artista tenía problemas económicos. 
Manifestaciones a las que la mujer del artista reaccionó amenazando con querellarse por estas insinuaciones y denunció una campaña de acoso hacia su marido.

‘Supervivientes’ o cómo tratar a los espectadores como borregos

Mediaset desdobla a última hora la final del reality en dos días y vuelve a cambiar la parrilla para contraatacar a Antena 3, que trasladó de día 'La catedral del mar'.

   

Supervivientes 2018 Sofía Suescun, Raquel Mosquera, Logan Sampedro y Sergio Carvajal, finalistas de 'Supervivientes 2018'
¿Que pinta Raquel Mosquera en Supervivientes? No ha hecho nada, pero NADA. Esperar a la cámara que ella busca con la mirada para hacer nada. 
El marido es el que parece estar más que contento. Va a las galas vestido de Primera Comunión y una mirada desafiante, está a ver si lo llaman de otro concurso, eso si pero sin esa tonta y boba de Raquel.
Antes que esa boba estarían Hugo o ese que se hace llamar "Maestro", pero dejar que Raquel sea una posible ganadora es de juzgado de Guardia. 
Si se hace ganadora es para denuncir al dichoso programita.
Una Ofensa para "LOGAN" y si es 2ª esa malhablada de Sofia con caraa de asco pues vale
.Es un Tongo como la copa de un Pino.
Y la peluquera que ni ella se tiñe con unas cejas hasta la sien, y los labios horrible, que pesadilla de mujer..
Todo el dia hablando mal de los chicos que bien o mal han sabido sobrevivir con esfuerzo. 

"Vas a vivir una semana especial", anunciaba anoche Telecinco en su cuenta de Twitter a los espectadores respecto a la final de Supervivientes de esta semana.
 Y tan especial.
 Este fin de semana, Mediaset anunció que el último programa del reality sería el miércoles. 
Cambiaron su parrilla para acomodar la gran final y adecuarla también al inicio del Mundial de fútbol de Rusia (comienza el jueves y España debuta el viernes). 
La serie La verdad pasó del lunes al martes. El lunes hubo una entrega especial de Supervivientes (en un programa insulso sin apenas contenido con chicha incluso para los que sigue de forma habitual el programa). 
También se había anunciado que al jueves pasaba el talent show Factor X para dejar el viernes para el partido de la selección.
 Todo entendible hasta cierto punto por lo extraordinario que supone la retransmisión de un Mundial, pero...
Tras estos anuncios, Antena 3, en otro ejercicio de poco respeto al espectador como el de su competidor, cambió de día su serie La catedral del mar del miércoles al jueves. 
No querían coincidir con la final de Supervivientes (que está teniendo una de sus mejores ediciones en lo que audiencia se refiere) y perder más espectadores por el camino (la lucha entre ambas cadenas con Fariña, La catedral del mar y Supervivientes viene desde hace un par de meses).
Y en esta semana "especial", el lunes por la noche Telecinco (por ley tiene que avisar de los cambios en su parrilla con tres días de antelación) anunció en el último momento que desdoblaba la final en dos partes, volviendo a poner el programa el jueves, y manteniendo el miércoles. 
En Antena 3 estarán encantados.
 Y los espectadores de ambas cadenas, más. Y luego los hay que niegan que plataformas como Netflix o HBO, fiables en lo que ofrecen y cómo lo ofrecen, se estén quedando con parte de la audiencia del prime time...
Con todo lo contado arriba, el lector puede hacerse su propia idea de por qué todo esto es un timo al espectador.
 No es casi ni necesario explicar mucho más.
 Al espectador habitual de Supervivientes todo esto hasta le dará igual, incluso lo mismo ni se había enterado de todos estos cambios.
 Como el reality ha ocupado tantas horas y noches en la cadena, le parecerá normal. 
Pero el negocio es el negocio y una vez más, poco importa marear al espectador. 
Mediaset es una empresa privada, puede hacer lo que quiera con su programación, por supuesto, pero la sensación que se nos queda a los espectadores de ser unos borregos tontos no nos la quita nadie.