La expulsión de Gloria Camila, la incertidumbre con José Luis y la llegada a plató de Bigote Arrocet supuso un 28,7% de 'share' del 'reality' de Telecinco.
Supervivientes sigue sin tocar techo.
El reality show de supervivencia con famosos presentado por Jorge Javier Vázquez, Sandra Barneda y Lara Álvarez en Telecinco, vuelve a superar su propia marca al quedarse cerca del 30% de share.
Concretamente, 3.121.000 espectadores vieron la décima gala de este jueves que alcanzó el 28,7% de audiencia.
Y fue tal la emoción por el récord conseguido que Álvarez lo celebró desde Honduras con un baile que ha colgado en su cuenta de Instagram, donde tiene 650.000 seguidores, y que ya ha superado las 110.000 reproducciones.
Solo la llegada a plató de Edmundo Bigote Arrocet
ya apuntaba que el programa iba a ser jugoso ya que muchos confiaban en
un reencuentro televisado entre el humorista chileno y su novia, la
presentadora María Teresa Campos.
Por una vez triunfaron la discreción y la intimidad a la espera de que sea la propia presentadora quien comunique a su pareja que durante su estancia en Honduras ella ha sufrido un ictus.
Así las cosas la entrevista a uno de los expulsados más esperados de esta edición, transcurrió con normalidad.
Arrocet afirmó no haber estado medido en el concurso por su relación con María Teresa Campos: “Yo sé que a Teresa le interesa mi felicidad.
Pero yo ya pasé una época en la que me tocó pasar hambre y frío; es ahí donde se conoce realmente a la gente.
A mí no me gusta hacer cosas para que se vean, me apartaba por timidez en cuanto llegaban las cámaras”.
Fue en este momento cuando Jorge Javier Vázquez criticó esta actitud y le recriminó que se había olvidado de que estaba en un programa de televisión.
Edmundo Arrocet reconoció que si tuviera que hacer autocrítica sería que “debería haber hecho más televisión”.
Pero también dijo que a él la experiencia “le ha servido para fortalecer el espíritu” y afirmó que volvería a ir a Supervivientes pero no se comportaría igual.
Pero Arrocet no se llevó todo el protagonismo.
La expulsión de Gloria Camila, la hija de Rocío Jurado y el torero José Ortega Cano, captó la atención de todos los espectadores al convertirse en la sexta expulsada del reality.
La joven acudió al programa acompañada de su novio Kiko, quien se quedará una semana más en la Casa del Árbol, una zona separada de la isla donde viven los desterrados durante siete días hasta conocer la elección de la audiencia.
Aunque hasta ahora uno de los hándicaps de esta condición era convivir en solitario, en esta ocasión Kiko estará acompañado de Oriana Marzoli, una nueva concursante recién llegada que ya conoce al novio de Gloria Camila por su paso por el programa Hombres y Mujeres y Viceversa.
Una notica que no ha sentado demasiado bien a la hija del torero.
A todo este aliño de sentimientos hay que sumar la incertidumbre sobre José Luis, que reapareció después de que en la gala de hace una semana tuviera que ser atendido por los médicos del equipo a causa de un cólico nefrítico.
El cocinero que se dio a conocer en el programa de cocina Masterchef recibió la visita de su mujer y junto a ella decidió continuar en el programa pese a que los médicos le han advertido de que le puede dar otro cólico y debe tomar algunas precauciones: “Ha sido mi sueño desde que empezó el concurso y no me quiero ir por nada del mundo”, dijo José Luis minutos antes de enterarse de que nada más volver se enfrentaba a la expulsión junto a Gloria Camila y Laura Matamoros.
Finalmente, el público volvió a premiar la actitud del cocinero que, a pesar de las críticas de algunos de sus compañeros, ha sido un ejemplo de supervivencia, el espíritu real que debería presidir este concurso.
Hasta dónde llegue depende ahora de sus riñones y de la audiencia.
El reality show de supervivencia con famosos presentado por Jorge Javier Vázquez, Sandra Barneda y Lara Álvarez en Telecinco, vuelve a superar su propia marca al quedarse cerca del 30% de share.
Concretamente, 3.121.000 espectadores vieron la décima gala de este jueves que alcanzó el 28,7% de audiencia.
Y fue tal la emoción por el récord conseguido que Álvarez lo celebró desde Honduras con un baile que ha colgado en su cuenta de Instagram, donde tiene 650.000 seguidores, y que ya ha superado las 110.000 reproducciones.
Por una vez triunfaron la discreción y la intimidad a la espera de que sea la propia presentadora quien comunique a su pareja que durante su estancia en Honduras ella ha sufrido un ictus.
Así las cosas la entrevista a uno de los expulsados más esperados de esta edición, transcurrió con normalidad.
Arrocet afirmó no haber estado medido en el concurso por su relación con María Teresa Campos: “Yo sé que a Teresa le interesa mi felicidad.
Pero yo ya pasé una época en la que me tocó pasar hambre y frío; es ahí donde se conoce realmente a la gente.
A mí no me gusta hacer cosas para que se vean, me apartaba por timidez en cuanto llegaban las cámaras”.
Fue en este momento cuando Jorge Javier Vázquez criticó esta actitud y le recriminó que se había olvidado de que estaba en un programa de televisión.
Edmundo Arrocet reconoció que si tuviera que hacer autocrítica sería que “debería haber hecho más televisión”.
Pero también dijo que a él la experiencia “le ha servido para fortalecer el espíritu” y afirmó que volvería a ir a Supervivientes pero no se comportaría igual.
Pero Arrocet no se llevó todo el protagonismo.
La expulsión de Gloria Camila, la hija de Rocío Jurado y el torero José Ortega Cano, captó la atención de todos los espectadores al convertirse en la sexta expulsada del reality.
La joven acudió al programa acompañada de su novio Kiko, quien se quedará una semana más en la Casa del Árbol, una zona separada de la isla donde viven los desterrados durante siete días hasta conocer la elección de la audiencia.
Aunque hasta ahora uno de los hándicaps de esta condición era convivir en solitario, en esta ocasión Kiko estará acompañado de Oriana Marzoli, una nueva concursante recién llegada que ya conoce al novio de Gloria Camila por su paso por el programa Hombres y Mujeres y Viceversa.
Una notica que no ha sentado demasiado bien a la hija del torero.
A todo este aliño de sentimientos hay que sumar la incertidumbre sobre José Luis, que reapareció después de que en la gala de hace una semana tuviera que ser atendido por los médicos del equipo a causa de un cólico nefrítico.
El cocinero que se dio a conocer en el programa de cocina Masterchef recibió la visita de su mujer y junto a ella decidió continuar en el programa pese a que los médicos le han advertido de que le puede dar otro cólico y debe tomar algunas precauciones: “Ha sido mi sueño desde que empezó el concurso y no me quiero ir por nada del mundo”, dijo José Luis minutos antes de enterarse de que nada más volver se enfrentaba a la expulsión junto a Gloria Camila y Laura Matamoros.
Finalmente, el público volvió a premiar la actitud del cocinero que, a pesar de las críticas de algunos de sus compañeros, ha sido un ejemplo de supervivencia, el espíritu real que debería presidir este concurso.
Hasta dónde llegue depende ahora de sus riñones y de la audiencia.