Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

1 jul 2017

¿Hemos de tener miedo a volar por las turbulencias?

Cuando ir en avión se convierte en algo agitado y turbulento los temores de un accidente nos acechan.

Interior de un avión de la compañía Iberia en febrero de 2017.
Interior de un avión de la compañía Iberia en febrero de 2017.
La ceremonia se repite.
 Tras pelearnos para encajar multitud de bártulos sobre nuestras cabezas, la tripulación de cabina o un más moderno vídeo nos explican aquello de las salidas de emergencia, del cinturón de seguridad y nada de inflar el chaleco dentro del avión. 
 Cuando los motores arrancan se nos indica que hemos de permanecer sentados, con los cinturones abrochados y que subamos las ventanillas hasta que la iluminación en cabina se atenúa.
 El protocolo de dejarnos medio a oscuras no es para ayudar a calmar nuestros nervios ante la inminente maniobra de despegue. En realidad, tiene como objetivo acostumbrar a nuestras pupilas a la falta de luz en caso de que algo no vaya bien. 
Nuestra vista estará acostumbrada a la cantidad de luz exterior y nos facilitará la evacuación con la única guía de la iluminación de emergencia.
Una vez en el aire y de tanto en tanto, el capitán puede que encienda de nuevo las luces que indican que permanezcamos sentados y con los cinturones abrochados debido a la presencia de turbulencias.

¿Qué son estas turbulencias?

Las turbulencias en aviación son similares a los baches en las carreteras.
  En general, no revisten gravedad y es casi imposible que provoquen que el avión caiga, pero el hecho de estar sujetos al asiento nos puede evitar un buen golpe.
 Los pilotos las consideran más un inconveniente para la tripulación y los pasajeros que un peligro.
 Debido a las turbulencias solo 60 personas al año sufren daños en Estados Unidos, siendo dos tercios de ellos tripulación de cabina. Es decir, unos 20 pasajeros de los 800 millones que anualmente se mueven sobre los cielos de Estados Unidos tienen algún percance físico como consecuencia de estos movimientos turbulentos.
La turbulencia es una de las características de los fluidos en movimiento. 
En cuanto un fluido, como es el caso del aire, se mueve puede hacerlo de forma suave o generando remolinos que tienden a moverse en lo que se denomina el flujo medio.
 Un gran ejemplo de turbulencia —aunque no en sentido estricto—, es el humo de un cigarrillo. 
Este asciende en la misma dirección, pero lo hace mediante remolinos que tienen diferente dirección y velocidad que el flujo medio.
 Los remolinos o vórtices, que pueden llegar afectar a la aviación no son los del tamaño del humo de un cigarro, sino que deben tener una dimensión comparable al del avión.
 Por tanto, solo sentiremos sacudidas si son de un tamaño de alrededor de unos 100 metros.

  • En la atmósfera existen varios fenómenos que producen la clase de turbulencia que puede afectar a los aviones en vuelo:
Situación en enero y julio de 2017 de la Zona de Convergencia Intertropical donde se favorece la convección y las turbulencias.
Situación en enero y julio de 2017 de la Zona de Convergencia Intertropical donde se favorece la convección y las turbulencias.

Turbulencia por nubes convectivas

Uno de ellos es el mecanismo de ascenso y descenso de aire que se produce en las nubes convectivas. Este tipo de nubes se caracterizan por su aspecto algodonoso y burbujeante como por ejemplo los cúmulos; y aquellas que dan lugar a tormentas: los cumulonimbos.
Ondas que pueden ser generadoras de turbulencia visibles via satelite en las nubes alrededor de las islas Azores
Ondas que pueden ser generadoras de turbulencia visibles via satelite en las nubes alrededor de las islas Azores
Los pilotos tratan de esquivar estos núcleos tormentosos, aunque en lugares como la Zona de Convergencia Intertropical les resulta muy difícil. 
En esta zona —cercana a los trópicos— la conjunción de altas temperaturas y la confluencia de los vientos dominantes es un gran generador de convección.

