Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

23 jun 2017

Kim Kardashian agota su línea de maquillaje en tres horas

La estrella de la televisión triunfa con su último negocio que la consolida como empresaria de éxito.

Kim Kardashian, en una charla organizada por Forbes. Kim Kardashian, en una charla organizada por Forbes. AF

Tres horas bastaron para que la línea de maquillaje de Kim Kardashian se agotara y con ello la reina de los realities shows logró generar unos 14.4 millones de dólares en ingresos.
 KKW Beauty salió al mercado con unos kits de maquillaje contour (productos que se utilizan para redefinir el rostro) a 48 dólares.
Ya en su presentación la esposa de Kanye West reconoció que este proyecto le parecía muy emocionante pues “ha sido la primera vez que he pasado de tener acuerdos de licencia con mi nombre a ser la propietaria [de una marca]”, reconoció durante un congreso organizado en Nueva York por Forbes.
Esta no fue su primera incursión en el mundo del maquillaje. 
En abril lanzó una pequeña línea de cuatro labiales cremosos en tonos rosados y nude en colaboración con la exitosa marca de cosméticos de su hermana pequeña, Kylie Jenner.
Pero como todo lo que envuelve a esta estrella de la televisión la polémica no podía faltar y aunque no se puede quejar el gran éxito de su línea de maquillaje la promoción de sus productos se vio empañada cuando fue acusada de racista
 La hermana más famosa del clan Kardashian colgó en su cuenta de Instagram –en la que tiene 101 millones de seguidores- unas imágenes en las que lucía un tono de piel, visiblemente más oscuro de lo habitual. Y los haters, que a ella le sobran, la acusaron de hacer blackface.
 Es decir, de usar un maquillaje similar al que utilizan personas de diferente etnia para interpretar a personajes negros, tal y como ocurría en el cine de primeros del siglo XX o en películas.
 El blackface es sinónimo de racismo para cualquier afroamericano.
Ella no tardó en responder y en una entrevista a The New York Times dijo: “Obviamente jamás fue mi intención ofender a nadie. Yo estaba realmente bronceada cuando me hicieron la sesión fotográfica.
 Le mostré la imagen a mucha gente de la industria y a nadie le llamó la atención mi tono de piel, ni siquiera se mencionó algo así”, reconoció. 

Con tal apabullante éxito, Kardashian no ha tenido remordimientos al momento de hacerse con el reloj Cartier de Jackie Kennedy.
 La empresaria pagó por la pieza 379.500 euros. 
El reloj formaba parte de una subasta realizada por la casa Christie's el pasado miércoles en Nueva York.

Atraco en París

Desde que el pasado octubre sufriera un atraco en París la celebridad, de 36 años, ha renunciado a lucir cualquier tipo de joya.
Tras el mediático robo una decena de personas fueron imputadas en enero gracias a una operación policial en diferentes puntos de Francia, y con la que se dio por desarticulado el grueso del equipo de delincuentes, conocidos como la "banda de los veteranos" por la avanzada edad de sus componentes. 
Sin embargo, este viernes el canal de televisión francés BFMTV dio a conocer que uno de los cinco hombres que atracaron a la estrella sigue libre, ya no tuvo más que un papel secundario.
Los investigadores han llegado a la conclusión de que François Delaporte, quien se creía que formaba parte del quinteto que robó en la noche del 2 al 3 de octubre joyas valoradas en unos 9 millones de dólares, no estaba presente en el momento del atraco, por lo que su defensa ha solicitado su liberación tras cinco meses en prisión.

 

22 jun 2017

Courtney Cox se arrepiente de sus retoques estéticos

La actriz de 'Friends', de 53 años, se ha retirado sus rellenos faciales y ha admitido lo complicado que es envejecer en la industria de Hollywood.

Courteney Cox
La actriz Courteney Cox en la gala 'Innovadores para un planeta saludable', el pasado mes de marzo en California.

