Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

30 may 2017

¿Cuánto cobraban (y cobran ahora) los tertulianos de la tele?

Aunque no lo creas, la cosa hoy ha cambiado mucho. Y a peor

 

 


La parrilla televisiva a finales del milenio se repartía entre cadenas nacionales, públicas y privadas, y también autonómicas que vivían su momento de mayor esplendor. 
Hoy, gigantescos grupos mediáticos se hacen con canales abiertos y de TDT, un invento que, lejos de ampliar la oferta, la ha devaluado enormemente.
 La industria televisiva no supo (y sigue sin saber) adecuarse al monstruo mediático, lento pero seguro, de nuestro tiempo: Internet.
El espectador de antes se entretenía con los programas de testimonios, formatos amorales en cuanto a contenido y continente
El maltrato machista se pagaba y premiaba en espacios como Lo que necesitas es amor (presentado por Jesús Puente en Antena 3) o De tarde en tarde (por Irma Soriano, en Canal Sur), donde apareció una mujer, Ana Orantes, denunciando 40 años de tortura y maltrato por parte de su pareja.
 Dos semanas después (en diciembre de 1997) fue asesinada. A partir de ahí comenzó a trabajarse la Ley Orgánica contra la Violencia de Género que vería la luz en 2004. Para entonces los programas de testimonios habían pasado de moda.

Una ristra de presentadores, directores y, sobre todo, redactores maltratados habían aprendido las peores maneras y tretas sicilianas para enfrentarse a la industria audiovisual.
 Hoy en día el poso mafioso de ciertas productoras y trabajadores del medio sigue ensuciando y entorpeciendiendo un crecimiento saludable del entretenimiento televisivo. Así está el panorama (y así son sus tarifas):
 


LOS TERTULIANOS

Antes eran Cristina Almeida, Ramoncín, Alfonso Ussía o Ana Botella (¡cobrando 100.000 pesetas –600 euros, ojito– por aparición!) los que debatían por dinero en nuestras pantallas.
 Hoy el mapa televisivo ha cambiado enormemente. El más cotizado es Pablo Iglesias, aunque económicamente no se ve recompensado de forma proporcional. 
Hoy los tertulianos debaten sobre política y sociedad (y jamás sobre cultura) a cambio de un caché cada vez más exiguo que va de los 150 a los 300 euros por intervención, además de favores y contraprestaciones que alguna vez se detallan por contrato: tener a alguien más del mismo color político en la tertulia, vetar a otro o cerrar un pack por varias intervenciones, por ejemplo.
Sus cachés han bajado a mínimos vergonzosos. La consigna de los redactores es "buscar gente que venga gratis".
 Ha habido programas excepcionales y especialmente sonrojantes como El juego de tu vida, conducido por Emma García, en el que los participantes exponían sus más recónditas miserias aun a riesgo de no ganar nada de dinero (cuantas más preguntas se respondieran diciendo la verdad, mayor era el montante que se podía ganar).
 Lo más sorprendente es la cantidad de gente que escribía para participar, acuciada por las deudas y la necesidad.
 Este espectáculo cruel fue un hecho aislado. En general, los anónimos que van prácticamente gratis acuden a programas más superficiales y menos comprometidos. 

LOS ‘REALITIES’

Los cachés en los realities son bastante bajos.
 Zeppelin paga a los grandes hermanos una cantidad no superior a 500 euros semanales durante su permanencia en el popular concurso de Telecinco.
 Si después quieren hacer carrera con bolos, les ofrecen la posibilidad de representarlos artísticamente con su filial, Telegenia; y les sale rentable, porque la mayoría acepta.
En Quien quiere casarse con mi hijo (QQCCMH) o Adán y Eva (en la imagen), las candidatas de uno y los posibles amantes de otro cobran en torno a 70 o 90 euros por día de grabación. 
 Uno de los solteros de QQCCMH de la última edición me dice haber ganado algo más de 2.000 euros al mes que, con retenciones, se le quedaba en unos 1.800. 
No son cifras precisamente mareantes.

UNA NUEVA (Y RENTABLE) ESPECIE: LOS COLABORADORES
Belén Esteban es un activo financiero en alza para Mediaset.
 Ella sola determina presupuestos e inversión publicitaria.
 No directamente, claro. Es su representante, Toño Sanchís –convertido en personaje mediático también–, el que gestiona y negocia su carrera.
 Sanchís ha creado un pequeño emporio a raíz de la representación de varios famosos, y en su currículum figura como exintegrante de La Banda del Capitán Canalla y del grupo coral Los Inhumanos. Con Gran Hermano VIP se filtró el dato de que Esteban cobraba entre 25.000 y 30.000 euros semanales.
 Además, se hizo con el premio final, dotado con 100.000 euros, que donó a asociaciones benéficas. 
No hay forma de saber lo que cobra; existe gran opacidad en torno a su caché.

