Antes de conocer a William Richard, Gloria Chochi era una chica
treintañera con ganas de crecer profesionalmente en España. Había
llegado desde Guinea Ecuatorial a Madrid hacia el 2010 para reunirse con
su madre y su hermana Eva. Atrás quedaba una conocida familia
ecuatoguineana de diez miembros, casi todos profesionales emigrados a
otras ciudades del mundo. Gloria, la penúltima por orden de nacimiento,
solo había terminado el bachillerato. Y al llegar a Fuenlabrada (Madrid)
hizo un curso de geriatría y otro de cajera. “Era una mujer libre, quería formarse más y trabajar”, recuerda su
hermana Eva. Sin embargo, Gloria tiene hoy 41 años, está encerrada en la
cárcel de Alcalá Meco desde hace dos por haber matado al que fue su
pareja. Sale una vez al mes para ver a su hijo Jonathan, que ahora
cuenta cinco años, pero que cuando la Comunidad de Madrid asumió su
custodia no tenía ni dos. Tanto el niño como ella son portadores del
VIH. De hecho, Gloria se enteró de que era portadora de la enfermedad
cuando nació su hijo. Hasta entonces, el que había sido su pareja, le
oculto que estaba enfermo. “De haberlo sabido, podría haber evitado que
el bebé contrajera la enfermedad con una simple cesárea”, comenta
Claudio Lobos, su abogado. Un jurado popular de la Audiencia Provincial de Madrid considera
probado el homicidio —en la sentencia hecha pública la semana pasada—,
con el atenuante de “miedo insuperable”, y la condena a siete años de
prisión. Pero “estima que debe proponerse el indulto al Gobierno”. La vida de Gloria comenzó a truncarse en 2012, el año en que conoció a
un hombre de origen nigeriano llamado William Richard al que, según
consta en el informe de la psiquiatra que la trató, “veía como a un
Dios”.
Juntos comenzaron una historia de violencia de tres años
que ha quedado ampliamente registrada —según los documentos analizados
por EL PAÍS— casi desde el principio en los archivos de los Servicios
Sociales de Fuenlabrada (Madrid), en los de la Policía, en los juzgados,
en los hospitales, las ONG, en centros de rehabilitación, en los
servicios de tutela y acogida de menores de la Comunidad de Madrid y en
la memoria de los vecinos. Pero nada ni nadie logró parar esa espiral
violenta salvo la muerte. El 20 de septiembre de 2015 Gloria le asestó una puñalada mortal a William cuando trataba de entrar por la fuerza en su casa. No era la primera vez.
“Abre la puerta que hoy te voy a matar, ya te dije que te iba a
matar, me da igual que venga la policía, que hoy vas a perder todo, el
hijo, la casa y todo”, gritaba el hombre, con un cartón de vino en la
mano, desde la calle, según declararon los testigos. Gloria recorrió los intrincados caminos de la violencia contra las
mujeres. Ya en octubre de 2012, a los pocos meses de conocerle, recibía
ayuda de los servicios sociales (“Unidad de Apoyo a la Convivencia” de
Fuenlabrada), que la derivaron al CAID (Centro de Atención Integral a
Drogodependientes) por un problema de alcoholismo, según el informe del
doctor del centro, Manuel Velasco, que asegura que siguió el tratamiento
con éxito. “Él la hacía beber para dominarla”, diría luego en otro
informe su psiquiatra.
El 18 de febrero de 2013 Gloria ingresó voluntariamente por cuatro
semanas en la UDA (Unidad de Deshabituación Alcohólica) del Hospital
Rodríguez Lafora. En el mes de diciembre de ese mismo año fue derivada
por el CAID a un servicio especializado de violencia de género
continuando con el tratamiento del alcoholismo. Según el informe
psiquiátrico, “durante seis meses de 2013 fue obligada por él a
prostituirse para llevar dinero”. Desde el 16 de diciembre de ese año
hasta el 4 de enero de 2014 permanece en una casa de acogida de Cruz
Roja. En marzo de 2014 encuentra trabajo (como ayudante a domicilio) y
lo mantiene, a través del COS (Centro de Orientación Sociolaboral). A la
vez, se somete a un tratamiento para asegurar el no consumo de alcohol
desde el 19 de febrero de 2014 hasta junio de 2015, retirado ante la
buena evolución. En mayo de ese año ya tiene su propio piso alquilado en
Fuenlabrada y cree que ya podrá por fin recuperar a su hijo. En julio de 2015 el juzgado de violencia número 1 de Fuenlabrada dicta
una orden de alejamiento contra William, después de que Gloria contase a
las asistentes sociales que la había golpeado y había estado 16 días de
baja (ciática). Él la acosa, la persigue. Ella pone mallas metálicas en
las ventanas de su casa, un bajo. El 20 de septiembre él rompe una
malla. Ella llama a la policía, que viene por enésima vez y se va. Él
regresa y la amenaza. Con un mechero trata de quemar una cortina por la
ventana. Ella sale con un cuchillo, se lo clava y él muere.
