Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

31 may 2018

Detenida una mujer por asesinar al hijo de acogida de su novio en Elda

La policía sospecha que asfixió al pequeño Dominique y simuló luego un asalto en la vivienda.

 

La mujer detenida sale tras el registro de un domicilio acompañada de agentes de la Policía Nacional.   
La mujer detenida sale tras el registro de un domicilio acompañada de agentes de la Policía Nacional. EFE
La policía ha detenido este jueves a la novia del padre de acogida de Dominique, el niño de ocho años fallecido el pasado 30 de agosto en su vivienda de Elda (Alicante)
 Los investigadores han concluido que Alejandra G.P. asfixió al menor y simuló después un asalto en la vivienda por parte de dos desconocidos, según la información recabada por EL PAÍS de fuentes próximas a la investigación. 
El caso reviste bastantes similitudes con el del niño almeriense Gabriel Cruz, asesinado supuestamente por Ana Julia Quezada, la compañera sentimental de su padre.
El grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Alicante ha llegado a la conclusión de que solo ella pudo ser la autora de la muerte tras nueve meses de pesquisas protegidas por el secreto sumarial. 
La detenida, a la que se atribuye inicialmente un delito de asesinato y otro de simulación de delito, será interrogada en comisaría y pasará después a disposición judicial.

Los investigadores sospechan que Alejandra G.P., a la que describen como una persona fría y manipuladora, mató al menor porque suponía un estorbo para su relación sentimental con Daniel Faus, entrenador de un club de atletismo local, con el que ha tenido recientemente un bebé.
 La detención se ha producido sobre las 9.30 horas y los agentes tienen previsto realizar varios registros domiciliarios.
Dominique nunca tuvo una vida fácil. Nacido en el seno de una familia desestructurada, aquejado de diversas patologías desde su nacimiento, los servicios sociales le declararon en desamparo y la Generalitat asumió su tutela.
 Pasado un tiempo, fue dado en acogida a una pareja compuesta por Faus y Penélope Martínez, que se separaron en 2016. 
En el momento de su muerte, Penélope Martínez tenía asignado el acogimiento permanente del niño y su excompañero sentimental tenía derecho a un régimen de visitas.

El pequeño falleció el último miércoles del pasado mes de agosto en extrañas circunstancias. 
 La nueva compañera sentimental del padre de acogida aseguró entonces que dos individuos con cascos de motorista habían irrumpido al atardecer en el hogar familiar. 
Según su versión, que mantuvo en diversas comparecencias en comisaría, los asaltantes los abordaron en la escalera del edificio y los introdujeron a la fuerza en casa. 
Alejandra G.P., que padece una discapacidad auditiva, declaró que los asaltantes la habían maniatado y habían abusado sexualmente de ella manoseando varias partes de su cuerpo para huir a continuación.
Ese relato ofrecía infinidad de cabos sueltos e incurría en sustanciales contradicciones. 
El suceso llegó a disparar multitud de rumores en esta población industrial enclavada en el curso medio del río Vinalopó.
 La policía no tardó en focalizar la investigación en la propia sospechosa.
 Los agentes descartaron que el crimen respondiera a un ajuste de cuentas contra un excompañero sentimental de la sospechosa, pese a que así lo llegó a insinuar ella misma en los interrogatorios.
Aunque ese hombre, con el que ella tiene un hijo de corta edad, llegó a ser investigado en una ocasión por tráfico de estupefacientes en Murcia, nunca fue acusado formalmente de ello y carecía de antecedentes penales.
 De hecho, había rehecho su vida, tenía una nueva familia y no había por tanto motivo alguno para que alguien quisiera vengarse ahora de él, menos aún en la persona de una exnovia con la que apenas mantenía ya contacto.
Los agentes tampoco encontraron ningún testigo que viera salir del domicilio a dos hombres con cascos entre las ocho y las nueve de la noche de ese 30 de agosto, aunque numerosos viandantes transitaban en esos momentos por la calle Don Quijote, en pleno centro de la ciudad. 
 Tampoco hallaron imágenes que respaldaran esa versión tras analizar varias videocámaras de vigilancia instaladas en las proximidades.

