Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
10 abr 2018
El guiño solidario de la reina Letizia con sus nuevos pendientes
El
100% del beneficio de los pendientes irá destinado a financiar un
proyecto en colaboración con Auara, que intenta dar acceso a agua
potable a quienes no lo tienen.
La Reina con sus pendientes solidarios de Coolook. (Limited Pictures)Ya hemos dejado atrás todo el escándaloLetizia vs. Sofíay
toca centrarnos en los actos y los looks de la Reina. Este martes, los
Reyes se han desplazado hasta el CaixaForum Madrid para hacer entrega de
las becas de La Caixa, que se conceden a 120 alumnos
para que puedan cursar estudios de posgrado en las mejores universidades
del mundo. El evento se celebró durante años en Barcelona, pero tras el
desafío independentista en esta ocasión han preferido trasladarlo a la
capital. Si hay algo del look de la Reina que nos ha llamado la atención, han sido los pendientes de Coolook,
de plata cubierta con oro champán, calcedonia aguamarina y topacio. Y
es que aparte de ser nuevos, esconden una historia solidaria. El 100%
del beneficio de estas joyas irá destinado a financiar un proyecto en
colaboración con la empresa Auara, que intenta dar acceso a agua potable
a quienes no lo tienen. Irene Villa fue la madrina de esta colección
solidaria que se presentó hace unas semanas y que puedes adquirir en la web de Coolook. Los pendientes que lleva Letizia tienen un precio de 190 euros mientras que el colgante a juego se vende por 99.
El look completo de la Reina. (Limited Pictures)
El resto del estilismo de la Reina lo formaba una falda azul con estampado de flores de estilo tropical que pertenece a Hugo Boss,
modelo Viplisa, cuyo precio es de 270 euros. Doña Letizia estrenó la
prenda en noviembre, en un almuerzo con el presidente de Palestina,
combinándola con una blusa de seda de color mostaza. En esta ocasión ha
cambiado la blusa por un jersey de punto en azul celeste con botones en
las mangas que le quitaba gracia a la falda y con el que conseguía un
look no demasiado acertado. Como complementos, la esposa de Felipe VI eligió la cartera de mano en azul navy de Carolina Herrera,
modelo Baret, y salones del mismo color en charol de Magrit con una
tira cruzada que tiene desde marzo de 2017, pero que es la primera vez
que se los vemos bien, ya que la anterior ocasión en la que los llevó lo
hizo con pantalones.
Esta será una semana bastante intensa para la Reina. El miércoles
viajará hasta Huelva para asistir a los actos de los V Campeonatos
Autonómicos de Formación Profesional Andalucíaskills; y el jueves
acudirá al almuerzo ofrecido en honor al heredero de Arabia Saudí en el
Palacio Real.
Los salones de Magrit de la Reina. (Limited Pictures)
Alicia Villapadierna falleció el jueves pasado en Marbella a los 57 años. . Madre de cuatro hijos, estaba casada con el empresario Ricardo Arranz y ambos formaban un tándem perfecto. Eran dueños del hotel Villapadierna en la Costa del Sol, lugar en el que Alicia
montó su reinado. Una tienda que llenaba de objetos que compraba
directamente en la India, Nepal, Brasil, Marruecos o cualquier punto de
la geografía patria donde encontrase un buen artesano o un objeto
original.
Viajó por medio mundo y acabó montando su cuartel
general en Marbella, su lugar de veraneo desde pequeña y donde más tarde
se casó y organizó su vida familiar, laboral y afectiva. Precisamente
en una de sus rutas a Sri Lanka, su médica Victoria le envío un mensaje porque no le gustaba lo que había visto en unos análisis rutinarios.