Los representantes de Tabarnia, la plataforma que propone segregar comarcas de Barcelona y Tarragona
de la Cataluña independentista, han convocado para el domingo 25 de
febrero su primera manifestación. Será en Barcelona. Defenderá "los
derechos y deberes del pueblo de Tabarnia". Y resumirá con una ofrenda
floral su intento de señalar las contradicciones del secesionismo a
través de la ironía, el humor y el contraste de las proclamas políticas
con la realidad. Albert Boadella, presidente honorífico de Tabarnia,
portará una corona de flores hasta la estatua de Rafael Casanova, conseller en cap de Barcelona en 1714, símbolo del independentismo cada Diada, y un "patriota español" para los convocantes. De todos los que hemos seguido a Boadella y al Jugras, hemos visto siempre una crítica corrosiva contra El Poder Político, Económico y Social. No es de extrañar que lo haga con esa enredada cuestión no ya del independetismo sino con las maniobras de los seguidores de él. Creo que lo he visto en todas sus obras, más críticas o más escatólogicas, siempre se metía con Pujol o con la Caixa....ahora pues su nueva obra va a empezar...
"Estamos en un momento extraordinario en el que la comedia
supera a la tragedia que existe, y que supone un empobrecimiento
galopante de una Comunidad en todos los sentidos: económico, social y
cultural", ha argumentado el dramaturgo. "Tabarnia está para salvar esta
situación frente al cuento del derecho a decidir", ha seguido. Y ha
rematado: "Ante la inmensa epidemia [del independentismo] somos los
anticuerpos. Somos la única terapia posible, más que los 155, que
tampoco están de más, o de las cárceles, que tampoco están de más y son
enormemente pedagógicas". ¿Los independentistas que piden un referéndum estarían a
favor de que Tabarnia pudiera votar su propia segregación de Cataluña? Con esa pregunta como corazón del proyecto, la plataforma pretende ser
el espejo que refleje las contradicciones del independentismo. Aspira a
mostrar que la realidad del proyecto independentista supera siempre a la
ficción exagerada que encarna el fundador de Els Joglars. Emplea el
humor "como el gran antídoto contra el fundamentalismo". Y fuerza la
escenografía para ironizar con asuntos que el soberanismo se toma muy en
serio: un patinete ha presidido la rueda de prensa que ha dado Boadella
este martes en Madrid, recordando que Eduard Pujol, diputado y portavoz
de Junts per Catalunya, acaba de denunciar que podía haber alguien siguiendo sus movimientos bajo el disfraz de un patinador. Como dice el lema del escudo de Tabarnia, Acta est fabula, la función ha terminado.
Sin embargo, Tabarnia ha logrado un impacto inesperado. Su perfil oficial en Twitter supera los 43.000 seguidores. Su periódico digital ha sumado más de un millón de páginas vistas en su primera semana de vida. Y su eco mediático se ha multiplicado desde que proclamó a Boadella presidente en el exilio. Eso ha provocado que los principales partidos no tengan
claro que la plataforma represente únicamente una ironía surrealista. De
hecho, el PP ha llegado a plantear en el Congreso la posibilidad de cerrar el sistema autonómico
para impedir el derecho a la segregación dentro de las Comunidades
Autónomas ya existentes. Una respuesta a la propuesta de este movimiento
que subraya las diferencias entre la Cataluña de la costa
(mayoritariamente contraria al independentismo) y la interior
(mayoritariamente independentista). ¿Es Tabarnia solo una broma, o se
están poniendo las bases de un proyecto político antiindependentista?
"Tabarnia va en serio", ha asegurado Jaume Vives, uno de los
promotores originales de la plataforma. "Lo deseable es que nos podamos
quedar en nuestro primer objetivo, ser un espejo de sus contradicciones
[del independentismo], pero si no nos dan otro remedio, Tabarnia es una
bala de oro que nos garantiza que no nos hundiremos con ellos", ha
reflexionado. "Si nos obligan, Tabarnia será realidad".
El
estilista ha denunciado la persecución que sufre a través de las redes
sociales después de que su compañera Natalia Ferviú decidiera abandonar
'Cámbiame'.
