Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

25 oct 2017

¿Por qué Jack Reed escribió la mejor crónica de la Revolución Rusa?

El periodista John Reed estaba allí en 1917 cuando la revolución bolchevique le dio una forma nueva al mundo.
 Este norteamericano contó, en el libro 'Diez días que conmovieron al mundo', un relato inolvidable sobre lo acaecido. 
Tanto le impactó que se quedó en Moscú, donde falleció tres años después.
HABLAN DE LA CRÓNICA, insisten en la crónica, dan la tabarra con la crónica. 
Y lo dicen como si hubiera empezado antes de ayer, cuando empezó mucho antes de ayer.
 Herodoto, César, Ibn Battuta, Álvar Núñez, Sterne o Stendhal —por ejemplo— son cronistas bastante extraordinarios.
 Pero a ninguno le tocó contar algo tan decisivo como a John Silas Reed. 

Lo llamaron John pero lo llamaban Jack; había nacido el 22 de octubre de 1887 en una mansión de Portland, Oregón, rodeado de sirvientes chinos y niñeras inglesas, el hijo de la hija de un empresario millonario. 
Le pagaron los gustos: cuando cumplió 18 años lo mandaron a Harvard y allí —alto, guapo, simpático— entró en todos los clubes, practicó todos los deportes, escribió en todas las revistas.
 Pero también fue a reuniones del pequeño grupo socialista, y ese detalle le cambió la vida.

Por eso, cuando se graduó, en lugar de irse a Europa como un ­dandi, se fue empleado en un barco ganadero; por eso, cuando volvió, se instaló en el Village de Nueva York y reporteó para revistas iracundas y escribió poemas.
 Y se mezcló con huelgas de trabajadores y lo arrestaron cuatro o cinco veces y viajó a contar la revolución mexicana y se casó con Louise Bryant, una escritora feminista, y mantuvieron una pareja casi abierta y él volvió a ­Europa a ver la guerra y escribió que era una pelea de capitalistas donde morían obreros y cuando su país entró en ella se opuso con vehemencia y lo pagó en repudios y maltratos. 
 Pero nada de eso sería memorable si no hubiera tenido la astucia de entender dónde valía la pena estar:
 allí suele estar la diferencia.
(Jack Reed era un hombre en busca de un destino; a mí me cuesta no pensarle la cara bonita de Warren Beatty, que, a principios de los ochentas, dirigió y protagonizó una película sobre su vida, Reds, que ganó tres Oscar, que se rodó en España —y en la que trabajé como extra, un campesino ruso que cantaba a los gritos La Internacional).
En agosto de 1917 Reed y Bryant viajaron a San Petersburgo —que entonces ya se llamaba Petrogrado— para ver de cerca el movimiento que había tumbado al zar seis meses antes
 Todo era confusión, todo esperanza —y pretendían contarlo.
 Reed estaba allí en octubre de 1917, cuando la revolución bolchevique le dio una forma nueva al mundo.
 Allí vio los hechos, habló con los protagonistas, entendió los mecanismos, escribió un libro inolvidable.
Lo tituló Ten Days that Shook the World —“Diez días que conmovieron al mundo”— y sigue siendo un modelo, y sigue siendo el mejor relato sobre ese intento tan exitoso que después falló con tal estruendo.
 No era, por supuesto, neutral: el periodismo nunca lo es, no puede serlo.
 Fue hace justo un siglo —y ni el tiempo ni las revoluciones nos han convencido todavía de que cien años son sólo una convención, que da lo mismo. 
Fue hace justo un siglo, y ese dato menor sirve para volver a la pregunta del millón: que cómo fue que tan buenas intenciones dieron tan malos resultados.
Jack Reed nunca llegó a preguntárselo. 
Había cumplido 30 años en medio del triunfo bolchevique, pero no llegó a cumplir 33:
 cinco días antes, el 17 de octubre de 1920, se murió en un hospital de Moscú y lo enterraron —honor de los honores— en el Kremlin.
 Dejó su reportaje para mostrarnos, entre otras cosas, que ni en periodismo ni en política hacemos nada nuevo.
 En política ni siquiera lo creemos; en periodismo a veces sí, y lo llamamos crónica
Herodoto se ríe como loco en un mesón de Halicarnaso.

