La actriz protagoniza la serie 'Mosaic', dirigida por Steven Soderbergh.
Para el director Steven Soderbergh, la protagonista de Mosaic
es una mujer que “polariza las moléculas” cuando entra en una
habitación
. Obviamente, pensaba en Sharon Stone para el papel.
De hecho, llamó Sharon al personaje hasta que la actriz dijo sí y le cambió el nombre por Olivia Lake.
Siempre provocadora, el trabajo de Stone en esta serie de seis episodios, disponible desde hoy en HBO, supone su regreso en primera línea a la pantalla tras años alejada de los focos por motivos familiares y de salud.
“Cuando uno se acostumbra a vivir en el estrellato, todo está muy oscuro si los focos dejan de alumbrar”, dice a EL PAÍS
Su honestidad salta a la vista tanto como su belleza.
Cerca de los 60 años, que cumplirá en marzo, cercana y muy sonriente, no oculta la alegría por su vuelta ni las razones de su ausencia.
Más allá de criar a sus hijos —Roan, Laird y Quinn—, también ha superado serios problemas de salud.
“Nunca pensé que sufriría un derrame cerebral [en 2001] que cambiaría mi vida para siempre.
No sabía si volvería a trabajar, si recuperaría mis funciones... ¡No pude escribir mi nombre durante tres años!”, recuerda la intérprete de Instinto básico.
Perdió la visión del ojo derecho, la sensibilidad en la pierna
izquierda y mermó su capacidad auditiva.
Sufrió ataques y tartamudeaba al hablar, junto a problemas de memoria.
“Hubo un momento en el que mis posibilidades de sobrevivir no llegaban al 5%”, recalca. “Por eso, cuando me preguntan cómo me siento ante la proximidad de los 60, digo que muy, muy orgullosa de llegar a cumplirlos”.
Stone no ha estado este tiempo mano sobre mano y trabajó en muchos papeles secundarios.
. Obviamente, pensaba en Sharon Stone para el papel.
De hecho, llamó Sharon al personaje hasta que la actriz dijo sí y le cambió el nombre por Olivia Lake.
Siempre provocadora, el trabajo de Stone en esta serie de seis episodios, disponible desde hoy en HBO, supone su regreso en primera línea a la pantalla tras años alejada de los focos por motivos familiares y de salud.
“Cuando uno se acostumbra a vivir en el estrellato, todo está muy oscuro si los focos dejan de alumbrar”, dice a EL PAÍS
Su honestidad salta a la vista tanto como su belleza.
Cerca de los 60 años, que cumplirá en marzo, cercana y muy sonriente, no oculta la alegría por su vuelta ni las razones de su ausencia.
Más allá de criar a sus hijos —Roan, Laird y Quinn—, también ha superado serios problemas de salud.
“Nunca pensé que sufriría un derrame cerebral [en 2001] que cambiaría mi vida para siempre.
No sabía si volvería a trabajar, si recuperaría mis funciones... ¡No pude escribir mi nombre durante tres años!”, recuerda la intérprete de Instinto básico.
Sufrió ataques y tartamudeaba al hablar, junto a problemas de memoria.
“Hubo un momento en el que mis posibilidades de sobrevivir no llegaban al 5%”, recalca. “Por eso, cuando me preguntan cómo me siento ante la proximidad de los 60, digo que muy, muy orgullosa de llegar a cumplirlos”.
Stone no ha estado este tiempo mano sobre mano y trabajó en muchos papeles secundarios.
“Quería trabajos invisibles, desaparecer en ellos y
que el público no se diera cuenta hasta los créditos”, comenta sobre su
participación en series como Will & Grace o Ley y orden: Unidad de Víctimas Especiales.
No quería estar lejos de casa. Hasta le suponía un esfuerzo recordar sus líneas de diálogo.
Ahora todo ha cambiado con Mosaic.
La serie se rodó en dos partes en Park City y Salt Lake City para recrear el ambiente del lujoso resort de montaña en el que se desarrolla la acción de este thriller, que se mueve entre el pasado y el presente.
La serie es la versión televisiva de una historia cuyo germen, titulado The Departure, data de hace tres años, cuando Soderbergh rodó en un día una misma historia contada desde diferentes perspectivas.
