Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

17 ene 2018

¿Superarías el test de salud mental de Donald Trump?

 

El presidente de Estados Unidos goza de una salud “excelente”, según el médico de la Casa Blanca.


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. 
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La salud del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es "excelente" y no hay indicios de que sufra problemas cognitivos. Así lo ha afirmado el médico de la Casa Blanca, Ronny Jackson, después de que el mandatario de 71 años se sometiera al test de evaluación cognitiva de Montreal (MOCA) y obtuviera la máxima puntuación.
 Las pruebas incluyen la identificación de animales que aparecen dibujados, pintar un reloj que indique una hora determinada, memorizar una lista de cinco palabras, dar un golpecito con la mano cada vez que se diga la letra “A” o saber en qué día se encuentra.
El test se realiza en apenas diez minutos y sirve para detectar problemas leves mediante una serie de preguntas.
 Se utiliza por ejemplo para determinar si el paciente tiene pérdida de memoria o dificultades de atención. 
Además, evalúa otros dominios cognitivos como concentración, funciones ejecutivas, lenguaje, habilidades visuoconstructivas, pensamiento conceptual, cálculo y orientación.
Según este test, quienes obtengan entre 26 y 30 puntos tendrán unas capacidades cognitivas normales. 
Sacar menos de eso podría ser síntoma de sufrir demencia. Pese a que Donald Trump ha obtenido la máxima puntuación, el neuropsicólogo David Morales señala que este método es poco adecuado para determinar si el presidente goza de buena salud mental. 
“Me llama la atención que la hayan utilizado esta prueba porque es como si vas al médico y te toman la tensión, es una cosa muy elemental y sencilla”, explica.
 
Este test está validado para cualquier edad pero se usa sobre todo a partir de los 65 años. 
“Se utiliza mucho en la atención primaria cuando llega una persona mayor que está despistada. Si no lo supera, es derivado al especialista", señala Morales.
 No hay un test específico para determinar si alguien tiene una buena salud mental, sino que "sería necesaria una evaluación clínica de los diversos especialistas que forman parte de la salud mental": psicólogos, neurólogos y psiquiatras.
Es la primera vez que un presidente estadounidense en funciones se somete a esta evaluación.
 “Todos los datos indican que el presidente está saludable y que lo seguirá estando mientras dure su presidencia”, ha afirmado el doctor en una conferencia de prensa después de la revisión de la semana pasada. 
El propio Trump solicitó la prueba, tras enfrentarse a varias especulaciones sobre su salud mental.
 En la polémica obra, elaborada con testimonios del entorno presidencial, se le dibuja como un “niño grande”, altamente inestable e incapaz de prestar atención.
 Además de realizar el test MOCA para analizar su capacidad cognitiva, Trump también se sometió el pasado viernes a un chequeo médico.
 Jackson aseguró que de no haber abusado tanto de las hamburguesas, el presidente “podría llegar a vivir 200 años”. “Tiene una increíble salud cardiaca y creo que gran parte se debe al hecho de que jamás ha bebido o fumado”, aclaró.



 

 

“Dylan, yo sí te creo”: Hollywood reniega en masa de Woody Allen

Tres actores de su próxima película, aún sin fecha de estreno, aseguran que donarán todo su salario a la plataforma contra el acoso sexual.

 Mientras tanto, las mujeres más poderosas de Hollywood entonan al unísono creer a la hija adoptiva del director.


Woody Allen
Woody Allen, Timothe Chalamet y Selena Gomez durante el rodaje de 'A rainy day in New York', que se estrenará en 2019. Tres de sus actores han decidido donar sus salarios a Time's Up, entre ellos Timotheé Chalamet. Foto: Getty

El estoque final lo tenía que dar Oprah.
 Rodeada por algunas de las mujeres con más poder en Hollywood en la actualidad, las mismas que idearon la plataforma Time’s Up, la conductora (y posible aspirante a la presidencia en 2020) lideró una mesa redonda recogida por el canal CBS para analizar el futuro del movimiento. 
Cuando Winfrey preguntó a la presentes si “ya se ha acabado el tiempo de Woody Allen“, Natalie Portman fue la encargada de sentenciarlo: “Yo te creo, Dylan”.
 El resto –entre ellas Reese Witherspoon, Shonda Rhimes, Nina Shaw, America Ferrera o Tracey Ellis Ross– asintieron al unísono. 