24 oct 2017

Eugenia Martínez de Irujo, en contra del posado de su hija con su exmarido

La hija de la duquesa de Alba ha desvelado que se sorprendió al ver las portadas de las revistas.

 "Me lo comentaron y yo dije que no estaba de acuerdo", ha explicado.

La Duquesita miniatura nunca está de acuerdo con su ex.....eso si , ella se ha relacionado con todos los que le ha dado la gana, que no se ponga de ejemplo, que su hija sabrá ya que opinar de sus padres... 

Eugenia Martínez de Irujo, con su hija Cayetana.
Eugenia Martínez de Irujo, con su hija Cayetana. GTRES
 
"Es ridículo hacer un posado pensando que así no se la va a seguir". 
Así de contundente se ha mostrado Eugenia Martínez de Irujo cuando se le ha preguntado qué le parecieron las fotos que se distribuyeron a los medios de comunicación en las que aparecía su hija Cayetana y su exmarido, Francisco Rivera Ordóñez, con motivo de su mayoría de edad de la joven. 
En declaraciones a Europa Press, la hija de la duquesa de Alba ha desvelado su sorpresa por el reportaje y su disconformidad: 
"Desde que me lo comentaron yo dije que no estaba de acuerdo, a partir de ahí me lo encontré así (haciendo un gesto con la mano a la cara) y pensé que no se iba a hacer porque yo no estaba de acuerdo y tal. 
Y mira por donde me levanté con la sorpresa.
 Punto, eso ha sido todo.
 Entonces creo que ya lo he aclarado y ella la pobre no tiene ni idea de este mundo ni es culpable ni nada. Entonces, lo único que os pido [a la prensa] es que me la cuidéis un poquito porque se pone la pobre muy nerviosa". 
 
Francisco Rivera Ordóñez con su hija Cayetana.
Francisco Rivera Ordóñez con su hija Cayetana.
El pasado día 17, Cayetana Rivera cumplió 18 años y fue portada de las revistas ¡Hola! y Semana, que la salida de sus números a los quisocos. 
Nadie duda de que ha nacido una nueva estrella para la prensa del corazón por la fama que atesora su familia y porque ella misma quiere disfrutar de ella.
La portada de Tana, abrazada a su padre, fue toda una declaración de intenciones.
 "Me encanta verte feliz, ver cómo te pareces cada día más a tu abuela Carmen", decía el torero, ya retirado, de su hija. Rivera Ordóñez brindó el último toro de su carrera a su hija en la plaza de toros de Ronda.
En sus declaraciones, Eugenia Martínez de Irujo declara su disconformidad pero no quiere más enfrentamientos con Francisco Rivera.
La lucha por la custodia de Tana supuso un cisma entre la familia Rivera Ordóñez y los Alba.
 La duquesa siempre declaró que Francisco Rivera era su yerno favorito e hizo todo lo posible por la reconciliación del matrimonio, roto en 2002, tras tres años y medio.
 Pero todo se truncó cuando Rivera acudió a los tribunales porque deseaba pasar más tiempo con su hija.
 Pasados los años, la relación se ha normalizado pero la duquesa murió sin dirigir la palabra a su yerno.
 Eugenia Martínez de Irujo también ha rehecho su vida con Narcís Rebollo, presidente de la compañía discográfica Universal..


La transformación de Catherine Zeta-Jones

La transformación  de Catherine Zeta-Jones

La actriz sorprendió el lunes en los premios The Best con una imagen muy diferente de su rostro.

La esposa de Michael Douglas, en la entrega de los premios Oscar en 2013. 

La esposa de Michael Douglas, en la entrega de los premios Oscar en 2013.

La actriz Catherine Zeta-Jones, en Los Ángeles en una imagen de 2007.

La actriz Catherine Zeta-Jones, en Los Ángeles en una imagen de 2007.

La actriz en la gala benéfica a favor de United National Association en 2008.

La actriz en la gala benéfica a favor de United National Association en 2008.

 


La estrella de Hollywood, en California en marzo de 2009.

La estrella de Hollywood, en California en marzo de 2009.


La protagonista de 'Chicago', en la entrega de los Premios Globos de Oro de 2011 en Los Ángeles.

