Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

14 jun 2017

La transformación de Miguel Bosé (también de su voz)

El cantante compareció en 'El Hormiguero' con un tono muy apagado y su ya cada vez más habitual maquillaje en los ojos.

Miguel Bose
Miguel Bosé en el plató de 'El Hormiguero' este martes.

 

Hace un par de años que Miguel Bosé, 61 años, vive en Panamá con sus cuatro hijos.
 Se instaló allí para llevar una vida alejada de la atención mediática en un intento de que los niños vivan en el anonimato.
 Bosé solo viene a España por motivos de trabajo. Ahora acaba de aterrizar por la gira Estaré que va a realizar por varias ciudades y para algunas entrevistas como la que concedió este martes por la noche a Pablo Motos en El Hormiguero de Antena 3.
 El cantante sorprendió a la audiencia por su tono de voz más apagado y profundo que el suyo habitual.
 De hecho, las redes sociales se llenaron de comentarios haciendo referencia al extraño timbre de voz del cantante. 
Todo parece indicar que la causa fue el cansancio - acababa de llegar de viaje- y un pequeño catarro.

Bosé, por lo demás, sigue insistiendo en llevar los ojos maquillados, quizá ahora mucho más que hace meses.
 Se pinta con tonos muy oscuros que endurecen su mirada y contrastan con la palidez de su piel.
El cantante también recurre a un vestuario muy particular como viene siendo habitual en él.
 El hombre que salió siendo más joven al escenario con una falda, ahora apuesta por los chalecos, las chaquetas largas y los tonos oscuros. 
Hace tiempo que Bosé tiene problemas de peso, como él mismo ha reconocido, algo que tiene que ver con su genética y con su gusto por la buena mesa.
 Además, el cantante presume de ser un buen cocinero.
Durante la entrevista con Motos, Bosé habló mucho de la educación que da a sus hijos y contó lo involucrado que está en ella en un intento de que sean ciudadanos del mundo.
 También abordó cuestiones de política internacional y en especial de la situación que se vive en Venezuela, de la que ya se ha pronunciado en otras ocasiones.
 "Los venezolanos se sienten muy solos", aseguró en el programa.

Miguel Bose
Miguel Bosé en el plató de 'El Hormiguero' este martes.
Hace un par de años que Miguel Bosé, 61 años, vive en Panamá con sus cuatro hijos. Se instaló allí para llevar una vida alejada de la atención mediática en un intento de que los niños vivan en el anonimato. Bosé solo viene a España por motivos de trabajo. Ahora acaba de aterrizar por la gira Estaré que va a realizar por varias ciudades y para algunas entrevistas como la que concedió este martes por la noche a Pablo Motos en El Hormiguero de Antena 3. El cantante sorprendió a la audiencia por su tono de voz más apagado y profundo que el suyo habitual. De hecho, las redes sociales se llenaron de comentarios haciendo referencia al extraño timbre de voz del cantante. Todo parece indicar que la causa fue el cansancio - acababa de llegar de viaje- y un pequeño catarro.
Bosé, por lo demás, sigue insistiendo en llevar los ojos maquillados, quizá ahora mucho más que hace meses. Se pinta con tonos muy oscuros que endurecen su mirada y contrastan con la palidez de su piel.
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El cantante también recurre a un vestuario muy particular como viene siendo habitual en él. El hombre que salió siendo más joven al escenario con una falda, ahora apuesta por los chalecos, las chaquetas largas y los tonos oscuros. Hace tiempo que Bosé tiene problemas de peso, como él mismo ha reconocido, algo que tiene que ver con su genética y con su gusto por la buena mesa. Además, el cantante presume de ser un buen cocinero.
Durante la entrevista con Motos, Bosé habló mucho de la educación que da a sus hijos y contó lo involucrado que está en ella en un intento de que sean ciudadanos del mundo. También abordó cuestiones de política internacional y en especial de la situación que se vive en Venezuela, de la que ya se ha pronunciado en otras ocasiones. "Los venezolanos se sienten muy solos", aseguró en el programa.
Pablo Motos le entrega a Miguel Bosé el Disco de Oro por su último álbum 'MTV Unplugged'.
Pablo Motos le entrega a Miguel Bosé el Disco de Oro por su último álbum 'MTV Unplugged'.
En una entrevista a este periódico el pasado viernes decía: “La culpa de las cosas que están sucediendo no solo hay que echárselas en cara a la falta de voluntad política y la desidia de las instituciones, que es el núcleo”.
 Al cantante le irrita “el silencio y la charlatanería de codo en barra de bar de muchos ciudadanos que arreglan el mundo yéndoseles la fuerza por la boca y sin hacer nada.
 La clase política no nos va a dar nada, no nos va a regalar nada. Los ciudadanos tenemos que cambiar las cosas nosotros.
Hay una pasividad ciudadana generalizada. No me vale el desencanto, ni la pérdida de entusiasmo. No me vale, me enfurece”
Bosé empezó su gira en febrero en México, con entradas agotadas tres noches seguidas en el Auditorio Nacional. 
Después de Estados Unidos y Sudamérica, ahora le toca España: 23 de junio en Madrid y 27 en Barcelona.
 En otoño volverá a América.