Turbulencia por la orografía

Las zonas montañosas o islas con gran altitud pueden producir ondulaciones en el viento que llegan a propagarse hasta los niveles donde se desarrollan los vuelos comerciales.
 En lugares como los Pirineos, Alpes o Himalaya, y en las islas Canarias o Azores son habituales las turbulencias de carácter orográfico.

Turbulencia de aire claro


Un tipo de turbulencia que es más difícil de prever. Recibe este nombre al producirse a una altura en que las nubes no son un indicador de remolinos. Para los pilotos, al no tener claras indicaciones de su presencia suelen ser fuentes de incidentes, debido a que apenas da tiempo a avisar a los pasajeros para que se abrochen los cinturones de seguridad.
Esta turbulencia invisible se produce en las cercanías de la corriente en chorro, un río atmosférico que fluye cercano a nuestras latitudes a unos 12 kilómetros de altura. Es el responsable de generar turbulencias en sus bordes haciendo que los vuelos transoceánicos sean más cortos al volar de América a Europa. También es el causante de que hayan caído notablemente las temperaturas en España en esta semana.
Bueno yo le tengo pánico a las turbulencias y cuando el avión va como temblando. He viajado mucho en avión y puedo decir que han sido más los vuelos malos que buenos....


 

 

El autobús nocturno....................................... Boris Izaguirre

El WorldPride, que son como esas olimpiadas que la ciudad nunca consiguió organizar.

Algunos de los participantes y pregoneros como el cineasta Alejandro Amenábar (2d), el escritor hispano-venezolano Boris Izaguirre (c, arriba), y los cantantes Alaska (c, segunda fila), Ana Belén (4d, arriba) y Víctor Manuel (2d, arriba), y Topacio Fresh (3i, arriba), en la Plaza de Pedro Zerolo el pasado miércoles.
Algunos de los participantes y pregoneros como el cineasta Alejandro Amenábar (2d), el escritor hispano-venezolano Boris Izaguirre (c, arriba), y los cantantes Alaska (c, segunda fila), Ana Belén (4d, arriba) y Víctor Manuel (2d, arriba), y Topacio Fresh (3i, arriba), en la Plaza de Pedro Zerolo el pasado miércoles. EFE

 

Para mí el verano ha empezado llegando con retraso al concierto de Alejandro Sanz en el Vicente Calderón.
 Sanz cantaba Corazón Partío y la sensación en el estadio era un solo corazón, porque todos acompañaban a Alejandro en su interpretación o más bien era Alejandro quien se unía al público. Casi al final del concierto y después de comprobar que Niña Pastori debería estar incluida en la lista de las mejor vestidas y más emocionadas, Javier Sardà y yo coincidimos en que el verano, el amor y la nostalgia son un cóctel perfecto.
El after show del cantante lo fue también.
 Estaban desde Pablo Alborán a Eugenia Martínez de Irujo, no podías encontrarte en mejor sitio la noche de San Juan.
 Había de todo (aperitivos muy creativos como queso parmesano en forma de piedras de río), menos taxis de regreso. 
Hartos de esperar, mi amiga Victoria Martín Berrocal y yo subimos al autobús nocturno para volver a casa. 
Y fue genial. No puedo asegurar hace cuánto tiempo que Victoria no usa el transporte público pero nuestra emoción, entre sincera y canalla, incluso agitanada, se transfirió a los viajeros y empezó el intercambio cultural, de una fuerza que para sí quisieran Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para su comunión de las izquierdas. 
Unas chicas pidieron que les criticáramos su vestuario y Victoria y yo les hicimos un máster de tuneo que levantó una ovación en el autobús en plena curva
. Nunca he hecho más amistades sobre ruedas. “Madrid es una madre”, dijo un joven de aleonadísima cabellera sin gomina.
Al día siguiente, las temperaturas bajaron y Raffaella Carrà también descendió por las escaleras del jardín de la Embajada de Italia.
 El icono pop salió a saludar a los presentes antes de recibir el premio que el WorldPride le otorgó como amiga, compañera, musa del movimiento LGTBI a través de sus canciones, sus cuerpos de baile y su “favoritismo por la libertad y el amor.
 He vivido mucho”, dijo a pie de escalera y vestida de Versace. “Lo que importa es el amor”, zanjó ante el griterío.
 De esa manera quedó inaugurada la semana del WorldPride, que son como esas olimpiadas que la ciudad nunca consiguió organizar. Un baño de respeto, diversidad y todas esas palabras que hemos acuñado durante años para venir a decir lo mismo que Raffaella: lo que importa es el amor. 



