El tenista, que se casa dentro de un mes con Ana Boyer, se maneja bien con la fama y siempre ha soñado con ser actor.
Mábel Galaz
- Ana Boyer anunció esta semana que se casa con Fernando Verdasco tras cuatro años de relación en una boda que se celebrará la primera semana de diciembre en una isla del Caribe.
- Un enclave perfecto para conseguir una ceremonia íntima y a salvo de una millonaria exclusiva.
- Verdasco, que cumple 34 años el próximo día 15, entrará así de manera oficial en un clan que reúne apellidos tan famosos como Iglesias, Preysler, Falcó y Boyer.
- La reina de la prensa del corazón se declara encantada con su futuro yerno, uno de sus grandes apoyos tras la muerte del exministro socialista Miguel Boyer, padre de Ana.
- Verdasco ha sabido entender lo que es moverse en el mundo de la prensa del corazón en el que la familia de su novia reina desde hace años.
- El tenista, antes de conocer a Ana Boyer, ya hizo sus pinitos en ella.
- Sin embargo, de puertas adentro, en el día a día del circuito, Verdasco se mueve en un segundo plano.
- Desfila por los espacios reservados a los jugadores sin hacer ruido y dosifica sus intervenciones en los medios.
- Después de 16 años como profesional, se expresa desde un discurso más maduro que el de hace unos años.
- Disfruta de las victorias pero si cae derrotado no rehúye la pregunta.
- Simpático, coqueto y apasionado de las redes sociales en las que se muestra muy activo, el tenista ha sido imagen de varias firmas de moda
- . Famosa fue una campaña en la que promocionaba calzoncillos.
- Su foto decoró las vallas publicitarias de muchas ciudades. Pero entonces no conocía a Ana Boyer.
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Pero Verdasco continúa siendo un rival siempre muy respetado. A pocos tenistas les agrada topárselo en unas primeras rondas, porque aunque individualmente no haya obtenido grandes premios su talento está fuera de toda duda.
El español ha sido un buen jugador, pero siempre ha quedado la sensación de que si hubiese sido menos disperso en su época de bonanza podría haber sido una referencia.
Actualmente ocupa el 39º peldaño del ranking.
Estos días en París está mostrando un buen tenis. Cerca de la última recta de su carrera, prioriza sobre todo el disfrutar de su profesión, toda vez que en el plano personal se siente feliz. “Está más centrado que nunca”, desprenden desde su entorno. “Trabaja con mucha seriedad y estamos seguros de que todavía dará buenos momentos”, traslada su círculo más próximo.
Desde el punto de vista técnico, ahora le asesoran Nacho Truyol, Sergi Pérez y Emilio Sánchez Vicario, este último habitualmente desde la distancia porque reside en Estados Unidos.
Mientras, su rutina pasa en la actualidad por Doha (Qatar), donde se instaló en 2016.
Residir en este país ha sido una de las causas por las que ha decidido casarse cuanto antes, ya que las leyes de allí le impiden vivir con su novia.
Diversos amigos —entre ello Nasser Al-Kelaïfi, presidente del Paris Saint Germain— le condujeron hasta el emirato, del que valora su climatología para poder entrenarse.
Colabora con la federación local y allí pasa la mayor parte de su tiempo libre por lo que visita de forma muy esporádica Madrid. Cuando él se instala en Doha, Ana Boyer regresa a casa de su madre, el resto del tiempo acompaña a su novio en una vida nómada.
Verdasco se considera ante todo “un ciudadano del mundo”. “Ojalá que pueda seguir jugando al menos tres o cuatro años más, pero todo depende de lo que me dé el físico”, decía hace unos meses.
Cuando esta etapa se acabe se planteará dar el salto al cine. “Siempre he querido ser actor”, ha confesado.