El torero responde así cuando se le pregunta por el estado de salud de su esposa María José Campanario.
María José Campanario y el torero Jesulin de Ubrique en Málaga el pasado 28 de julio.gtresonline
Uno de los culebrones del verano en la llamada prensa del corazón es
la enfermedad que sufre María José Campanario, esposa del toero Jesulín de Ubrique,
que le ha llevado a permanecer ingresada en una clínica de Málaga. Campanario intentó en un inicio ocultar su estancia en el centro
hospitalario para después admitir que estaba siendo tratada por los
problemas que sufre derivados de la fibromialgia que padece. Campanario, según algunas fuentes, está fuertemente medicada desde
hace tiempo y tiene problemas para llevar una vida normal. Telecinco ha
añadido en varios de sus programas que la odontóloga además sufre una
depresión y está obsesionada con Belén Esteban, madre de la hija mayor de Jesulín de Ubrique. De ahí, dicen, que incluso se haya teñido de rubio .
María José Campanario y el torero Jesulín de Ubrique en Málaga en julio.GTRESONLINE
El torero ha sido visto entrando y saliendo de la clínica en la que se trata a su esposa y también en su finca. Abordado por los periodistas en busca de información, Jesulín de
Ubrique ha respondido: "Yo solo hablo con las revistas que me pagan". Todo parece indicar, por tanto, que el secretismo que rodea al estado de
salud de su pareja quedará claro vía exclusiva. Poco antes de ser ingresada María José Campanario, el 7 del julio
pasado, la pareja había anunciado su deseo de volverse a casar, un gesto
que fue interpretado como una manera de hacer caja con una exclusiva. La pareja ha vendido siempre sus acontecimientos personales a la revista
¡Hola!.
David Jones no quiso ser artista o simplemente un músico, David Jones siempre quiso ser una estrella. Era la única forma de no volver a ver esa miseria que vio de pequeño. Y la acabó siendo, una estrella llamada David Bowie. “Vi gente desfavorecida a mi alrededor y niños que iban al colegio con
zapatos rotos, niños pobres. Me impactó de tal forma que pensé que nunca
iba a pasar hambre o estar en el lado equivocado de la sociedad”, le
dijo una vez el cantante a Dylan Jones, exdirector de la edición
británica de la revista GQ y autor de la próxima biografía David Bowie: A Life, uno de los cuatro libros que se publicarán sobre el cantante este otoño.
“David Bowie era su propia creación, su propia obra de arte. Era un
chico del Brixton [distrito al sur de Londres] de la posguerra con su
mirada puesta en el mundo”, relata Jones, quien ya había escrito un
libro anterior sobre Bowie y su transformación en Ziggy Stardust. “Toda
su carrera profesional era un mito, una leyenda e invención”, dice y con
la sucesión de anécdotas e historias explicadas en esta nueva biografía
añade material a la leyenda, pero también verdades puesto que son todos
testimonios y recuerdos recogidos de más de 180 personas que lo
conocieron, “amigos, rivales, amantes y colaboradores”.
“Descubrí cosas sobre él en los años setenta que me sorprendieron”,
cuenta Dylan Jones. Cuando parecía que sabíamos todo sobre Bowie. “Sus
extravagancias sexuales y narcóticas dejan a los Rolling Stones como amateurs”. Y, además, empezó muy pronto. La cantante Dana Gillespie,
por ejemplo, recuerda cómo siendo su novia en los sesenta cuando ella
tenía 13 o 14 años, y Bowie dos más que ella, él ya le engañaba tanto
con hombres y mujeres. Fue el momento en el que el cantante intentaba
encontrar su identidad y cambiaba de imagen cada 18 meses. Paseaba por
Carnaby Street, recogiendo las bolsas de basura llenas de ropa que
tiraban las tiendas. Influenciado por la lectura de Starman Jones, El retrato de DorianGray
y todas las películas, libros y música que le había enseñado su medio
hermano Terry, David Bowie saciaba su incansable curiosidad y su
necesidad constante de mejorar, pero también los usó primero como una
forma de huir de aquella miseria de Bromley y, más tarde y el resto de
su vida, de escapar de la locura que sobrevolaba su familia materna y a
la que sucumbió su hermano Terry.
