Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 feb 2018

La historia de amor de Elisa y Marcela, que se casaron en 1901 por la iglesia

Técnicamente, fue el primer matrimonio entre dos mujeres.

Marcela Gracia Ibeas y Elisa Sánchez Loriga, recién casados y fotografiados por José Sellier. Elisa se hizo llamar Mario para la boda
Marcela Gracia Ibeas y Elisa Sánchez Loriga, recién casados y fotografiados por José Sellier. Elisa se hizo llamar Mario para la boda 
 
Elisa y Marcela se enamoraron y se casaron. Eso sí, en 1901 y por la iglesia.
 La cineasta Isabel Coixet ha anunciado que llevará al cine esta historia real, que se estrenará en 2018 en Netflix.
Marcela Gracia Ibeas y Elisa Sánchez Loriga se conocieron de adolescentes en A Coruña, como explica Isaías Lafuente en su libro Agrupémonos todas las mujeres
 Los padres de Marcela no aprobaban esta relación y la enviaron a Madrid. 
Se reencontraron cuando terminaron sus estudios, ya que las destinaron como maestras a dos aldeas vecinas de Galicia: Elisa, a Calo; Marcela, a Dumbría.
 Durante dos años y cada noche, Elisa recorría a pie los 12 kilómetros que separaban ambos pueblos.
Cansadas de la clandestinidad, se les ocurrió una forma de oficializar su situación: Elisa pasó a ser Mario.
 Recortó su melena, cambió las faldas por pantalones e incluso se inventó una infancia en Londres y un padre ateo que no quiso bautizarlo de niño.

El párroco de San Jorge no sospechó nada y, tras bautizar a Mario, los casó el 8 de junio de 1901, a las siete y media de la mañana.
 Pasaron la noche de bodas en la pensión Corcubión.

Pero solo días después, La Voz de Galicia publicó la noticia, con el titular “Un matrimonio sin hombre”. 
El diario recogía detalles como que tras la boda los esposos "tomaron chocolate en el domicilio de la madrina, salieron de compras y a la vez fueron a retratarse a la fotografía del señor Sellier”.
Según recoge el libro Elisa y Marcela. Más allá de los hombres, de Narciso de Gabriel, la noticia llegó a periódicos de toda España y Europa, con titulares como “Un folletín en acción. Dos mujeres que se casan” (El Imparcial) y “España, país de locos” (El Heraldo de la Industria). 
 De hecho, todo lo que sabemos de esta historia lo sabemos por la prensa, como recuerda a Verne Lucas Platero, sociólogo especialista en cuestiones de género. 

La propia Emilia Pardo Bazán escribió en la revista La ilustración artística una reflexión sobre el caso, como recogía Manuel Rivas en EL PAÍS, que citaba este fragmento:
 "La destreza y resolución con que (Elisa) urdió la maraña para soltar, por decirlo así, la personalidad femenina, y adquirir legalmente la condición viril, revelan inteligencia nada común y son materia de asombro para el novelista, que apenas acertaría a idear enredo semejante".

Marcela y Elisa no pudieron volver a Dumbría: “A Elisa/Mario le cerraron cualquier posibilidad de empleo, y ambas mujeres comenzaron a sufrir todo tipo de burlas y menosprecios a causa de su condición sexual”, escribe Lafuente. 
Se fueron a Oporto, donde vivieron hasta que Marcela tuvo una hija, quizás para dar más credibilidad al matrimonio. Allí las detuvieron y arrestaron, acusadas de falsedad documental y travestismo.
 El proceso de extradición terminó con su absolución y puesta en libertad.
En 1902 partieron a Buenos Aires, donde trabajaron como criadas hasta que Elisa se casó con un anciano, con la esperanza de enviudar y disfrutar la herencia junto a Marcela.
 El hombre descubrió la trama, dando al traste con el plan. Ahí se pierde el rastro de las dos mujeres.
Portada de 'La Voz de Galicia' del día que narraron la boda entre Elisa y Marcela
 
