El juez suspende la vista oral hasta el viernes para que ambos acusados estudien un cambio de estrategia de defensa.
Madrid
Otros dos de los acusados principales, Pablo Crespo, gerente de las empresas de Correa, y Álvaro Pérez, El Bigotes, ambos en prisión, han solicitado al juez que suspenda el juicio hasta el viernes para estudiar con sus abogados “un cambio de estrategia de defensa”. Esta solicitud anticipa la búsqueda de un posible acuerdo de conformidad con la Fiscalía, por el que ambos, al igual que Correa, reconocerían como ciertos los hechos relatados en el escrito acusatorio a cambio de una rebaja en la condena.
De confirmarse este pacto, sería la primera vez que los considerados números dos y tres de la trama Gürtel confiesan sus delitos.
En los dos juicios anteriores, el del caso Fitur, por el que cumplen condena, y el de la trama central del caso Gürtel, pendiente de sentencia, ambos mantuvieron su inocencia hasta el final.
Su sorprendente declaración en este juicio será una carga para el PP, especialmente el valenciano.
La formación conservadora lleva casi una década arrastrando esta macrocausa de corrupción, a la que han seguido, entre otros, los casos Púnica y Lezo.
José María Vázquez Honrubia, juez central de lo Penal de la Audiencia Nacional, tras consultar con la fiscalía y el resto de las partes, ha acordado la suspensión del juicio hasta el viernes 19.
El magistrado entiende que Crespo y Pérez, que se exponen a 22 y 27 años de prisión respectivamente por delitos electorales, fiscales y de falsedad documental, aportarán en su declaración “elementos o hechos relevantes” a la luz de lo declarado por Correa el martes, lo que justifica la suspensión.
En la sesión del martes, el cabecilla confeso de la trama admitió que su mercantil Orange Market, dedicada a la organización de eventos, cobró con fondos ocultos del PP valenciano 3,4 millones para actos tanto de campaña electoral como de periodo ordinario en los años 2007 y 2008.
Correa manifestó que fue el exsecretario general de la formación Ricardo Costa, también acusado y que se enfrenta a una petición de siete años y nueve meses de cárcel, quien le exigió que los pagos se realizaran en dinero negro.
De esa cantidad, hasta 1,2 millones fueron abonados por empresarios contratistas de la Administración valenciana mediante el giro de facturas falsas.
“Si no lo hacíamos así, teníamos que quebrar, imagino que a los empresarios les habrán obligado también, de lo contrario tendrían menos adjudicaciones” señaló.
Correa, en prisión desde febrero de 2017, reiteró el martes su voluntad de “colaborar al 100%” con la Justicia en el juicio sobre la financiación ilegal del PP valenciano.
El empresario, de 61 años, sostuvo que Orange Market, la filial valenciana de su red, giró las facturas falsas por trabajos realizados para la formación conservadora por necesidad. “Son sociedades honradas que han hecho un trabajo honrado, y como el PP no nos paga hemos emitido facturas falsas para poder cobrar por trabajos realizados; no hay ni una sola factura por un trabajo no realizado”,dijo.
Sin embargo, el cerebro del caso descargó la gestión diaria de Orange Market en Crespo y el Bigotes, que hasta ahora habían defendido su inocencia.
La posible decisión de confesar delitos -y la exuberancia explicativa de Pérez demostrada en los otros dos juicios- pueden poner en serios aprietos políticos al PP.
El Bigotes se hizo famoso en el caso Gürtel por su conversación pinchada por la policía en la navidad de 2008, con Francisco Camps: "Amiguito del alma (...) te quiero un huevo", le decía el entonces presidente de la Generalitat y del PP valenciano.
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