El marido
de la reina Margarita levantó la polémica hace meses cuando aseguró que
no quería se enterrado junto a su esposa. Sus cenizas serán esparcidas
en el mar.
Hace unos meses la decisión
de no ser enterrado junto a su mujer
hecha pública por el príncipe levantó una gran polémica entre los
daneses. Quien quiso ser rey consorte y solo fue príncipe aseguró que al
no tener tal honor no quería que sus restos tuvieran un tratamiento
real. En ese momento la portavoz de la Casa Real, Lene Balleby, en
declaraciones al periódico danés BT dijo: "No es un secreto que
el príncipe, durante muchos años, ha estado descontento con su papel y
el título que se le asignó en la monarquía danesa. Este descontento ha
ido a más en los últimos años". Este miércoles la casa real ha publicado el protocolo que se
va a seguir. La casa real ha declarado luto oficial hasta el 14 de
marzo por lo que los miembros de la familia no participarán en eventos
sociales durante este mes. La reina Margarita ya canceló hace días su
agenda y ahora se ha confirmado que la princesa Mary, esposa del
príncipe heredero, no realizará el viaje que tenía programado a Lituania
el viernes.
De todos los detalles ha informado Lene Balleby, que ha
ofrecido una rueda de prensa para comunicar que el funeral de Enrique de
Dinamarca se celebrará el martes próximo de forma privada por deseo
expreso del propio príncipe, quien no quiso que su muerte se convirtiera
en un asunto de Estado. Por ello solo asistirán familiares y amigo. La
ceremonia se oficiará en la capilla del Palacio de Christansborg. Mañana jueves el cuerpo del marido de la reina será trasladado desde el palacio de Fredensborg
-donde ha fallecido- al palacio de Amalienborg -residencia oficial de
Margarita-. Pero no será hasta el viernes cuando sus restos sean
llevados a la iglesia de Christiansborg donde se instalará la capilla
ardiente
“No todas
reaccionan de la misma forma a las agresiones masculinas”: la escritora,
una de las 100 firmantes del manifiesto publicado en enero en ‘Le
Monde’, responde a las críticas que sufrió tras la publicación del texto.
El pasado 10 de enero, el periódico Le Monde publicó una tribuna titulada Mujeres liberan otra voz,
firmada por otras cuatro escritoras (Sarah Chiche, Catherine
Robbe-Grillet, Peggy Sastre y Abnousse Shalmani) y yo. De inmediato, más
de un centenar de mujeres —artistas e intelectuales, pero no solo—
aceptaron firmar el texto, entre ellas Catherine Deneuve. En los días
sucesivos, los principales diarios de todo el mundo nos pidieron
entrevistas. De pronto empezaron a oírse otras voces además de la única
que estaba alzándose hasta entonces, la que reclamaba “denunciar a tu
cerdo” y alimentaba el tsunami del #metoo.
La
idea de publicar nuestra tribuna nació tras el comentario de un editor
de que, en el clima actual, ya ninguno de sus colegas se habría atrevido
a publicar mi libro La vida sexual de Catherine M. La observación nos sorprendió y nos inquietó. El libro, editado en 2001, había tenido un enorme éxito nacional e internacional. Durante la polémica suscitada por la publicación de nuestro
manifiesto, me han reprochado varias veces una declaración mía en el
sentido de que casi lamento no haber sufrido yo una violación, para
demostrar con mi ejemplo que es posible superar el trauma. No es una
declaración hecha ayer, sino algo que he dicho a menudo, en entrevistas y
actos públicos, y, por supuesto, siempre hablaba en mi propio nombre,
en el de Catherine M., es decir, a partir de la experiencia de la
sexualidad que yo tenía y que había narrado en mi libro. Por eso no está
de más que recuerde su contenido.