“Esa pluralidad [de puntos de vista] es lo que puedes disfrutar en el móvil si te bajas la aplicación, aunque yo prefiero una pantalla más grande”, explica la actriz sobre la otra forma posible de seguir esta historia.
Soderbergh ofrece desde esa aplicación, que no está disponible en España, una experiencia más personal e interactiva parea seguir la trama.
“Es un poco como un árbol genealógico, y tú eliges la rama”, describe la actriz.
En esta acción, Mosaic se extiende hasta las 7,5 horas de duración.
Stone se muestra “llena de gratitud” con Soderbergh por haber contado
con ella para este trabajo.
“Rodamos 30 páginas al día, con Steven a la cámara y sin luces. Fue casi teatro.
No hubo un segundo muerto”, señala.
El rodaje resultó tan dinámico que apenas hizo una única petición de diva: una silla para poder descansar en una grabación en la que no había camerinos. “Volver al trabajo me fortalece”, insiste.
La intérprete enfatiza que el cambio que vive Hollywood. “Se rueda más rápido. Todo es digital”, afirma.
Y, junto a ello, el movimiento para reforzar el papel y el poder de las mujeres en esta misma industria y denunciar los abusos.
Stone está orgullosa, pero, al tiempo, muestra su cautela.
Sin miedo al debate y contenta de que las mujeres puedan decir lo que viven y los hombres sepan que sus acciones tienen consecuencias, lanza una pregunta nada inocente:
“Si Al Franken tuviera el físico de George Clooney, ¿seguiría siendo senador?”, dice sobre el representante demócrata por Minnesota que dimitió en diciembre tras ser acusado de acoso sexual.
En su opinión, ni la prensa es el lugar “para ser juzgados” ni todo puede ser blanco o negro.
“El movimiento que vivimos es extraordinariamente válido y necesario, pero no tenemos que ser como los hombres.
Necesitamos la verdad, pero también la reconciliación”, remata.
La serie se rodó en dos partes en Park City y Salt Lake City para recrear el ambiente del lujoso resort de montaña en el que se desarrolla la acción de este thriller, que se mueve entre el pasado y el presente.
La serie es la versión televisiva de una historia cuyo germen, titulado The Departure, data de hace tres años, cuando Soderbergh rodó en un día una misma historia contada desde diferentes perspectivas.
“Esa pluralidad [de puntos de vista] es lo que puedes disfrutar en el móvil si te bajas la aplicación, aunque yo prefiero una pantalla más grande”, explica la actriz sobre la otra forma posible de seguir esta historia.
Soderbergh ofrece desde esa aplicación, que no está disponible en España, una experiencia más personal e interactiva parea seguir la trama.
“Es un poco como un árbol genealógico, y tú eliges la rama”, describe la actriz.
En esta acción, Mosaic se extiende hasta las 7,5 horas de duración.
“Rodamos 30 páginas al día, con Steven a la cámara y sin luces. Fue casi teatro.
No hubo un segundo muerto”, señala.
El rodaje resultó tan dinámico que apenas hizo una única petición de diva: una silla para poder descansar en una grabación en la que no había camerinos. “Volver al trabajo me fortalece”, insiste.
La intérprete enfatiza que el cambio que vive Hollywood. “Se rueda más rápido. Todo es digital”, afirma.
Y, junto a ello, el movimiento para reforzar el papel y el poder de las mujeres en esta misma industria y denunciar los abusos.
Stone está orgullosa, pero, al tiempo, muestra su cautela.
Sin miedo al debate y contenta de que las mujeres puedan decir lo que viven y los hombres sepan que sus acciones tienen consecuencias, lanza una pregunta nada inocente:
“Si Al Franken tuviera el físico de George Clooney, ¿seguiría siendo senador?”, dice sobre el representante demócrata por Minnesota que dimitió en diciembre tras ser acusado de acoso sexual.
En su opinión, ni la prensa es el lugar “para ser juzgados” ni todo puede ser blanco o negro.
“El movimiento que vivimos es extraordinariamente válido y necesario, pero no tenemos que ser como los hombres.
Necesitamos la verdad, pero también la reconciliación”, remata.