Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

30 ago 2017

La inteligencia artificial sabe si tu bolso es una falsificación con solo una mirada




falsificación inteligencia artificial 

Un 'smartphone' y un microscopio de bajo coste son suficientes para que un sistema de análisis de imágenes detecte productos falsificados, desde ropa hasta pastillas.

Una buena falsificación puede pasar inadvertida incluso ante ojos expertos. 
A no ser que esos ojos cuenten con un smartphone y un microscopio de bajo coste.
 La inteligencia artificial aplicada a las imágenes, similar a la que usan los buscadores de fotos en Internet, ya hace posible que cualquiera pueda distinguir si un bolso de Balenciaga o una pastilla de Viagra son o no auténticas.
Un equipo de investigadores de EE UU, liderado por Lakshminarayanan Subramanian, de la Universidad de Nueva York (NYU), ha desarrollado un mecanismo, Entrupy, que utiliza algoritmos de aprendizaje automático para distinguir entre versiones genuinas y falsificadas del mismo producto.
 Más de un centenar de tiendas, en su mayoría estadounidenses, utilizan ya el sistema, que se contrata como servicio por un mínimo de 100 dólares mensuales.
"El principio subyacente proviene de la idea de que las características microscópicas de un artículo o de una clase de artículos auténticos exhiben similitudes inherentes que pueden utilizarse para distinguirlos de sus versiones falsificadas", explica Subramanian, profesor del Instituto Courant de Matemáticas de la NYU.
El nombre, Entrupy, es una mezcla de entropy, entropía, y truth, verdad. 
“Entropía por la aleatoriedad inherente al universo y verdad por la verdad que hay detrás de los objetos físicos”, explica otro de los creadores del proyecto, Vidyuth Srinivasan. 
El tercer fundador es Ashlesh Sharma, doctorado por el Instituto Courant.

  • Un negocio muy rentable
Según la OCDE, el tráfico de falsificaciones representa el 2,5% del comercio mundial, y el 5% de las importaciones realizadas por países de la UE. 
La mayoría de métodos de autenticación de productos son invasivos, y se basan en sistemas integrados en los objetos en el momento de su fabricación, como códigos de barras, hologramas o etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID), que se pueden arrancar o duplicar. 
Salvo los más sofisticados, que a cambio son extremadamente caros de incorporar y de revisar durante la compra.
 En el caso del lujo o de la ropa, además hay motivos estéticos para no usarlos.
A diferencia de ellos, el microscopio gran angular portátil de Entrupy simplemente emite un vídeo en streaming de la estructura interna del objeto: tejidos, cuero, pastillas, electrónica, juguetes, zapatos… 
El streaming pasa por wifi a un smartphone, que hace capturas de imágenes y las envía a la nube, donde la inteligencia artificial las compara, mediante sus algoritmos de aprendizaje, con una base de datos de tres millones de fotos de las estructuras utilizadas por sus legítimos fabricantes. 
En pocos segundos, el usuario tiene la respuesta.
Por ejemplo, es posible que un bolso falso de superlujo de LVMH utilice la misma tela que el original, pero el proceso de impresión del logotipo puede que sea distinto.
 Los falsificadores, dicen los científicos, no analizan sus productos a nivel microscópico porque no les sale a cuenta.
"Entrupy tiene una precisión de más del 98%", señala Subramanian, y es capaz de descubrir objetos falsificados que parecen originales al ojo humano.
 La única excepción, obviamente, es que el falsificador venda mercancías auténticas, aunque de forma ilegal, lo que puede lograrse si se accede a la cadena de producción.
También podría ocurrir que el falsario imitara la tecnología de Entrupy. “Tardaría bastante tiempo, y tenemos medidas de seguridad suficientes para descubrir intrusiones o un mal uso del sistema”, explica Srinivasan.
 Otra opción sería que lo utilizaran para copiar la fabricación hasta el mínimo detalle, pero en ese caso,
 “se tardaría poco en volver a pillarlos, y en cierto modo eso contradice el propósito original de falsificar”.

Un grupo de inversores acaba de aportar 2,6 millones de dólares al proyecto, que hasta el momento ha verificado productos por valor de 14 millones de dólares.
 Entre los financieros está el experto en aprendizaje automático profundo Yann LeCun.
El sistema se ofrece en la versión básica, para establecimientos que hacen solo cinco verificaciones al mes, y que cuesta 100 dólares; la esencial (30 autenticaciones por 400 dólares); la total (100 por 1.000 dólares) y la empresarial, que se negocia individualmente.