Comienza el juicio de Belén Esteban contra su exrepresentante

La colaboradora de Telecinco reclama a Toño Sanchís 500.000 euros por trabajos que sostiene no le fueron abonados.

Juicio Belen Esteban
Belén Esteban llega a los juzgados madrileños de Torrejón de Ardoz acompañada de su novio Miguel.

 

Con semblante serio, Belén Esteban llegaba esta mañana a los juzgados de Torrejón de Ardoz (Madrid) donde ha comenzado el juicio que la colaboradora de Telecinco mantiene con su exrepresentante Toño Sanchís, a quien reclama 500.000 euros por trabajos que no le han sido presuntamente abonados.
 Fue en diciembre de 2015 cuando saltó la noticia cuando Esteban rompía su relación laboral con Toño Sanchís tras encontrar supuestas irregularidades en sus cuentas. 
Belén Esteban, que se ha presentado 30 minutos antes del juicio, lo ha hecho acompañada de su novio, Miguel Marcos.
 "Confío en la justicia", se ha limitado a decir la colaboradora de televisión ante los medios congregados a las puertas del juzgado.
Toño Sanchís no participará en el juicio ya que es su mujer Lorena Romero, quien debe responder a las preguntas de los abogados de Esteban, pues la demanda interpuesta por la colaboradora de Sálvame es contra Lorant SL, la empresa de representación de la cual ella es la única administradora.
Juicio Belen Esteban
Belén Esteban entrando a los juzgados de Torrejón de Ardoz.
A los 500.000 euros que la colaboradora de televisión reclama a la compañía por trabajos realizados y no cobrados, como las galas de Más que baile o Los ojos de Belén, hay que sumar los más de 100.000 euros de costas que Esteban se ha gastado entre abogados, gestores, peritos y autorías.
Tras muchos meses de acusaciones por ambas partes, y desestimado el acuerdo previo que intentaron lograr los abogados del agente y su esposa, Esteban quiere ahora que se conozca la que ella sostiene es la verdad. 
Aunque el juicio conluirá este mismo martes, la sentencia no se conocerá hasta semanas más tarde.
“Estoy cansada, ha sido un año muy duro con este tema.
 Solo quiero una sentencia y mi dinero”, ha dicho Belén Esteban horas antes del juicio. 
Sanchís, por su parte, asegura que la colaboradora quiere acabar con su reputación.

Lee el primer capítulo de la nueva novela de Isabel Allende

EL PAÍS publica un avance de 'Más allá del invierno'

Plaza Janés edita el libro el próximo jueves 1 de junio.

La escritora Isabel Allende. La escritora Isabel Allende.

Isabel Allende lanza su última novela, Más allá del invierno. 
 A continuación adelantamos el primer capítulo de la obra, que la editorial Plaza Janés publica el próximo 1 de junio.
 La autora está considerada como la escritora en español más leída del mundo: sus obras han vendido más de 65 millones de copias y han sido traducidas a más de 30 idiomas.
 

 

Un archivo para buscar tus raíces................... Crónicas del país.

La principal institución que custodia los registros de la Iglesia en Galicia recibe más de 4.000 cartas anuales de descendientes de emigrantes.

 

 

