Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

15 ago 2017

Un agujero negro de 350.000 kilómetros cuadrados en el Mediterráneo

Tres ONG suspenden el rescate de inmigrantes tras la decisión de Libia de alejar a los buques humanitarios a 150 kilómetros de su costa.

El barco de rescate Aquarius, de SOS Mediterranee, este lunes a 20 millas de la costa libia. rn  
El barco de rescate Aquarius, de SOS Mediterranee, este lunes a 20 millas de la costa libia. AFP
Desde que el pasado jueves el general Abdelhakim Buhaliya, comandante de la base naval de Trípoli, anunciara la creación de “una zona de búsqueda y rescate en la cual ningún buque extranjero puede entrar” sin permiso de las autoridades libias, tres ONG han suspendido su misión de salvamento en el Mediteráneo central: Médicos Sin Fronteras, la alemana Sea Eye y Save the Children. Para que no quedase duda, un portavoz de la Armada libia precisó que la medida se dirigía contra las ONG “que pretenden salvar a los migrantes ilegales y realizar acciones humanitarias. 
Deseamos enviar un mensaje claro a todos los que atentan contra la soberanía libia y faltan al respeto a los guardacostas y la Marina”, subrayó.
 Sus palabras no deben tomarse a la ligera.
 El martes pasado un buque de la ONG española Proactiva Open Arms recibió dos ráfagas de aviso de una patrullera libia que le amenazó con tirar a dar si se atrevía a regresar.
 El incidente se produjo a poco más de 12 millas náuticas (22,2 kilómetros) de Libia, en el límite de sus aguas territoriales, el punto más próximo al que podían acercarse para recoger a los inmigrantes que zarpan de sus costas. 
El anuncio del general Buhaliya supone desplazar la línea que no pueden traspasar las ONG hasta unas 80 millas (150 kilómetros) mar adentro, una distancia que muy pocas de las frágiles embarcaciones en las que viajan hacinados los inmigrantes pueden recorrer.
 
Lo que ha hecho Trípoli no es ampliar sus aguas territoriales, sino declararse en condiciones de gestionar su propia zona de búsqueda y rescate, de acuerdo con el Convenio SAR de 1979 de la Organización Marítima Internacional (OMI).

 

La zona SAR libia, con una extensión de unos 350.000 kilómetros cuadrados, quedó vacante tras la caída de Gadafi en 2011, que hundió al país en un caos del que aún no ha logrado salir. Italia asumió la responsabilidad de esta zona y las ONG que operaban allí lo hacían hasta ahora en coordinación con el centro de rescate marítimo de Roma.
El Gobierno italiano ha sido el primero en felicitarse del “papel cada vez mayor de Libia” en la contención del flujo de inmigrantes y considera que la retirada de las ONG es un “bienvenido signo del reequilibrio en curso en el Mediterráneo”, en palabras de su ministro de Asuntos Exteriores, Angelino Alfano.