He tenido muchas parejas; algunos han sido amigos míos
durante años, otros eran desconocidos y han seguido siéndolos, hombres
que me encontré por casualidad y a los que apenas entreví el rostro. De
aquella forma de vivir guardo el recuerdo de momentos excitantes,
alegres, felices. Por supuesto, una vez comenzada la relación sexual,
alguna pareja resultó decepcionante o desagradable e incluso repugnante. En esos casos, el hombre solo tenía acceso a mi cuerpo, porque mi
espíritu se mantenía apartado y no conservaba ninguna huella que pudiera
atormentarlo. ¿Qué mujer no ha experimentado esa disociación de cuerpo y
espíritu? ¿Quién no se ha rendido a su marido o su amante mientras
tenía la cabeza llena de preocupaciones cotidianas? ¿Quién, al contacto
entre su piel y la de un hombre torpe, no se ha dejado llevar por el
sueño de estar con otro? Yo incluso tengo una pequeña teoría al
respecto: creo que la mujer (o el hombre) que recibe la penetración
dispone de esa facultad más que quien penetra.
Si me hubiera visto forzada brutalmente a mantener una
relación sexual con un agresor o varios agresores, no habría opuesto
resistencia, pensando en que la satisfacción del impulso aplacaría el
instinto violento. Por más repugnancia que sintiera, o miedo a otro tipo
de violencia —la amenaza de un arma—, me atrevo a pensar que habría
aceptado que mi cuerpo se sometiera, consciente de que mi espíritu
seguiría siendo independiente, que mantendría su integridad y me
ayudaría a relativizar la posesión de mi cuerpo. ¿Acaso no es el mismo
tipo de protección mental al que recurren las prostitutas, que no
escogen a sus clientes?
¿Quién, al contacto con un hombre torpe, no se ha dejado llevar por el sueño de estar con otro?
Ya que estoy expresándome a título personal, debo añadir
que, en mi opinión, esta actitud se debe a un trasfondo católico que
nunca me ha abandonado del todo y que me enseñó que el alma prevalecía
sobre el cuerpo. Hace mucho tiempo que dejé de creer en Dios, y nunca
utilizo la palabra “alma”, pero sigo estando totalmente convencida de
que mi persona no es lo mismo que mi cuerpo, sino que reside en una
consciencia (y en un inconsciente, pero ese es otro tema) que tiene
cierto poder sobre el cuerpo. Hay un texto sobre estas cuestiones que
puede ser útil leer, un fragmento de La ciudad de Dios de San
Agustín. Este Padre de la Iglesia toma el ejemplo de Lucrecia, la mujer
de la antigua Roma que prefirió suicidarse antes que sobrevivir a una
violación, y escribe: “Este ataque [se refiere a la violación] no
arrebata al alma la pureza que defiende”. También dice que quienes
“matan el cuerpo no pueden matar el alma”. Luego va más allá e incluso supone que, “víctima de una
violencia irresistible”, Lucrecia tal vez “se dejó arrastrar por el
placer”. Pero no la condena. San Agustín no era uno de esos burdos
misóginos que, hasta hace no demasiado tiempo, sospechaban que las
mujeres violadas, en realidad, habían sido consentidoras secretas. Más
bien, encuentro un eco de su pensamiento en la opinión que dio
recientemente el filósofo Raphaël Enthoven en la emisora Europe 1 a
propósito de una frase que causó gran escándalo de la antigua actriz
porno Brigitte Lahaie, hoy presentadora de radio y firmante de nuestra
carta: “Siempre se puede disfrutar de una violación”. Enthoven recordó
que, en efecto, “técnicamente, se puede experimentar un orgasmo durante
una violación, lo cual no significa que la víctima dé su
consentimiento”, y que es un error ocultar esa realidad, porque el
trauma puede agravarse por el sentimiento de culpa. También dio la razón
a otra frase de Lahaie: que “el cuerpo y el espíritu no siempre
coinciden”. Dicen que es frecuente que las víctimas de violación tarden
en denunciar la agresión por vergüenza. Esta disociación podría
ayudarlas a superarla. Nuestra tribuna no aspiraba más que a recordar que no todas
las mujeres reaccionan de la misma forma a las agresiones masculinas.
