La ‘celebrity’ es la portada de este sábado en la revista ‘SModa’.
La mujer que ha convertido su nombre en sinónimo de marca personal de éxito, la misma que suma más de 104 millones de seguidores en su Instagram y 57,1 en su perfil de Twitter, que tiene su propia marca de productos de belleza (KKW Beauty) y acaba de lanzar la línea de perfumes Crystal Gardenia y la aplicación ScreenShop (bautizada como el ‘Shazam de la moda’), protagoniza la portada del número de diciembre de SModa, gratis este sábado con EL PAÍS.
En esta producción de moda exclusiva, que ha corrido a cargo del fotógrafo británico afincado en Nueva York David Slijper, Kim Kardashian, la empresaria y celebrity que convierte en negocio todo lo que toca, muestra su faceta más relajada y minimalista.
El abogado de origen armenio Robert Kardashian saltó a la fama en 1995 con uno de los juicios más mediáticos de la historia, el del exjugador de fútbol americano O. J. Simpson, a quien defendió de los cargos de asesinato de su exmujer, Nicole Brown, y su amigo Ronald Goldman.
Entonces nadie conocía a la familia Kardashian.
Pero en 2007, Kim —que ya era conocida por su amistad con la rica heredera Paris Hilton y se hizo popular tras filtrarse un vídeo porno— irrumpió en las pantallas de medio mundo con el reality show Las Kardashians, donde exponía el día a día de un clan compuesto por su madre, Kris Jenner, sus hermanas Khloé, Kourtney, Kylie y Kendall (estas dos últimas, hijas del segundo matrimonio de su madre con el deportista olímpico Bruce Jenner, la ahora activista transgénero Caitlyn Jenner) y su hermano Rob.
Se convirtieron en un fenómeno y ahora son la nueva aristocracia estadounidense.
Fue el inicio de la carrera hacia la ultracelebridad de la empresaria, que según Forbes generó 38,6 millones de euros en 2016.
En la conversación, la empresaria sostiene que ahora intenta “vivir el momento”, rodeada de su familia y de su mejor amiga de la infancia.
De hecho, el maquillador de la sesión de fotos ha sido uno de los inseparables de su troupe, Mario Dedivanovic (conocido en Instagram como @MakeupByMario), en quien siempre confía a la hora de proyectar la imagen de su rostro.
Coordinando la sesión ha estado la estilista de SModa Francesca Rinciari, que ha seleccionado para la celebridad prendas básicas, lejos del barroquismo habitual en sus estilismos: una cazadora de Tod’s, complementos de Saint Laurent para Anthony Vaccarello… Sus colaboraciones con firmas son constantes, y su presencia en los front rows de los desfiles, imprescindible.
Ella sostiene que su gran logro dentro de la industria de la moda ha sido cambiar los cánones de belleza.
“He hecho que las curvas estén de moda”, afirma esta gurú de la marca personal.
Se ha convertido en el icono de una época: sus estilismos —y los de North y Saint, sus hijos con el rapero Kanye West— son copiados, puso de moda la técnica de maquillaje denominada contouring, tiene sus propios emoticonos y un videojuego para móviles —Kim Kardashian: Hollywood— que en la primera semana de su lanzamiento en 2014 generó 1,4 millones de euros. Pero la celebridad no solo habla de moda y belleza: en la entrevista con SModa, además, explica que no es una seguidora del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y aborda los estereotipos establecidos en torno a la maternidad (espera la llegada de su tercer hijo gracias a la maternidad subrogada).
“Estar embarazada no fue lo que yo esperaba”, avanza.
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