Fue una vecina quien da la voz de alarma, tras escuchar un grito procedente de la vivienda de Daniel Faus, que se encontraba a esas horas trabajando.
 La mujer se asomó a la puerta del piso, que estaba entreabierta, y halló a la ahora arrestada inmovilizada en una silla, maniatada y con una bolsa en la cabeza.
 Los investigadores creen que la sospechosa montó la escena para proporcionarse una coartada, según las fuentes consultadas.
Los intentos por reanimar al pequeño fueron inútiles.
 La parada cardiorrespiratoria que había sufrido era irreversible.
 La novia de su padre también llegó a ser atendida por los médicos por contusiones leves y el supuesto estrés postraumático derivado del suceso.
Una vez descartado el posible ajuste de cuentas, la policía exploró otras alternativas.
 Los agentes sabían que no estaban ante un robo, dado el nivel económico de los padres de acogida del menor y una vez constatado que en el piso no faltaban objetos de valor. 
Tampoco encajaba el móvil de una agresión sexual que no llegó a ser consumada y contra una víctima elegida al azar.
 Los especialistas de Homicidios de la comisaría provincial han determinado ahora que solo Alejandra pudo cometer el crimen.
Dominique tenía serios problemas congénitos de salud, era discapacitado y sufría una posible epilepsia.
 La autopsia practicada al menor no fue concluyente, pero los análisis forenses y de ADN realizados con posterioridad han reforzado la tesis incriminatoria y han llevado a la policía a concluir que ésta le causó la muerte por estrangulamiento con una camiseta.
 


 

El milagro del doctor Sánchez......................... Rubén Amón

Obstinado, temerario, posibilista, el líder socialista regresó al Parlamento para echar a Rajoy.


Pedro Sánchez, en un pasaje de su intervención en el Congreso.
 

Pedro Sánchez, en un pasaje de su intervención en el Congreso.
No caminaba Sánchez por el hemiciclo, levitaba incorpóreo sobre la alfombra de los pasos perdidos como expresión de una proeza política y timonel del Estado plurinacional. 
Se le podrá objetar la irresponsabilidad de la operación desde la perspectiva del estadista, reprocharle la conversión a los Presupuestos de Rajoy, acatar el soborno del PNV, bailar la sardana de la mano de Rufián, pero no se le podrá discutir el mérito extraordinario que reviste acceder a la Moncloa después de haber sido y estado desahuciado, viajando con su Peugeot como un pastor mormón y esperando la coreografía astral que requería su resurrección, como si blandiera la espada de Parsifal: el acero que te hirió terminará sanándote.
De cualquier manera, es verdad, y a cualquier precio. 
 Por el tiempo que sea. Y en las circunstancias que hagan falta, pero revestido del honor parlamentario, dotado del incienso constitucional y reconocido en su obstinación, tal como reflejaba la standing ovation de la bancada socialista.
 Regresaba entre los vivos el espectro de Pedro Sánchez 20 meses después de haberse marchado y de haberse asegurado, al mismo tiempo, la devoción de la militancia.
Rajoy no se percata de su agonía ni del azufre que emana.
 Y ninguno de sus allegados se atreve a exponerle la putrefacción. No se considera aludido

Es un triunfo personal, una victoria estrictamente individual cuyas palpitaciones de despecho le henchían en el trono del hemiciclo. Sánchez renunció a su escaño para sustraerse a la investidura de Rajoy y ha regresado a la escena del crimen para evacuarlo. 
Ha ejecutado a su mayor adversario. 
Ha sobrepasado la hostilidad del aparato, la estupefacción de las baronías.
 Ha reaccionado a sus derrotas electorales.
 Ha combatido la resistencia mediática.
 Ha superado el masoquismo de Iglesias. 
Y ha sometido a su favor las inercias de la coyuntura.
Nunca había sido presidente del Gobierno un candidato que perdió las elecciones. 
Nunca tuvimos un jefe de Gobierno extraparlamentario.
 Nunca había triunfado una moción de censura.
 Tan llamativa es la excepcionalidad y tan inquietante es el fervor soberanista hacia la moción que Pedro Sánchez solo podía llegar a la Moncloa de forma anómala y estrafalaria.
 Su única manera de flanquearla es aquí, ahora y así, constreñido a una legislatura inviable, naturalmente, sometido al chantaje del nacionalismo, expuesto a la soga del lazo amarillo, pero inquilino del palacio y del destino.


 Y porque la propuesta relativizaba sus propias ambiciones monclovitas, pero Sánchez era consciente de la debilidad de Rajoy, más aún después de haber escuchado al presidente fantasma un discurso propio de su elocuencia oratoria pero impropio de la dignidad y emergencias políticas del momento.

Ha vuelto Sánchez.
 No como fusible de una crisis, ni como presidente accidental, sino con las ambiciones de quedarse. 
Asustan las concesiones que requiere semejante programa. Estremece la esclerosis política que se avecina.
 Y conviene evocar el desenlace de Frankenstein como escarmiento de los hombres que desafían a los dioses.