David Bowie y su pareja Iman.Cordon Press
“Como casi todos nosotros, se preocupó por volverse loco, pero
claramente nunca le pasó, a pesar de sus esfuerzos”, dice su amigo, el
escritor Hanif Kureishi, en la crítica sobre esta nueva biografía, que
describe como la más completa publicada hasta ahora. Está toda su vida, desde Bromley a su final en Nueva York junto a la mujer que cambió su vida, Iman.
Están las anécdotas para melómanos, como el viaje que compartió con
John Lennon a Hong Kong en el que buscaron un restaurante donde comer
sesos de mono, pero Lennon acabó bebiendo sangre de serpiente y
metiéndole a Bowie en la boca un huevo de 1.000 días cocinado en orina
de caballo; o como cuando Paul McCartney lo invitó a su casa, pero claramente celoso de su éxito no salió a recibirle y mandó a su mujer, Linda.
Pero también habla de su reconocida bisexualidad, y de cómo uso el
sexo como un arma o medio para conseguir todo lo que quería, todo
aquello que necesitó para convertirse en una estrella. Como a Lindsay
Kemp, el mimo que dice haberle enseñado todo sobre cómo moverse en el
escenario y con la que mantuvo un affaire, y recuerda levantarse una mañana y encontrarse a Bowie teniendo relaciones en la habitación de al lado con su mejor amiga.
Annie Lennox y David Bowie.Cordon Press
Más seductor que sexi
“David era magnético. Más seductor que sexi”, dice Tony Zanetta, que
llevó sus negocios en los setenta. Decía que se había acostado con más
de 1.000 mujeres y algunas de las groupies que conocieron ese
carisma seductor cuentan sus historias. Como Lori Mattix que perdió su
virginidad con Bowie cuando tenía 15 años. O Josette Caruso que descubre
al menos un límite sexual que puso: acostarse con un cadáver. “¿Por qué
pensarían que me puede interesar algo así?”, recuerda que le dijo
sorprendido. Su fama le precedía, las orgías que organizaba en los setenta con su
mujer Angie, sus años en Los Ángeles en los que consumía siete gramos de
cocaína al día y por lo que llegó a pesar 43 kilos. Solo evitó las
drogas psicodélicas por el miedo a desatar la esquizofrenia. Toda su
vida intentando huir de la locura, pero rozándola con los dedos. Solo
conocer a Iman en 1990 le evitó acabar en ella.
El equipo que protege al presidente y a su entorno, con problemas de fondos debido a su excepcional carga de trabajo.
Trump, Melania y Barron este domingo en Maryland.AFP
La amplitud y el dinamismo de la familia Trump
están a punto de ahogar al Servicio Secreto, el órgano policial federal
encargado de la seguridad del presidente y de su entorno. Los hombres
de negro que protegen a los Trump han tenido que trabajar tantas horas
para velar por todos ellos que según los cálculos de su director,
Randolph Alles, el 30 de septiembre se quedarán sin dinero para pagar
las horas extra de 1.100 de sus 6.500 agentes, que ganan unos 160.000
dólares anuales. El magnate Donald Trump ha estado acostumbrado toda su vida a viajar a
donde quiere y cuando quiere sin pedir permiso ni echar cuentas, pero
el coste de resguardar la vida de un empresario no tiene nada que ver
con el de blindar a todo un presidente de EE UU y a sus hijos. Cada paso de ellos requiere activar un mecanismo que garantice
seguridad absoluta. No hay termino medio. "El presidente tiene una gran
familia y nuestras responsabilidades están establecidas por ley. No
puedo cambiar eso, no tengo flexibilidad para ello", explicó Alles al
diario USA Today. Los pudorosos lamentos de Alles tienen como propósito alertar al
Congreso para que apruebe una ampliación presupuestaria que permita
pagar las horas extras de todo el personal. El director del servicio
necesita que el límite salarial de los agentes suba al menos hasta
187.000 dólares. Y aún así no le daría para liquidar las horas extra
acumuladas por 130 agentes veteranos.
