Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

4 ene 2018

Andrea Janeiro expresa su deseo de vivir en el “más estricto anonimato”

La hija de Jesulín de Ubrique y Belén Esteban pide en un comunicado que se respete su derecho a la intimidad.

Andrea Janeiro, con su madre, Belén Esteban, durante su 18 cumpleaños en Madrid.
Andrea Janeiro, con su madre, Belén Esteban, durante su 18 cumpleaños en Madrid.
Andrea Janeiro Esteban, hija de Belén Esteban y Jesulín de Ubrique, no quiere ser famosa. 
 La joven ha enviado un comunicado a los medios de comunicación en el que explica que se siente muy presionada y afirma que quiere vivir "en el más estricto anonimato".
 La hija del torero y la colaboradora de Sálvame solicita que no se hable más de ella y se respete su derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen.
"Con motivo de la presión mediática a la que me estoy viendo sometida, muy especialmente desde que alcancé la mayoría de edad, quiero pedir públicamente a los medios que pongan fin a dicha situación y a la vulneración de mis derechos al honor, la intimidad y a la propia imagen que se viene produciendo a lo largo de los últimos meses", ha escrito en un comunicado enviado a través de sus representantes legales, el despacho Garrido Abogados. 
"Soy consciente de que tanto mi madre como mi padre son personajes públicos, pero, aun cuando lo respeto profundamente, por mi parte nunca he participado de ningún modo en esa exposición pública", prosigue la joven.
 "He sido y soy coherente y consecuente con mi voluntad de permanecer ajena a los focos y trato de preservar mi intimidad en la medida de lo posible, pese a mis específicas circunstancias familiares", continúa.
 "Por todo lo anterior, ruego, y agradeceré, que se respete mi deseo, y mi pleno derecho, de vivir en el más estricto anonimato; reservándome, en caso de no ser así, las acciones legales que procedan para salvaguardarlos", finaliza el comunicado.
Belén Esteban lleva años hablando de su hija en televisión.
 De hecho, sus frases "yo por mi hija mato" y "Andreíta, cómete el pollo" son expresiones ampliamente conocidas. 
Por esta última, a la joven se la ha conocido siempre como Andreíta, y no como Andrea Janeiro. 
El pasado julio, la joven cumplió 18 años y desde ese momento no está amparada por el derecho a la intimidad de un menor.
 A partir de entonces, las revistas y las televisiones comenzaron a publicar fotografías de la chica con su rostro sin pixelar.
 Probablemente para apartarse de la presión mediática, Janeiro está cursando estudios universitarios en Reino Unido.

 

La infanta Cristina y su familia, de vacaciones en Roma

La Cadena Ser obtiene unas imágenes de los Urdangarin horas antes del 80 cumpleaños del rey Juan Carlos.

infanta cristina
Los Urdangarin de Borbón, en el Campo de' Fiori. firma ISABEL SALVADOR / CADENA SER
El viernes don Juan Carlos celebrará su 80 cumpleaños y lo hará con una celebración privada.
 Mucho se ha hablado acerca de si su hija, la infanta Cristina, acudirá o no al festejo, y aunque la Casa del Rey no se han pronunciado al respecto, la hermana menor del rey Felipe VI se ha dejado ver de vacaciones con su familia por Roma.
En las imágenes obtenidas en exclusiva por la Cadena SER, se puede observar a la familia formada por Iñaki Urdangarin, la infanta Cristina y sus hijos, Juan, Pablo, Miguel e Irene paseando por Campo de’ Fiori. 
Antes se les había visto en Vitoria, a donde acudieron para pasar las vacaciones navideñas junto a la familia de Urdangarin.
 A este festejo se sumó la infanta Elena, quien desde hace unos años acude a la cita para celebrar el nuevo año con su hermana, sobrinos y cuñado.
 La pareja que reside desde hace cuatro años en Ginebra y desde el escándalo por el Caso Noos, que llevó a la infanta Cristina, de 52 años y a su marido a pasar por el banquillo, la relación de la familia se desquebrajó, a tal punto que ella ha quedado apartada de cualquier acto oficial de la Casa del Rey. 
Doña Sofía y la infanta Elena son las únicas que mantienen una estrecha relación con ellos. 
Es más los cuatro hijos de la Urdangarin con Cristina siguen pasando parte del verano junto a su abuela y los hijos de la infanta Elena, Felipe y Victoria.