Que, si bien la violación es un crimen y el acoso es un delito
—condenados por la ley, es decir, por todas y todos—, no percibimos de
la misma forma los gestos y actos sexuales, porque no existe nada más
individual ni que diferencie de manera más íntima y profunda a cada
persona que la relación que tiene con su propio cuerpo y la moral sexual
que se forja a lo largo de la vida.
No se nos puede reducir a un cuerpo, y me sorprende que se
haya utilizado tan poco en los recientes debates la palabra resiliencia. La resiliencia es la capacidad del ser humano de recuperarse después de
un trauma. Los juicios por violación suelen ser largos y muy difíciles
para las víctimas porque, hasta llegar a que se haga justicia, las
obligan a remover sus recuerdos más dolorosos. Por eso me parece tan
importante decir y repetir que existen otros modelos aparte de los que
atan la psique y el cuerpo, y que dichos modelos pueden ayudar a las
mujeres encerradas en su sufrimiento. Nuestro manifiesto recogió
numerosas firmas, muchas de ellas acompañadas de testimonios espontáneos
de mujeres que habían sufrido agresiones sexuales pero que se alegran
de haber podido superarlas, a veces incluso olvidarlas, para vivir hoy
una vida amorosa y sexual equilibrada. Esas mujeres son un ejemplo digno
de seguir. ¿Había que negarles la palabra de la que se quiso hacer eco
nuestra carta?
Catherine Millet es escritora y crítica de arte.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.
El
director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC)
cree que la prevención de la enfermedad debe empezar en edades muy
tempranas.
Valentín Fuster (Barcelona, 1943) lleva toda su vida
combatiendo las enfermedades cardiovasculares, que, junto al cáncer,
constituyen la principal causa de muerte en los países desarrollados. Como director general del Centro Nacional de Investigaciones
Cardiovasculares (CNIC) y del Instituto Cardiovascular del hospital
Monte Sinaí de Nueva York ha desempeñado un papel importante en la
reducción de la mortalidad por este tipo de enfermedades. De los 6,4
años de esperanza de vida ganados por los españoles en los últimos 30
años, se estima que más de cuatro se deben al avance en la lucha contra
las dolencias cardiovasculares.
Sin embargo, Fuster considera que se
sigue actuando muy tarde, cuando buena parte del daño es irreversible.
En
una entrevista en la sede del CNIC asegura que, gracias a tecnologías
de imagen como las que desarrollan en su centro, han aprendido que “de
100 personas de 40 años en España, ya hay 75 que tienen señales de
enfermedad en 5 o 6 regiones del organismo”. “Esto quiere decir que
debemos empezar muchísimo antes a aplicar tecnologías para cambiar las
conductas”, afirma.
Respuesta. Yo no sé si es una
falta de fe, el tema es complejo.
Sí creo que necesitamos tener un
ministerio de ciencia y desarrollo.
Ahora dependemos de un Ministerio de
Economía, con una secretaria de Estado, Carmen Vela, que lo está
haciendo lo mejor que puede, pero creo que tendría que haber un
ministerio dedicado a la investigación.
Esto es fundamental.
Además, cuando hablamos de investigación, tenemos
que tener cuidado.
Lo importante es dar mucha importancia al
investigador y motivar a la gente joven, que son los investigadores del
futuro.
No todo el mundo puede ser investigador.
Muchas veces se
confunde el que no hay dinero para investigación con la realidad de si
los investigadores son competitivos.
Creo que es importante ir a la
cantera, buscar investigadores jóvenes para que puedan construir el
futuro.
No se trata de que la investigación no se crea que
es importante, sino de qué prioridad tiene.
Por ejemplo, en EE UU
cuando salen las 100 personas que más han influido en la sociedad cada
año te encuentras con 7 a 10 que son investigadores; en España, igual
uno o dos.
Es un asunto de prioridades, pero esto ha avanzado.
R. Es importante comenzar bien el
día desde el punto de vista energético.