  • Fraude en los mercados online
Otra startup, 3PM Marketplace Solutions, con sede en Chicago, utiliza también la inteligencia artificial para encontrar falsificaciones, pero en este caso lo hace utilizando datos de los mercados online.
Para ello, analiza si las valoraciones de los vendedores son falsas o incluso el tipo de productos que ofrecen.
 Por ejemplo, alguien que pase de ofrecer una cantidad notable de DVD de una película a desaparecer durante semanas y luego regrese ofreciendo blu-rays de otra, es sospechoso.
Uno de sus clientes ha sido HBO, que los contrató para descubrir copias piratas de Juego de tronos, pero el fundador de la startup, Rob Dunkel –procedente del trading bursátil con algoritmos- señala que el sistema puede beneficiar a empresas de todos los tamaños.
 Al funcionar mediante aprendizaje de máquinas, el sistema está al día de las últimas tácticas de los falsificadores.
La compañía ZeroFox, de Baltimore (EE UU), que combate todo tipo de amenazas para las empresas –phishing, filtración de datos-, utiliza también la inteligencia artificial para detectar falsificaciones en los mercados online.
  • Una nueva forma de catalogar
La inteligencia artificial también se puede utilizar para catalogar mercancías legales. 
La plataforma online de distribución de moda Brandsdistribution, que tiene 15.000 clientes en España y 10 veces más en el mundo, va a utilizar un sistema de reconocimiento de imágenes para ordenar de forma sistemática los artículos en las webs de sus usuarios.
El sistema interpreta tejidos, colores y géneros, y obtiene las descripciones y fichas de producto asociadas a cada imagen de manera automática. 
Se ha desarrollado a partir del software de código abierto (libre) para aprendizaje automático TensorFlow, de Google, en colaboración con la universidad Politécnica de Milán (Italia) y la compañía de software Zero 11.


 

 


Los tacones de Melania despiertan la polémica en plena catástrofe por el huracán Harvey

Coordinado por NICOLÁS ALONSO
 

La primera dama de Estados Unidos cambia de atuendo en pleno vuelo antes de llegar a la zona afectada de Texas.

 

Los tacones de Melania Trump, antes de volar a Texas.
El zapato de tacón de Melania Trump se convirtió este martes en un símbolo -efímero- de la desconexión que tiene el clan presidencial con la realidad.
 La primera dama de Estados Unidos eligió en un primer momento un stiletto de vértigo para la primera visita a la zona afectada por el huracán Harvey.
 Lo completaba con una chaqueta verde tipo bomber del ejército, gafas de aviador, pantalones capri ajustados e iba perfectamente peinada. 
El conjunto provocó todo un revuelo en el universo de Twitter, tan propenso a la conmoción instantánea, pero el debate nacional duró lo que el vuelo a Texas. 
Melania bajó del avión en zapatillas de deporte blancas, con el pelo recogido en una coleta.
El examen al que se somete a las primeras damas por su estilo es constante.
 En el caso de la esposa de Donald Trump, exmodelo, se hace con más ahínco.
 Si Donald Trump buscaba ofrecer la imagen de que tiene todo bajo control, el primer conjunto elegido por su esposa creó de inmediato una marea de comentarios en las redes sociales, que se vio literalmente desbordada por una multitud de fotos con distintos ángulos y ataques en la que la comparaban con una Barbie en misión de rescate.
 La elegancia que le caracteriza contrastaba radicalmente con las escenas trágicas que llegan de la zona devastada.
Las fotografías de la discordia se tomaron al jardín de la Casa Blanca, antes de dirigirse hacia el Air Force One con destino el aeropuerto de Corpus Christi.
 Durante el vuelo, quizás sabiendo el vendaval que le esperaba al tomar tierra, cambió los zapatos de tacón por unas zapatillas de deporte blancas, se quitó la chupa militar y se recogió el pelo bajo una gorra negra en la que se puede leer FLOTUS –siglas de primera dama- en la visera.
 Después se sentó a la izquierda de su esposo en el briefing que le falicitaron las autoridades sobre el dispositivo en marcha. Evitaron Houston para no interferir en las labores de rescate.
El presidente iba más en sintonía con lo que se espera de un atuendo normal para visitar a los supervivientes de la tormenta, con un chubasquero, pantalón caqui y botas marrones. 
Y por su puesto, para animar a sus bases, una gorra con el USA bordado en azul y la bandera de las barras y estrellas al lateral. La Casa Blanca respondió a la polémica lamentado que la gente se preocupe por los zapatos que lleva Melania Trump cuando hay un desastre natural mayor en Texas que afecta a la vida de cientos de miles de personas. 
“Es muy triste”, valoraron.