Pelayo Díaz, el colaborador del programa Cámbiame
de Telecinco ha sufrido las consecuencias directas del odio que se
extiende por las redes sociales ante cualquier comentario,
interpretación o postura contraria a determinados grupos de cualquier
tipo de tendencia, ya sea admiradores de…, seguidores de un equipo o
jugador de fútbol o defensores de una idea política. Lo de menos es el
tema en cuestión.
Pero siempre hay un grupo decidido a perseguir
implacable a quien no está de acuerdo con su opinión o personaje
admirado. En
esta ocasión ha sido el estilista del programa de Telecinco el objeto
de los insultos y las amenazas. El desencadenante ha sido la decisión de
su compañera de programa, Natalia Ferviú, de poner punto y final a su etapa en Cámbiame
y el mensaje que Pelayo Díaz colgó en sus redes sociales después de
conocer su decisión en el que decía que “la televisión tiene que
gustarte mucho y si no estás preparado, es mejor irte”. Lo que él asegura es una muestra de respeto hacia la resolución de su
compañera desde que el programa se estrenó en junio de 2015, para los
seguidores de la editora de moda ha sido una ofensa en toda regla. Y el
tono de algunos de ellos ha llegado a las amenazas y los insultos, un
hecho que Pelayo
no se muestra dispuesto a pasar por alto. Además de pedir consejo a
otros internautas sobre cómo proceder en un caso de este tipo, en un
tuit publicado el pasado domingo decía lo siguiente: “Hola @policia,
estoy siendo insultado y amenazado de muerte en mi Instagram. Más de 100
amenazas en 20 minutos. Ya he privatizado la cuenta, me podéis decir
cómo proceder para denunciarlo?” . El mismo día publicaba un vídeo en su
Instagram para parar la escalada: “Obviamente quiero que Natalia vuelva
al programa pero creo que hay que ser generoso con ella y si ha
decidido que ya no le interesa este formato, hay que respetarlo y
apoyarla”. Y sus palabras continuaban con otras dirigidas a sus
detractores: “A los que me estáis insultando y amenazando quiero que
sepáis que estas cosas me hacen más fuerte y que no tenéis ni idea de lo
que quiero a Natalia. La luz se come a la oscuridad siempre, así que
voy a seguir con mi buen rollo”.
Ya sea por el tono de su respuesta o por la posibilidad de
sentirse vigilados por la policía en el caso de continuar con la misma
actitud, los haters parecen haberse calmado y haber parado su actitud violenta hacia el estilista. Natalia Ferviú tomó la decisión de abandonar Cámbiame por
varios motivos, pero sin duda influyó el altercado que tuvo durante el
programa con Paloma González Durántez, uno de los nuevos fichajes del
programa y, al parecer, la actitud crítica que tuvo su compañero Pelayo
Díaz con su reacción frente a las cámaras.
“Cuando entré en el programa mi misión era trasladar a un plató de
televisión el trabajo que llevaba haciendo más de una década en el mundo
editorial. Pido disculpas a quien se haya podido sentir ofendido por
mis palabras o por mis comportamientos. En los últimos días se ha
modificado el formato del programa, entrando en una dinámica que respeto
pero en la que no me siento cómoda. Con toda la pena del mundo, por
cómo se han desarrollado los acontecimientos y antes de vivir
situaciones por las que no estoy dispuesta a pasar, he decidido cambiar
el rumbo.Me gustaría reconocer a Telecinco y a La Fábrica de la Tele
la oportunidad que me dieron. Estaré eternamente agradecida por dejarme
defender con libertad mis valores, mi trabajo y llevar el mundo de la
moda a todos los públicos. Porque la moda es para todos sin importar
quién seas ni de dónde vengas”.
Precisamente en las últimas semanas en Twitter se está moviendo el hashtag #YoMeSumo, que alentado por diversas instituciones y personalidades tratan de sumar apoyos contra el odio y el radicalismo.
El
filósofo y pedagogo José Antonio Marina cuestiona las nuevas
metodologías surgidas de la innovación educativa y defiende algunos
valores de la escuela tradicional.
José Antonio Marina en las instalaciones de Media Lab Prado.Samuel Sánchez
El filósofo José Antonio Marina
está del lado de la innovación educativa. Defiende que para sobrevivir
en el mundo laboral es obligatorio aprender y reciclarse durante toda la
vida, que las facultades de Educación se han quedado atascadas por
miedo al cambio o que los avances de la neurociencia pueden marcar el
camino de la renovación pedagógica. Sin embargo, hay un punto con el que
no comulga: el destierro de la memorización dentro de las nuevas
metodologías. Sin memoria no hay aprendizaje, sostiene Marina.
