Polémico. Atractivo. Brillante. Controvertido. Los seis meses de Yanis Varoufakis (Atenas, 1961) al frente del Ministerio de Finanzas de Grecia
lo convirtieron en una celebridad global, en una suerte de estrella del
rock de la política económica. Sus detractores lo caricaturizan como un
extremista medio chiflado de izquierdas —según su propia definición—,
enamorado de las motos potentes, de los restaurantes chic, de las
chaquetas de cuero y del glamour de las islas griegas. La troika afirma
que su gestión le costó a Grecia 100.000 millones de euros. Lo más suave que dicen sus críticos es que se trata de un intelectual cuya inmersión en la política,
más allá de la fama, puede calificarse como mediocre. Varoufakis acaba
de responder a sus censores con un ejercicio de funambulismo literario:
Comportarse como adultos, que en España acaba de publicar Deusto, ofrece
una mirada única a las entretelas de Bruselas y es, sin duda, uno de
los libros del año. A lo largo de 700 suculentas páginas se explica,
asume algunos errores y, sobre todo, salda cuentas pendientes con una
prosa de gran altura que incluye sonoros disparos a diestro y siniestro. El exministro conserva una lengua venenosa y es dueño de un análisis
demoledor para Europa. “No se engañen, la crisis sigue ahí; el euro
corre peligro”, embiste en una entrevista realizada con este periódico. Europa crece a un ritmo superior al 2%. El paro ha bajado de la cota del 9%. Los déficits mejoran. Los
populismos acechan, pero de momento siguen quedándose a las puertas de
llegar al Gobierno en los grandes países. Las instituciones europeas
presumen, en fin, de recuperación. Sin embargo, Varoufakis desdeña todo
eso —“Una reactivación cíclica”, lo llama— y brinda un mal dato por cada
dato bueno. Y, sobre todo, esboza un relato mucho menos complaciente
que el de las élites de la UE. “En la fase más aguda de la crisis del euro, hubo serios
riesgos de fragmentación. El BCE supo contenerlos, pero las amenazas aún
existen, aunque adopten otras formas: el Brexit, una Alemania que no
logra formar Gobierno, la extrema derecha en Austria, Cataluña, el
hundimiento del bipartidismo en Francia y los reflejos autoritarios en
Europa del Este son claros síntomas de un malestar profundo. Las grandes
crisis son momentos de revelación de las fallas del sistema: en Europa
le hemos visto las costuras al euro y si nada cambia la amenaza es el
hundimiento gradual de lo que solíamos llamar democracia liberal”.
Una situación como la de 2001
¿Lo peor ha pasado? No. Varoufakis, que ha fundado un nuevo
partido (DiEM 25) para luchar contra ese malestar, se ríe cuando se le
recuerda que el apocalipsis casi siempre defrauda a sus profetas: “Los
análisis más pesimistas, entre ellos los míos, no han fallado en los
últimos años; lo siento, pero es así”. ¿Lo peor ha pasado, al menos? “La
situación actual me recuerda a la de 2001: veníamos de veinte años de
encadenar burbujas, estalló la de las puntocom, y aun así nos las
arreglamos para seguir igual y provocamos una crisis aún más grave con
una burbuja aún mayor que estalló en 2008. Corremos el riesgo de volver a
las andadas. En España, la deuda total va al alza. En Italia hay fuga
de capitales, una crisis bancaria en ciernes, una situación política
explosiva. Lo que tenemos en Grecia no puede llamarse recuperación, y la
deuda es impagable. Los ejemplos son inagotables. En toda la periferia
hemos cambiado empleos a tiempo completo por trabajos precarios, y con
ello se ponen en peligro las pensiones futuras y las bases de la
economía europea. Los desequilibrios financieros y macroeconómicos no
solo no se han reducido, sino que son incluso mayores: me temo que no
estamos para celebraciones. El euro, tal como está hoy, es
insostenible”. “Lo más preocupante”, acaba el griego, “es el bajo nivel de
inversión y las divergencias crecientes en la zona euro. Sin inversión y
sin convergencia es imposible hablar de fin de la crisis. Europa sigue
metida en una: 10 años después de [la caída de] Lehman Brothers, somos
incapaces de reforzar la arquitectura del euro y la moneda, contra lo
que decían sus impulsores, es una fuente de incertidumbre. Europa es muy
rica y puede mantener ese euro con pies de barro durante un tiempo,
pero a la larga, créame, las costuras saltarán”. Errores y maldiciones. Varoufakis se retrata a sí mismo como
una suerte de héroe trágico en su libro. Alude a algunos de los errores
que cometió como miembro del Gobierno de Alexis Tsipras, aunque su
capacidad de autocrítica no está a la altura de su talento literario. Y
aun así merece la pena prestar atención a su análisis. “Grecia no podía
aceptar ningún acuerdo sin reestructurar su deuda, que era y es
insostenible. Pero a los acreedores no les interesaba que pagáramos:
simplemente querían dar una lección a Grecia como aviso a otros países. Al final, desgraciadamente, Tsipras capituló. En el póquer, si tienes
malas cartas, solo tienes una posibilidad de ganar si tu farol es
creíble y lo mantienes hasta el final, pero si crees que el oponente no
va a retirarse no deberías jugar. Estoy orgulloso del auténtico susto,
aunque breve, que se llevó la troika. Pero no supimos resistir”.