 

El nacionalismo da la mayoría a Sánchez------------------Miquel Alberola

El líder del PSOE recibe este viernes el respaldo del Congreso como presidente del Gobierno.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se aseguró este jueves la mayoría de votos en el Congreso para recibir hoy el respaldo de la Cámara como candidato a la presidencia del Gobierno. 
Tras un bronco cuerpo a cuerpo parlamentario con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el PNV despejó la incógnita para que la moción de censura que registraron los socialistas tras la sentencia de Gürtel supere los 176 votos requeridos.
 Unidos Podemos, ERC, PDeCAT, Compromís y Nueva Canarias votarán junto al PSOE frente al PP, sus socios y Ciudadanos.

Rajoy durante la primera jornada de la moción de
la moción de censura.  
 
Con el respaldo de la Cámara garantizado, Sánchez se considerará investido por el Congreso después de que se celebre la votación esta mañana y el Rey podrá firmar el decreto de su nombramiento como presidente del Gobierno.
 A partir de ese momento, en el que se prefigura un fin de semana trepidante, Sánchez estará en disposición de formar Gobierno para que los ministros prometan el cargo ante el Rey y se produzca el intercambio de carteras. 
Aparte de la crucial decisión del PNV, otras formaciones nacionalistas, que en principio se habían mostrado abiertas a dar su apoyo a Sánchez, como ERC, PDeCAT o Bildu, tenían que desvelar sus cartas tras escuchar el discurso programático del candidato. Sánchez hizo equilibrios en su intervención con abundantes gestos para abrir un diálogo con el Govern de Cataluña, al que pidió el mismo ejemplo en la sociedad catalana, pero desde los espacios de consenso comunes que son la Constitución y el Estatuto de Autonomía. 
El PDeCAT recogió el guante de Sánchez pese a su escepticismo, mientras que ERC y Bildu justificaron su respaldo no como “un apoyo al PSOE” sino como “rechazo
al PP”.
Sin haberse disipado la incertidumbre sobre hacia qué lado se iba a inclinar la balanza de la moción de censura, Rajoy y Sánchez protagonizaron en el Congreso el que quizá fuera último debate entre ellos.
 Ambos habían salido vivos de varias situaciones de peligro extremo, pero en el lance de la moción solo podía quedar uno. Esa imperiosa exigencia de perdurar marcó el choque.
 El líder del PP, que estaba en una situación delicada, se empleó a fondo en tratar de ridiculizar al del PSOE y denigrar la moción.
 Por el contrario, Sánchez se esforzó en exponer un perfil templado y regenerador.
Rajoy se defendió con uñas y dientes ante la posibilidad de que la iniciativa del PSOE puediera desalojarle de La Moncloa, algo que quizá intuía tras una larga noche de conversaciones con el PNV. Y no reparó en munición.
 Acusó a Sánchez de que su ambición e incapacidad electoral fueran la única causa de la moción. 
Trató de imponer su propia versión de la sentencia de Gürtel.
 Puso en marcha el ventilador de la corrupción para embarrar al PSOE en su caída. 
Mostró el borde de los abismos por los que caería España si triunfaba la iniciativa. 
Incluso trató de abrir brechas entre el PSOE y los partidos que podrían apoyar la moción recuperando declaraciones negativas de Sánchez sobre Podemos, ERC o el PDeCAT. O de barones del PSOE contra Sánchez.
Frente a un presidente empeñado en imponer su propia versión de la sentencia de Gürtel, en invocar los demonios del independentismo y en destacar los efectos económicos adversos de la moción, Sánchez exhibió seguridad e incidió en la gravedad de la condena de Gürtel.
 Y para quitarse el estigma de la ambición personal, brindó a Rajoy la posibilidad de dimitir y poner fin a la iniciativa.
 Pero Rajoy no contemplaba salir del hemiciclo sin luchar hasta el final.

Llamada al diálogo

El candidato lo señaló como la auténtica causa de la moción de censura por no haber afrontado su responsabilidad tras la sentencia en un país “hastiado por la corrupción” y le reprochó que en Gürtel “no solo fue testigo” sino que “ni siquiera fue testigo creíble”.
 Para alejar todos los fantasmas convocados por Rajoy en torno a sus heterogéneos apoyos en la moción, Sánchez se comprometió a “respetar y hacer respetar la Constitución”, pero también a que su Gobierno “haga del diálogo su forma de hacer política”. 

Tanto “con todos los Gobiernos autónomos” como “con todos los grupos de la Cámara”.
 En la recta final, Sánchez recriminó a Rajoy que se escondiera “detrás de las togas” ante el problema político de Cataluña y situó el origen del conflicto en el recurso presentado por el PP al Estatuto catalán ante el Tribunal Constitucional.
 “Usted ha convertido la confrontación en la única causa para continuar al frente del Gobierno.
 Yo me reuniré y trataré de tender puentes para salir de la situación que usted ha creado”, se comprometió.
 En la despedida, Rajoy y Sánchez se desearon lo mejor en lo personal y no en lo político.
 El presidente no regresó por la tarde al Congreso, donde el PP dejó muchos escaños vacíos.