El grupo que obtuvo más del 20%
de las calorías diarias en el desayuno tuvo una disminución importante
de la enfermedad subclínica tal y como la medimos.
La interpretación de
estos datos, a partir de otro estudio que tenemos, es que la gente que
no come en el desayuno lo hace de una forma muy errática durante el
resto del día.
A partir de ahí, todo el sistema del reloj cerebral que
te dice cuándo comer y cuándo no se desbarajusta y se acaba comiendo
más.
Esta es una de las explicaciones por las que creemos que es
importante empezar bien el día, con más de un 20% de la energía. En el
desayuno es más importante tomar una alimentación que sea
suficientemente energética que exactamente lo que estás tomando. Sin
embargo, como prioridad número dos, es mejor que tomes una alimentación
sana que empezar a tomar bollos.
P. Han elaborado un índice que
con cinco factores (presión arterial, actividad física, índice de masa
corporal, consumo de fruta y verdura y tabaco) permite predecir el
riesgo cardiovascular en personas sanas
R. Este índice es interesante
porque el 80% de los infartos se producen en países con economía media y
baja.
En uno de estos países, extraer sangre para medir el colesterol y
el azúcar y la diabetes es muy caro.
Nosotros pensamos qué ocurriría si
excluimos la extracción de sangre comparando con cinco factores que son
la obesidad, la presión arterial alta, el tabaquismo, una nutrición
inadecuada y la falta de ejercicio.
Si solo miramos esto, el riesgo es
muy parecido que si añadimos la sangre.
No es exactamente preciso, pero
lo bastante como para que no tengamos que sacar sangre.
Lo que ocurre es que entre los diabéticos la
mayoría son obesos, en gente con presión arterial alta, muchos son
obesos también o tienen sobrepeso
. Con eso, vas obteniendo información
similar a la que conoces sacando la sangre. En estos países de economía
baja, en quince minutos puedes saber los cinco factores de riesgo.
Pero
es más importante saber si estás desarrollando la enfermedad, que es lo
que estamos haciendo en el estudio Pesa con ultrasonido tridimensional.
Observamos las femorales, esta arteria que va al cerebro, con una
tecnología que es nueva.
La enfermedad empieza ahí y estamos
desarrollando esta tecnología para que en un futuro podamos aplicarla
con un coste mínimo para ver si la enfermedad está empezando
Así que tenemos estos dos aspectos: conocer el
riesgo sin sacar sangre y desarrollar una tecnología barata para conocer
si se está desarrollando la enfermedad.
P. La prohibición del tabaco ha
demostrado éxito a la hora de reducir la mortalidad. ¿Se deberían tomar
medidas estrictas de control por parte del Estado respecto a la sal o el
azúcar?
Estamos aprendiendo que los niños tienen mucho más impacto en la conducta de los padres que los padres en los niños
R. Yo te diría lo contrario.
Es
un desastre lo del tabaco.
Se está fumando más ahora que nunca a pesar
de lo que leas en la prensa.
Porque el tabaco ha pasado de países de
economía alta a países de economía media y baja.
Esta es la tragedia.
El
problema del tabaco es que las tabacaleras tienen un sistema legal
extraordinariamente agresivo y ni la OMS ni los CDC [centros para el
control la prevención de enfermedades de EE UU] ni la ONU han podido
combatir el sistema legal de las compañías de tabaco.
Esto es una
tragedia que es difícil de justificar.
Si hablas de la alimentación, esto está mejorando.
Hay una epidemia de obesidad, pero las empresas de alimentación son
distintas de las tabacaleras, porque el tabaco es sí o no, se fuma o no
se fuma.
El tema de la industria alimentaria es que puedes bajar el
contenido de grasas o azúcar hasta cierto nivel y seguir consumiendo.
En
España estamos promoviendo políticas para bajar el contenido de grasas,
un 10%, en 500 compañías, y estamos haciendo lo mismo en EE UU, donde
se está restringiendo el contenido de las grasas, los azúcares y la sal
en los alimentos.