“Nuestra derrota tuvo unos costes enormes”, admite en el libro. “Maldigo
a mi Gobierno por no haber resistido”, añade durante la conversación. Y siempre era el primero en darle la razón a Schäuble. Con
él me pasó lo que con tantos otros: podía llegar a posiciones comunes en
privado, pero a la hora de la verdad no servían de nada: eso es
democráticamente deshonesto”. ¿Le ve con opciones al BCE? “Viene de la
banca de inversión, como Mario Draghi. Tiene buenos fundamentos
económicos. Y lo más importante: es uno de ellos”, remacha el
exministro. Egos revueltos. Varoufakis explica de forma pormenorizada en
su nuevo libro qué significa ser uno de ellos a través de una
conversación con el influyente Larry Summers, exasesor de Barack Obama y
exsecretario del Tesoro con Bill Clinton. “Hay dos clases de políticos:
los que ven las cosas desde dentro y los que prefieren quedarse fuera,
los que prefieren ser libres para contar su versión de la verdad. El
precio que pagan por su libertad es que los que están dentro, los que
toman las decisiones importantes, no les prestan la menor atención. Los
que viven las cosas desde dentro deben acatar una ley sacrosanta: no
ponerse en contra de los que están dentro, no contar lo que sucede. ¿Cuál de los dos eres tú?”, le pregunta Summers. Varoufakis lo deja
claro a lo largo de más de 700 páginas. Graba y transcribe reuniones,
cuenta pormenores de decenas de entrevistas con líderes mundiales, pone
sobre la mesa hasta el último y sonrojante detalle. Yanis Varoufakis consigue reírse de sí mismo, aunque se las arregla para
quedar bien casi siempre. Y mantiene el pulso literario de un volumen
largo que tiene hechuras de novela negra y de drama shakespeariano. Pero
sobre todo de tragedia griega. Porque a pesar de sus torrenciales
explicaciones, el lector no alcanza a explicarse cómo Tsipras,
Varoufakis y los suyos no consiguieron ni acercarse a lo único que
importa: el mejor acuerdo posible para Grecia.
Guindos: “Es uno de ellos”. Varoufakis critica con suma
dureza a la Comisión Europea —“El Eurogrupo y hasta el grupo de trabajo
del Eurogrupo mandan mucho más”—. Atiza sin miramientos a Tsipras, a
Jean-Claude Juncker, a Pierre Moscovici, a Jeroen Dijsselbloem, a muchos
otros. A lo largo de Comportarse como adultos apenas salva al ministro
alemán Wolfgang Schäuble, que llegó a proponer la salida de Grecia del
euro. Su análisis sobre Luis de Guindos está plagado de claroscuros:
“Hablamos el mismo idioma porque Guindos, a diferencia de la gran
mayoría del Eurogrupo, sabe de economía. Tuvimos interesantes
discusiones, y a puerta cerrada estábamos más o menos de acuerdo. Pero
en las reuniones Luis mantuvo posiciones indignantes: su primer objetivo
era castigar a Grecia para penalizar a Podemos.