Una trabajadora del Archivo Histórico Diocesano de Santiago consulta datos en un manuscrito. 
Una trabajadora del Archivo Histórico Diocesano de Santiago consulta datos en un manuscrito.
"Llevamos tanto tiempo haciendo esto, que por el tipo de sobre y por la caligrafía ya sabemos, sin leer nada, de qué país nos llega la carta.
 Aunque parezca extraño, la letra de los argentinos tiene algo que la diferencia de la de los uruguayos. O de la de los cubanos.
 O de la de los españoles. Un rabito, un detalle...". Salvador Domato, canónigo de la catedral, dirige un equipo de siete profesionales en el Archivo Histórico Diocesano de Santiago, el mayor guardián de libros parroquiales en Galicia y uno de los mayores de España, con más de ocho millones de documentos y casi 4,6 kilómetros de estanterías dispuestas en módulos compactos que se mueven sobre raíles.
Cuando en 1975 el entonces arzobispo compostelano Ángel Suquía fundó la institución, no podía aventurarse cuál iba a ser uno de sus principales cometidos: el de escarbar en las raíces emigrantes de infinidad de extranjeros que buscan certificar ante algún consulado su origen gallego para obtener la nacionalidad española.
Además de las continuas visitas de genealogistas y particulares que llenan la sala de consultas, el gran archivo recibe al año unas 12.000 solicitudes de datos por medio de cartas o de correos electrónicos. 
 Muchas son de personas que buscan el rastro de antepasados con la única intención de armar el ramaje de su árbol familiar, o incluso de alguien que persigue reclamar una propiedad perdida en el laberinto del tiempo.
 Pero más de 4.000 proceden del extranjero, y son de descendientes de algún difunto nacido en Galicia que quieren demostrar que por sus venas corre la misma sangre.
 "A lo largo del tiempo, y coincidiendo casi siempre con leyes que se van aprobando" aquí y allá, "en el archivo notamos repuntes en las peticiones", asegura Domato.
 Verdaderas "oleadas" de cartas como "la última, procedente de Cuba", o la anterior, "en tiempos de Zapatero y con la ley de la memoria histórica". 
Siguiendo un poco las noticias internacionales es fácil adivinar lo que llegará en breve. 
"Por ejemplo, en los últimos días del mandato de Obama", cuando se puso fin a la política de pies secos, pies mojados que concedía automáticamente la nacionalidad a los cubanos que pisaban suelo firme estadounidense. 
A partir de ahí, con Raúl Castro y el predecesor de Trump escenificando su acercamiento, los cubanos iban a ser tratados en EE UU como cualquier extranjero.
Y la carambola que nada parecía tener que ver con Galicia acabaría chocando con la robusta puerta de madera de este archivo que la Iglesia custodia en el monasterio de San Martiño Pinario, en Santiago.
Se desencadenó una "avalancha de peticiones de cubanos" en busca de sus raíces a este lado del Atlántico.
 Durante unos meses, llegaron hasta una docena de cartas al día. Ahora, el ritmo ha bajado, pero siguen arribando "tres o cuatro diarias" sin falta.
 Además de por la letra, las misivas del país caribeño se distinguen "porque vienen en sobres alargados y los remitentes se preocupan por cerrarlas a conciencia", con mucho pegamento.
 De los siete empleados del Archivo Histórico Diocesano, tres se dedican a atender estas solicitudes. 
Además de la documentación acumulada desde el año 829 por arzobispos, conventos, entidades y hospitales de la Iglesia, entre estas paredes se protegen ya los registros de 960 de las 1.071 parroquias de la archidiócesis y el volumen "crece cada día".
 El proceso de digitalización, constante desde hace seis meses, durará al ritmo actual muchas décadas; "tres mil años", bromea el director. 
Nada más llegar, el material debe someterse a un tratamiento antiplagas en habitaciones que luego permanecen cerradas a cal y canto varios meses. 
Después, el restaurador trabaja con los pergaminos y libros que llegan destrozados tras sobrevivir, húmedos y olvidados, algunos durante siglos, a la sombra de las sacristías.

Muchas veces, las pistas que aportan los descendientes son tan etéreas que la búsqueda se eterniza y fracasa.
 "Mi abuelo nació en A Coruña, nos dicen sin más detalles", lamenta el director, "pero ellos no saben que A Coruña es una ciudad con cinco parroquias y al mismo tiempo es una provincia con 800" según la tradicional administración eclesial. 
 Otras veces "aportan un arco de 60 o 100 años para la fecha de nacimiento". 
Y otras nada más que se basan en una foto en sepia donde se puede ver a la bisabuela posando ante una casa, un paisaje.
 Con suerte, aparece la vista de un pueblo todavía reconocible, que ayuda a encauzar la investigación.
Porque salvo durante los éxodos masivos a América de las dos primeras décadas del siglo XX, el de la postguerra y el de los años sesenta rumbo a Alemania, Suiza o Francia, la gente casi nunca viajaba y "una familia apenas se movía del ámbito de tres o cuatro aldeas vecinas". 
 Esto, hoy, facilita las pesquisas genealógicas en el archivo, y cuando aparece registrado un familiar, enseguida se van enhebrando todos los parientes.
 Con los libros parroquiales, asientos que se convirtieron en metódicos desde el siglo XVI por mandato del Concilio de Trento (1545-1563), "se traza el hilo conductor de una familia", comenta el canónigo:
 "Aquí tenemos una responsabilidad enorme, porque somos custodios de la historia del pueblo".