Lo mismo vale, por supuesto, para la seguridad de su esposa Melania y
el hijo de ambos, Barron. Ambos han seguido viviendo este año en Nueva
York para que el tímido y espigado chiquillo terminase el curso en la
ciudad a la que está acostumbrado y donde tiene a sus amigos. Esto
supuso desdoblar el coste de protección del matrimonio presidencial, con
Trump en la Casa Blanca. Y por encima de todo, el mayor gasto proviene de los antojos de fin
de semana del presidente, que mantiene sus hábitos de multimillonario
pero ahora a cuenta del erario público y de los dolores de cabeza
contables del señor Alles. Trump gusta de evadirse de su odiado
Washington yéndose del viernes al domingo a su club de golf de
Bedminster (Nueva Jersey) o –más que a ningún otro lado– a su mansión y
club de élite de ricos Mar-a-Lago, en la costa dorada de Florida. Trump ha agravado un problema que ya existía. El director Allen ha
precisado que los apuros de presupuesto del Servicio Secreto vienen de
"una decáda atrás". Con Trump el Servicio Secreto está protegiendo las 24 horas del día a
42 personas, incluidos 18 miembros de su familia. En total: 11 personas
más que con Obama. La familia del presidente supone una carga mayor porque continúa con
sus dinámicas de vida empresarial, pero ahora siendo objeto de
vigilancia prioritaria para la seguridad nacional. El día a día de los
niños de oro del presidente –Ivanka, Donald Jr., Eric y Tiffany– tiene
que estar escrupulosamente protegido de cualquier amenaza.
La madre granadina desapareció el 26 de julio con sus dos hijos para no entregarlos al padre.
Juana Rivas, la madre granadina de dos niños que se esfumó el 26 de julio para no entregar a sus hijos al padre,
ha llegado este martes a los juzgados de Granada para comparecer ante
el juez después de que se decretara una orden de busca y captura contra
ella por desobedecer al juez. La mujer llevaba 26 días ilocalizable para
no entregar a sus dos hijos menores al padre, Francesco Arcuri,
condenado en 2011 por malos tratos. Rivas ha jugado al despiste esta
mañana y su hermana ha entrado por la puerta principal de los juzgados
mientras ella entraba por otra entrada para evitar a las cámaras y la
prensa. Una vez dentro del edificio, la madre de Maracena ha sido
detenida.
"Ningún maltratador es un buen padre", gritan a las puertas de los
juzgados el centenar de personas concentradas a las puertas de los
juzgados en apoyo a Juana Rivas. En los juzgados, el titular del Juzgado
de Instrucción 2 de Granada está en estos momentos decidiendo al
respecto de la situación en la que debe permanecer Rivas, si decreta su
ingreso en prisión tras desobedecer sus anteriores decisiones, o por el
contrario la deja en libertad con medidas cautelares. La abogada de
Rivas ha abandonado a las 11.30 los juzgados sin su defendida, por lo
que Rivas está de momento en el Juzgado de Instrucción 2 mientras se
resuelve su situación procesal.
La juez del Juzgado de Primera Instancia 3 de Granada ha acordado
este martes, como nueva medida de protección de los hijos, la retirada
del pasaporte de los menores, así como la prohibición de salida de los
menores del territorio Schengen, sin autorización del padre o sin
autorización judicial, medida solicitada también por Fiscalía, una vez
oídas el lunes a las dos partes. La restitución de los menores al padre
es la principal medida de protección ya adoptada, con anterioridad a la
vista sucedida ayer entre la juez española y las defensas de las dos
partes. La juez ha desestimado las restantes medidas solicitadas por el padre
de los menores. Son los tribunales italianos los competentes en
resolver otros aspectos, como puede ser la patria potestad de los
progenitores, según el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. En un mensaje telefónico, Francisca Granados había señalado que en
esta comparecencia, prevista a las 11.00 en los juzgados de Caleta, en
Granada capital, "más que nunca, Juana nos necesita", y "tenemos que ser
muchas y muchos". Rivas ha contado durante este tiempo con un amplio respaldo social y
político. Incluso el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, o la de la
Junta de Andalucía, Susana Díaz, se han pronunciado a su favor. Pero, en
los últimos días, tras el segundo rechazo del Constitucional a su
recurso de amparo, crecieron las voces que le reclamaban que debía entregarse,
algo que han valorado también sus asesoras, puesto que se enfrenta a la
posibilidad de acabar en prisión o de perder temporalmente la patria
potestad de sus hijos.
