El superventas malagueño presenta su cuarto álbum, ‘Prometo’, que define como su “trabajo más libre”.
"Soy todo vuestro…". Quizás porque la mucha prensa
congregada no esperaba un comienzo tan a pecho descubierto, el músico y
cantante Pablo Alborán
(Málaga, 1989) tuvo que volver a interpelar al auditorio ("¿Hola?") al
comienzo de la presentación de su cuarto disco de estudio en ocho años
de carrera, Prometo (Warner).
El joven de las grandes cifras (42 discos de platino, 2,5 millones de copias vendidas, 3,66 millones de seguidores en Twitter...) ha regresado al lío tras dos años de descanso:
"Paré porque me sentía muy cansado y sin nada que contar", ha dicho. La promoción, los conciertos, el saber que nunca vas a pasar desapercibido…
"La fama es maravillosa, pero yo soy muy niño, me gusta soñar, y sentía que estaba empezando a despertarme de mis sueños, ¿qué poético me ha quedado, no?".
Con chaqueta y pantalón azul tinta y camiseta y zapatillas blancas, Pablo Alborán llegó a un templo para el debate y el pensamiento como la Fundación Giner de los Ríos para hablar de su álbum, grabado en Miami, con la producción del colombiano Julio Reyes y compuesto por 12 canciones.
En ellas, su reconocible sello de sentimientos íntimos y desgarrados, de amores ardientes, a veces insatisfechos.
Aunque también hay espacio para hablar del "momento raro que vivimos", como ocurre en Boca de hule.
"Un cara a cara con la decepción por la corrupción y la mentira", asegura el malagueño de un tema que incluye una versión en la que colabora Alejandro Sanz:
"El perfecto compañero de batalla para ese tema".
En un álbum en el que juega "con nuevos estilos e influencias", desde la música electrónica a la latinoamericana, pasando por el reggae y el flamenco, el músico ha repetido en varias ocasiones que se trata de su trabajo "más libre, honesto y transparente, nacido de la calma".
¿Un mensaje para su anterior discográfica, EMI, con la que rompió en 2012 tras su segundo trabajo, Tanto (2012)? Siempre midiendo cada palabra para no dar un titular muy llamativo a la prensa, Alborán ha añadido que la industria del disco "te puede llegar a doler".
"Es un mercado, una balanza difícil de equilibrar en la que siempre hay alguien que solo quiere que vendas discos, y eso puede llegar a amargarte un poco".
Jugando con el nombre del disco, el autor de himnos para miles de fans como Solamente tú ha prometido que se morirá "haciendo música", aunque, por ahora, será solo en español.
Cuando decidió tomarse el descanso bienal, aseguró que, entre otras razones, lo hacía para mejorar su inglés.
Visto el nuevo producto, todo en español, ¿es que no ha alcanzado gran nivel del idioma de Shakespeare?
Alborán advirtió, en broma, que no va a hacer "ninguna entrevista en inglés". "Es más bien un idioma que uso en el ámbito personal y para hablar con mis productores y músicos".
Preguntado por los nuevos formatos para escuchar música, Pablo Alborán ha alabado plataformas como Spotify ("el caso es escuchar música"), pero ha recordado que a él le gusta "tener el disco en las manos".
Dicho esto, se sentó al piano para tocar el sencillo que da nombre al disco:
"Prometo es una canción que nació como si estuviera en trance, como si la escupiera, de las que cuando las sueltas te sientes vacío". Un tema que incluye versos como "saldremos en las noticias de la tarde por haber sabido amarnos".
Lo que él quiere, de momento, es vender muchos discos y que los compradores "hagan con el CD lo que quieran, menos ponerlo para ahuyentar a las palomas".
El joven de las grandes cifras (42 discos de platino, 2,5 millones de copias vendidas, 3,66 millones de seguidores en Twitter...) ha regresado al lío tras dos años de descanso:
"Paré porque me sentía muy cansado y sin nada que contar", ha dicho. La promoción, los conciertos, el saber que nunca vas a pasar desapercibido…
"La fama es maravillosa, pero yo soy muy niño, me gusta soñar, y sentía que estaba empezando a despertarme de mis sueños, ¿qué poético me ha quedado, no?".
Con chaqueta y pantalón azul tinta y camiseta y zapatillas blancas, Pablo Alborán llegó a un templo para el debate y el pensamiento como la Fundación Giner de los Ríos para hablar de su álbum, grabado en Miami, con la producción del colombiano Julio Reyes y compuesto por 12 canciones.
En ellas, su reconocible sello de sentimientos íntimos y desgarrados, de amores ardientes, a veces insatisfechos.
Aunque también hay espacio para hablar del "momento raro que vivimos", como ocurre en Boca de hule.
"Un cara a cara con la decepción por la corrupción y la mentira", asegura el malagueño de un tema que incluye una versión en la que colabora Alejandro Sanz:
"El perfecto compañero de batalla para ese tema".
En un álbum en el que juega "con nuevos estilos e influencias", desde la música electrónica a la latinoamericana, pasando por el reggae y el flamenco, el músico ha repetido en varias ocasiones que se trata de su trabajo "más libre, honesto y transparente, nacido de la calma".
¿Un mensaje para su anterior discográfica, EMI, con la que rompió en 2012 tras su segundo trabajo, Tanto (2012)? Siempre midiendo cada palabra para no dar un titular muy llamativo a la prensa, Alborán ha añadido que la industria del disco "te puede llegar a doler".
"Es un mercado, una balanza difícil de equilibrar en la que siempre hay alguien que solo quiere que vendas discos, y eso puede llegar a amargarte un poco".
Jugando con el nombre del disco, el autor de himnos para miles de fans como Solamente tú ha prometido que se morirá "haciendo música", aunque, por ahora, será solo en español.
Cuando decidió tomarse el descanso bienal, aseguró que, entre otras razones, lo hacía para mejorar su inglés.
Visto el nuevo producto, todo en español, ¿es que no ha alcanzado gran nivel del idioma de Shakespeare?
Alborán advirtió, en broma, que no va a hacer "ninguna entrevista en inglés". "Es más bien un idioma que uso en el ámbito personal y para hablar con mis productores y músicos".
Preguntado por los nuevos formatos para escuchar música, Pablo Alborán ha alabado plataformas como Spotify ("el caso es escuchar música"), pero ha recordado que a él le gusta "tener el disco en las manos".
Dicho esto, se sentó al piano para tocar el sencillo que da nombre al disco:
"Prometo es una canción que nació como si estuviera en trance, como si la escupiera, de las que cuando las sueltas te sientes vacío". Un tema que incluye versos como "saldremos en las noticias de la tarde por haber sabido amarnos".
Lo que él quiere, de momento, es vender muchos discos y que los compradores "hagan con el CD lo que quieran, menos ponerlo para ahuyentar a las palomas".