La pareja que reside desde hace cuatro años en Ginebra y desde el escándalo por el Caso Noos, que llevó a la infanta Cristina, de 52 años y a su marido a pasar por el banquillo, la relación de la familia se desquebrajó, a tal punto que ella ha quedado apartada de cualquier acto oficial de la Casa del Rey. Doña Sofía y la infanta Elena son las únicas que mantienen una estrecha relación con ellos. Es más los cuatro hijos de la Urdangarin con Cristina siguen pasando parte del verano junto a su abuela y los hijos de la infanta Elena, Felipe y Victoria.
Las infantaas Elena y Cristina, en Vitoria el pasado 29 de diciembre.
Las infantaas Elena y Cristina, en Vitoria el pasado 29 de diciembre. GTRESONLINE
Los hijos menores de la pareja deben volver al colegio hasta el 8 de febrero.
 Por lo que podría ser una opción viable que viajaran junto a su madre para celebrar el cumpleaños del Rey emérito.
Estas vacaciones podrían ser una de las últimas de Iñaki Urdangarin.
 El marido de la infanta está a la espera de que el Supremo resuelva el recurso que él y su equipo de defensa interpusieron ante la condena de la Audiencia de Palma, en febrero de 2017, en el que fue penado con más de seis años de prisión por prevaricación, malversación, fraude, tráfico de influencia y 2 delitos fiscales. Urdangarin recurrió y por su parte la Fiscalía del Supremo pidió que se elevara a 10 años la condena.

 

Sofía Loren y las nuevas maneras de leer.................. Juan Cruz....

Estamos en tiempos de una lectura estrecha, que se conforma con lo primero que ve para resumir hasta la biblia en pasta.

Sofía Loren, en una librería de Manchester en 2010.
Sofía Loren, en una librería de Manchester en 2010.
Demasiado atrevido fue quien inventó aquella manera de resumir: “He leído Guerra y paz. Va de Rusia”. 
 Creía que se estaba riendo de un imposible. Ahora abres las redes sociales, ¡y los periódicos!, y es posible leer en éxtasis a descubridores de libros de los que se dice solo una línea. “Trata de Rusia”.
 Bagaría inventó, con Miguel Mihura, una alegoría para empequeñecer la lluvia: Dos hombres hablan bajo una gota enorme que cae sobre el pueblo.
 “¿Y esto qué es?”, dice uno. “Una nueva manera de llover: cae una gota enorme y ya es la lluvia”.
Sofía Loren dijo que ella había empezado a ser tenida en cuenta cuando empezó a crecer a los lados.
 Estamos en tiempos de una lectura estrecha, que se conforma con lo primero que ve para resumir hasta la Biblia en pasta.
 Lo que se lee en seguida, aunque no contenga nada, se hará viral si contiene al menos un insulto, una definición terminante, un rumor suculento. “Hemingway era un poco homosexual”.
Y mil moscas acuden a los likes
. Las redes impactan porque parecen resúmenes de lo que pasa. Resúmenes en los que se unen falsedades, que ya llamamos fakes, e insolencias, todo mezclado con ideología.
 Desde ese pedestal se dicta lo que se debe leer en prensa. 
Ya no depende de si la información es buena o mala: la línea de la calidad es la fidelidad a un sector u otro del griterío. Like, No like. Y te quedas tan pancho.
Las redes han monopolizado también la sensación de leer. ¿Dónde lo has leído? “Lo he leído en Twitter”. 
Escritores importantes aparecen en el periódico opinando de lo que han leído o de lo que han visto, y siempre leerás en Twitter o acullá a quienes dicen que jamás leerían una línea de ellos porque ya compraron sus sambenitos.
 “Porque no me gusta lo que piensan, no me gustan lo que son, no me gustan y punto, etcétera”.
Es una nueva manera de leer: se deja de leer y ya es como si lo hubieras leído todo.
 Lees el principio de una información o de un artículo o de un libro y, según el periódico que sea o el autor que sea, ya es verdad o mentira, o ya es basura y punto, para qué más.
El esfuerzo del periodista para contextualizar su información, para abrevar en fuentes distintas sobre una misma materia, el esfuerzo mismo de cualquier periódico por contextualizar la realidad se va al pozo. 
El esfuerzo de un escritor deja de tener trascendencia porque simplemente el otro día dijo que le gustaba Ciudadanos, o Podemos, o vete tú a saber qué. 
Da igual lo que digas, las redes tienen su dedo de borrar, o de tachar, desde el baluarte incólume de la certidumbre ideológica.
Con los libros pasa y pasa con las discusiones y con las conversaciones. 
Se ha infantilizado, qué quieren que les diga, la lectura, y esta ha de ser minuciosa y detenida, de nuevo.
 Para eso, como dice Timothy Snyder en Sobre la tiranía (Galaxia Gutenberg), hay que volver a leer periódicos, detenidamente; las informaciones de los periódicos, lo que de verdad dicen; no lo que te dicen que dicen, sino aquello que proviene del viejo oficio de informar para hacer que los otros sepan.
  Ahora estamos, otra vez, en la era infantil de la lectura: se lee solo lo que salta a la vista.
 Cuando crezca la lectura hacia arriba todos los nuevos inventos nos ayudarán a entendernos. 
Ahora a lo que contribuyen los nuevos inventos es, para nuestra desgracia, a confundirnos más, mostrándonos solo una parte minúscula del esfuerzo que hay que hacer para que llueva de veras sobre el pueblo.