Según Frontex, la agencia europea de fronteras, las llegadas de inmigrantes a Italia se han reducido un 57% en julio, mientras se multiplicaban por cuatro las registradas en España.
Roma ha sido la principal patrocinadora de la Guardia Costera libia, a la que ha prestado asistencia e instrucción, incluso con el envío de buques, tras la petición que el primer ministro libio, Fayez Serraj, hizo en julio a su homólogo Paolo Gentiloni.
En teoría, las ONG podrían seguir rescantando a inmigrantes en la nueva zona SAR libia, pero deberían hacerlo con autorización de Trípoli, que ha mostrado escasa simpatía por ellas, y entregando a los rescatados a los guardacostas libios.
Esta opción es inaceptable para las ONG, pues implicaría impedir a quienes tienen derecho al asilo la posibilidad de solicitarlo y condenarles al internamiento en los campos de refugiados de Libia, donde son objeto de privaciones y abusos y no se respetan los derechos humanos, según las organizaciones humanitarias. 
“Si los buques de las ONG son expulsados del Mediterráneo, habrá menos preparados para socorrer a los inmigrantes antes de que se hundan y quien no se ahogue será interceptado y devuelto a Libia, un lugar sin ley, con detenciones arbitrarias y violencia extrema”, ha advertido Médicos Sin Fronteras.
El anuncio del Gobierno de Trípoli no es sino la gota que ha colmado el vaso.
 Las ONG han sido objeto en los últimos meses de una intensa campaña en la que se les ha acusado de connivencia con los traficantes de inmigrantes, a quienes avisarían de su presencia en las proximidades de la costa libia para que salieran las embarcaciones.
 Hasta ahora no se ha presentado ninguna prueba sobre esta presunta complicidad, pero el Gobierno italiano le ha dado pábulo al obligar a las ONG a firmar un código de conducta que permite a policías armados subir a bordo de los buques humanitarios, por lo que varias lo han rechazado.
La campaña contra las ONG arreció después de que España y Francia se negaran a abrir sus puertos para desembarcar a los rescatados en el Mediterráneo, ante la desesperación de Roma, desbordada por el incremento de las llegadas.
 La alternativa es devolverlos a Libia y, para ello, los buques humanitarios son testigos incómodos.
 En lo que va de año, 117.000 inmigrantes han llegado a las costas europeas y 2.400 se han ahogado, según la agencia de la ONU para las migraciones. 
A partir de ahora probablemente lleguen menos.
 Pero nadie sabrá cuántos se ahogan.

 

14 ago 2017

Al menos un muerto y varios heridos en un atropello en las afueras de París

 

Un turismo ha arrollado a las personas que se encontaban en la terraza de una pizzería.

 

Imagen que circula por las redes sociales del incidente.
Imagen que circula por las redes sociales del incidente.
Una niña ha muerto y al menos otras cinco personas han resultado heridas de gravedad esta noche cuando un vehículo ha arrollado, al parecer deliberadamente, a varias personas en la terraza de una pizzería de una localidad en las afueras de París.
El conductor del vehículo fue detenido poco después de que empotrara el coche contra el establecimiento, informan medios franceses. 
Según France Presse, la fallecida sería una niña de ocho años. Fuentes de la fiscalía de Meaux contactadas por la agencia hablaron de un “acto deliberado” pero que, “a priori, no tiene nada que ver con un acto terrorista”.
La Gendarmería Nacional por el momento se ha limitado a informar de que hay una “operación en curso” en Sept Sors, una localidad de medio millar de habitantes en el departamento de Seine-et-Marne donde se ha producido el incidente, y ha pedido que se respeten los perímetros de seguridad para no obstaculizar las investigaciones.
La cadena BFM TV mostró imágenes de un vehículo empotrado hasta el interior del restaurante, cuya terraza da a un parking de una zona industrial de la localidad.

No le digas a tu madre que eres anónimo en Twitter. Dile que eres fumador de opio

Se está utilizando la red para amedrentar a periodistas, a políticos, a profesores o a gente que se toma en serio la existencia de estas redes.