P. Usted habla de que conocemos
mejor qué es la enfermedad que qué es la salud, y que debemos entender
mejor qué es la salud. ¿Qué significa?
R. Hay una parte que tiene que
ver con la conducta.
La gente mayor de cincuenta años deja de tomar la
medicación si se encuentra bien.
Por eso hemos creado la primera
polipíldora del mundo, que se ha aprobado en 55 países ya.
En vez de
tomar cuatro píldoras cuando tú tienes un infarto pequeño o cerebral,
tomarás una.
Además, podemos prolongar la vida, pero qué pasa con la
degeneración senil.
Estamos encontrando que los mismos factores de
riesgo que afectan a las grandes arterias son fundamentales en la
degeneración senil por las pequeñas arterias que se están viendo
afectadas por la misma enfermedad.
Y esto se ha visto con tecnología de
imagen.
Ves a gente que aparentemente tiene una buena
salud a los 50 o 60 años y está teniendo problemas en el cerebro ya y
acaba con una degeneración senil.
Tenemos que entrar con tecnologías de
imagen modernas y saber 10 o 20 años antes que está llegando la
enfermedad.
La tecnología de imagen nos puede hacer conscientes de los
problemas mucho antes para empezar a aplicar tecnologías para cambiar
las conductas.
También estamos trabajando con 50.000 niños.
Estamos aprendiendo que los niños tienen mucho más impacto en la
conducta de los padres que los padres en los niños
. Los niños de 3 a 6
años captan todo lo que les dices. Estamos aprendiendo desde el punto de
vista cerebral que el número de centros cerebrales es muy pequeño y no
conectan con lo cual lo que le enseñas a un niño, ya sea una lengua o lo
que sea es más fácil que hacerlo con un adulto que tiene todas las
conexiones hechas y es un caos.
Hemos tomado a estos niños y estamos
llevando a cabo proyectos hasta los 20 años en varios lugares del mundo
con 70 horas de instrucción educativa, porque nos hemos dado cuenta que
por este aspecto cerebral este es el mejor momento para hacerlo.
Todo lo
que te he estado mencionando son proyectos que estamos llevando en el
mundo para entender lo que es la salud y a partir de aquí podemos
empezar a movernos para ver cómo promover la salud y prevenir la
enfermedad.
La diseñadora de 79 años ha presentado su última
colección como directora creativa de la marca.
Rendimos homenaje a sus
camisas blancas, su concepto de la belleza o su habilidad para vender
bolsos y perfumes en todo el mundo.
La diseñadora Carolina Herrera deja la dirección creativa de su marca a los 79 años.
Foto: Getty
“Cuando queremos que alguien se sienta especialmente glamuroso en las páginas de Vogue
siempre pensamos en Carolina Herrera. Ella personifica el poder y la
positividad del estilo americano más sofisticado y elegante. Ella ha
sido y sigue siendo la representación de lo chic para tantas y
tantas mujeres”. No es fácil que Anna Wintour, la editora de moda más
famosa de nuestros días, te cite como sinónimo perfecto de elegancia. Carolina Herrera (Caracas, 1939) puede presumir de ello. Después de 37 años al frente de su propia marca (empezó a diseñar a los 42), la diseñadora abandona la dirección creativa de la firma, tal y como afirmaba un comunicado divulgado el pasado viernes. El de este lunes en Nueva York fue el último desfile bajo su batuta, que relevará a partir de ahora a su mano derecha, el joven diseñador estadounidense Wes Gordon, que entregó un ramo de flores a su jefa al final del show. Pero que nadie piense que va a retirarse por completo: desde ahora
ejercerá como embajadora mundial de la marca. Repasamos a continuación
todo lo que la moda le debe y lo que echaremos de menos:
1. Su capacidad infinita para reinventar la camisa blanca. Pocas
prendas cuentan con una embajadora tan fiel. En contra de lo que pueda
parecer, la Sra. Herrera se pone más cosas, pero es cierto que la lleva
en muchísimas ocasiones y siempre que tiene poco tiempo para arreglarse
porque sabe que son un acierto seguro y “le dan seguridad”. Tampoco faltan en sus colecciones y ha sabido cómo reinventarlas
temporada tras temporada. En su desfile para este invierno, por ejemplo,
presentó hasta nueve versiones de este básico: de terciopelo, con
lacitos o de herencia victoriana y combinadas con falda de tablas o
jersey de punto grueso, en alusión a los distintos códigos estéticos de
los barrios de Nueva York. Aunque obviamente la camisa blanca no sea
exclusiva de su firma, quizá es la prenda que mejor sintetiza su
filosofía: es versátil, elegante, atemporal y “fácil”, como ella misma reconoce. Como no podía ser de otra manera, cerró su último desfile con más de una docena de camisas blancas combinadas con largas faldas de colores sobre la pasarela.