Su amiga Llanos Astolfi contaba que “no quiso que volviéramos inmediatamente y seguimos con nuestro plan. Ella era así. Prefería vivir el presente". Alicia Villapadierna en una pintura junto a sus hijos. (Imagen cedida por la familia)
Alicia Villapadierna en una imagen cedida por la familia.Isabel Sartorius, Maria Suelves, el duque de Alba, Katia Guerrero, Anna Gamazo, Isabel Pedroso, Victoria Aristegui o Javier Moro son algunos de los amigos que mantendrán siempre recuerdos y vivencias imborrables compartidas con Alicia y con su marido, Ricardo Arranz,
su gran compañero de vida. Todos coinciden en que era una mujer
especial y cuentan una y mil anécdotas de aquellos primeros años en que
formaban pandilla. María Suelves recuerda que su primer punto de encuentro con Alicia tuvo que ver con lo mucho que les gustaba a las dos el deporte. "Nos conocimos cuando yo llegué a España de Perú con 13 años y coincidíamos en el club. Empezamos a jugar al tenis, al pádel, montábamos a caballo y nos hicimos muy amigas.Nos lo pasábamos muy bien y cuando nos veían llegar al grupo nos
decían 'ahí viene la banda". Mantuvieron una amistad a lo largo de los
años que con el tiempo se trasladaría a los hijos. Una historia afectiva muy parecida a la de Isabel Sartorius,
que recuerda cómo "me prestaba los vestidos para las fiestas y puestas
de largo". Destaca entre las cualidades de su amiga "ese agradecimiento
constante que daba a la vida. Era muy espiritual y tenía una fe inmensa.
Una de las cosas que siempre hacía cuando viajaba a México era visitar a
la Virgen de Guadalupe. Iba con la lista de las peticiones que le
hacíamos. Nunca se le olvidaba".
Recuerdos afectivos
Alicia Villapadierna y Ricardo Arranz en una imagen de archivo. (Gtres)
Katia Guerrero
ha sido, junto a Llanos Astolfi, una de las amigas mas íntimas que no
son capaces de procesar la pérdida de esta más que amiga, casi hermana. "Es un sin sentido y me gustaría destacar el amor y el apoyo que le han
dado su marido y sus hijos, para los cuales ella era el centro de sus
vidas. Va a ser muy duro para todos nosotros", cuenta Katia. Llanos Astolfi rememora esos momentos felices y cómo fue su última excursión:
"Hicimos el Caminito del Rey con su marido, Ricardo Arranz, Anna
Gamazo, Juan Abelló y Javier Moro. Era impresionante ver la vitalidad
que tenía y eso que acaba de pasar el segundo ciclo. Así me gusta
recordarla. Animándonos hasta el final cuando ya no estaba bien".
Alicia Villapadierna falleció el jueves pasado en Marbella a los 57 años. Madre de cuatro hijos, estaba casada con el empresario Ricardo Arranz y ambos formaban un tándem perfecto. Eran dueños del hotel Villapadierna en la Costa del Sol, lugar en el que Alicia
montó su reinado. Una tienda que llenaba de objetos que compraba
directamente en la India, Nepal, Brasil, Marruecos o cualquier punto de
la geografía patria donde encontrase un buen artesano o un objeto
original.
Viajó por medio mundo y acabó montando su cuartel
general en Marbella, su lugar de veraneo desde pequeña y donde más tarde
se casó y organizó su vida familiar, laboral y afectiva. Precisamente
en una de sus rutas a Sri Lanka, su médica Victoria le envío un mensaje porque no le gustaba lo que había visto en unos análisis rutinarios.
Alicia Villapadierna en una pintura junto a sus hijos. (Imagen cedida por la familia)
Su amiga Llanos Astolfi contaba que “no quiso que volviéramos inmediatamente y seguimos con nuestro plan. Ella era así. Prefería vivir el presente".
Alicia Villapadierna en una imagen cedida por la familia.
Isabel Sartorius, Maria Suelves, el duque de Alba, Katia Guerrero, Anna Gamazo, Isabel Pedroso, Victoria Aristegui o Javier Moro son algunos de los amigos que mantendrán siempre recuerdos y vivencias imborrables compartidas con Alicia y con su marido, Ricardo Arranz,
su gran compañero de vida. Todos coinciden en que era una mujer
especial y cuentan una y mil anécdotas de aquellos primeros años en que
formaban pandilla. María Suelves recuerda que su primer punto de encuentro con Alicia tuvo que ver con lo mucho que les gustaba a las dos el deporte. "Nos conocimos cuando yo llegué a España de Perú con 13 años y coincidíamos en el club. Empezamos
a jugar al tenis, al pádel, montábamos a caballo y nos hicimos muy
amigas. Nos lo pasábamos muy bien y cuando nos veían llegar al grupo nos
decían 'ahí viene la banda". Mantuvieron una amistad a lo largo de los
años que con el tiempo se trasladaría a los hijos.