Jugando con los cabos sueltos
Lucas Platero, coautor de Barbarismos Queer, siente mucha curiosidad por cómo planteará Coixet esta historia, teniendo en cuenta que el contexto en el que se produjo es muy diferente al actual.
 La cineasta podría optar por explicar solo la historia de amor entre las dos mujeres, “y eso seguiría siendo interesante”, pero también podría plantear “una película más abierta, con más posibilidades y cabos sueltos”.
 Por ejemplo, ¿era Elisa un ejemplo de travestismo funcional o realmente quería vivir como Mario? 
Tampoco sabemos casi nada de su vida cotidiana, incluyendo “si entre ellas usaban el pronombre ellas”. 
 Pero Platero advierte también del riesgo de trasladar lo que ahora sabemos a esa época, teniendo en cuenta, por ejemplo, que “hasta los años 50 ni siquiera existía la palabra transexualidad”.
El sociólogo también opina que probablemente no fue el primer caso de este tipo, pero "solo conocemos la experiencia de quienes no lograron pasar desapercibidos". Y añade: “El control social y el disimulo son ideas muy arraigadas en nuestra cultura. No siempre se puede elegir cómo vivir sin que eso pase por ocultar cosas”. 
Todavía se ve mal la diversidad y se critica “a quien sale del armario y a quien no se siente a gusto con su cuerpo; aún sigue molestando que las mujeres tengan pelo en el cuerpo y que no todo el mundo sea heterosexual o monógamo…”.
 Es decir, “seguimos castigando a la gente que se atreve a tomar decisiones”.
 

 

Pilar Eyre La obsesión de Pedro J. Ramírez

No es por maldad

La obsesión de Pedro J. Ramírez








“Pedro J. Ramírez no exterioriza sus sentimientos, a menos que alguien trabaje mal o le pisen una noticia: pero está viviendo esta situación con una preocupada tranquilidad”, me dice uno de los mejores amigos de Pedro J. que, a pesar de lo que dijo su ex Ágatha Ruiz de la Prada en ‘Sábado Deluxe’, sí los tiene y muy buenos. “No le importa lo que cuente Ágatha. Únicamente está preocupado por Cruz, que no está acostumbrada a este fuego despechado.
 ¡Le obsesiona que esta tempestad pueda hacer daño a la persona que ama! Cruz, aunque es fuerte, ya ha sufrido mucho en el plano íntimo porque no deja de ser una mujer maltratada por su exmarido”. Nada más que añadir, señorías.La obsesión de Pedro J

La concesión de créditos al consumo vuelve al nivel previo a la crisis

La banca dio en 2017 más financiación para comprar bienes duraderos que para adquirir viviendas.

El consumo de las familias alienta desde hace cuatro años la recuperación. 
En paralelo a la creación de empleo, el gasto de los hogares no deja de crecer, pese a que los salarios son los últimos en salir de la crisis.
 Con el ahorro doméstico bajo mínimos, el recurso a la deuda es cada vez mayor.
 Y la banca, hambrienta de rentabilidad, redobla su apuesta por el préstamo al consumo, con tipos cercanos al 8%. 
 En 2017, la concesión a las familias de créditos para este tipo de gasto alcanzó los 43.148 millones, el mayor aporte de financiación en una década.
 Más incluso que lo destinado a nuevas hipotecas, algo insólito.

