En esta ocasión, tiene un significado especial, porque se ha escrito desde el perfil de Facebook de la hermana Patricia Noya en nombre de la orden de las Carmelitas Descalzas de Hondarribia (Guipúzcoa), que se suman a las reacciones de rechazo.
"Gestiono la página, pero todas las carmelitas descalzas me apoyan en
lo que he escrito. Las redes no se usan mucho. Abrimos la página por
cuestiones de trabajo, de las labores de encuadernación a las que nos
dedicamos. Se convirtió en una ventana a la que nunca sabes quién se va a
asomar, como hemos comprobado", cuenta Noya a Verne a través
del teléfono, tras comprobar que su texto se ha compartido más de 1.400
veces en menos de 24 horas desde su publicación. "Simplemente hemos reaccionado como todas las mujeres y hombres
normales: con estupor y sentimiento de impotencia. Nos resulta curioso
que llame tanto la atención que un grupo de monjas reaccionen de esta
forma; que tengamos hábitos diferentes no significa que estemos fuera
del mundo. Este tipo de cuestiones también nos pertenecen", explica,
tras un largo día en el que ha tenido que interrumpir a menudo sus
obligaciones diarias para atender a medios de comunicación. "Facebook es uno de los medios que tenemos a nuestro alcance para
mostrar nuestra solidaridad con esa mujer en concreto y con todas las
mujeres que tienen que pensárselo dos veces antes de cruzar una calle
oscura, antes de volver solas a casa; y que tienen que hacer planes cada
vez para saber con quién vuelven, cuándo vuelven y cómo vuelven. Y que
encima tienen que sentirse juzgadas y amenazadas por ello", ha comentado Noya a Radio Euskadi en la tarde del viernes. "Pensamos que desde nuestra posición, que es de alguna manera
transversal, es importante decir que esto no es una reivindicación de
unas pocas; creo que es una reivindicación de toda la sociedad. Y
nosotras, que estamos aquí en clausura y que no salimos por la noche,
también nos sentimos amenazadas e implicadas por todo lo que atañe a una
injustica. Para nosotras, lo que no se entiende es que esto se
considere como se ha calificado y no como una agresión, que es lo que
todas nosotras sentimos simplemente con escucharlo", ha dicho en la
radio pública vasca. Para Noya, esta polémica no se trata de una guerra entre hombres y
mujeres: "Esto es algo que no se puede admitir. No se puede aceptar que
se cometa una atrocidad de estas y a la que se juzgue, condene y humille
públicamente sea a la víctima". Patricia Noya (Markina, Bizkaia, 1965) no es ajena a
los medios de comunicación y conferencias, donde explica su vida
contemplativa. Es carmelita descalza en el monasterio de la Sagrada
Familia de Hondarribia desde los 22 años. Su vocación se despertó de
forma repentina a los 18, cuando estudiaba Bellas Artes. Estaba junto a
unas amigas en una discoteca de Bilbao, "con un cigarro en la mano y un
copa de Martini en la otra", contaba ella misma en 2008 a El Diario Vasco en un reportaje sobre el Día Internacional de la Mujer. "El trabajo de la mujer siempre ha estado poco reconocido. Y tenemos
unas capacidades que se han minusvalorado. Hay que seguir reivindicando
el rol femenino, porque parece que solo puede llegar lejos la mujer
agresiva y competitiva, la que renuncia a algo de su ser", comentaba
entonces.
Aunque puntualiza a Verne que la lucha feminista no se
encuentra entre sus labores diarias, Noya sí que ha recurrido a Facebook
en otras ocasiones para reinvindicar la igualdad de género, como el
pasado 8-M.
Parece que
en el Partido Popular hay un Frank Underwood con muchas ganas de acabar
con la presidenta de la Comunidad de Madrid y muy pocos escrúpulos.
Esta semana os traemos otra vez a PopCornNews
una noticia relacionada con Cristina Cifuentes, pero esta sí que no nos
la esperábamos nadie. Después de un mes de resistencia y de repetir que
no dimitiría, al final este miércoles presentó su renuncia por un vídeo
humillante que alguien había filtrado a la prensa y se sospecha que el
filtrador es alguien de su partido. A nuestros compañeros de Quinta Temporada el episodio les ha recordado a House of Cards y la forma en la que Frank Underwood aniquiló a su compañero de partido para hacerse con la Presidencia de Estados Unidos.
La Policía de Carolina del Sur ha difundido el vídeo grabado por una cámara de seguridad.
La Policía de Carolina del Sur ha difundido el vídeo grabado por una cámara de seguridad.
Un niño de 12 años ha sobrevivido tras quedarse atrapado durante más de
nueve minutos en el interior de una piscina.
El menor, acompañado por un
amigo, retiró la rejilla de seguridad que bloqueaba una tubería de
succión y quedó inmovilizado mientras buceaba en las instalaciones del
hotel Avista Resort, en la localidad estadounidense
de North Myrtle Beach.
Un usuario le practicó el boca a boca debajo del
agua y consiguió mantener con vida al niño hasta que llegaron las
emergencias, quienes lo sacaron de la piscina y le realizaron una
reanimación cardiopulmonar.
Una de las cámaras de seguridad del hotel
registró toda la escena, ocurrida el día 19 de marzo, y la Policía de Carolina del Sur ha difundido ahora las imágenes.