Tres de las versiones de ‘camisa blanca’ para esta temporada. Foto: Imaxtree
2. Su alergia (declarada) a las tendencias. “Ni siquiera es necesario seguir las últimas tendencias para tener estilo”, afirmaba la hija de la diseñadora en una entrevista con S Moda.
Sin duda una lección bien aprendida de su madre.
Carolina Herrera es
una marca construida a base de códigos estéticos constantes y sólidos
que se han mantenido casi intactos a lo largo de los años creando un ADN
inconfundible y contrario a lo instantáneo.
En un momento en el que una gran parte de las marcas de lujo lo apuestan todo al ruido en redes sociales, la conquista de los millennials y
las últimas tendencias, Herrera se mantiene ajena a todo eso y prefiere
la moda calmada y atemporal. “Estoy en contra de ellas.
Por eso considera que muchas prendas de su primera colección,
presentada en 1981, siguen siendo perfectamente vigentes en la
actualidad.
3. Su defensa de la belleza en tiempos de feísmo. El
gran propósito detrás de sus diseños siempre ha sido el de lograr que
las mujeres se sientan bellas.
“No entiendo la moda sin la belleza”, se
ha cansado de decir.
En un momento en el que el culto por lo feo marca
el ritmo de muchas grandes firmas de moda (Balenciaga o Prada son buenos
ejemplos), no ha querido sumarse al carro.
Tampoco ha caído en la
tentación de añadir un toque streetwear a sus propuestas.
Ella,
que ya era considerada una de las mujeres mejor vestidas del mundo
antes de lanzar su firma, se ha mantenido fiel a su sentido de lo que
sienta bien al cuerpo femenino y lo hace más bello.
El mayor reto al que
se enfrenta su sucesor es ser fiel a esa idea en mitad de la avalancha
de ropa deportiva con logos que nos invade.
4. Su capacidad para convertir sus bolsos y perfumes en best seller.
CH,
la línea más asequible de la casa, ha llenado con sus iniciales las
principales capitales de España y del mundo entero.
Sus bolsos y
monederos, tan deseados como imitados, son la seña más reconocible de la
firma para aquellos que sueñan con sus sofisticados vestidos de noche
pero no se los pueden permitir. Además, desde que se aliara con el grupo
Puig para crear una línea de perfumes (grupo que finalmente acabó
haciéndose con el control total de la firma), las fragancias de la firma
se cuelan constantemente en las listas de los aromas más vendidos del
mundo.
Aquellos que no daban un duro por su carrera como diseñadora han
tenido que tragarse sus palabras: Carolina Herrera cerró 2016 con unas ventas de 1.200 millones de dólares.