Los datos publicados por el Banco de España la semana pasada reflejaban que familias y empresas siguen reduciendo deuda, pero a un ritmo cada vez más lento
 Nuevos datos, también del supervisor financiero, permiten leer la estadística desde otro ángulo: la concesión de préstamos a las familias, singularmente al consumo, crece de forma sostenida.
El valor de los nuevos préstamos al consumo enlaza ya un lustro al alza, con tasas de crecimiento de dos dígitos; en 2017, el aumento anual fue del 18,5%. 
Un repunte que sitúa a esta línea de préstamo —para compra de automóviles, muebles, electrodomésticos o viajes, incluyendo el saldo al cierre del año de las tarjetas de crédito con pago aplazado— por encima del crédito concedido para la adquisición de vivienda (43.138 millones frente a 38.862 millones).
En este anómalo sorpasso, pesa tanto o más el bajo nivel del préstamo hipotecario como la pujanza de la nueva financiación al consumo. 
La concesión de créditos para comprar casa también ha crecido en los últimos cuatro años, pero de forma más moderada (un 3,65% en 2017). Y sigue lejísimos de los registros del boom inmobiliario, cuando se superaba con holgura los 150.000 millones de financiación nueva al año.
 El nuevo crédito para consumo suma ya más que lo que las familias devuelven por préstamos concedidos con anterioridad.
 Así, la deuda acumulada por este tipo de compras y por lo que el Banco de España define como “otros fines” —que incluye préstamos a autónomos o empresarios individuales— ha vuelto a crecer en los últimos tres años (de 162.000 a 174.000 millones).
 En la compra de vivienda ocurre lo contrario: la amortización de deuda suma más que los nuevos créditos y el saldo vivo de los préstamos acumulados por las familias sigue a la baja (520.000 millones, un 2,4% menos que en 2016).
En el llamativo aumento del crédito al consumo —solo hubo un respaldo financiero de mayor calibre entre 2005 y 2007— intervienen varios factores. 
Por el lado de la banca, la inyección masiva de liquidez por el Banco Central Europeo, la fijación del tipo de interés de referencia en el 0% y las penalizaciones impuestas por el supervisor a los que no presten han llevado a las entidades a disponer de mucho dinero. 
Y también, a afrontar serias dificultades para sacarle partido. 

Ahorro bajo mínimos

En la demanda de crédito para financiar compras, se aprecian las dos caras de la recuperación. 
La notable creación de empleo en los últimos años y la mejora de las expectativas impulsan el consumo.
 Pero, singularmente en el gasto en bienes duraderos, todavía no se ha alcanzado el nivel previo a la crisis.
 Y, sobre todo, la recuperación se asienta en salarios bajos (de los que han encontrado empleo ahora) o casi congelados (de los no lo perdieron en la crisis).
La consecuencia es que la tasa de ahorro ronda mínimos históricos (un 6% de la renta disponible de las familias).
 Y, para mantener el aumento del gasto, los hogares cada vez se endeudan más.
 “La tasa de morosidad de estos préstamos ha crecido ligeramente, hasta el 8,9%, pero está en consonancia con la morosidad total de la cartera crediticia”, matiza CaixaBank Research, ante las dudas que suscitan los datos sobre si esta tendencia es sostenible.

 

Superaburrido el programa "En mi casa o en la tuya""

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha explicado en el programa de Bertín Osborne qué le ha quitado el sueño y ha expresado su opinión sobre sus principales rivales políticos.

¿Que pintaba ahí Mariñas? 

Habló de todo no paró de hablar y al final todo fue para hacer unos bocatas de Calamares.....no me quedó muy claro que hizo ella.

Foto: Bertín Osborne y Cristina Cifuentes. (Telecinco)

Bertín Osborne y Cristina Cifuentes. (Telecinco)
 
Dispuesta a marcar la diferencia con el resto de políticos de nuestro país, Cristina Cifuentes ha visitado a Bertín Osborne en ‘Mi casa es la tuya’ este lunes, 5 de febrero, en Telecinco.
Bertín Osborne ha comenzado recordando que es la segunda vez que se sienta con una presidenta de la Comunidad de Madrid. "No sé cuál de las dos es más cañera", ha indicado el presentador, en referencia a Esperanza Aguirre.
Bertín Osborne y Cristina Cifuentes. (Telecinco)
Bertín Osborne y Cristina Cifuentes. (Telecinco)
Precisamente, la presidenta ha comenzado dando 'caña feminista': “El trabajo tradicional de nuestras madres amas de casa está infravalorado y hay que reivindicarlo”, ha dicho peleona Cifuentes, que ha insistido en la presión a la que están sometidas las mujeres, especialmente de su generación.
Cifuentes, la séptima de ocho hermanos, se ha reconocido como "el patito feo" de sus hermanos. 
"Hay muchas personas que necesitamos caricias y cariño, y yo lo necesitaba", ha explicado con relación a su infancia. "En mi casa nos han educado de una manera muy estricta. Yo era muy rebelde de pequeña. Me decían a las diez en casa y siempre me pasaba", ha relatado.
Además, Cifuentes ha explicado que vivió la movida madrileña en Malasaña, que se hizo varios agujeros en la oreja -motivo de luchas en casa- y que se cambiaba de ropa en el portal en los años ochenta.
 “Por eso es difícil encontrar fotos mías de esa época, por los pelos que llevábamos”.
He tenido novios muy de izquierdas. Nunca me ha importado”, ha declarado la presidenta de la Comunidad de Madrid, que además ha recordado que su padre enfermó de alzhéimer.
 "Fue muy difícil, porque ves cómo una persona se convierte en otra". "Yo sé que el amor existe para toda la vida porque lo he visto", ha dicho convencida recordando la relación de sus padres. 