 

 

¿La Elena Ferrante española?........... Juan Carlos Galindo

Carmen Mola irrumpe con fuerza en el panorama de la novela negra con 'La novia gitana', pero nadie sabe quién está detrás del seudónimo.

¿La Elena Ferrante española?
“La única confrontación posible a la escritura es la lectura”, decía Elena Ferrante para defender su anonimato, el más célebre y exitoso de la historia reciente del mercado editorial. 
 Experimento con ciertas esencias de la literatura que evidenció su carácter de espectáculo y la exposición del escritor por encima de su obra, el caso Ferrante tiene ahora una émula en España en la figura de Carmen Mola , pseudónimo tras el que se parapeta la autora de La novia gitana (Alfaguara). 
La duda surge enseguida.
 Si desde el primer momento se habla del misterio que esconde el autor o autora ¿no se estará consiguiendo justo lo contrario de lo que se proclama, hablar más del escritor que de la obra?
 “Es un libro tan poderoso, en estos tiempos de pálido suspense anglosajón, que sucede justo lo contrario: los lectores y periodistas hablan con entusiasmo de esta novela extrema, y la pregunta inmediata es ¿quién ha podido escribir esto? 
El hecho de que el seudónimo sea un nombre de mujer aumenta la perplejidad, porque los antecedentes más memorables de novelas “no aptas para lectores sensibles” son las de Pierre Lemaitre y Bret Easton Ellis”, defiende María Fasce, editora de Alfaguara Negra, preguntada por EL PAÍS.
La novia Gitana es, en efecto, un thriller con una estructura sólida y un argumento llevado como un clásico policial pero que al tiempo rompe varios convencionalismos. 
Dos mujeres gitanas, hermanas y a punto de casarse, mueren asesinadas con varios años de diferencia por alguien que las hace un agujero en la cabeza, mete gusanos y se sienta a ver cómo se las comen.
La peculiaridad de este proyecto literario convierte lo que habría sido una entrevista cara cara en un intercambio de correos electrónicos con la editora como intermediaria y sin posibilidad de repregunta. 
Está claro que es de Madrid, algo que se percibe en la novela y que se certifica en unas respuestas en las que, en ocasiones, muestra muchas tablas para ser una autora novel.
 “Es cierto que en los últimos tiempos ha habido mucha  –y muy buena– autoficción.
 Pero tengo la sensación de que la novela negra y la autoficción son incompatibles. ¿Quién sería yo? ¿La asesina? ¿El cadáver?
 En cualquiera de los dos casos, todo saltaría por los aires”, explica para situar su apuesta por el anonimato en el contexto actual de identidades literarias superlativas.

Cita a Pierre Lemaitre, Fred Vargas, Benjamin Black, Alicia Giménez Bartlett o Víctor del Árbol como influencias y defiende con vehemencia a su protagonista, un personaje poderoso que coquetea con el tópico. 
– Empieza a haber demasiados detectives con excentricidades y pasados oscuros ¿Qué hace especial Elena Blanco, la policía protagonista? 
– Dicho así parece que los personajes se crean con una plantilla: cien gramos de excentricidad, otros cien de pasado oscuro, doscientos de personajes secundarios…
 A lo mejor sería una buena fórmula, pero no ha sido mi caso.
La comunidad gitana se ve reivindicada en esta novela por el simple hecho de ser sacada del olvido y convertirse en protagonista, aunque Mola no tenía ninguna intención concreta con ello.
 Madrid, también : “Se dice que en Madrid nadie es de fuera y ojalá siga siendo así para siempre.
 Hay que reconocer que hay unas ciudades más literarias que otras. Lisboa, Barcelona o Nueva York lo son porque hay escritores y escritoras que se han encargado de convertirlas en protagonistas de sus novelas. 
Madrid ha estado un poco abandonada en ese sentido”, reflexiona.
Precavida a la hora de hablar del éxito inicial de su libro, Mola sí asegura que su protagonista no puede quedarse en esta primera entrega. 
 Roman Kaces, alias Roman Gary, llevó la duplicidad literaria a límites artísticos cuando ganó con dos identidades distintas el Goncourt; Thomas Pynchon ha escrito algunas de las páginas más notables de la literatura norteamericana reciente sin que sepamos quién es; John Banville contó que estaba detrás de Benjamin Black casi solo para demostrar que es el rey el travestismo literario. ¿Sabremos algo en algún momento acerca de quién está realmente detrás de La novia gitana? Por ahora, Carmen mola no suelta prenda:
 “Esperemos que no... Pero tampoco quiero ser esclava de mis decisiones. Quién sabe si en el futuro no desearía otra cosa”. Continuará.