Junto con el exBeatle han sido condecorados el único superviviente de la banda Bee Gees Barry Gibb y el actor Hugh Laurie.
El exBeatle Ringo Starr y el único superviviente de la banda Bee Gees,
Barry Gibb, van a estrenar el 2018 luciendo el título de sir. Los
nombres de estos dos músicos legendarios y ya septuagenarios sobresalen
en la lista de distinciones que la reina Isabel II concede con ocasión
del nuevo año, y que incluye al actor Hugh Laurie, conocido para el gran público como el rostro televisivo del doctor House. Personajes
destacados del mundo de las artes, la ciencia, el deporte o la política
británica, junto a ciudadanos anónimos que trabajan al servicio de su
comunidad, completan una nómina de 1.123 receptores de los honores
reales. Pero entre todos ellos el gran protagonista de esta edición ha
sido Richard Starkey
(nombre real de Ringo Starr), cuyo nombramiento como caballero del
Imperio Británico “se le debía desde hace tanto tiempo”, en palabras del
afamado compositor Tim Rice.
“Es un placer ser reconocido por mi música y también por mi
trabajo caritativo”, ha declarado el antiguo batería de los Beatles ante
ese título de sir que le llega a los 77 años y dos décadas más tarde
que a su compañero de grupo Paul McCartney. Con motivo de esa distinción
el músico regresará al palacio de Buckingham por primera vez desde
1965, cuando los Fab Four recibieron la Orden del Imperio
Británico (OBE) en pleno apogeo de su éxito. Cuatro años después, John
Lenon devolvía la medalla para protestar por el apoyo británico a la
intervención de EE.UU. en Vietnam.
El futuro sir Ringo ha sido considerado no sólo como parte
integrante de una banda mítica -que se disolvió en 1970-, sino también
por su implicación en la lucha contra el Sida y contra la pobreza y
exclusión social. Starr fue el último en incorporarse al famoso
cuarteto, y el miembro cuya estrella brilló menos frente al genio de
Lenon, la personalidad de McCartney y el enigma que fue George Harrison.
Pero sin él los Beatles nunca hubieran sido los Beatles, como ha
querido subrayar sir Paul en su mensaje de año nuevo: “Felicitaciones al
mejor batería y al mejor colega”.
Otra gran figura de la música popular, el compositor,
cantante y desde ahora sir Barry Gibb, ha convertido la distinción
otorgada por la soberana en un homensaje a sus dos hermanos, los
desaparecidos Maurice y Robin, junto a los que fundó los Bee Gees. Británico de nacimiento aunque formado en Australia, Gibb, de 71 años,
fue el vocalista de una banda familiar que arrasó en el panorama musical
de los 70´con su álbum Saturday Night Fever y que, en el conjunto de su carrera, vendió más de 45 millones de discos. Entre los nombres más populares que integran la lista de
honores aparecen los de los intérpretes Hugh Laurie y el veterano James
Cosmo (conocido de los televidentes por su papel de Jeor Mormont en la
serie Juego de Tronos). También la bailarina reclicada en juez de la versión británica de Ven a Bailar,
Darcey Burrell, nombrada dama del Imperio, o el político
liberaldemócrata Nick Clegg. El que fue durante cinco años número dos
del gobierno ha recibido el título de sir, lo que convierte a su mujer,
la española Miriam González Durante, en una lady.
El
cantante celoso de su intimidad publicó una imagen con su pareja
Almudena Navalón y su hija Chloe para dar la bienvenida al 2018.
El 9 de junio de 2017 Manuel Carrasco y Almudena Navalón
se convertían en padres por primera vez. Ambos intentaron mantener en
la mayor intimidad la llegada de su niña aunque accedieron a posar
juntos a las puertas del Hospital Universitario Quirónsalud de Pozuelo
de Alarcón. Sin embargo, el retrato familiar no mostraba el rostro de la
pequeña Chloe. Así que para darle la bienvenida al nuevo año el
cantante y su pareja decidieron esta vez presumir en las redes sociales
de la pequeña en una foto familiar en la que por fin muestran la cara de
su primogénita.