 

"Al vent' es una gran metáfora"............... Miquel Alberola


Al vent cumple 50 años.
 Su compositor tenía entonces 19 años y ni siquiera se llamaba Raimon.
 Era Ramon Pelegero Sanchis, de Xàtiva, y estudiaba historia en Valencia. 
Un día iba de paquete en la vespa de un amigo hacia Valencia y le daba el viento en la cara.
 Todo lo demás hervía en su cabeza. Al final del trayecto la canción estaba hecha.
 Sin saberlo, había condensado una furia de siglos, hombres y piedras en su música y su letra. 
Se trataba de un himno tan potente que agrietó la costra que apresaba a varias generaciones.
 Su aullido asustó entonces a la dictadura y medio siglo después todavía resulta inquietante para algunos gobernantes.
La Universidad Politécnica de Valencia celebra hoy los 50 años de la canción con un recital antológico de Raimon, varias publicaciones -la reedición del poemario D'aquest viure insistent y la histórica biografía sofre el autor que escribió Joan Fuster- así como una exposición alrededor del cantante nacido en 1940 en Xàtiva que podrá visitarse hasta el 23 de junio.
Raimon sitúa la génesis de Al vent en la mezcla de acontecimientos que vivió a partir de marzo de 1959, cuando la Universidad de Valencia celebró el quinto centenario de la muerte de Ausiàs March, en cuyo acto declamó unos versos del poeta de Beniarjó. "Había conocido a Joan Fuster, venía de Xàtiva y había sentido el rechazo que había a la lengua en las universidades porque te consideraban de pueblo, llevaba en la cabeza lecturas de Camus y Sartre..., todo contribuyó",
 recuerda ante una copa de vino blanco en un hotel de Valencia.
Pregunta. ¿La escribió en valenciano como consecuencia del descubrimiento de March?
Respuesta. No, porque cuando leí a March no lo entendía. 
Ahora, sí, porque lo he trabajado mucho. Don Miquel Dolç, que era el catedrático de Latín, me enseñó a leer los decasílabos con la cesura y la acentuación donde correspondían. 
El poema que leí, Elogi a Teresa, lo entendí rápidamente, con alguna ayuda de Dolç, pero cuando intenté profundizar me dije: ya lo leerá quien quiera. 
Poco a poco fui insistiendo y 10 años después hice Veles e vents. No creo que influyera conscientemente en mí. 
Fue el ambiente, y que era mi lengua normal.

P. Al vent cambió su rumbo.
R. Siempre me gustó cantar, pero quería estudiar historia. 
 El disco se publicó en marzo de 1963 y tuvo un impacto increíble. En junio terminé la carrera y opté. 
Pero si lo llego a grabar antes de terminar la carrera, no sé si habría sido cantante.
P. La primera vez que la cantó en público fue en una tasca de Valencia, Casa Pedro.
R. Fue la primera vez fuera de la Universidad.
 Debió de ser en 1961. Canté Al vent y Les feuilles mortes, pero de lo que más me acuerdo es de que me dieron 40 duros, porque entonces, que funcionaba con becas, me venían muy bien.
P. Al vent era una canción extraña para la época.
R. De hecho, hubo mucha gente que me preguntó quién la había hecho. 
Les decía que yo, pero insistían: ¿de quién la has traducido? Cómo la iba a traducir si ni siquiera sabía bien la lengua. Sólo la hablaba, que era lo natural para mí, sin haber estudiado nada. 
Fue pura chamba. La letra era impensable: en busca de Dios... Manolo Sacristán lo explicaba muy bien. 
Era la cosa de la adolescencia, la entrada en el mundo de la división del trabajo, la sociedad adversa, las lecturas, la presión de la dictadura...
 Al vent es una gran metáfora que simboliza todo eso. 
En aquel momento yo sé muy poco, todo es más instintivo, más fisiológico.