 

La novia que dio el “sí, quiero” solo 18 horas antes de morir

Heather Mosher recibió un diagnóstico de cáncer el mismo día que su novio le propuso matrimonio.

La pareja, en el día de su boda.

Cuando Heather y David Mosher se dieron el sí, quiero, el pasado 22 de diciembre, sabían que el suyo sería un matrimonio breve. 

 Los médicos les habían sugerido que adelantaran su boda, prevista para el 30 del mismo mes, porque el cáncer de mama contra el que Heather llevaba luchando un año avanzaba sin piedad.

 Tan solo 18 horas después del enlace, celebrado en la capilla del hospital Saint Francis de Hatford (Connecticut), Heather murió. 


Justo un año antes, el 23 de diciembre de 2016, la mujer recibió casi al mismo tiempo la peor noticia de su vida y la proposición más dulce: el día en el que un médico le diagnosticó cáncer de mama su novio, David, a quien había conocido un año y medio atrás en una clase de baile, le propuso matrimonio. 
“Me dije a mí mismo: ella necesita saber que no va a ir por este camino sola. 
Alquilé un carruaje y un par de caballos para toda la noche. Vinimos en el carruaje y se lo propuse a la luz de la calle”, ha declarado a un medio local.
Cinco días después, los resultados de las pruebas desvelaron que Heather padecía el cáncer de mama más agresivo, el triple negativo. En septiembre se había extendido por todo su cuerpo y tuvo que ser hospitalizada.
“Heather eligió pasar sus últimas horas celebrando y rodeada de personas a las que quería y que la querían”, afirma su amiga Crhistina Lee Karas, que ha publicado en su cuenta de Instagram imágenes del enlace.
 Las fotografías muestran a Heather vestida con un traje de novia y tumbada en una cama hospitalaria junto a su esposo durante la ceremonia.
 “David anhelaba tener una oportunidad para construir una vida con su esposa, pero sabía que ella se iría”, afirma Lee.
Heather venció al cáncer.
 Así lo cree que su marido: 
“Lo venció porque vivió más tiempo del que nadie pensó que conseguiría vivir y lo venció porque logró que cumpliéramos nuestro sueño de casarnos.
 Es la persona más fuerte que he conocido”.