Una
película recrea el último amor entre Gloria Grahame, la ganadora del
Oscar por 'Cautivos del mal', y expulsada de Hollywood envuelta en
escándalos, y un intérprete de Liverpool.
La historia podría resumirse en el tópico chico conoce chica, chica
conoce chico y se enamoran. "En realidad, solo éramos eso", recuerda el
chico de la pareja, despojando a aquella relación de todo lo que le
rodeó, lo que hizo que aquel amor tan fascinante inspirara una película,
Las estrellas de cine no mueren en Liverpool, que se estrena en España el 18 de mayo. En
1978, Peter Turner, el chico, era un actor de Liverpool de 26 años que
intentaba ganarse la vida en Londres con muy poco éxito. En la pensión
en la que vivía llegó un día una actriz veterana estadounidense de 54
años, que había sido repudiada de Hollywood, y se había pasado al
teatro. "Recuerdo la primera que la vi. Yo ocupaba una de las
habitaciones superiores y ella el apartamento principal de abajo",
rememora Turner en Madrid. "Un segundo que lo visualizo". Para un
momento. "No era como yo me la esperaba. Me habían hablado de una
estrella de Hollywood, y recuerdo que abrió la puerta como
escondiéndose, con pinta de haber llegado cinco minutos antes". Ella
necesitaba 4 libras y 75 peniques; él se los prestó. "Nunca supe para
qué, pero me lo devolvió en un cheque que aún conservo". Un par de días
después se pusieron a bailar juntos en la casa Saturday Night Fever, y semanas más tarde se hicieron amantes. Aquella rubia era Gloria Grahame, la actriz de ¡Qué bello es vivir!, Oklahoma, Encrucijada de odios, En un lugar solitario -en la que se hizo amiga de Bogart-, y ganadora del Oscar por Cautivos del mal. "Era espontánea y muy directa, hasta parecer a veces maleducada.
Irradiaba encanto. Tenía una cosa maravillosa y era que preguntaba
mucho, haciéndote dejar claro que le importabas". Y recuerda algo
especial: "Su cara reflejaba al instante lo que pensaba o sentía. Sus
movimientos eran rítmicos, resbaladizos".
A Grahame el nuevo Hollywood y el triunfo del color en el cine la
habían abandonado en un pie de página de la Historia. Además, corrían
muchos rumores sobre ella. Se había casado cuatro veces -y tenido cuatro
hijos-, el segundo matrimonio, con el director Nicholas Ray, se rompió
cuando el cineasta aseguró habérsela encontrado con su hijastro Tony en
la cama. "Algo completamente falso"; cuenta Turner. Pero sí es cierto
que su cuarto esposo fue Tony, con el que llevaba cuatro años divorciada
cuando conoció a Turner. "Otro detalle fascinante es que conocía a un
montón de gente. Recuerdo que hablaba del presidente Nixon, decía de él
que era un grano en el culo. ¡Y era cierto!". Turner cayó enamorado. "Lo bonito es que era una relación de iguales,
jamás de una estrella con un aspirante joven. Disfrutamos 18 meses de
amor entre Reino Unido, California y Nueva York, donde poseía un
apartamento en el Manhattan Plaza". Allí, en un altillo, guardaba el
Oscar. "Se vino hasta de vacaciones a Gales con mi hermano, mi cuñada y
mis sobrinas; te lo cuento para que te hagas una idea de cómo se
acoplaba a lo que había". Un día se volvió huraña. Turner no sabía el
porqué. Rompieron y él se volvió a Liverpool.
Pasó un año . Hasta que Grahame se desmayó en un hotel en Lancaster, y
Turner la recogió y la llevó a su casa en Liverpool, con sus padres.
Entonces comprendió qué había pasado: un cáncer devoraba el cuerpo de la
actriz, que por ello se había alejado de él. Durante tres semanas
estuvo bajo sus cuidados, hasta que uno de sus hijos se la llevó a Nueva
York. A las tres horas de aterrizar en EE UU, el 5 de octubre de 1981,
Gloria Grahame falleció. Ahora empieza la segunda parte de la historia. En 1986 Turner escribió Las estrellas de cine no mueren en Hollywood, un libro a corazón abierto. "No fue fácil, desde luego, sino catártico y recordar algún momento me dolió". En 1990 Annette Bening actuó en Los timadores, de Stephen Frears, y el director le dijo: "Fíjate en Grahame en Los sobornados". Así es como Bening leyó el libro, copió en pantalla a Grahame, conoció a
Turner y pensó en llevar aquel amor al cine. "Pero Annette era muy
joven". Pasaron los años, y finalmente el proyecto cuajó. "Yo dejé
aquello de lado, no podía obsesionarme con si me iba a encarnar Daniel
Craig o Ewan McGregor, nombres que se barajaron. Cuando me dijeron Jamie Bell, me chocó, solo me acordaba de Billy Elliot".
Hasta que se conocieron y descubrieron muchas cosas en común. "Estoy
feliz con la película, no se ha eliminado ningún buen o mal momento,
obviamente resume mucho el libro, pero no cae ni en el ternurismo ni en
la mentira". ¿Se arrepiente de algo de aquella relación? "No haber
viajado con ella en aquel avión. No esperábamos que muriera tan rápido. El resto lo recuerdo como un privilegio que me dio la vida".