La orden de las Carmelitas Descalzas de Hondarribia se suma al #yositecreo.
"Hermana, yo sí te creo".
La frase se ha repetido una y otra vez en los últimos meses y en especial tras anunciarse la polémica sentencia por abuso sexual continuado, y no violación, del caso La Manada.
En esta ocasión, tiene un significado especial, porque se ha escrito desde el perfil de Facebook de la hermana Patricia Noya en nombre de la orden de las Carmelitas Descalzas de Hondarribia (Guipúzcoa), que se suman a las reacciones de rechazo.
"Gestiono la página, pero todas las carmelitas descalzas me apoyan en lo que he escrito.Las redes no se usan mucho.
Abrimos la página por cuestiones de trabajo, de las labores de encuadernación a las que nos dedicamos.
Se convirtió en una ventana a la que nunca sabes quién se va a asomar, como hemos comprobado", cuenta Noya a Verne a través del teléfono, tras comprobar que su texto se ha compartido más de 1.400 veces en menos de 24 horas desde su publicación.
"Simplemente hemos reaccionado como todas las mujeres y hombres normales: con estupor y sentimiento de impotencia.
Nos resulta curioso que llame tanto la atención que un grupo de monjas reaccionen de esta forma; que tengamos hábitos diferentes no significa que estemos fuera del mundo.
Este tipo de cuestiones también nos pertenecen", explica, tras un largo día en el que ha tenido que interrumpir a menudo sus obligaciones diarias para atender a medios de comunicación.
"Facebook es uno de los medios que tenemos a nuestro alcance para mostrar nuestra solidaridad con esa mujer en concreto y con todas las mujeres que tienen que pensárselo dos veces antes de cruzar una calle oscura, antes de volver solas a casa; y que tienen que hacer planes cada vez para saber con quién vuelven, cuándo vuelven y cómo vuelven.
Y que encima tienen que sentirse juzgadas y amenazadas por ello", ha comentado Noya a Radio Euskadi en la tarde del viernes.
"Pensamos que desde nuestra posición, que es de alguna manera transversal, es importante decir que esto no es una reivindicación de unas pocas; creo que es una reivindicación de toda la sociedad. Y nosotras, que estamos aquí en clausura y que no salimos por la noche, también nos sentimos amenazadas e implicadas por todo lo que atañe a una injustica.
Para nosotras, lo que no se entiende es que esto se considere como se ha calificado y no como una agresión, que es lo que todas nosotras sentimos simplemente con escucharlo", ha dicho en la radio pública vasca.
Para Noya, esta polémica no se trata de una guerra entre hombres y mujeres:
"Esto es algo que no se puede admitir.
No se puede aceptar que se cometa una atrocidad de estas y a la que se juzgue, condene y humille públicamente sea a la víctima".
Patricia Noya (Markina, Bizkaia, 1965) no es ajena a los medios de comunicación y conferencias, donde explica su vida contemplativa. Es carmelita descalza en el monasterio de la Sagrada Familia de Hondarribia desde los 22 años. Su vocación se despertó de forma repentina a los 18, cuando estudiaba Bellas Artes.
Estaba junto a unas amigas en una discoteca de Bilbao, "con un cigarro en la mano y un copa de Martini en la otra", contaba ella misma en 2008 a El Diario Vasco en un reportaje sobre el Día Internacional de la Mujer.
"El trabajo de la mujer siempre ha estado poco reconocido.
Y tenemos unas capacidades que se han minusvalorado. Hay que seguir reivindicando el rol femenino, porque parece que solo puede llegar lejos la mujer agresiva y competitiva, la que renuncia a algo de su ser", comentaba entonces.
Aunque puntualiza a Verne que la lucha feminista no se encuentra entre sus labores diarias, Noya sí que ha recurrido a Facebook en otras ocasiones para reinvindicar la igualdad de género, como el pasado 8-M.
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