P. Por fin canta en Valencia.
R. Lo hago muy cerca, en la Politécnica.
 Desde el año 2000 no lo hacía. Me habría gustado cantar unos días en el teatro Principal, pero no cuentan conmigo.
P. ¿Siempre fue una ciudad difícil para usted? 
¿A qué lo atribuye?
R. Posiblemente soy un personaje incómodo. 
Si estoy de acuerdo, digo que sí, y si no, digo que no. Me han propuesto cosas a las que he dicho no. Eso molesta.
P. Sigue haciendo canciones.
R. El año próximo haré un disco. Tengo unas cuantas inéditas.

 AL VENT de RAIMON (1963)
Letra en castellano:
Al viento,
la cara al viento,
el corazón al viento,
las manos al viento,
los ojos al viento,
al viento del mundo.
Y todos, llenos de noche, buscando la luz, buscando la paz, buscando a Dios,
al viento del mundo.
La vida nos da penas, nacer es un gran llanto: puede que la vida sea ese llanto;
pero nosotros
al viento…

https://youtu.be/MyMXuxy2TEk
  

Un último interrogante en el caso de Pilar Garrido: el motivo del asesinato

Contestado el quién y el cómo, las autoridades mexicanas tratan de armar un nuevo relato de los hechos. 

Si no fue un secuestro, entonces, ¿qué fue?.

La española Garrido con su hijo.
El círculo se achica en el caso de la española Pilar Garrido.
 La policía ha detenido este martes a su esposo, Jorge Fernández. La fiscalía le acusa de haber asesinado a Pilar.
 Perece así la narrativa que Jorge había armado del caso. 
Hasta ahora, la única versión de los hechos era la suya, el relato del viaje a la playa, el camino de vuelta, el grupo de hombres armados, el secuestro… 
Su detención rompe el relato, pero abre tres grandes interrogantes. ¿Cómo y cuándo lo hizo? ¿Por qué?

Jorge, Pilar y el bebé de ambos vivían en Ciudad Victoria, la capital de Tamaulipas, en el norte de México.
 Se habían mudado allí hacía unos años.
 Jorge es criminólogo y trabajaba de profesor en la Universidad de Seguridad y Justicia, la academia local de policía.
 Pilar era periodista, pero no ejercía.
A principios de julio, la familia fue a la playa a pasar el fin de semana. 
El sábado 1 de julio se subieron al coche y condujeron hasta La Pesca, un pueblo costero a dos horas de la ciudad.
 Aunque Tamaulipas es uno de los estados más peligrosos de México, la carretera a la playa –esa carretera a la playa– no es de las más complicadas.
 Desde luego, no es como la que sale de Ciudad Victoria a Monterrey, o la que va de la capital al célebre pueblo de San Fernando.
 Célebre por los muertos. 
Esta semana se cumplen justo siete años de la masacre de 72 migrantes en el municipio.
 Migrantes que murieron a manos de un grupo de extorsionadores.
Los investigadores han podido comprobar que Jorge, Pilar y su hijo llegaron a La Pesca el sábado.
 Corroboraron que la familia pasó la noche en el hotel Riviera del Río.
 Que al día siguiente comieron en el restaurante Magui’s. Que emprendieron el camino de vuelta el domingo, a eso de las 17.30. A partir de ahí, el relato era propiedad de Jorge.
El lunes 3 de julio, el esposo de Pilar acudió a la procuraduría a denunciar el secuestro de la española. 
Jorge declaró que un carro les había obligado a parar en el camino de vuelta. 
Fue, dijo, después de un tramo de obras de la carretera.
 Un coche tipo turismo, color arena, se les emparejó y les hizo detenerse.
 Según Jorge, bajaron dos hombres armados, dos hombres jóvenes. Los peritos trazaron incluso el retrato hablado de uno de ellos. Primero quisieron llevarse el vehículo familiar, pero Jorge y Pilar se negaron: el niño estaba en la silla del asiento de atrás.
 Entonces, según explicó el marido, decidieron llevarse a Pilar.
Pasaban los días, las semanas y nada. 
Los secuestradores no llamaban, las autoridades no daban con un hilo del que tirar, una pista. 
Ante la falta de noticias, Raquel, la hermana de Pilar, informó en su muro de Facebook de lo que había ocurrido. 
Al principio callaron, no querían que nadie supiera.
 La intención era tranquilizar a los captores. Que llamen y negocien, pensaban. Pero no llamaban. 
Tanto es así que a los pocos días de la denuncia, la división antisecuestros de la fiscalía de Tamaulipas le pasó el caso a la de personas no localizadas.
 Parece un tema menor, y no se entendió desde España.
 Después de que Raquel divulgara la historia del secuestro, la fiscalía informó de que Pilar no estaba secuestrada. 
Su estatus, dijeron, es el de persona no localizada.

