Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

31 ene 2018

Puigdemont y la fantasía de lo imposible...................... Luis Barbero

El empecinamiento de Puigdemont en ser investido presidente amenaza con prolongar el bloqueo de la política catalana y, por ende, de la española en los próximos meses.

Manifestantes protestan frente a las puertas del Parlament llevando máscaras con la cara de Puigdemont. Foto: Getty / Vídeo: Atlas
El empecinamiento de Carles Puigdemont en ser investido presidente de la Generalitat amenaza con prolongar el bloqueo de la política catalana y, por ende, de la española en los próximos meses. Prófugo de la justicia y con la amenaza cierta de cumplir varios años en la cárcel como cabecilla de la fallida insurrección si algún día vuelve a España, el que fuera molt honorable está dispuesto a lanzarse otra vez al abismo.
 Esta obstinación, sin embargo, tiene unas consecuencias que el independentismo, con sus diferentes matices y sensibilidades, debería evaluar.
La aplicación del 155 se alarga. Es la gran paradoja. 
Si Puigdemont empuja al bloqueo político, el Gobierno de Mariano Rajoy seguirá al frente de las instituciones de autogobierno de Cataluña.
 Las plañideras apelaciones del separatismo a que lo más urgente es recuperar el control de las instituciones quedarían, de esta manera, supeditadas a las ensoñaciones del expresident.
Los excarcelamientos se alejan. Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Jordi Cuixart y Joaquim Forn continúan en prisión porque el magistrado del Tribunal Supremo que investiga a los líderes del procés estima que pueden incurrir en reiteración delictiva. 
El empeño de Puigdemont en seguir echando un pulso al Estado es un elemento que Llarena, con toda seguridad, valora cada vez que tiene que pronunciarse sobre las peticiones de puesta en libertad de todos ellos, piezas clave en la intentona secesionista.
 Cierta normalidad democrática aliviaría la situación procesal de los encarcelados, mártires semiolvidados por el exiliado bruselense.
Los investigados, bajo la amenaza de la prisión.
 Si Puigdemont impone su criterio en el Parlament, los diputados investigados por el Supremo tendrán que afrontar el riesgo cotidiano de ingresar en prisión. 
Varios de ellos (Carme Forcadell, Jordi Turull, Josep Rull...) están en libertad bajo fianza con la advertencia del juez Llarena de que su situación puede ser reversible si vuelven a tener la tentación de reemprender vías ilegales. 
Justo lo que quiere Puigdemont.
La discordia en el independentismo. Aunque el separatismo no ha sido ni es un bloque homogéneo, sí es cierto que se ha conjurado durante años para ocultar sus diferencias con el fin último de conseguir la ruptura.
 El baño de realidad que ha sufrido tras el 1-0 ha llevado a los sectores más posibilistas a optar por un repliegue temporal, un acatamiento táctico de la legalidad.
 Es un secreto a voces que ERC y buena parte del PDeCAT piensan que Puigdemont es un político amortizado, pero no se atreven a explicitarlo.
 Es más, salvo alguna excepción, lo reivindican a diario.
 En cualquier caso, la cizaña está sembrada y, hoy por hoy, Puigdemont divide más que une al independentismo.
 

Nuevas elecciones y hundimiento de ERC. Contra pronóstico, Puigdemont consiguió que su candidatura fuera la más votada del bloque independentista en las elecciones del 21-D, en detrimento de ERC, que partía como favorita. 
Los más fieles subrayan desde entonces la letanía "Puigdemont o elecciones", la opción que parece preferir el expresident. 
Sus cálculos pasan por llegar a esa cita como líder único del independentismo, ser la lista más votada y hundir aún más a ERC. 
Es de suponer que los líderes de Esquerra conocen este plan.
Cambio generacional taponado. La actual generación de líderes separatistas ha llegado muy lejos (un 47% de los votantes de Cataluña opta por partidos independentistas), pero no ha conseguido la meta perseguida.
 Y sabe que no lo va a conseguir. 
El sector del separatismo que entiende que esta es una carrera de fondo defiende un cambio generacional para diseñar un nuevo proyecto independentista –es deseable que dentro de la legalidad- . De ahí, la decisión de ERC de situar a Roger Torrent (38 años) como presidente del Parlament o la del PDeCAT de entregar el control de la antigua Convergència a Marta Pascal (34).
 Uno y otro son figuras desdibujadas por Puigdemont, que en su deriva puede acabar con la incipiente carrera política de ambos nada más empezar.
 Y la de todo aquel que se le acerque.
Economía a la expectativa. El procés causó no solo la fuga de más de 3.000 empresas de Cataluña, sino un evidente empeoramiento de los datos macroeconómicos.
 La parálisis de la Administración catalana perjudica a las empresas contratistas y la inestabilidad espanta a los inversores. 
Alargar el caos político es alargar la incertidumbre económica.