“Cuando queremos que alguien se sienta especialmente glamuroso en las páginas de Vogue
siempre pensamos en Carolina Herrera. Ella personifica el poder y la
positividad del estilo americano más sofisticado y elegante. Ella ha
sido y sigue siendo la representación de lo chic para tantas y
tantas mujeres”. No es fácil que Anna Wintour, la editora de moda más
famosa de nuestros días, te cite como sinónimo perfecto de elegancia. Carolina Herrera (Caracas, 1939) puede presumir de ello. Después de 37 años al frente de su propia marca (empezó a diseñar a los 42), la diseñadora abandona la dirección creativa de la firma, tal y como afirmaba un comunicado divulgado el pasado viernes. El de este lunes en Nueva York fue el último desfile bajo su batuta, que relevará a partir de ahora a su mano derecha, el joven diseñador estadounidense Wes Gordon, que entregó un ramo de flores a su jefa al final del show.
Pero que nadie piense que va a retirarse por completo: desde ahora
ejercerá como embajadora mundial de la marca. Repasamos a continuación
todo lo que la moda le debe y lo que echaremos de menos:
1. Su capacidad infinita para reinventar la camisa blanca. Pocas
prendas cuentan con una embajadora tan fiel. En contra de lo que pueda
parecer, la Sra. Herrera se pone más cosas, pero es cierto que la lleva
en muchísimas ocasiones y siempre que tiene poco tiempo para arreglarse
porque sabe que son un acierto seguro y “le dan seguridad”.
Tampoco faltan en sus colecciones y ha sabido cómo reinventarlas
temporada tras temporada. En su desfile para este invierno, por ejemplo,
presentó hasta nueve versiones de este básico: de terciopelo, con
lacitos o de herencia victoriana y combinadas con falda de tablas o
jersey de punto grueso, en alusión a los distintos códigos estéticos de
los barrios de Nueva York. Aunque obviamente la camisa blanca no sea
exclusiva de su firma, quizá es la prenda que mejor sintetiza su
filosofía: es versátil, elegante, atemporal y “fácil”, como ella misma reconoce. Como no podía ser de otra manera, cerró su último desfile con más de una docena de camisas blancas combinadas con largas faldas de colores sobre la pasarela.
4. Su capacidad para convertir sus bolsos y perfumes en best seller. CH,
la línea más asequible de la casa, ha llenado con sus iniciales las
principales capitales de España y del mundo entero. Sus bolsos y
monederos, tan deseados como imitados, son la seña más reconocible de la
firma para aquellos que sueñan con sus sofisticados vestidos de noche
pero no se los pueden permitir. Además, desde que se aliara con el grupo
Puig para crear una línea de perfumes (grupo que finalmente acabó
haciéndose con el control total de la firma), las fragancias de la firma
se cuelan constantemente en las listas de los aromas más vendidos del
mundo. Aquellos que no daban un duro por su carrera como diseñadora han
tenido que tragarse sus palabras: Carolina Herrera cerró 2016 con unas ventas de 1.200 millones de dólares.
5. Su larga y envidiable lista de clientas.
Su círculo
de amistades (Jackie Kennedy o Andy Warhol, entre algunos de sus amigos)
tuvieron mucho que ver en que los diseños de la venezolana se colaran
en los armarios más admirados de la alta sociedad neoyorquina en los
ochenta.
No en vano fue la mismísima Diana Vreeland quien la convenció
de que lanzara su propia marca de moda.
El gran salto de su carrera fue
diseñar el vestido de novia de Carolina Kennedy (hija de John F. Kennedy
y Jackie Kennedy), después de lanzar su exitosa línea nupcial en 1986.
Casada con el aristócrata Reinaldo Herrera, la lista de celebrities
y grandes personalidades que han vestido sus diseños es tan destacable
como dilatada.
La Reina Letizia es una de sus mejores embajadoras en
nuestro país y las grandes alfombras rojas siempre cuentan con uno (o
varios) Carolina Herrera.
Michelle Obama también los ha llevado y la
creadora se ha mostrado a favor de vestir a Melania Trump. Solo queda
comprobar qué grandes nombres se unen a su nómina de fieles clientas en
esta nueva etapa. Y no serán pocos.
Los bolsos con las iniciales de la marca son famosos en todo el mundo. Foto: Carolina Herrer
La Reina Letizia y Karlie Kloss luciendo el mismo estampado de Carolina Herrera. Foto: Getty