La confusión con el término alude de nuevo al estado de las cosas en Tamaulipas.
 No hay otra región en México con más denuncias por desaparición de personas en el país, más de 5.000. 
No son secuestros, son desapariciones. Se llevan a las personas y nadie pide rescate.
 Es una de las consecuencias de la guerra, la guerra informal, la del estado contra las bandas criminales y la de las bandas entre sí, una batalla que dura ya diez años.
 El caso de Pilar no parecía una excepción, más bien otro eslabón en de la cadena de horrores que estrangula al Estado. Otra desaparecida.
Las autoridades buscaban y buscaban.
 Una división especial de la Policía Federal apoyó en el rastreo a los investigadores de la fiscalía. 
 Se juntaron más de 100 efectivos, además del helicóptero y los perros. 
 El 26 de julio, encontraron restos de huesos, piel, ropa hecha jirones, un reloj.
 Fue junto a la carretera que va a La Pesca, en una brecha de tierra. Los investigadores pensaron que podía tratarse de Pilar por la ropa. Mandaron los huesos al laboratorio y apenas unos días más tarde supieron que era ella.
 Los peritos habían cruzado el ADN de los huesos con el del hijo de Pilar. No había duda, se trataba de ella.

El 12 de agosto, la fiscalía divulgó los resultados del peritaje. La familia contestó que querían hacer su propio estudio en España, además de una prueba de los dientes que habían encontrado los investigadores.
 No asumirían la muerte de Pilar hasta que cumplieran con eso.
En las dos semanas que han pasado desde entonces, la fiscalía ha tratado el tema con cierto hermetismo. 
Apenas ha trascendido algún detalle sobre los posibles secuestradores, o los objetos que encontraron junto a los huesos. Poco más.
 De cualquier manera, resulta exagerado decir que la detención de Jorge ha sido una sorpresa.
La fiscalía ha explicado que el marido de Pilar incurrió en contradicciones en su relato de los hechos, sobre todo en la cronología que maneja desde que la familia emprendió el camino de vuelta a Ciudad Victoria. 
Es decir, cuánto tardó de tal sitio a tal otro, qué hizo entonces, qué hizo después… 
De momento, los investigadores no han dado más detalles.
Descartado el relato del marido, no hay certeza de lo que ocurrió después de salir de La Pesca.
 La fiscalía asume que Jorge la mato. El juez considera que las pruebas que presentó la fiscalía eran motivo suficiente para ordenar su detención.
 ¿Discutieron? ¿Jorge lo tenía pensado de antemano? Y si lo tenía pensado, ¿cuál era el motivo?
 La familia de Pilar ha defendido a Jorge todo este tiempo.
 Raquel llegó a decir que ponía la mano en el fuego por él.
 Explicó que su madre había pasado tiempo con ellos en Ciudad Victoria hacía pocos meses, que se llevaban bien.

Si la mató, ¿Cuándo lo hizo? ¿Por qué? Los peritos de la fiscalía ha podido determinar que Pilar murió estrangulada.
 El fiscal, Irving Barrios, explicaba este martes que primero recibió un golpe en la nariz, se cayó y se golpeó la nuca. 
Luego, la asfixiaron.
Hasta el momento, sorprende la diligencia de la fiscalía de Tamaulipas en este caso.
 En apenas dos meses ha encontrado -los restos de- una persona desaparecida, los ha identificado, ha averiguado a quien pertenecían y cómo murió la persona a quien pertenecían. 
Además, ha armado un relato -por lo demás desconocido- de los hechos, diferente al del presunto homicida. 
Sólo falta que el juez aprecie las pruebas de la fiscalía. 
Y saber el por qué.