Osborne y Cifuentes. (Telecinco)
Osborne y Cifuentes. (Telecinco)
La presidenta va a cumplir 30 años de casada con su marido, Javier, que siempre la ha conocido metida en política.
 El arquitecto ha sufrido las consecuencias de la crisis económica hasta el punto de conocer la ruina, según ha explicado Cristina Cifuentes, aunque ha reconocido que gracias a su papel de funcionaria nunca les ha faltado para comer. 
“Yo no necesito mucho para vivir”, ha narrado.

 "Cuando Javier pasó dificultades económicas en algunos medios de comunicación le machacaron.
 A mi hija la han llegado a investigar en redes sociales, a mi hermano igual. 
A la familia hay que protegerla de todo eso. Cuando era delegada del Gobierno no te llegas a imaginar las barbaridades que me decían en redes sociales", ha indicado la presidenta, aunque ha insistido en que deja de hacer daño en el momento en el que te deja de importar. 
“Ahora ya no tengo a nadie bloqueado en Twitter”.
Cifuentes ha tenido también la ocasión de explicar el famoso vídeo del escrache al que fue sometida cuando era delegada del Gobierno
“Había una persona que me decía: sal corriendo que te matan. 
Pero yo me negué a salir corriendo. Fue una situación difícil. 
Mi hijo lo estuvo viendo desde el balcón. Cuando llegué a casa estaba llorando y me decía que se sintió impotente. Este escrache me lo hicieron cuando no se sabía lo que era un escrache”.

El pederasta de Ciudad Lineal, su peor momento

El pederasta de Ciudad Lineal ha sido otro de los puntos de los que ha hablado Cristina Cifuentes:
 “Ese ser me quitó el sueño. La policía me decía que probablemente a la próxima niña la mataría. 
Lo peor como delegada del Gobierno fue cuando el pederasta secuestró a una niña y tuve que llamar a su padre. 
También la mayor satisfacción fue llamarle para decirle que lo habían detenido gracias a él, por un dibujo que hizo”, ha recordado.

Cifuentes, Mariñas y Osborne. (Telecinco)
Cifuentes, Mariñas y Osborne. (Telecinco)
Además, la presidenta ha dedicado unos minutos al tema del accidente de moto que sufrió en el paseo de la Castellana. “Me llevó un coche por delante, salí por los aires.
 Estuve a punto de morir varias veces. Me salvó la vida el Samur, tenía 13 fracturas de costillas y el corazón traumatizado. 
La experiencia en la UCI marca un antes y un después. Se aprende porque aprendes a relativizar.
(No para de hablar sobre ella , no para)
Lo peor no es el dolor. Lo peor es el miedo.
 Cuando le pierdes el miedo a la muerte se lo pierdes a todo”, ha reflexionado la política del Partido Popular. 
Su voz no es agradable.

La visita de Mariñas

Cifuentes ha reconocido que a ella el poder no le engancha, porque "cuando esto termine mi vida seguirá siendo la misma".
 Finalmente, ha llegado su gran amigo, Jesús Mariñas, con el que ha reconocido que se ha sentido sola en su propio partido político.
Cristina Cifuentes no ha tenido complejos a la hora de comentar con Bertín Osborne y Jesús Mariñas temas de la prensa del corazón, y la hemos podido escuchar hablar de 'Tómbola' y de Julio Iglesias
 "El mundo del corazón es un mercado que también tiene mucha demanda", ha comentado Cifuentes al tiempo que se comía un bocadillo de calamares, aunque ha reconocido que no va a la playa para que no le hagan fotos. 
 "Tendría que volver a nacer para ser una ovejita más dentro de un rebaño", ha sentenciado.