Fue la anfitriona de Michelle Obama en Marbella y era uno de los personajes más conocidos de la localidad malagueña.
Paloma Barrientos
Alicia Villapadierna falleció el jueves pasado en Marbella a los 57 años.. Madre de cuatro hijos, estaba casada con el empresario Ricardo Arranz y ambos formaban un tándem perfecto.
Eran dueños del hotel Villapadierna en la Costa del Sol, lugar en el que Alicia montó su reinado.
Una tienda que llenaba de objetos que compraba directamente en la India, Nepal, Brasil, Marruecos o cualquier punto de la geografía patria donde encontrase un buen artesano o un objeto original.
Viajó por medio mundo y acabó montando su cuartel general en Marbella, su lugar de veraneo desde pequeña y donde más tarde se casó y organizó su vida familiar, laboral y afectiva.
Precisamente en una de sus rutas a Sri Lanka, su médica Victoria le envío un mensaje porque no le gustaba lo que había visto en unos análisis rutinarios.
Su amiga Llanos Astolfi contaba que “no quiso que volviéramos inmediatamente y seguimos con nuestro plan. Ella era así. Prefería vivir el presente".
Isabel Sartorius, Maria Suelves, el duque de Alba, Katia Guerrero, Anna Gamazo, Isabel Pedroso, Victoria Aristegui o Javier Moro son algunos de los amigos que mantendrán siempre recuerdos y vivencias imborrables compartidas con Alicia y con su marido, Ricardo Arranz, su gran compañero de vida.
Todos coinciden en que era una mujer especial y cuentan una y mil anécdotas de aquellos primeros años en que formaban pandilla.
María Suelves recuerda que su primer punto de encuentro con Alicia tuvo que ver con lo mucho que les gustaba a las dos el deporte.
"Nos conocimos cuando yo llegué a España de Perú con 13 años y coincidíamos en el club. Empezamos a jugar al tenis, al pádel, montábamos a caballo y nos hicimos muy amigas.Nos lo pasábamos muy bien y cuando nos veían llegar al grupo nos decían 'ahí viene la banda".
Mantuvieron una amistad a lo largo de los años que con el tiempo se trasladaría a los hijos.
Una historia afectiva muy parecida a la de Isabel Sartorius, que recuerda cómo "me prestaba los vestidos para las fiestas y puestas de largo".
Destaca entre las cualidades de su amiga "ese agradecimiento constante que daba a la vida.
Era muy espiritual y tenía una fe inmensa. Una de las cosas que siempre hacía cuando viajaba a México era visitar a la Virgen de Guadalupe.
Iba con la lista de las peticiones que le hacíamos. Nunca se le olvidaba".
Recuerdos afectivos
"Es un sin sentido y me gustaría destacar el amor y el apoyo que le han dado su marido y sus hijos, para los cuales ella era el centro de sus vidas.
Va a ser muy duro para todos nosotros", cuenta Katia.
Llanos Astolfi rememora esos momentos felices y cómo fue su última excursión:
"Hicimos el Caminito del Rey con su marido, Ricardo Arranz, Anna Gamazo, Juan Abelló y Javier Moro.
Era impresionante ver la vitalidad que tenía y eso que acaba de pasar el segundo ciclo.
Así me gusta recordarla. Animándonos hasta el final cuando ya no estaba bien".
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Viajó por medio mundo y acabó montando su cuartel general en Marbella, su lugar de veraneo desde pequeña y donde más tarde se casó y organizó su vida familiar, laboral y afectiva. Precisamente en una de sus rutas a Sri Lanka, su médica Victoria le envío un mensaje porque no le gustaba lo que había visto en unos análisis rutinarios.
María Suelves recuerda que su primer punto de encuentro con Alicia tuvo que ver con lo mucho que les gustaba a las dos el deporte. "Nos conocimos cuando yo llegué a España de Perú con 13 años y coincidíamos en el club. Empezamos a jugar al tenis, al pádel, montábamos a caballo y nos hicimos muy amigas. Nos lo pasábamos muy bien y cuando nos veían llegar al grupo nos decían 'ahí viene la banda". Mantuvieron una amistad a lo largo de los años que con el tiempo se trasladaría a los hijos.
Una historia afectiva muy parecida a la de Isabel Sartorius, que recuerda cómo "me prestaba los vestidos para las fiestas y puestas de largo". Destaca entre las cualidades de su amiga "ese agradecimiento constante que daba a la vida. Era muy espiritual y tenía una fe inmensa. Una de las cosas que siempre hacía cuando viajaba a México era visitar a la Virgen de Guadalupe. Iba con la lista de las peticiones que le hacíamos. Nunca se le olvidaba".
Recuerdos afectivos
Llanos Astolfi rememora esos momentos felices y cómo fue su última excursión: "Hicimos el Caminito del Rey con su marido, Ricardo Arranz, Anna Gamazo, Juan Abelló y Javier Moro. Era impresionante ver la vitalidad que tenía y eso que acaba de pasar el segundo ciclo. Así me gusta recordarla. Animándonos hasta el final cuando ya no estaba bien".
Alicia Villapadierna a los 17 años, cuando fue elegida Miss Marbella Club. (Imagen cedida por la familia)
El duque de Alba también tiene palabras de cariño hacia la que fue durante un tiempo su novia. La define como "una persona muy sensible, buena, inteligente y muy amiga de sus amigos".
Fue la anfitriona de Michelle Obama cuando viajó a España.
La presidenta consorte norteamericana quería conocer Marbella y le hablaron de ese lugar mágico, único y seguro que era el hotel que regentaba Alicia.
Hasta allí viajó con su hija para disfrutar de unos días que definiría como inolvidables y que sirvieron para que muchos americanos colocaran Villapadierna en el mapa.
Esta publicidad no cambió la vida de Alicia, que siempre mantuvo un perfil bajo siendo una de las mujeres con más encanto, atractivo personal y profesional del panorama nacional.
Prefería la privacidad a la publicidad social que le daba su propio estatus y el ser hija de Alicia Klein y de José Villapadierna.
El conde fue toda una institución en el mundo de la cría de caballos de carreras a través de su propia cuadra.
También del automovilismo, donde llegó a ser presidente de la Federación Española.
Alicia era una mujer amable, divertida, luchadora, generosa y sobre todo vital.
Esa vitalidad la acompañó hasta esta última Semana Santa, cuando ya no había vuelta atrás en la evolución de su enfermedad. Incluso en esas circunstancias la serenidad marco esos días en los que "pensábamos que saldría adelante como otras veces.
Diez días antes estaba haciendo yoga y aquagym y llevaba su alimentación a rajatabla", cuenta Llanos Astofi, su gran amiga.
Alicia Villapadierna, mujer querida y respetada, deja una calle con su nombre en el municipio de Estepona.
Ese será siempre el recuerdo para los que la conocieron.