Concierto de Alejandro Sanz en Madrid el pasado 24 de junio.
Concierto de Alejandro Sanz en Madrid el pasado 24 de junio. EL PAÍS
En un país que le encanta bautizar en inglés desde causas sociales hasta tramas corruptas, el WorldPride se ha convertido, en un plis plas, en una palabra más de nuestro vocabulario.
 Hasta Dolores de Cospedal me preguntó, a vuela pluma en una calle del barrio de Salamanca, cómo estaba preparando mi pregón. No podía explicarle, porque no lo sabía, que minutos antes de darlo, viviría un momento cinematográfico atravesando la Gran Vía madrileña del brazo de una sonriente Ana Belén, como dos enamorados protegidos por la ciudad. 
 “Hacemos de la reivindicación una fiesta y de la fiesta una reivindicación”, dije. 
Aunque es un éxito de convocatoria, la idea del Orgullo Gay puede despertar recelos.
 En una reunión, Mario Vargas Llosa nos reconoció: “El WorldPride demuestra cuanto ha cambiado España en 30 años”.
Así es.
 Las fronteras de la sociedad civil no hacen más que extenderse y aproximarnos a lo que entendemos como más civilizado. 
En medio de una agenda repleta, los 20 años del programa de TVE Corazón, corazón y el aniversario de la película Amor de hombre con Loles León, citas con Cristina Cifuentes y con la alcaldesa Manuela Carmena, surge un pequeño milagro.
 Dora Postigo Bosé, la hija de Bimba, ofrece un concierto en un salón del Hard Rock Café
. Dora tiene 13 años, su tuit pidiéndonos que no lloráramos la muerte de su madre sacudió a casi todos.
 En su debut como artista, estableció que en el nuevo siglo ya no existe la precocidad: eres lo que vas a ser desde el momento en el que lo decides.
 Fue impactante observar a las amigas y seguidoras de Dora, de su misma edad, asistiendo también a su primer concierto.
 Nos emocionó cuando interpretó una balada que Bimba compuso para David, como dijo ella refiriéndose al también fallecido diseñador David Delfín. 
 Pero las lágrimas no eran amargas porque el mensaje de Dora, como el de Raffaella y el de Alejandro, era sobre el amor
. Que no solo es lo importante, es lo que junto a la libertad marca tu historia y también la universal.

Javier Marías: ¿Necesitas un abrazo?

Puede que haya llegado el momento de descansar, no de tu labor como intelectual y escritor, sino como cascarrabias.

El escritor Javier Marías.
El escritor Javier Marías.

No estás bien, querido Javier Marías (no es una percepción solo mía, lo he hablado con más gente). 

Son muchas cosas las que te hacen sufrir: las calles cortadas los fines de semana —y que te impiden ir a almorzar—, la mujer que manda cortarlas, los populismos, los dueños de las mascotas y las propias mascotas —que las hay muy cabronas—, los libros digitales, las personas que valoran a las poetisas que no lo merecen… En fin… No deseo quitar hierro, son movidas muy tochas, eso está claro. 

 Y quiero que sepas también que te entendemos, que cualquiera en tu posición estaría mil veces peor. Demasiado aguantas; eres un santo varón. 