Se trata de una imagen en blanco y negro en la que ambos sonríen a la
cámara mientras que la niña sale de perfil. "Feliz año mi gente
bonita!! Os deseamos lo mejor para este 2018. Y gracias por haber estado
de la manera más increíble en este año que dejamos atrás . Os quiero
mucho. #felizañonuevo”, escribió el coach de La Voz en la imagen que tiene más de 123.000 ‘me gusta’. Almudena ha querido compartir otra imagen de la misma serie. "Feliz
2018 a tod@s!! Mucha salud y felicidad #felizañonuevo", escribió la
periodista. Ha tenido que pasar seis meses para que el cantante
se decidiera mostrar a su bebé. Antes ya había compartido una foto de
ella de recién nacida, pero solo había querido mostrar la mano de la
pequeña. Mientras que su pareja había compartido instantáneas de los
pies de Chloe. Manuel Carrasco es uno de los cantantes de más éxito del panorama
musical español. Tambíén su popularidad ha aumentado con su
participación en el programa La Voz. Una integrante de su equipo Alba Gil se proclamó ganadora de la última edición de este formato
El modelo
de Pronovias es muy parecido a uno del modista Joshua Velázquez. El año
pasado ocurrió lo mismo con el diseño que lucía la presentadora.
Dos días después de las campanadas, el vestido de Cristina Pedroche
sigue acaparando titulares. El modelo de Hervé Moreau que lució la
presentadora para dar las campanadas de Año Nuevo es muy similar a uno
del joven diseñador Joshua Velázquez. Una polémica que se repite un año
después de que acusaran a Pronovias de plagio por el diseño que vistió la colaboradora de Zapeando para dar la bienvenida al año 2016. El mono de transparencias y aplicaciones de encaje y chantilly
confeccionado con dos metros de tul y más de 200 cristales bordados a
mano que firma Pronovias es muy parecido al que el modisto Velázquez, de
25 años, presenta a través de su página web.
Además, el parecido con el modelo que lució la presentadora hace dos
años convertido en vestido también tuvo críticas entonces debido a las similitudes con otro diseño del joven canario.
Dos días después de las campanadas, el vestido de Cristina Pedroche
sigue acaparando titulares. El modelo de Hervé Moreau que lució la
presentadora para dar las campanadas de Año Nuevo es muy similar a uno
del joven diseñador Joshua Velázquez. Una polémica que se repite un año
después de que acusaran a Pronovias de plagio por el diseño que vistió la colaboradora de Zapeando para dar la bienvenida al año 2016. El mono de transparencias y aplicaciones de encaje y chantilly
confeccionado con dos metros de tul y más de 200 cristales bordados a
mano que firma Pronovias es muy parecido al que el modisto Velázquez, de
25 años, presenta a través de su página web.
Además, el parecido con el modelo que lució la presentadora hace dos
años convertido en vestido también tuvo críticas entonces debido a las similitudes con otro diseño del joven canario.
Esta no es la primera vez que el look de la presentadora es acusado de plagio. El body
negro con cadenas y estrellas que escogió Pedroche para dar la
bienvenida al año 2016, también firmado por Pronovias, fue criticado por
su sospechoso parecido al corsé del famoso corsetier francés
Mister Pearl (Sudáfrica, 1962). La pieza, diseñada para John Galliano en
los noventa, la lució Eva Herzigova en una sesión de fotos con el
fotógrafo Hemult Newton y Helen Christensen en un desfile del gibraltareño en 1997.
El modelo de la presentadora ha generado por su estilo una
gran polémica y por el mensaje que ella dice ha tratado de enviar con
él: "Mi vestido es superfeminista porque llevándolo defiendo la libertad
de la mujer. Me visto como me da la gana. También te digo que si el
primer año me hubieran dicho que tenía que ponerme un vestido sin
sujetador y con las bragas a la vista, nunca lo hubiera hecho. Yo
decido", decía en una entrevista con este periódico. La presentadora tuvo este año palabras contundentes contra la violencia de género. "No es no y nos queremos vivas", dijo. Y es que la expectación era tal por el vestido que,
instantes después de que Pedroche se desprendiese del abrigo rojo que
cubría el modelo, las redes sociales se llenaron de comparaciones y
coincidencias entre el mono y otros diseños. Los internautas llegaron a
comparar a la vallecana con la mismísima Beyoncé o con las coristas y
bailarinas del grupo Boney M.