 

Courteney Cox es una de las famosas que ocupan los primeros puestos en la lista de personalidades de Hollywood que ha recurrido a la cirugía estética para intentar luchar contra el paso del tiempo, pero ahora la actriz de Friends ha decidido decir basta y aceptarse tal y como es.
 Cox, de 53 años, ha confesado a la revista New Beauty que se arrepiente de muchos de sus retoques y ha revelado que ya ha dejado atrás los rellenos faciales para llegar a ser lo más natural posible.
 "Me han disuelto los implantes de relleno. Me siento mejor porque parezco yo misma. 
Las cosas van a cambiar. Todo caerá.
 Traté de no estropearme, pero en realidad, me daba una falsa apariencia", ha explicado.
Cox ha admitido lo complicado que es envejecer en Hollywood y la presión por “mantenerse al día” en esta industria.
 "Crecí pensando que la apariencia era lo más importante y es muy triste porque me metí en problemas. 
Estuve trabajando duro por mantenerme pero, en realidad, empeoró las cosas", ha lamentado.
Además, la actriz ha relatado lo fácil que resulta caer en la cirugía estética. 
"Un día alguien te dice 'estás bien pero no te vendría mal una inyección de relleno por aquí o un poco por acá', y te recomienda a algún especialista muy bueno cuyos resultados son muy naturales. Y vas y lo haces.
 La primera vez sales contenta porque apenas se nota y luego repites y así varias veces hasta que te ves en una foto y dices 'Ups, esto es terrible".
Courtney Cox se arrepiente de sus retoques estéticos
Y eso fue lo que le ocurrió, cuando no le gustó lo que vio decidió renunciar a todo tipo de inyecciones y cirugías. 
"Es necesario tener movimiento en la cara, sobre todo si eres delgada como yo. Esto no son arrugas son líneas de haber sonreído", ha asegurado orgullosa la protagonista de Cougar Town.

No es la primera vez que la intérprete habla abiertamente sobre la presión de la fama y la obsesión por perseguir la juventud.
 El año pasado ya confesó en el programa de televisión Running Wild With Bear Grylls que se arrepentía de algunas de las cosas que había hecho por mantener esa falsa apariencia.
 

María Teresa Campos acude a un prestamista para salvar su mansión de Las Rozas

Te mostramos todos los rincones

María Teresa Campos acude a un prestamista para salvar su mansión de Las Rozas

Después de vender el ático en Aravaca por 1,3 millones de euros, en marzo subió el precio de esta casa, que quedó fijado en 4,5 millones de euros


Ha acudido a un prestamista

Ha acudido a un prestamista

Un mes después de sufrir el ictus, hemos conocido en exclusiva que la presentadora ha trasladado las dos hipotecas que pesan sobre su mansión de Las Rozas a una entidad privada que cobra unos intereses muy altos.
Idea de Edmundo

Idea de Edmundo

Una fuente cercana nos cuenta: "Fue Bigote quien le dio la ideal del prestamista. Esta situación preocupa, y mucho a los que quieren a Teresa".

Venta de ático y contrato de larga duración

Venta de ático y contrato de larga duración

Sumado al contrato de larga duración que le acababa de hacer Mediaset, la venta del ático de Aravaca por 1, 3 millones de euros, ha significado un soplo de aire para la matriarca del clan Campos, que desde hace años vive ahogada por las deudas con Hacienda de su familia. 
 Sin embargo, esa paréntesis de tranquilidad ha durado más bien poco, como hemos podido saber ahora.
 

Masión enorme en Molino de la Hoz (Las Rozas, Madrid)


Asesinos de las SS con doctorado........................ Jacinto Antón

El historiador francés Christian Ingrao subraya en un estudio monumental el papel decisivo de los intelectuales en la élite de la Orden Negra de Himmler.