En su último libro El bosque pedagógico y cómo salir de él (Ariel), Marina, autor del Libro Blanco de la Profesión Docente por encargo del Ministerio de Educación,
cuestiona algunos de los mensajes difundidos por los gurús
internacionales de la innovación educativa. ¿Realmente hay que dejar a
los niños que escojan lo que quieren aprender en función de su
motivación? ¿Es ese el motor de la creatividad? Marina, firme defensor de la implicación de las familias en la educación de los niños y fundador de la Universidad de Padres,
un centro de investigación en crianza y una escuela online, sostiene
que hay que recuperar el sentido del deber y la obligación como recurso
pedagógico.
Pregunta. En los últimos años se está propagando la idea de que formarsedurante
toda la vida y aprender nuevas profesiones es positivo para el ser
humano. ¿Cree que es el único modo de supervivencia ante la precariedad
laboral? Respuesta. La educación para toda la vida
es imprescindible. Estamos sometidos a la ley del aprendizaje que dice
que para sobrevivir toda persona o institución necesita aprender a la
misma velocidad a la que cambia el entorno. Si quiere progresar, debe
hacerlo a mayor velocidad. Cuando los ambientes laborales eran muy
estables, los sistemas de aprendizaje podían ser lentos. Por ejemplo, la
técnica de un herrero servía para él y para la vida de sus hijos. Hoy
el entorno es sumamente veloz y si no lo sigues, quedas marginado. P. Por un lado, la nueva educación tiene
como objetivo enseñar a los niños a trabajar en equipo y va en contra
del individualismo y la competitividad. Pero al terminar la Universidad,
el panorama es desolador y la búsqueda de empleo es un acto solitario y
desesperante. ¿No es una contradicción? R. Como dice [Noam] Chomsky,
dar la libertad sin dar la oportunidad es un regalo envenenado. A los
mensajes tú puedes, conviértete en tu propio empresario, en trabajador
autónomo, tú puedes diseñar tú vida... les falta otra parte. ¿Cómo lo
hago? Arréglatelas como puedas, te quedas abandonado. Lo primero que le
diría a un joven es que va a tener que estar aprendiendo toda su vida
para tener un empleo. El pacto social entre generaciones se ha roto y ya
no hay seguridad laboral. P. En su libro advierte del peligro de que
las grandes empresas tecnológicas (Google, IBM o Apple) asuman el
liderazgo educativo si los profesionales de la educación no se ponen las
pilas.
R. Como es para toda la vida, se está creando la
industria educativa. En el año 2015, la educación movió 4,3 billones de
dólares, casi cuatro veces el PIB español. Desde el campo editorial, Pearson vendió su participación en The Economist y Financial Times para dedicarlo todo a educación. También se están quedando con sistemas de evaluación como los de PISA. Históricamente todo el mundo ha querido mangonear a través de la
educación: las religiones, los sistemas políticos... No creo que haya
una conspiración educativa, sino un negocio educativo. Estas compañías
no quieren introducir una ideología determinada, sino ganar dinero. Los
docentes debemos ser la conciencia crítica educativa de la sociedad y
para eso necesitamos ser una profesión de élite.
Samuel Sánchez
P.Ken Robinson
hizo temblar la educación tradicional al afirmar que la escuela mata la
creatividad. Las nuevas corrientes afirman que los niños pierden su
deseo de aprender por las rutinas repetitivas del colegio y la excesiva
evaluación R. La psicología nos ha jugado una mala pasada con su
teoría de la motivación. Pensar que al niño que no está motivado no hay
que exigirle nada es un error. Tenemos que enseñarles que habrá cosas
que tengan que hacer por obligación sin sentir ninguna motivación. Los
gurús son gente muy lista que utiliza conceptos de la autoayuda. Es
difícil vender el mensaje de que algo cuesta mucho trabajo. La educación
va sobre ayudar a adquirir hábitos, que no siempre son de nuestro
agrado. Sobre la idea de que hay que dejar a los niños elegir y no
coaccionar su libertad, es importante decir que todos nacemos
absolutamente dependientes y el proceso educativo consiste en fomentar
la capacidad del niño de tomar decisiones, pero eso no se puede hacer al
principio. Los niños aprenden a ejercer su autonomía obedeciendo las
órdenes que les dan sus educadores. A los cinco años se produce un salto
increíble en el que empiezan a darse órdenes a sí mismos. La autonomía
llega con la obediencia.