Pero también puede que haya llegado el momento de descansar, no de tu labor como intelectual y escritor —no quiero que pienses que estamos intentando moverte la silla—, sino como cascarrabias. De verdad que en ese sentido ya has hecho mucho, te has convertido en una especie de orfebre del despotrique, en un Grinch erudito (el Grinch es un personaje del Dr. Seuss…, igual no te suena, es literatura menor).

Yo si quieres estoy dispuesto a personarme en tu casa y ofrecerte un abrazo, uno largo (¿podrías aguantar cinco segundos? Bueno, lo vemos sobre la marcha) y que descanses tu gran cabeza —en el sentido metafórico— en mi hombro. 
Yo te diría: “Ya está Javier, ya está. La gente te idolatra. Ningún escritor joven está pensando en sustituirte, porque eres insustituible, puedes estar tranquilo. Eres, como te decía, un autor admirado y querido. La gente compra tus libros, incluso los lee. Ahora dedícate solo a crear mundos maravillosos y a disfrutar de los atardeceres. 
Ya verás como volverá a reinar la primavera en tu corazón… ¿has visto cómo andan los jilgueros? Andan al bies, ese es su natural andar. Disfruta de las pequeñas cosas de la vida”.
Si finalmente voy, ¿podríamos hacer merienda cena?
Aunque cuando lo leí tb lo critiqué, no me gusta ese tono de burla con lo que hace usted. Es un buen escritor, al margen de mis gustos personales y en su derecho está de convertirse en cascarrabias, nadie le quitará su derecho a la queja, es bueno hacer crítica, pero no hacer burla.
 

20 años de la liberación de Ortega Lara

20 años de la liberación de Ortega Lara: el pulso que ETA perdió camino hacia su derrota.

El 1 de julio de 1997 en plenas fiestas mayores de Burgos, el funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara volvió liberado al barrio del que ETA le había secuestrado 532 días antes.

José Antonio Ortega Lara llega a su domicilio después de haber sido liberado por la Guardia Civil tras 532 días de cautiverio.
La liberación de José Antonio Ortega Lara tras el secuestro más largo perpetrado por ETA puso a prueba al Estado y a la Guardia Civil en el pulso que la banda les echó convencida de que lo iba a ganar.
 No lo consiguió.
 A cambio, recibió un fuerte mazazo en el avance imparable hacia su derrota.