Oficial del SD en Ucrania en 1941
Oficial del SD en Ucrania en 1941
La imagen que se tiene popularmente de un oficial de las SS es la de un individuo cruel hasta el sadismo, corrupto, cínico, arrogante, oportunista y no muy cultivado. 
Alguien que inspira (aparte de miedo) una repugnancia instantánea y una tranquilizadora sensación de que es un ser muy distinto, un verdadero monstruo.
 El historiador francés especializado en el nazismo Christian Ingrao (Clermont-Ferrand, 1970) nos ofrece ahora un perfil muy diferente, y desasosegante.
 Hasta el punto de identificar a un alto porcentaje de los mandos de las SS y de su servicio de seguridad, el temido SD, como verdaderos "intelectuales comprometidos".
 El término, que ha escandalizado en el mundo intelectual francés, resulta escalofriante cuando se piensa que esos son los hombres que estuvieron a la cabeza de las unidades de exterminio.
 En su libro de reciente aparición en castellano Creer y destruir, los intelectuales en la máquina de guerra de las SS (Acantilado, 2017) Ingrao analiza pormenorizadamente la trayectoria y las experiencias de ochenta de esos individuos que eran académicos —juristas, economistas, filólogos, filósofos e historiadores— y a la vez criminales.
 Hay un fuerte contraste entre ellos y el cliché del oficial de las SS. Asesinos de masas en uniforme con un doctorado en el bolsillo, como describe el propio autor.
 Lo que hicieron los "intelectuales comprometidos" , teóricos y hombres de acción, de las SS fue espantoso. 
Ingrao cita el caso del jurista y oficial de la SD Bruno Müller, a la cabeza de una de las secciones del Einsatzgruppe D, una de las unidades móviles de asesinato en el Este, que la noche del 6 de agosto de 1941 al transmitir a sus hombres la nueva consigna de exterminar a todos los judíos de la ciudad de Tighina, en Ucrania, se hizo traer una mujer y a su bebé y los mató él mismo con su arma para dar ejemplo de cuál iba a ser la tarea.
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Christian Ingrao, retrtado en Barcelona.
Christian Ingrao, retrtado en Barcelona.
"Resulta curioso que Müller y otros como él, gente muy formada, pudieran meterse así en la práctica genocida", dice Ingrao que ha presentado su libro en Barcelona, "pero el nazismo es un sistema de creencias que genera mucho fervor, que cristaliza esperanzas y que funciona como una droga cultural en la psique de los intelectuales".
El historiador recalca que el hecho es menos excepcional de lo que parece.
 "En realidad, si examinamos las masacres de la historia reciente veremos que hay intelectuales bajo el felpudo. 
En Ruanda, por ejemplo, los teóricos de la supremacía hutu, los ideólogos del Hutu Power, eran diez geógrafos de la Universidad de Lovaina. Casi siempre que hay asesinatos de masas hay intelectuales detrás". 
Pero, uno no espera eso de los intelectuales alemanes. Ingrao ríe amargamente. 
"Es cierto que eran los grandes representantes de la intelectualidad europea, pero la generación de intelectuales que nos ocupa experimentó en su juventud la radicalización política hacia la extrema derecha con marcado énfasis en el imaginario biológico y racial que se produjo masivamente en las universidades alemanas tras la Gran Guerra. 
Y entraron de manera generalizada en el nazismo a partir de 1925".


¿Pero el nazismo no les inspiraba repugnancia moral? "Desgraciadamente, la moral es una construcción social y política para estos intelectuales.
 La Primera Guerra Mundial ya los había marcado: aunque la mayoría eran demasiado jóvenes para haber luchado, el duelo por la muerte generalizada de parientes y la sensación de que se libraba un combate defensivo por la supervivencia de Alemania, de la civilización contra la barbarie, prendieron en ellos.
 La invasión de la URSS en 1941 significó el retorno a una guerra total aún más radicalizada por el determinismo racial.
 Hasta entonces había sido una guerra de venganza, pero a partir de 1941 se convirtió en una gran guerra racial, y una cruzada.
 Era la confrontación decisiva frente a un enemigo eterno que tenía dos caras: la del judío bolchevique y la del judío plutócrata de la Bolsa de Londres y Wall Street. 
Para los intelectuales de las SS, no había diferencia entre la población civil judía que exterminaban al frente de los Einsatzgruppen y las tripulaciones de bombarderos que lanzaban sus bombas sobre Alemania.
 En su lógica, parar a los bombarderos implicaba matar a los judíos de Ucrania. 
Y si no sería el final de Alemania. Ese imperativo construyó la legitimidad del genocidio. Era 'o ellos o nosotros".
Así se explican casos como el de Müller. "Antes de matar a la mujer y el niño habló a sus hombres del peligro mortal que afrontaba Alemania.
 Era un teórico de la germanización que trabajaba para crear una nueva sociedad, así que el asesinato era una de sus responsabilidades para crear la utopía.
 Curiosamente Había que matar a los judíos para cumplir los sueños nazis".
Ingrao sostiene que los intelectuales de las SS no eran oportunistas, sino personas ideológicamente muy comprometidas, activistas con una cosmovisión en la que se daban la mano el entusiasmo, la angustia y el pánico, y que, paradójicamente, abominaban de la crueldad.
 "Las SS era un asunto de militantes. Gente muy convencida de lo que decía y hacía, y muy preparada".
 Pues resulta más preocupante aún. "Por supuesto. Hay que aceptar la idea de que el nazismo era atractivo y que atrajo como moscas a las élites intelectuales del país”.