Una historia afectiva muy parecida a la de Isabel Sartorius,
que recuerda cómo "me prestaba los vestidos para las fiestas y puestas
de largo". Destaca entre las cualidades de su amiga "ese agradecimiento
constante que daba a la vida. Era muy espiritual y tenía una fe inmensa.
Una de las cosas que siempre hacía cuando viajaba a México era visitar a
la Virgen de Guadalupe. Iba con la lista de las peticiones que le
hacíamos. Nunca se le olvidaba".
Recuerdos afectivos
Alicia Villapadierna y Ricardo Arranz en una imagen de archivo. (Gtres)
Katia Guerrero
ha sido, junto a Llanos Astolfi, una de las amigas mas íntimas que no
son capaces de procesar la pérdida de esta más que amiga, casi hermana.
"Es un sin sentido y me gustaría destacar el amor y el apoyo que le han
dado su marido y sus hijos, para los cuales ella era el centro de sus
vidas. Va a ser muy duro para todos nosotros", cuenta Katia. Llanos Astolfi rememora esos momentos felices y cómo fue su última excursión:
"Hicimos el Caminito del Rey con su marido, Ricardo Arranz, Anna
Gamazo, Juan Abelló y Javier Moro. Era impresionante ver la vitalidad
que tenía y eso que acaba de pasar el segundo ciclo. Así me gusta
recordarla. Animándonos hasta el final cuando ya no estaba bien". Alicia Villapadierna a los 17 años, cuando fue elegida Miss Marbella Club. (Imagen cedida por la familia) El duque de Alba
también tiene palabras de cariño hacia la que fue durante un tiempo su
novia. La define como "una persona muy sensible, buena, inteligente y
muy amiga de sus amigos".
Alicia Villapadierna en una imagen de archivo. (Gtres)
Fue la anfitriona de Michelle Obama
cuando viajó a España. La presidenta consorte norteamericana quería
conocer Marbella y le hablaron de ese lugar mágico, único y seguro que
era el hotel que regentaba Alicia. Hasta allí viajó con
su hija para disfrutar de unos días que definiría como inolvidables y
que sirvieron para que muchos americanos colocaran Villapadierna en
el mapa. Esta publicidad no cambió la vida de Alicia, que siempre
mantuvo un perfil bajo siendo una de las mujeres con más encanto,
atractivo personal y profesional del panorama nacional. Prefería la privacidad a la publicidad social que le daba su propio estatus y el ser hija de Alicia Klein y de José Villapadierna. El conde fue toda una institución en el mundo de la cría de caballos de
carreras a través de su propia cuadra. También del automovilismo, donde
llegó a ser presidente de la Federación Española.
Alicia junto a sus hijos Alejandro, Ricardo, Felipe y Nicolás. (Imagen cedida por la familia)
Alicia era una mujer amable, divertida, luchadora, generosa y sobre todo vital. Esa vitalidad la acompañó hasta esta última Semana Santa,
cuando ya no había vuelta atrás en la evolución de su enfermedad.
Incluso en esas circunstancias la serenidad marco esos días en los que
"pensábamos que saldría adelante como otras veces. Diez días antes
estaba haciendo yoga y aquagym y llevaba su alimentación a rajatabla",
cuenta Llanos Astofi, su gran amiga. Alicia Villapadierna,
mujer querida y respetada, deja una calle con su nombre en el municipio
de Estepona. Ese será siempre el recuerdo para los que la conocieron.