P. ¿Qué debe hacer un docente para no sentirse perdido frente al aluvión de nuevas metodologías de enseñanza? R. Es clave la figura del estratega
educativo, que con una visión general decide qué táctica utilizar en
cada caso. El problema es que la mayoría de profesores no conocen las
nuevas técnicas. P. ¿Está fallando la formación del profesorado? R. Soy muy crítico con las facultades de
Educación. Se han quedado atascadas porque no son conscientes del papel
que juega hoy la educación. Hay que tomar decisiones muy radicales.
¿Quién puede decidir lo que queremos transmitir a nuestros alumnos? Los
científicos no, porque solo dominan su campo de conocimiento; los
políticos tampoco porque no nos fiamos de ellos; los sacerdotes saben de
sus religiones y los empresarios van a buscar su propio beneficio. Deberían ser las facultades de pedagogía. P. Precisamente ahora hay un debate sobre
si el cambio deberían dirigirlo los pedagogos o los neurocientíficos con
sus avances sobre el funcionamiento del cerebro. R. Llevo estudiando neurología desde hace
30 años y puedo afirmar que no está en condiciones de ofrecernos
propuestas concretas, pero sí muchas pistas. Necesitamos un puente entre
ambos campos, alguien que domine los dos lenguajes. La neurología nos
ha dicho, por ejemplo, que hay una segunda edad de oro del aprendizaje,
en la que el cerebro vuelve a rediseñarse neurológicamente entre los 13 y
los 18 años. También nos dice que los órganos neuronales que se
encargan de la toma de decisiones y del comportamiento responsable, los
lóbulos frontales, no maduran hasta los 22 o 23 años. Entonces, ¿debemos
exigir responsabilidad a un adolescente? Otra de las evidencias señala
que las estructuras neuronales maduran con el ejercicio, entonces
sabemos que hay que entrenar esa capacidad cuanto antes y no esperar a
que el estudiante llegue a la veintena. P. En su libro reivindica el papel de la
memoria en la educación. ¿No cree que memorizar y vomitar la información
en los exámenes es poco efectivo? R. No hay nada más perverso para la
educación que decir que no hay que aprender las cosas de memoria. Es el
órgano del aprendizaje. Eso sí, hay que aprender fórmulas que no se
basen en la repetición. Crear depende de la memoria y tienes que
aprender hábitos creativos. Si no, ¿cómo se te van a ocurrir las cosas? Para tener mucha imaginación, hay que tener muy buena memoria. En este
punto la neurología nos está diciendo por dónde ir y es muy importante
el descubrimiento de la llamada memoria de trabajo, que nos enseña cómo
construirla y manejarla. P. ¿Cuál tiene que ser el principal reto de la escuela a corto plazo? R. Destacaría tres. Bajar la tasa de
abandono escolar, paliar las diferencias socioeconómicas entre los
alumnos fomentando la educación de cero a tres años y atender a los
alumnos con necesidades especiales: con dificultades de aprendizaje,
altas capacidades o problemas psicológicos. Otro drama es la figura del
director de centro. En España se tiene la idea equivocada de que
cualquiera puede ser un buen director. Hace falta formación específica;
mandar y organizar es complicado. Habría que crear un MIR para directores. En Inglaterra o Estados Unidos hay libros dedicados al rol del director
de escuela, a proyectos concretos que han transformado colegios. Aquí
[en España] este tema levanta ampollas, sienta mal a los docentes y a
los sindicatos porque consideran que conlleva introducir clases dentro
del profesorado y que no es democrático. Se trata de ver si es eficaz o
no. Los equipos directivos pueden modificar los programas académicos, o
crear sus propios proyectos. El éxito, en parte, depende de ellos. En
Inglaterra hay colegios públicos que cambian su horario cada dos semanas
para ajustarlo a las necesidades de los alumnos, que pueden necesitar
más horas de matemáticas o de lengua. Eso es innovación. R. Se habla mucho de innovación en la escuela, sin
embargo, se está produciendo una uniformidad en todos los países. Lo
único que les interesa a los gobiernos es cómo aparecen en PISA y en
función de eso organizan sus sistemas educativos. A los educadores no
nos sirve PISA porque no nos muestra lo que hay que hacer. No evalúa el
progreso del alumno. Un estudiante que empieza el curso con un uno y
acaba con un cuatro ha progresado más que el que pasa de un ocho a un
nueve. Pero para PISA, ese primer estudiante sigue siendo un suspenso. En el momento en que evaluemos el progreso sabremos si estamos sacando
lo mejor de los alumnos y si lo hacemos bien o mal en el aula. P. El éxito es muy relativo. Hoy se mide en
función de los resultados obtenidos en PISA. En su libro habla de los
peligros de obsesionarse con las pruebas estandarizadas.