José Luis Perales se pasa al cine de autor........ Gregorio Belinchón

El compositor escribe la banda sonora de la nueva película de Manuel Martín Cuenca, basada en una novela de Javier Cercas.


José Luis Perales no tiene una lista de deseos por cumplir. 
"Pero si la tuviera, componer una banda sonora estaría en ella, desde luego.
 Aunque a mis años ya no esperaba que me pasara esto"
. A sus 72 años, en mitad de una gira que arrancó con el lanzamiento de su último disco, Calma (2016), el compositor y cantante ya no tiene nada que demostrar. 
Pero sí le pica la curiosidad.
Y por ahí entró el cineasta Manuel Martín Cuenca (Almería, 1964), el director de La flaqueza del bolchevique y Malas temporadas.
 "A mí siempre me ha gustado Perales como cantante.
 Más aún como compositor, porque me parece un maestro de la melodía y de la capacidad de conectar con la gente.
 Ha compuesto más de 1.000 canciones de muy distintos estilos. 
Y va desde Porque te vas [la canción que le dio la fama a Jeanette y se escuchaba en Cría cuervos, de Carlos Saura] hasta temas para Isabel Pantoja, Julio Iglesias y muchos otros.
 Tiene algo único: clarividencia y sencillez en las melodías", cuenta el director. 
Entre risas confiesa que de adolescente decía que Perales le gustaba porque es de Cuenca, como él (en un chiste sobre su segundo apellido). 

Hasta aquí el pasado. 
El presente llega cuando Martín Cuenca acaba su quinto largometraje de ficción, El autor, basado en la novela El móvil, de Javier Cercas, con Javier Gutiérrez, María León y Antonio de la Torre, que se estrenará el 17 de noviembre tras su paso por los festivales de otoño, y que describe los conflictos internos de un novelista que empieza a manipular todo lo que le rodea para convertirlo en la ficción que escribe.
 Martín Cuenca y su coguionista habitual, Alejandro Hernández, han trabajado sobre el relato de 1987 de Cercas "para mantener su espíritu, y Javier, que le leyó el libreto, estuvo de acuerdo". 
Antes de empezar el rodaje en Sevilla el pasado otoño, el cineasta empezó a pensar en la música, él, que no había puesto banda sonora en sus dos últimos filmes, La mitad de Óscar y Caníbal.
  "Por la naturaleza de la historia, desde el principio supe que iba a necesitar música y también que no quería un compositor al uso. Como director he huido en mis dos últimos trabajos de esas músicas que remarcan las imágenes, y por tanto no quería caer ahora en ello", confirma el cineasta. 
"Así que empecé a pensar en distintas posibilidades, a escuchar a gente, pero no acababa yo...". 
Hasta que un día oyó Se me enamora el alma, de Isabel Pantoja, que aparece de forma tangencial en la trama de El autor, y recordó que su compositor es su admirado Perales. "Así comenzó la aventura".
El aludido cuenta su parte de la historia: "Un día recibo a través de la discográfica una carta de Manolo en la que me contaba lo que habían significado mis canciones en su educación sentimental, y en la que me proponía esa colaboración". 
El director le envió sus películas, y solo le pidió que las viera antes de un posible encuentro con el músico, que se confiesa poco cinéfilo.
 "Me gustaron. Y sobre todo, La mitad de Óscar, porque la veía y en mi cabeza aparecía música. Además, en nuestra primera entrevista todo fue estupendo".
 Eso sí, Perales le pidió a Martin Cuenca que lo mantuvieran en secreto:
 "Nunca había hecho una banda sonora y yo quería mantener cierta libertad por si la cosa no salía adelante. Era un reto tan diferente...". En la gira, el cantante se llevó el guion y se lo aprendió de memoria.
 "Me atrapó, sentí que era como musicar una novela". O como si el letrista fueran Martín Cuenca y Hernández, y Perales llegara con las melodías. 
"Es un director inteligente. Me gusta como sus diálogos contradicen lo que se ven.
 Cada vez que ve una de sus películas ves nuevos matices. 
Y que me propusiera no una canción, sino hacer la banda sonora me enganchó". 