José María Juarranz, durante la presentación de su libro.Europa Press
De Pablo Picasso y su obra más famosa, el mural Guernica,
parecía que ya estaba dicho todo. Son decenas los estudios firmados por
especialistas de todo el mundo que han analizado cada detalle de la
pieza y la han ensalzado como la obra más antibelicista creada nunca. Su
propio museo parisiense le dedica estos días una gran exposición, en la
que se recuerda que el artista se inspiró en la matanza de civiles
ocurrida en la villa vasca el 26 de abril de 1937 por la Legión Cóndor
alemana y la aviación de la Italia fascista
Su propio museo parisiense le dedica estos días una gran
exposición, en la que se recuerda que el artista se inspiró en la
matanza de civiles ocurrida en la villa vasca el 26 de abril de 1937 por
la Legión Cóndor alemana y la aviación de la Italia fascista.
Pero
resulta que, cuando se cumple el 81º aniversario de la obra, la última
investigación publicada desmiente hechos considerados históricos,
asegurando que el mural nada tiene que ver con lo acontecido en la
localidad vizcaína y, entre otras cosas, que se llama así por el
oportunismo de un artista apolítico y ambicioso.
El Guernica
no sería más que un retrato de familia, según mantiene el catedrático
José María Juarranz de la Fuente (Fuentemolinos, Burgos, 1949) en el
libro Guernica. La obra maestra desconocida (ediciones Rodrigo
Juarranz), presentado hoy martes en un hotel madrileño. Vicente Verdú,
autor del prólogo, destaca "la valentía insólita que despliega el autor
para esclarecimiento de la verdad". El estudio parte de la idea de que
la obra de Picasso es autobiográfica, como por cierto ya señaló Daniel-Henry Kanhweiler, uno de sus marchantes y sus más importantes biógrafos. Cabe recordar que Picasso pintó el mural a petición del Gobierno de la
Segunda República española para la Exposición Universal de París de
1937, un encargo por el que cobró 150.000 francos franceses (unos
300.000 euros). Los historiadores han coincidido hasta el momento en que
inicialmente el artista no tenía claro el planteamiento. Vivió días
atascado, dándole vueltas. La iluminación le llegó al conocer el
arrasamiento de la ciudad. Fue entonces cuando la tela se fue poblando
de personajes agonizantes cuya carga simbólica la convirtió en un icono
mundial contra las guerras.
El 'Guernica', de Picasso.MUSEO REINA SOFÍA
"Oportunista"
Pero Juarranz de la Fuente explica en las 261 páginas,
profusamente ilustradas, que culminan 14 años de investigación, que el
mural nada tiene que ver con la guerra. Juarranz examina la cronología
que va desde el encargo del cuadro hasta el bombardeo para demostrar que
la temática la había iniciado antes de conocerse el ataque a la ciudad
vasca. "Cuando se produjo el bombardeo, él estaba fuera de París con su
entonces amante Marie-Thérèse Walter y la hija de ambos, Maya. La guerra
de España no le preocupaba. No tenía ningún interés por los asuntos
políticos". Y añade el autor del libro que la idea de poner el nombre de
Guernica a la obra surgió durante una visita al estudio del
pintor en des Grands-Augustins de París con varios amigos, entre otros
el poeta Paul Éluard, autor del poema La victoria de Guernica. ¿Por qué ningún otro historiador ha defendido hasta ahora
esta tesis? "Porque no se han atrevido", responde sin pestañear
Juarranz. "Tienen miedo a decir que esta obra no es un alegato contra la
guerra porque a Picasso le importaban pocas cosas salvo él mismo. No
estuvo nunca en Guernica y no le afectó lo ocurrido". Juarranz,
catedrático de geografía e historia, es licenciado en Filosofía y
Letras por la Universidad Complutense de Madrid. En la obra (de 3,5 metros de alto y 7,8 metros de ancho) hay
seis personas y tres animales, también reinterpretados por Juarranz.
Para él, no hay duda de que el toro simboliza al propio Picasso. "Él es
el protagonista absoluto de la composición. Se ve a sí mismo como a un
rey, y por eso quería que la obra estuviera en el Prado junto a Las Meninas de Velázquez y La familia de Carlos IV de Goya”.