No le digas a tu madre que eres anónimo en Twitter. Dile que eres fumador de opio
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Ahora soy mirón en Twitter, no actúo.
 Ni interactúo, que es como se llama ahora a hablar entre personas. Hace unas semanas Twitter me avisó de que podía aminorar la presión que ejercían sobre mi cuenta personas de procedencia insegura, anónimos, supuestos nombres propios, etcétera, y que dependía de mí que esas cuentas pudieran ser silenciadas o abortadas de modo que no fueran nunca parte de mi mesa redonda.
Dije que sí, que me parecía bien.
Aquello sucedió después de haber publicado en EL PAÍS un reportaje sobre asuntos relacionados con Venezuela.
 Trataba de saber por qué algunos venezolanos, de todas las procedencias posibles, ideologías o profesiones, se habían ido de su país.
 La avalancha contra mí pero sobre todo contra esas personas entrevistadas fue formidable, a favor y en contra; con insultos o vejaciones o, simplemente, con comentarios que ponían en valor lo que esas personas tenían que decir acerca de sus respectivas aventuras.
Me pareció interesante que Twitter expresara su iniciativa de racionar la avalancha y desde entonces noté, con satisfacción, que el número de trolls o anónimos o supuestos nombres propios y, sin duda, los insultos que emanaban antes de esta fuente contradictoria que es la popular red social, habían aminorado su potencia. 
Más recientemente volvieron a ser temas de mi trabajo Venezuela y otros asuntos especialmente sensibles para las personas que asisten en Twitter a esta hoguera de comentarios que sitúan a la gente a la izquierda y a la derecha del cosmos en función de que hables en un sentido u otro de lo que no está permitido.
 Como ocurría en la época de entreguerras, en Europa, en España, en el mundo, ahora suelen valer, tan solo, las verdades como puños, dichas habitualmente por aquellos que están encantados de conocer sus ideas propias y están de acuerdo en perseguir las ideas, las informaciones, los puntos de vista de aquellos que merecen el infierno porque además deben ser borrados de la tierra.
Ese ruido infernal, esa falta de respeto, está creciendo hasta el contagio, y ya salta a los informativos, a los periódicos digitales y de papel; todo lo que es susceptible de debate se comprime en un número mínimo de caracteres en los que siempre cabe, sobre todo, la descalificación, el insulto o el irrespeto. 
Ahora he abierto Twitter, a ver cómo iba la cosa.
 Y como si me estuviera esperando un ejemplo leí el siguiente intercambio: “Javi @nolescreas ¿Qué hacéis, Tuiters? ¿Poscensurar? ¿Poscensurar nazis? El mejillón suicida @mejillonsuicida Pospuede Santi @sanset81 yo censuro haciendo el molinillo, lástima que no sea en su jeta”.
Los fumadores de opio eran pacíficos ciudadanos que se reunían, como Beckett y Joyce hacían jugando al billar, a compartir sus silencios.
 Ahora el ruido de la red contiene esos intercambios y nosotros, estemos activos o seamos pasivos fumadores de Twitter, nos tragamos todo ese humo como si eso nunca vaya a afectar a nuestra cabeza o a nuestros pulmones .

Hasta que un día decidí lo que seguro que hace mucha gente también: quedarme a ver. Y lo que he visto es que, lejos del bullicio en el que también he participado, se está formando un formidable ruido que incluye no sólo la falta de respeto a lo que el otro piensa, sino que se está utilizando la red para amedrentar a periodistas, a políticos, a profesores o a gente que se toma en serio la existencia de estas redes como vehículo en el que es posible intercambiar puntos de vista. Ya no son aceptables los puntos de vista.

 

 

Antonio Banderas hace latir a Marbella................. Andrea Morales Polanco

Nicole Kimpel y Antonio Banderas, en la gala Starlite.
Nicole Kimpel y Antonio Banderas, en la gala Starlite.
La noche se vistió de gala en Marbella.
 Por octava vez consecutiva la cantera de Nagüeles ha vuelto a tener a Antonio Banderas como su mejor embajador en la que se considera la velada más solidaria de la provincia malagueña. 
“Yo soy Málaga y Málaga soy yo”. El actor lo dice con la boca hinchada de orgullo mientras da la bienvenida a la Gala Starlite, una fiesta que no solo derrocha glamour, sino que también ofrece un espectáculo en el que las risas, las bromas y por qué no, las sorpresas reinan.