Tras la división, el hartazgo social. Completamente subjetivo, pero a la vez tangible.
 Tras haberse fracturado en dos mitades irreconciliables, la sociedad catalana se acerca al hastío con el monotema independentista. 
De buen gobernante, aunque pueda parecer ingenuo, es pensar en la sociedad, en toda la sociedad. 
Y cuando Puigdemont habla solo se dirige a una parte de Cataluña. Exactamente, a la mitad.
 Extraña manera de construir una república, un país o dirigir una asamblea de vecinos.
El histrionismo de algo muy serio. El plan secesionista de Cataluña ha supuesto el mayor desafío de la democracia española en las últimas cuatro décadas.
 Dilapidado el capital político del catalanismo pactista, Puigdemont, de la mano de ERC y la CUP, ha arrastrado el nacionalismo a las cotas más bajas de prestigio en España y Europa.
 Ya en el exilio de Bruselas, sus actitudes se han acercado al histrionismo. 
El nacionalismo catalán no es esto.
 O no lo era.
El Estado de derecho no cederá. Y una última razón debe llevar al independentismo a concluir que está en un callejón sin salida.
 La maquinaria del Estado de derecho, con sus imperfecciones pero homologable a la de cualquier país de nuestro entorno, ha empezado a funcionar y el Supremo no se va a prestar a ningún conchabe.
 Si Puigdemont vuelve tendrá que responder sin remedio ante la justicia.
 Y si no lo hace, vivirá eternamente en el embeleco del president en el exilio.
De todo cuanto antecede es consciente el independentismo, que camina sin rumbo, secuestrado por un don nadie en la política catalana hasta hace dos días, un personaje que está dispuesto a inmolarse siempre que las consecuencias las paguen sus compañeros de aventura y los ciudadanos que quiere dirigir a más de 1.000 kilómetros de distancia.
 ¿Por qué perseverar en la fantasía imposible?



 

Los mensajes de móvil de Puigdemont: “Esto se ha terminado. Los nuestros nos han sacrificado”

El expresidente reconoce los mensajes a Comín: "Soy humano y a veces también dudo".

 

Los mensajes atribuidos a Puigdemont.
Carles Puigdemont se considera derrotado por el Gobierno de Mariano Rajoy y "sacrificado" por sus correligionarios en unos mensajes de móvil atribuidos al expresidente catalán, que este miércoles han sido divulgados en el Programa de Ana Rosa, de Tele 5. 
 Hasta el momento, ni Puigdemont, el supuesto emisor de los mensajes, ni el receptor, Toni Comín, han desmentido ni el intercambio de mensajes en la red Signal ni el contenido de los mismos. 
"Esto se ha terminado. Los nuestros nos han sacrificado, al menos a mí", confiesa el candidato secesionista a su exconsejero.
"Soy humano y hay momentos en los que yo también dudo. También soy el Presidente y no me arrugaré ni me echaré atrás por respeto, agradecimiento y compromiso con los ciudadanos y el país.¡Seguimos!", ha escrito Puigdemont en su cuenta de Twitter.
"Si el bloque del 155 está haciéndose ilusiones sobre la división del independentismo, tendrá un enorme disgusto.
 Desde su pluralidad ideológica, la unidad del independetismo está absolutamente garantizada: estamos todos conjurados a hacer valer los resultados del 21.D", ha tratado de justificar Toni Comín, también a través de Twitter.
Según esta información, Puigdemont envió estos mensajes ayer martes al diputado de ERC Toni Comín, uno de los fugados en Bélgica, horas después de que se aplazara el debate de investidura en el Parlament. 
Se trata por tanto de una conversación privada entre dos de los huidos en Bélgica de la justicia española.
 Fuentes próximas a Comín han anunciado que se querellará por la vulneración del artículo 197 del Código Penal que pena, hasta con cuatro años de cárcel, el descubrimiento de secretos para quien "se apodere de sus papeles, cartas, mensajes de correo eléctrico o cualesquiera otros documentos o efectos personales".
Los mensajes fueron captados del móvil del propio Comín por un cámara durante un acto en Lovaina en el que estaba previsto que participara Puigdemont, aunque finalmente mandó un vídeo. 
El fotógrafo se situó tras el exconsejero mientras este recibía los mensajes del expresidente.

Los mensajes fueron cruzados mientras la tensión crecía en los alrededores del Parlament, con cientos de personas saltándose los cordones policiales para protestar por el aplazamiento. 
También fueron escritos al tiempo que el propio Puigdemont divulgaba en las redes sociales un mensaje a los catalanes, en el que pedía unidad a los suyos, insistía en que él es el único candidato posible a la Generalitat y reclamaba a los secesionistas continuar con el movimiento pese a los vetos constitucionales.
En los mensajes, el candidato de JxCat admite que se vuelven a vivir "los últimos días de la Cataluña republicana". 
"El plan de Moncloa triunfa, solo espero que sea verdad y que gracias a esto puedan salir todos de la cárcel porque si no el ridículo histórico, es histórico", escribe el expresidente catalán.
 