No son las únicas. 
Sus nombres se suman a una lista que no deja de crecer en los últimos días.
 En la era post Weinstein y del #MeToo, ¿cómo lidia la industria con un aclamado director denunciado por abusar sexualmente de su hija adoptiva, Dylan Farrow, cuando esta apenas tenía 7 años? ¿Cómo afronta aceptar su universo después de que un periodista del Washington Post tildase recientemente a todo su archivo de “misógino” y concluyese en un incisivo reportaje que Allen “está obsesionado con las adolescentes y niñas”? 
¿Cómo hacerlo cuando la supuesta víctima sigue escribiendo demoledoras acusaciones contra el director y la doble moral de Hollywood desde diferentes cabeceras?
 A tenor de cómo se engrosa la lista de renegados del director, retirándose en manada y sin ganas de asociar su nombre al del cineasta,
Están los que se arrepienten de trabajar con él: Mira Sorvino (“¡Lo siento, Dylan! No puedo ni imaginarme cómo te sentiste todos estos años mientras veías cómo todos —incluyéndome a mí e incontables personalidades de Hollywood— alababan una y otra vez a quien habías acusado por haberte lastimado de niña”),
 Ellen Page (“el mayor arrepentimiento de mi carrera”), Evan Rachel Wood, (“trabajé con él años antes de leer la carta de Dylan, no volveré a hacerlo”), Greta Gerwig (“si hubiese sabido lo que sé ahora, no habría hecho la película”) o Dave Krumholtz (“trabajar con Woody Allen ha sido un error descorazonador”).
 Están los que aseguran que nunca trabajarían con él (Jessica Chastain, Susan Sarandon), o bien los que optan por donar todo lo que ingresen con su próxima películas con el director a Time’s Up, la plataforma que asiste legalmente a mujeres en casos de discriminación de acoso (Rebecca Hall, Timotheé Chalamet o Griffin Newman). 
Eso, sin contar la alargada lista de actrices que está expresando públicamente su apoyo a Dylan Farrow. 
Hasta la madre de Selena Gomez, que actuará en su próxima película, ha dicho en sus redes que intentó convencerla de que no actuase en una película suya.
El caso de los supuestos abusos a Dylan Farrow es público desde hace un par de décadas. 
Allen siempre ha sostenido que las acusaciones son falsas y dos investigaciones concluyeron sin cargos contra el director.
 La policía investigó el caso en 1992 y las pesquisas se cerraron cuando Mia Farrow aceptó en el juicio sobre la custodia prohibir a Allen visitar a sus dos hijos adoptados (Dylan y Moses) y a su hijo biológico Satchel.
 En 2014, Dylan Farrow sostuvo en una cruda carta acusatoria contra el director en The New York Times que si Mia Farrow no continuó y presentó cargos penales contra él fue porque el fiscal consideró “la fragilidad de la menor” y que su fortaleza psicológica peligraba si seguían por la vía penal.
 Lo que sí está probado es que el director, durante la investigación policial, cambió varias veces su declaración sobre los supuestos abusos proferidos en el ático de su casa.
 Primero negó haberlo pisado, pero luego cambió su declaración al encontrarse un cabello suyo allí.
 Finalmente, el juez que le denegó la custodia de sus hijos, Elliott Wilk, escribió en su declaración de 33 páginas que el comportamiento de Allen sobre Dylan “era gravemente inapropiado” y que se debían “tomar medidas para protegerla”. 

El mismo juez también apuntó que “no había pruebas creíbles que apoyen las aseveraciones del señor Allen: que Mia Farrow había entrenado a Dylan y que actuaba con deseo de venganza contra él por seducir a Soon-Yi”.
 Ha tenido que pasar un cuarto de siglo para que Hollywood, casi al unísono pero con muchas destacadas ausencias, ahora entone ese “Dylan, yo sí te creo”.

Crespo y El Bigotes revelarán los detalles de la caja b del PP de Camps tras la confesión de Correa

El juez suspende la vista oral hasta el viernes para que ambos acusados estudien un cambio de estrategia de defensa.

 
 
Álvaro Pérez  'El Bigotes', número dos de la trama Gürtel, y Francisco Correa, empresario y 'cabecilla' de la trama, durante el juicio del caso.
Álvaro Pérez 'El Bigotes', número dos de la trama Gürtel, y Francisco Correa, empresario y 'cabecilla' de la trama, durante el juicio del caso. EFE
La declaración del cerebro de la trama Gürtel, Francisco Correa, en el juicio sobre la caja b del PP valenciano, en la que reconocía que su mercantil Orange Market recibió 3,4 millones de euros en dinero negro de la formación conservadora en 2007 y 2008, ha producido una sacudida en la vista oral.
 Otros dos de los acusados principales, Pablo Crespo, gerente de las empresas de Correa, y Álvaro Pérez, El Bigotes, ambos en prisión, han solicitado al juez que suspenda el juicio hasta el viernes para estudiar con sus abogados “un cambio de estrategia de defensa”. Esta solicitud anticipa la búsqueda de un posible acuerdo de conformidad con la Fiscalía, por el que ambos, al igual que Correa, reconocerían como ciertos los hechos relatados en el escrito acusatorio a cambio de una rebaja en la condena.
De confirmarse este pacto, sería la primera vez que los considerados números dos y tres de la trama Gürtel confiesan sus delitos. 
En los dos juicios anteriores, el del caso Fitur, por el que cumplen condena, y el de la trama central del caso Gürtel, pendiente de sentencia, ambos mantuvieron su inocencia hasta el final. 
Su sorprendente declaración en este juicio será una carga para el PP, especialmente el valenciano.
 La formación conservadora lleva casi una década arrastrando esta macrocausa de corrupción, a la que han seguido, entre otros, los casos Púnica y Lezo.
José María Vázquez Honrubia, juez central de lo Penal de la Audiencia Nacional, tras consultar con la fiscalía y el resto de las partes, ha acordado la suspensión del juicio hasta el viernes 19. 
El magistrado entiende que Crespo y Pérez, que se exponen a 22 y 27 años de prisión respectivamente por delitos electorales, fiscales y de falsedad documental, aportarán en su declaración “elementos o hechos relevantes” a la luz de lo declarado por Correa el martes, lo que justifica la suspensión.