Tirar del lujo para recaudar fondos es seña de identidad de la Gala Starlite y en esta edición además ha tirado de un listado de grandes celebridades que han pisado la alfombra roja.
 Marta Sánchez, Ana Obregón, Gunilla von Bismarck, Eugenia Martínez de Irujo, Mónica Naranjo, Mariló Montero, Niña Pastori y Coti son solo algunas de las caras conocidas que la noche del domingo sacaron su lado más filantrópico. 
Y vaya si hubo ganas de derrochar dinero en pro de las fundaciones Lágrimas y favores y Niños en Alegría.
 Sino que se lo pregunten al actor y guionista Santiago Segura, que subastó un beso por la nada desdeñable cantidad de 4.000 euros.
 Eso sí, tuvo que besar a la mesa entera –12 personas–. Y Banderas no se quedó atrás.
 Aunque más de alguna de las asistentes al exclusivo evento –el cubierto llegó a costar hasta 1.000 euros– se animó a empezar la puja por 5.000 euros, un amigo de Nicole Kimpel, pareja del malagueño, desembolsó 20.000 para que la empresaria holandesa se quedara con el tan ansiado beso del intérprete de La piel que habito.
WireImage
Pero ese no fue el único récord de la gala. 
Pues en un subidón de emociones, por parte de los 400 asistentes, en medio de la puja logró quitarle protagonismo a la magnífica lluvia de estrellas que decoraba el cielo despejado de Marbella.
 “Esto es algo nunca antes visto”, decían con asombro la modelo argentina Valeria Mazza y el humorista Carlos Latre, que repitieron como presentadores de la gala. 
Y es que un cartel taurino elaborado por el músico y artista plástico José María Cano alcanzó la estratosférica cifra de 260.000 euros. 
“Ha sido una noche increíble. Creo que ha sido una de las galas donde más se ha recaudado. Lo que se alcanzó con el cuadro [de Cano] ha sido espectacular. 
Estamos felices y emocionados”, decía a EL PAÍS Sandra García-Sanjuán, fundadora del festival, al finalizar la velada. 
Antonio Banderas firma el Ford Mustang en la Gala de Starlite.
Antonio Banderas firma el Ford Mustang en la Gala de Starlite. Getty Images
Tres horas de gala –en las que se premió al chef Dani García (dos estrellas Michelin), la actriz Loles León, el cantaor Miguel Poveda, la bailaora Sara Baras y el entrenador de fútbol Diego Simeone– han servido para que los asistentes se animaran a pujar por una subasta variopinta que iba desde una guitarra y cajón firmada por Banderas [se vendió por 15.000 euros], cinco noches en un hotel de lujo en las Maldivas [10.000 euros], el cuadro Follies de Emilio Machado [27.000 euros], una visita al atelier de Gaetano Aloisio [9.000 euros], asistir a un evento a favor del medioambiente organizado por el príncipe Alberto de Mónaco y Leonardo DiCaprio [8.000 euros] hasta la experiencia de conducir un Ford Mustang y hospedarse en uno de los hoteles de la cadena Living hotel of the World [4.000 euros].
La gala Starlite donará, como lo ha hecho desde su comienzo, el cien por cien de lo recaudado a las fundaciones Niños en Alegría, creada por García-Sanjuán, y Lágrimas y Favores, de Banderas.
 A lo largo de estas ocho ediciones –más una realizada en México- se ha logrado recaudar 2.027.383 euros, lo que se materializa en unas 130.000 familias ayudadas. 



La cantante Mónica Naranjo posa durante la Gala Benéfica Starlite.
La cantante Mónica Naranjo posa durante la Gala Benéfica Starlite. EFE

Starlite sopesa abandonar Marbella

Pero no todo han sido risas y récords para los organizadores del festival. 
A pesar de que Starlite se concibió en 2012 como una manera de recuperar el esplendor vivido por la ciudad en las décadas de los sesenta y setenta, este 2017 los promotores han denunciado públicamente que el Gobierno municipal  –presidido por José Bernal y constituido por la unión de los votos del PSOE, IU, Costa del Sol Sí Puede y Opción Sampedreña–, ha adoptado una "actitud obstaculizadora". 
En un comunicado emitido el pasado 4 de agosto los coordinadores se quejaron de que pese a que la organización del festival se cierra con un año de antelación en esta edición la autorización se concedió apenas con 72 horas de antelación a la fecha prevista.
El malestar por parte de los organizadores es tal que aseguran están evaluando “de forma seria” trasladar el festival a otra ciudad, e incluso ya han comenzado conversaciones con gobiernos de otros municipios que no han tardado en comunicarles su interés por albergar este espectáculo.