A Perales le ha resultado sencillo. 
"Cuando escribo, llevo mucho tiempo con las notas en la cabeza. Me siento como una mujer embarazada: a los nueve meses me sale una canción. 
Voy acumulando ideas, tonos, y un día escribo y sale del tirón. Lo mismo me ha ocurrido aquí". 
Ayer por la tarde, en el estudio de grabación, ambos reían como niños mientras veían una secuencia de El autor salpicada con una melodía de jazz latino.
 "Es mis músicos vienen de ahí. Pepe Rivero [su mano derecha] es cubano, y un monstruo.
 Yo voy siempre con los mejores, porque como soy flojito, ellos me engrandecen", cuenta entre risas el compositor.
 Martín Cuenca ha perdido un mito, pero ha ganado un amigo.

 

os Placeres Motor Tecno Relojes Cuidados Videos ICON Design Anita Pallenberg, en 10 frases dichas por Keith Richards, su pareja durante 13 años

La musa de los Stones ha fallecido. Con el guitarrista tuvo tres hijos y pasaron su época más creativa y excesiva.

 

 
Keith Richards y Anita Pallenberg con su hijo Marlon (izquierda) y otros dos niños en la boda de Mick Jagger y Bianca De Macias celebrada en Saint-Tropez (Francia) en 1971.
Keith Richards y Anita Pallenberg con su hijo Marlon (izquierda) y otros dos niños en la boda de Mick Jagger y Bianca De Macias celebrada en Saint-Tropez (Francia) en 1971. Getty
Hay una escena que se produjo la primera vez que los Rolling Stones tocaron en España que define en parte la arrolladora personalidad de la actriz, modelo y diseñadora Anita Pallenberg, que ha muerto el 13 de junio a los 73 años. 
 Fue en junio de 1976 en Barcelona.
 La pareja irrumpió en el hotel dejando tierra quemada a su paso. Abrigos de borrego (¡en junio!), gafas de sol extra grandes, fulares, sombreros hippies... Imposible no mirar aquello. Estaban discutiendo.
 Y se peleaban como siempre lo hacían: ella iba delante, dando grandes zancadas, haciendo severos movimientos de brazos y Richards iba detrás, casi agazapado, tirando de una maleta. 
Sí, una mujer con mucho estilo y gran personalidad.
Anita Pallenberg (Roma, Italia, 1942) fue primero la novia de Brian Jones (fundador de los Stones que fue expulsado de la banda en 1969, meses antes de morir en extrañas circunstancias) y luego de Richards. 
Ella y el mítico guitarrista estuvieron juntos de 1967 a 1980 y tuvieron tres hijos (Marlon, en 1969; Angela, en 1972, y Tara, en 1976).
Keith Richard y Anita Pallenberg en 1973.
Keith Richard y Anita Pallenberg en 1973. Getty
Estas son diez frases donde Richards habla de su expareja, extraídas de las memorias del guitarrista, Vida:

- "Mi primera impresión de Anita es que era una mujer muy fuerte. También era increíblemente inteligente.
 Y, por supuesto, era divertida y una belleza. 
Muy graciosa además de la persona más cosmopolita que yo había conocido. 
Hablaba tres idiomas, había estado aquí y allá. A mí eso me resultaba muy exótico".
"La verdad es que yo miraba a Anita, y miraba a Brian [Jones, pareja de Pallenberg cuando Richards cuenta esta historia], y la miraba otra vez a ella y pensaba: no hay nada que pueda hacer para evitarlo, al final voy a tener que estar con esa mujer. O doy yo el paso o lo da ella. Pero, de un modo u otro vamos a acabar juntos". - "Anita venía de un mundo de artistas. Ella tenía bastante talento. Le encantaba el arte. Se movía con total naturalidad en el mundo del pop art. Y sabía pintar".

Anita Pallenberg (derecha) con la modelo Alice Dellal desfilando durante la London Fashion Week en septiembre de 2016.
Anita Pallenberg (derecha) con la modelo Alice Dellal desfilando durante la London Fashion Week en septiembre de 2016. Getty

- "Se crió en un caserón que tenía su abuelo en Roma, pero la adolescencia la había pasado en Múnich, en un colegio para hijos de la nobleza decadente del que la expulsaron por fumar, beber y (lo que es peor) hacer autostop".

- "Nunca en mi vida he dado el primer paso para enrollarme con una mujer. 
Simplemente es que no sé cómo hacerlo. Soy incapaz de decir una frase como: 'Qué pasa nena, cómo va eso'. Así que Anita movió ficha.En el asiento trasero de aquel Bentley, entre Barcelona y Valencia, Anita y yo nos miramos: la presión era tal que sin previo aviso empezó a hacerme una mamada". - "Una de las primeras broncas que tuvimos Anita y yo fue por toda la mierda de Performance [película con ella y Mick Jagger de protagonistas que provocó los celos de Keith]. 
Mick y Anita interpretaban a una pareja, me lo veía venir. Estaban rodando porno de tercera".
- "Marlon Brando llamó a Anita al hospital cuando dio a luz para felicitarla por su actuación en Performance. 
 'Marlon es un nombre que no está mal. ¿Y si le ponemos Marlon', dijo Anita".

- "No creo que Anita estuviera especialmente enganchada [a la heroína]. No la necesitaba todo el tiempo. En cambio, yo sí que estaba enganchando y además de verdad. Vivíamos al límite, pero no creo que Anita o yo tuviéramos la menor duda de que podíamos con aquello".
- Una noche, cuando estaba rodando Barbarella, Anita acabó en la cárcel: estaba con unos tíos del Living Theater cuando la registraron buscando drogas.
 Además, la policía pensó que era un travesti y se la llevaron al calabozo.
 Y, en cuanto abrieron la puerta para meterla dentro, todos los que ya estaban entre rejas exclamaron: '¡Anita, Anita!'.
 La conocía todo el mundo. Eso era tener contactos y lo demás es tontería". "Anita y yo sobrevivimos. 
 Ahora ella ejerce de dulce abuela con los tres niños de Marlon y de icono para la tribu de la moda.
 La gente la ve como una fuente de inspiración.
 Además, últimamente le ha dado por la jardinería".
 

Muere Anita Pallenberg, la ‘rolling stone’ femenina............ Diego A. Manrique

Con 73 años, fallece la mujer libre que fue compañera de Brian Jones y Keith Richards