El Juzgado de Instrucción 2 de Granada dictó orden de detención y
presentación en sede judicial el pasado 8 de agosto, después de no
acudir a la citación prevista en el marco de las diligencias penales que
la investigan por una posible sustracción de menores. Los hijos tienen
11 y tres años. La mujer tampoco acudió este lunes a la citación del Juzgado de
Primera Instancia número 3 de Granada para dirimir sobre las medidas
extraordinarias y urgentes en protección de los menores solicitadas por
Arcuri, que sí acudió. También se presentó la letrada de oficio de Juana
Rivas en Granada, María Castillo Pozo, quien, tras la comparecencia,
transmitió a los medios un mensaje de la mujer de Maracena en el que
consideraba que "como madre, es la única" que debe "proteger" a los dos
menores de edad ante la "desprotección" que, en su opinión, están
padeciendo. Las asesoras de Rivas mantienen desde el inicio del caso en 2016 que es víctima de los "errores judiciales"
que han puesto en peligro a sus hijos, como ella misma señaló en una
carta hecha pública recientemente. La mujer viajó con sus hijos en mayo
de 2016 a Granada desde Carloforte (Italia), donde residía con su
expareja y los menores desde 2013. A los dos meses de llegar, en julio
de ese año, presentó una denuncia por violencia de género contra Arcuri
que acaba de llegar a los juzgados italianos, más de un año después.
Tras su marcha, y después de que le comunicara a Arcuri que no iba a
volver, el padre de los niños la denunció por sustracción internacional. Tras el pronunciamiento de la justicia italiana, que resolvió que los
menores debían ser devueltos con el padre, el juzgado de Primera
Instancia de Granada dictó una sentencia en el mismo sentido, que
después ratificó la Audiencia Provincial de Granada y contra la que el
Constitucional rechazó amparar a Rivas, que acudió al Alto tribunal en
dos ocasiones. Rivas y su entorno sostienen que la lentitud en la tramitación de la
denuncia por malos tratos, que la juez rechazó inicialmente al
considerar que quedaba fuera de su jurisdicción y debía ser denunciado
en Italia, ha perjudicado a su causa porque el asunto no se ha tratado
como un caso de violencia de género, pese a que la primera juez que
pidió la entrega de los niños sí lo consideraba en su sentencia. La mujer también tildó de “chapuza” el trabajo de la psicóloga de
familia que atendió a los menores porque “no estaba preparada para
trabajar con niños que han sufrido maltrato”, según señaló en la carta
que se hizo pública. El informe de esta psicóloga, que tanto el Juzgado
de Primera Instancia como la Audiencia Provincial consideraron válido,
señalaba una “vinculación afectiva y segura del menor con ambos
progenitores”. Uno de los argumentos esgrimidos en los distintos
recursos es que el hijo mayor de Juana Rivas (el menor, de tres años, no
fue analizado por su corta edad) tenía que haber sido atendido por un
equipo “técnico y multidisciplinar especializado”, tal como recoge el
artículo 2.5 de la Ley de Protección Jurídica del Menor, en lugar de la
psicóloga de familia. Por su parte, Francesco Arcuri, al que han dado la razón todos los
tribunales hasta la fecha, asegura que su expareja se marchó “por
capricho” y niega que le haya pegado “jamás” a ella o maltratado a sus
hijos. Añade que aceptó la condena del año 2009 por "lesiones en el
ámbito familiar", con tres meses de prisión y una orden de alejamiento
de ella de un año y tres meses, para poder ver a su hijo (en esa época
solo había nacido el mayor).