Sandro Pozzi
La primera dama de Estados Unidos cambia de atuendo en pleno vuelo antes de llegar a la zona afectada de Texas.
El zapato de tacón de Melania Trump se convirtió este martes en un
símbolo -efímero- de la desconexión que tiene el clan presidencial con
la realidad.
La primera dama de Estados Unidos eligió en un primer momento un stiletto de vértigo para la primera visita a la zona afectada por el huracán Harvey.
Lo completaba con una chaqueta verde tipo bomber del ejército, gafas de aviador, pantalones capri ajustados e iba perfectamente peinada.
El conjunto provocó todo un revuelo en el universo de Twitter, tan propenso a la conmoción instantánea, pero el debate nacional duró lo que el vuelo a Texas.
Melania bajó del avión en zapatillas de deporte blancas, con el pelo recogido en una coleta.
El examen al que se somete a las primeras damas por su estilo es constante.
En el caso de la esposa de Donald Trump, exmodelo, se hace con más ahínco.
Si Donald Trump buscaba ofrecer la imagen de que tiene todo bajo control, el primer conjunto elegido por su esposa creó de inmediato una marea de comentarios en las redes sociales, que se vio literalmente desbordada por una multitud de fotos con distintos ángulos y ataques en la que la comparaban con una Barbie en misión de rescate.
La elegancia que le caracteriza contrastaba radicalmente con las escenas trágicas que llegan de la zona devastada.
Las fotografías de la discordia se tomaron al jardín de la Casa Blanca, antes de dirigirse hacia el Air Force One con destino el aeropuerto de Corpus Christi.
Durante el vuelo, quizás sabiendo el vendaval que le esperaba al tomar tierra, cambió los zapatos de tacón por unas zapatillas de deporte blancas, se quitó la chupa militar y se recogió el pelo bajo una gorra negra en la que se puede leer FLOTUS –siglas de primera dama- en la visera.
Después se sentó a la izquierda de su esposo en el briefing que le falicitaron las autoridades sobre el dispositivo en marcha. Evitaron Houston para no interferir en las labores de rescate.
El presidente iba más en sintonía con lo que se espera de un atuendo normal para visitar a los supervivientes de la tormenta, con un chubasquero, pantalón caqui y botas marrones.
Y por su puesto, para animar a sus bases, una gorra con el USA bordado en azul y la bandera de las barras y estrellas al lateral. La Casa Blanca respondió a la polémica lamentado que la gente se preocupe por los zapatos que lleva Melania Trump cuando hay un desastre natural mayor en Texas que afecta a la vida de cientos de miles de personas.
“Es muy triste”, valoraron.
La primera dama de Estados Unidos eligió en un primer momento un stiletto de vértigo para la primera visita a la zona afectada por el huracán Harvey.
Lo completaba con una chaqueta verde tipo bomber del ejército, gafas de aviador, pantalones capri ajustados e iba perfectamente peinada.
El conjunto provocó todo un revuelo en el universo de Twitter, tan propenso a la conmoción instantánea, pero el debate nacional duró lo que el vuelo a Texas.
Melania bajó del avión en zapatillas de deporte blancas, con el pelo recogido en una coleta.
El examen al que se somete a las primeras damas por su estilo es constante.
En el caso de la esposa de Donald Trump, exmodelo, se hace con más ahínco.
Si Donald Trump buscaba ofrecer la imagen de que tiene todo bajo control, el primer conjunto elegido por su esposa creó de inmediato una marea de comentarios en las redes sociales, que se vio literalmente desbordada por una multitud de fotos con distintos ángulos y ataques en la que la comparaban con una Barbie en misión de rescate.
La elegancia que le caracteriza contrastaba radicalmente con las escenas trágicas que llegan de la zona devastada.
Las fotografías de la discordia se tomaron al jardín de la Casa Blanca, antes de dirigirse hacia el Air Force One con destino el aeropuerto de Corpus Christi.
Durante el vuelo, quizás sabiendo el vendaval que le esperaba al tomar tierra, cambió los zapatos de tacón por unas zapatillas de deporte blancas, se quitó la chupa militar y se recogió el pelo bajo una gorra negra en la que se puede leer FLOTUS –siglas de primera dama- en la visera.
Después se sentó a la izquierda de su esposo en el briefing que le falicitaron las autoridades sobre el dispositivo en marcha. Evitaron Houston para no interferir en las labores de rescate.
El presidente iba más en sintonía con lo que se espera de un atuendo normal para visitar a los supervivientes de la tormenta, con un chubasquero, pantalón caqui y botas marrones.
Y por su puesto, para animar a sus bases, una gorra con el USA bordado en azul y la bandera de las barras y estrellas al lateral. La Casa Blanca respondió a la polémica lamentado que la gente se preocupe por los zapatos que lleva Melania Trump cuando hay un desastre natural mayor en Texas que afecta a la vida de cientos de miles de personas.
“Es muy triste”, valoraron.
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