Anita Pallenberg con Keith Richards en una imagen de diciembre de 1969.
Anita Pallenberg con Keith Richards en una imagen de diciembre de 1969. Getty Images
Anita Pallenberg, encarnación del espíritu iconoclasta de los sesenta y supernumeraria de los Rolling Stones, falleció ayer martes en Londres. 
Tenía 73 años y una salud frágil, con secuelas de la hepatitis C y serios problemas de cadera. 
Se desconocen las causas exactas de su muerte, anunciada por su amiga Stella Schnabel.
Permítanme un recuerdo generacional. 
En 1969, se estrenó en España El rebelde, una película del cineasta alemán Volker Schlöndorff sobre Michael Kholhaas, legendario insurrecto medieval.
 Se corrió la voz de que salía Keith Richards como extra y allí acudimos en tropel (háganse cargo: en pleno franquismo, resultaba inconcebible que los Rolling Stones actuaran en nuestro país). Así que fuimos a verla una y otra vez.
 Y salimos enamorados de Anita Pallenberg.
Décadas después, en Vida, por la autobiografía de Richards, supimos que los Stones pasaban por España con cierta regularidad. De hecho, fue en tierras valencianas, camino de Tánger, cuando Keith y Anita intimaron sexualmente.
 Al poco, ella dejaba a su novio oficial, el también rolling stone Brian Jones, que había degenerado en un maltratador. 
Ese cambio de pareja nos hizo ver que el universo de aquella banda se movía por leyes propias.
 No existía el concepto de infidelidad: en el mismo libro Richards se quejaba de que Anita tonteó con Mick Jagger durante el rodaje de Performance, algo que siempre negó la implicada.
Anita fue una de aquellas criaturas hedonistas que tomaron al asalto los años sesenta.
 Exhibía su marchamo internacional: nacida en Roma de padres alemanes, hablaba cuatro idiomas y pasó por diferentes instituciones de enseñanza.
 Pero se independizó tras conocer la dolce vita y el círculo neoyorquino de Andy Warhol. 
¿Qué hacía Anita exactamente? Trabajaba como modelo, tuvo pequeños papeles en películas de Roger Vadim o Marco Ferreri, aparte de un breve paso por el Living Theater. 
 Esencialmente, se bebía la vida a tragos.
Cuando ella llegó, los Rolling Stones eran un proyecto en construcción, que seguía afanosamente la pista de los Beatles e intentaba asimilar las enseñanzas de Bob Dylan. 
Anita contribuyó a proporcionarles sofisticación, audacia, aura de peligro: que ella practicaba la magia negra era solo uno de los rumores que circulaban por entonces. 
Probablemente, Anita fue la más salvaje de todos, en los apartados de drogas y sexo.
 Según la consideración de la parte más empresarial del grupo, resultaba un peligro.
 Tras la famosa detención de 1977 en Toronto, cuando Richards fue acusado de traficar con drogas, se incrementaron las presiones para que la pareja se separara.

No ayudó un extraño suceso de 1979: en la casa estadounidense de Richards apareció muerto de un disparo un joven de 17 años con el que Anita mantenía una relación. 
Entraron en acción los famosos “abogados de los Rolling Stones”, que consiguieron que aquello se considerara un accidente o un estúpido juego de ruleta rusa.
Richards y Pallenberg tenían dos hijos, Marlon y Angela (un tercero, Tara, murió en su cuna en 1976, pocos días antes de que los Stones debutaran en España, con el concierto que Gay Mercader montó en Barcelona). 
Se tomaron medidas para que los niños fueran criados por personas responsables y, a partir de 1980, la pareja se fue distanciando.
Richards se ocupó de la manutención de Anita, que hasta el final tuvo acceso a la residencia del guitarrista en Jamaica. Allí llamó la atención de la infame policía local, que decidió darle un escarmiento: fue encerrada en una celda con algunos de los peores elementos de la zona.
Pero, como Richards, ella era una superviviente.
 Se sometió a rehabilitación y dejó las drogas, aunque sufrió alguna recaída. 
Evitó la tentación de escribir sus memorias y se convirtió en símbolo de resiliencia, al igual que la otra musa de los Stones, Marianne Faithfull, con la que coincidió en un capítulo de Absolutely fabulous, la serie de la BBC.
En sus últimos años, convertida al vegetarianismo, se dedicó a cultivar su huerto en el barrio londinense de Chiswick.
 Intervino en películas de directores de culto como Abel Ferrara o Harmony Korine. 
 Reconocida como inspiración por mujeres que podían ser sus hijas (¡o sus nietas!), incluso volvió a la pasarela, desfilando orgullosa con su bastón; también disfrutaba pinchando música en fiestas privadas.