Una liberación de la que este sábado se cumplen 20 años, como se cumplen también de la de Cosme Delclaux, abogado e hijo de un destacado empresario vizcaíno que en la madrugada del 1 de julio de 1997 fue liberado por sus captores 232 días después de su secuestro y tras supuestamente haber pagado la familia 1.000 millones de pesetas.
El secuestro de ambos coincidió en el tiempo con el del empresario José María Aldaya, que permaneció en cautiverio 341 días, el segundo encierro más largo de las acciones de ETA tras los 532 días que permaneció secuestrado Ortega Lara.
Dicen a Efe responsables de la lucha antiterrorista de la Guardia Civil que la liberación del funcionario de Prisiones, obra del instituto armado y, en especial, de los agentes de Intxaurrondo, no deja de ser un ejemplo del trabajo de esta fuerza de seguridad, de sus señas de identidad.
La perseverancia, no caer en el desaliento, la capacidad de resiliencia, su adaptación a las circunstancias... 
Son valores que la Guardia Civil llevó hasta el máximo exponente en su investigación del secuestro, que no fue nada fácil porque, en principio, "no había elementos tangibles" que permitieran vislumbrar una resolución rápida del caso.
Y es que la ausencia de pistas iniciales, el ambiente en el que se desarrolló el secuestro -la localidad guipuzcoana de Mondragón-, nada afín a las actuaciones de la Guardia Civil y con una masa social que en esa época no reprobaba públicamente acciones de ETA de este tipo, la labor de los agentes se tornó aún más compleja.
Porque ETA, subrayan las fuentes consultadas, hizo con este secuestro una importante apuesta, como se demostró al tener tanto tiempo retenido al funcionario.
 "Fue un pulso a nosotros y al Estado, convencida de que iba a ganarlo", añaden responsables del instituto armado.
Sin embargo, perdió esa batalla, en un "mazazo" que la Guardia Civil asegura estuvo a la altura de las desarticulaciones de las cúpulas de ETA.
 "La organización y sus simpatizantes comprueban en ese momento que van a perder irremediablemente su causa", resaltan los expertos.
La liberación de Ortega Lara y el secuestro y asesinato pocos días después del concejal del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco fueron un punto de inflexión para la banda, que no se esperaba la respuesta social que despertó ambos casos, en un importante salto cualitativo y cuantitativo.
 El País Vasco se sacudió su temor.
No fue fácil dar con la pista que condujera hasta la nave industrial de Mondragón donde llevaron a Ortega Lara, al que escondieron en un zulo de madera, húmedo y frío tras una máquina y de unas dimensiones casi increíbles: tres metros de largo, dos de ancho y 180 centímetros de alto.
Pero los servicios de la Guardia Civil no abandonaron esa pista y durante mucho tiempo vigilaron día y noche la nave. 
 Precisamente, las vigilancias no fueron fáciles.
 Y no sólo por la precaución de no ser vistos por las personas que podían trabajar en el polígono, sino por la propia orografía, la humedad del río sobre el que se encontraba la nave, lo escarpado del terreno...
Fueron muchos días con los ojos puestos en una nave donde no se producían importantes movimientos, con escasa o nula productividad, con dos personas que entraban y salían y poco más.
Sin embargo, los investigadores tenían sospechas fundadas de que Ortega Lara podía estar allí. 
Algunos indicios les permitían mantener la esperanza, como los desperdicios de comida que se arrojaban a la basura proveniente del fin de semana a pesar de que nadie había acudido a la nave en ese tiempo.

La Guardia Civil esperó a tener todo bien atado antes de entrar.
 No faltaron entre los agentes momentos de desilusión durante los dieciséis meses de cautiverio, pero siempre hubo "el arrojo y las ganas de levantarse para buscar nuevas líneas de investigación cuando la anterior no había dado resultado", relatan a Efe las fuentes.
La Guardia Civil esperó a tener todo bien atado antes de entrar. 
No faltaron entre los agentes momentos de desilusión durante los dieciséis meses de cautiverio, pero siempre hubo "el arrojo y las ganas de levantarse para buscar nuevas líneas de investigación cuando la anterior no había dado resultado", relatan a Efe las fuentes.
Unas ganas y tesón que se mantuvieron porque la Guardia Civil siempre tuvo el convencimiento de que Ortega Lara estaba vivo.
Cuando se decidió entrar en la nave, se preparó un dispositivo de 500 agentes coordinados por el entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.
Entraron los primeros guardias, pero no vieron nada.
 Sin embargo, no había margen de error y volvieron a intentarlo. Movieron todas las máquinas, una cedió, se localizó el sistema hidráulico y la trampilla y un agente entró boca abajo.
 Allí estaba Ortega Lara, con 23 kilos menos, en un estado lamentable y resistiéndose a salir.
A los agentes que durante semanas y semanas habían vigilado la nave se les olvidó el frío, la lluvia, las pulgas, las miserias que pasaron. La alegría recorrió a todos.


La liberación de Ortega Lara y el secuestro y asesinato pocos días después del concejal del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco fueron un punto de inflexión para la banda, que no se esperaba la respuesta social que despertó ambos casos, en un importante salto cualitativo y cuantitativo. 
El País Vasco se sacudió su temor.

 Esos mismos agentes que se abrazaron satisfechos por el resultado de su trabajo, lloraron días después por el asesinato de Miguel Ángel Blanco. 
 Eran los mismos que no descansaron ni un solo minuto por la desesperación de querer hacer más en esas tensas y largas horas que transcurrieron desde el secuestro hasta la muerte del concejal y que mantuvieron en vilo a toda España.