Imágenes de las fotos de Whatsapp de Carles Puigdemont y de Signal del mensaje recibido por Toni Comín.
Imágenes de las fotos de Whatsapp de Carles Puigdemont y de Signal del mensaje recibido por Toni Comín.
Puigdemont confiesa a Comín que tiene claro que "esto ha terminado" y que los suyos los han "sacrificado", al menos a él, y recuerda las palabras del portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, avanzando que quizá habría que "sacrificar" al candidato de JxCat.
"Supongo que tienes claro que esto se ha terminado.
 Los nuestros nos han sacrificado, al menos a mí. 
Vosotros seréis consellers (espero y deseo) pero yo ya estoy sacrificado, tal y como sugería [Joan] Tardá", insiste.
"No sé lo que me queda de vida (¡espero que mucha!), pero la dedicaré a poner en orden estos dos años y a proteger mi reputación. 
Me han hecho mucho daño con calumnias, rumores, mentiras que he aguantado por un objetivo común. 
Esto ahora ha caducado y me tocará dedicar mi vida a la defensa propia", escribe.
Fuentes de Junts per Catalunya han limitado a "una conversación privada" el intercambio de mensajes.
 Puigdemont o Alicia en el País de las Maravillas....viviendo en Bruselas nada más y nada menos, ¿Dónde está el SENY Catalá?

30 ene 2018

Meryl Streep se convierte en marca registrada

La actriz quiere evitar que se pueda hacer negocio con su nombre, sinónimo de éxito desde hace décadas.

 

La actriz Meryl Streep.
La actriz Meryl Streep. AFP
 
Meryl Streep es la actriz más reconocida de su generación, la intérprete que más veces ha estado nominada a un Oscar (21 en total, gracias a la última nominación que ha recibido por su trabajo en Los archivos del Pentágono).
 Su nombre suele estar asociado a un éxito de taquilla, y Streep no quiere que se asocie a nada más.
 Al menos sin su consentimiento. 
Por eso la actriz acaba de solicitar registrar su nombre como marca para que nadie se pueda aprovechar de él. 
Ella quiere tener “el monopolio del uso de su nombre sobre cuestiones de entretenimiento, incluyendo apariciones en vivo, en televisión y en películas”. 
Como si alguien la pudiera sustituir. 
De su solicitud han sorprendido dos cosas: que no lo hubiera hecho antes tras más de 40 años de carrera, y que tan solo ha tenido que pagar 275 dólares (poco más de 220 euros) para conseguirlo.
 Con ello, la intérprete, cuyo verdadero nombre es Mary Louise Streep, se asegura además que no haya ningún producto de entretenimiento llamado Meryl Streep así como también impide que haya cualquier persona que firma autógrafos con ese nombre, aparezca en conferencias o abra una página web.
 Según los documentos que presentó la semana pasada, ella afirma que su nombre se asocia con la industria del entretenimiento desde 1975, año en el que recibió su diploma en Artes por la Universidad de Yale, puso voz en la película Everybody Rides the Carousel y estuvo en el reparto de la obra Trelawny of the ‘Wells’.
No está claro el motivo por el que la ganadora de tres Oscar (en plena carrera por el cuarto por su interpretación de Katharine Graham, dueña de The Washington Post en los setenta), tres Emmy y seis Globos de Oro ha querido convertir su nombre en marca registrada. 
Quizá la actriz, de 68 años, solo quiere protegerse de los aprovechados o quizá quiere incrementar sus ingresos con conferencias.
 Lo que está claro es que ya nadie podrá usar su nombre en vano. 
Tom Hanks y Meryl Streep, en un fotograma de la película 'Los archivos del Pentágono'.
Tom Hanks y Meryl Streep, en un fotograma de la película 'Los archivos del Pentágono'. AP
Son muchos los famosos que han registrado sus nombres no solo para protegerlo, sino también para sacar un beneficio con productos que lo lleven.
 Aunque a diferencia de Streep, lo habitual es que lo registren para poder utilizarlo en productos como perfumes, ropas o cosmética.
 La cantante Taylor Swift, por ejemplo, ha solicitado registrar su nombre para más de 60 usos distintos en la última década (ha registrado incluso algunas frases de sus canciones) 
También fue noticia la batalla legal que mantuvieron Kylie Minogue y Kylie Jenner por ver quién podía hacer negocio de su nombre, una contienda en la que salió ganando la artista australiana por encima de la más pequeña de las hermanas Kardashian. 50 Cents, Paris Hilton, Jay-Z, Beyoncé (y el de los tres hijos de la pareja, Blue Ivy, Rumi y Sir) o David y Victoria Beckham, y los nombres de sus cuatro hijos, son otros de los famosos convertidos en marca registrada. 

Las rupturas de los famosos en tiempos de Instagram

Dejar de seguirse en las redes, como hizo David Bustamante, es el nuevo método de las celebridades para anunciar su separación.

 

Bustamante y Paula Echevarría en Mieres, en 2016.
Bustamante y Paula Echevarría en Mieres, en 2016. Cordon Press