La protagonista de 'Chicago', en la entrega de los Premios Globos de Oro de 2011 en Los Ángeles.


La actriz en el estreno de la cinta 'La era del rock', en 2012.

 La actriz en el estreno de la cinta 'La era del rock', en 2012.


Más delgada, Zeta-Jones aparecía en 2014 en los premios Monte Cristo en Nueva York.

Más delgada, Zeta-Jones aparecía en 2014 en los premios Monte Cristo en Nueva York.

  

Con un rostro más relleno y redondo, además de sin arrugas, la actriz posó frente a las cámaras en abril de 2014.Con un rostro más relleno y redondo, además de sin arrugas, la actriz posó frente a las cámaras en abril de 2014.

Durante la entrega de los premios Globos de Oro, de 2015. Ese mismo año la actriz demostró que su rostro no solo se veía diferente según el maquillaje, sino también por los tratamientos de belleza que se aplicaba. El bótox es el más común.

 Durante la entrega de los premios Globos de Oro, de 2015. Ese mismo año la actriz demostró que su rostro no solo se veía diferente según el maquillaje, sino también por los tratamientos de belleza que se aplicaba. El bótox es el más común.

 

La intérprete durante un programa de 'Saturday Night Live', en 2015.

La intérprete durante un programa de 'Saturday Night Live', en 2015. 


La estrella de Hollywood en enero de 2016, en Londres.

La estrella de Hollywood en enero de 2016, en Londres. 

 


En su más reciente aparición en público, este lunes en la entrega de los premios The Best, Catherine Zeta-Jones sorprendió a los asistentes y a los fotógrafos con un rostro visiblemente cambiado. Los ojos más pequeños, los párpados más levantados al igual que sus pómulos no dejaron indiferentes a nadie.En su más reciente aparición en público, este lunes en la entrega de los premios The Best, Catherine Zeta-Jones sorprendió a los asistentes y a los fotógrafos con un rostro visiblemente cambiado. Los ojos más pequeños, los párpados más levantados al igual que sus pómulos no dejaron indiferentes a nadie.

La cotidianidad de Cézanne.............................Gloria Crespo

En el estudio que el padre de la pintura moderna tenía en la ciudad francesa de Aix-en-Provence se conservan algunas de las prendas, muebles y piezas del pintor.
 Más de 100 años después, el fotógrafo Joel Meyerowitz visita este refugio y detiene su mirada en los objetos que sirvieron de inspiración al artista.
EL ABRIGO DE Cézanne cuelga en la misma percha donde lo dejó hace más de 100 años, junto a su blusón y su sombrero. A través de los grandes ventanales del estudio de Aix-en-Provence,
 la luz del norte baña aquellos objetos mundanos que día a día, pincelada a pincelada, inmortalizó. 
Cuando Joel Meyerowitz (Nueva York, 1938) visitó el refugio del pintor, tuvo una revelación que consideró intrínseca al arte del gran maestro:
 “Cézanne pintó las paredes del estudio de color gris con una pizca de verde. 
Así todos los objetos parecían ser absorbidos por el color de fondo”. Quedaban eliminados los reflejos de los bordes, suprimiendo cualquier ilusión espacial.
  “La luz es algo que no puede ser reproducido, sino que debe ser representado utilizando algo más: el color”, decía el artista francés, enemigo del claroscuro tradicional. 
Así, el fotógrafo colocó los objetos uno a uno, con la pared de fondo, buscando reconocer ese rasgo poderoso que permanece oculto, a la espera de ese instante de revelación en el que el artista identifica aquello que da vida al objeto.
 “Creemos que un azucarero no tiene expresión, no tiene alma. Pero cambia cada día”, escribía Cézanne al poeta Joachim Gasquet. “Esos vasos, esos platos conversan entre ellos… Un azucarero nos enseña tanto sobre nosotros y nuestro arte como lo hace un chardin o un monticelli”.
 Cézanne’s Objects, publicado por la editorial Damiani, recoge esta serie de fotografías, así como las tomadas en distintos lugares de la casa.
 Un exquisito y revelador acercamiento al misterio del precursor del cubismo de la mano de uno de los grandes referentes de la fotografía de nuestro tiempo.
 
El sombrero de Cézanne, 2011. Joel Meyerowitz
 
 
 
 
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