La mujer con el niño desmayado representaría a su amante
Marie Thérèsse Walter y a su hija Maya en el momento de su nacimiento,
cuando estuvo a punto de morir; el caballo haría alusión a su mujer Olga
Koklova. "Para él, las mujeres suponen tensión, peligro. Por eso oculta
su vida privada", asegura el autor, dejando de lado los numerosos
testimonios gráficos de la época en los que se certifica que Picasso
escondía muy poco sus relaciones. El guerrero tirado en el suelo es su interpretación más polémica,
reconoce el autor. No alberga dudas de que se trata del pintor Carlos
Casagemas, al que considera que Picasso traicionó durante un viaje a
Málaga. "Casagemas tenía un problema de impotencia sexual", estaba
deprimido. Picasso le invitó Málaga, su ciudad natal, y le llevó de
burdeles. En un momento dado, Casagemas se enfrentó a otros amigos de
Picasso porque le ridiculizaron llamándole independentista y
nacionalista. Entonces, Casagemas se fue a Barcelona y Picasso a París.
Después, el artista catalán se suicidó pegándose un tiro en la cabeza y
Picasso comenzó su etapa azul.
Le está pasando a Cifuentes lo que le sucedió a Johnson cuando mintió demasiado sobre Vietnam.
Cristina
Cifuentes durante una de las ponencias en el segundo día de la
convención nacional del Partido Popular celebrada en Sevilla.Paco Puentes (EL PAÍS). Vídeo: EPV
Lo que ha pasado con Cristina Cifuentes
es que se empezó a caer en el primer peldaño de la escalera y luego le
dio vergüenza reconocer que había perdido el equilibrio. Y siguió
cayendo, como el cuerpo descrito por César Vallejo. Es mejor frenar, descalabrarse, ir al mecánico de los huesos, y aparecer
con las correspondientes magulladuras, que hacer el paripé de que estás
como un roble, someterte de medianoche ante el Periscope y explicarle
al mundo que tienes la lucecita encendida, pendiente de tus ciudadanos. Tamaña insistencia en lo heroico la ha dejado ahora magullada por
dentro, ha tenido que dejar en manos de su partido el parte de daños y
ahora todo lo que hace o dice hay que tomarlo con pinzas, pues a su
alrededor todo el mundo que afirma quererla dice su nombre tapándose la
nariz.
Es un hecho de la vida, vas de perfecta y de pronto te cae
una mancha, por tu torpeza o por tu exceso de confianza, y entonces ya
nadie te pone derechos los renglones torcidos. La penúltima escaramuza
(que un psicópata sociata le había cogido inquina) no se sostenía ni con
muletas, y se derrumbó en cuanto el hombre que dijo “esto es lo que
hay” se lanzó al ruedo público a decir, como sociólogo, de qué pasta
estaba hecho el suflé del máster. Ahora ya no sabe qué decir Cristina Cifuentes, porque simplemente ya ha dicho demasiado. Le está pasando lo que le sucedió a Lyndon Johnson (1968) cuando mintió demasiado sobre Vietnam. Lo cuenta Manuel Rivas (Contra todo esto. Un manifiesto rebelde.
Alfaguara). Johnson se asustó de tanto que había mentido y entonces
convocó a su despacho a uno de los grandes editorialistas de la época
para que le echara un cable. El editorialista, James Scotty Reston, le escuchó con
atención y se dio cuenta de que Johnson le estaba cantando un tango
desvergonzado. “Creo que está usted intentando salvar la cara”, le dijo.
Rivas retrata a Johnson en ese instante: “El presidente se removió en
su propio ego, que es un buen lugar para sentarse, y dio por terminada
la conversación, no sin antes responder con una frase que vale por todos
los miles de tuits de Trump: — No estoy intentando salvar la cara. Estoy intentando salvar el culo. Cifuentes, experta en guiñar el ojo para conseguir
cómplices, no ha estudiado a fondo el máster de la posverdad, ha dejado
demasiados cabos sueltos. Y desde ayer tarde en Génova están tratando de
reparar el asiento donde desde el 21 de marzo se ha empeñado en poner
cómodo su ego ahora gravemente magullado.