En la sesión del martes, el cabecilla confeso de la trama admitió que su mercantil Orange Market, dedicada a la organización de eventos, cobró con fondos ocultos del PP valenciano 3,4 millones para actos tanto de campaña electoral como de periodo ordinario en los años 2007 y 2008.
 Correa manifestó que fue el exsecretario general de la formación Ricardo Costa, también acusado y que se enfrenta a una petición de siete años y nueve meses de cárcel, quien le exigió que los pagos se realizaran en dinero negro.
 De esa cantidad, hasta 1,2 millones fueron abonados por empresarios contratistas de la Administración valenciana mediante el giro de facturas falsas.
Ricardo Costa llega llega a la Audiencia Nacional.
Ricardo Costa llega llega a la Audiencia Nacional.
Estos empresarios, un total de nueve, también están acusados: todos ellos reconocieron ayer los hechos relatados por la fiscal Myriam Segura en su escrito. “La iniciativa fue del PP: si queréis cobrar, facturad a estos empresarios” manifestó Correa a preguntas de la fiscal Segura.
 “Si no lo hacíamos así, teníamos que quebrar, imagino que a los empresarios les habrán obligado también, de lo contrario tendrían menos adjudicaciones” señaló.
Correa, en prisión desde febrero de 2017, reiteró el martes su voluntad de “colaborar al 100%” con la Justicia en el juicio sobre la financiación ilegal del PP valenciano.
 El empresario, de 61 años, sostuvo que Orange Market, la filial valenciana de su red, giró las facturas falsas por trabajos realizados para la formación conservadora por necesidad. “Son sociedades honradas que han hecho un trabajo honrado, y como el PP no nos paga hemos emitido facturas falsas para poder cobrar por trabajos realizados; no hay ni una sola factura por un trabajo no realizado”,dijo.
Sin embargo, el cerebro del caso descargó la gestión diaria de Orange Market en Crespo y el Bigotes, que hasta ahora habían defendido su inocencia.
 La posible decisión de confesar delitos -y la exuberancia explicativa de Pérez demostrada en los otros dos juicios- pueden poner en serios aprietos políticos al PP.
 El Bigotes se hizo famoso en el caso Gürtel por su conversación pinchada por la policía en la navidad de 2008, con Francisco Camps: "Amiguito del alma (...) te quiero un huevo", le decía el entonces presidente de la Generalitat y del PP valenciano.



 

16 ene 2018

La infanta Cristina, "gravemente enferma" según la prensa portuguesa


Este lunes es el 50 cumpleaños de Iñaki Urdangarin y una revista del país vecino le ha regalado una portada en la que afirma que su esposa "está cada día peor". 
Según ellos, ése es el motivo por el que no asistió al 80 aniversario de su padre en Zarzuela.
Y sus padres si fueron a ver a Cristina y su familia. 

La terrible enfermedad de la que habla la publicación VIP es la depresión, supuestamente causada por la situación judicial de su esposo, a la espera de ingresar en prisión: 
"Tiene una grave dolencia, está cada día peor", afirman. La periodista Pilar Eyre, que se ha hecho eco de la noticia, detalla que se refieren a "una depresión" que la infanta Cristina (52) arrastraría desde el 2012.
Fue entonces cuando su marido, Iñaki Urdangarin, fue imputado por el caso Nóos, motivo por el que su padre y su hermano enfriaron su relación con ella y marcaron unas distancias que aún hoy se mantienen.
 Después, la propia Cristina fue imputada también y su marido finalmente condenado a prisión, hechos que han provocado su desaparición total en la vida pública (y al parecer también privada) de la familia real.
Este lunes, el que fuera el yerno favorito de Juan Carlos cumple 50 años y lo hace en Ginebra, donde reside con su esposa y tres de sus cuatro hijos en la más estricta intimidad. 
No trabaja desde hace años, ha perdido mucho peso y tan sólo el apoyo de su familia, incluidas su madre y sus hermanas, le anima a seguir adelante, pues parece que ya cuenta las semanas para ingresar en la cárcel.
Los dos fisicamente están muy envejecidos y trists.