Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

20 may 2017

Alemania reabre el caso de los asesinados por la ciencia nazi

La austeridad ética de Raimon Pelegero....................... Juan Cruz

El artista ofrece un recital de despedida en el Palau de la Música de Barcelona.

Raimon, en el Palau de la Música.
Raimon, en el Palau de la Música.

 

La última vez de Raimon Pelegero.
 Se dice pronto. 1963, Al vent. 19 de Mayo de 2017, Palau de la Música, todo Raimon, el penúltimo concierto de su vida.
 Un gentío. Bravos. La emoción como memoria condensada en la garganta de los que aplauden. 
Nos sabemos sus letras, las cantábamos para sentirnos libres en aquel país de Franco. 
Una canción suya sustituía la palabra Revolución.
 Tarareábamos la libertad. Raimon era nuestro hermano mayor, y se atrevía.

Así pues, 1963-2017. En medio, Espriu, Ausiàs March, el amor, Annalisa, Italia, contraFranco, Diguem no, el amor, el miedo y la vida.
 España cerrada, España entreabierta, España y la desmemoria.
  La guitarra y el flequillo, y la moto, y la mare, y el carrer Blanc, y este hombre de rojo y de negro ahora, sinfónico, grandioso, en el Palau de la Música Catalana.
 Los aplausos, los bravos, el catalán limpio del xativí enamorado, su risa en el escenario, el aplauso al público. 
Tantos años de historia.
Con su voz, coreándolo, dijimos No a lo que suponía el fascismo de los puños y las pistolas. 
Ahora Diguem no suena como si estuviera otra vez de actualidad. La circunstancia no es la misma, naturalmente, pero el público del Palau corea el himno natural de la protesta como si ahora hubiera otro Franco más acá de la canción, aun en el Pardo.
Esa sensación produce el grito, como si fuera pertinente imaginarlo en la misma dirección.
 La austeridad ética de Raimon ha hecho a la vez historia y poesía, y ahora es también poesía lo que fue historia.
 Es un poeta Raimon, estudió Historia.
Al vent suena, como su sencillo poema a Joan Miró, como el color de los sueños de un tiempo que iba a ser nostre.
 A Vivaldi le pasó con el adagio y Beethoven vivió, sin saberlo ya, las consecuencias que tuvo su más famoso himno alegre, que sirvió para los rotos y los descosidos de Europa.
 Imposible, pues, no escuchar al poeta Raimon sin atraerlo a nuestro molino: es natural que suceda con la poesía y con la música, con la letra y con el ritmo.
 Y con las personas. 
A Blas de Otero, a Gabriel Celaya, e incluso a Gloria Fuertes, los podemos escuchar ahora como si cantaran en este mismo momento, y para este mismo momento.
 El ser humano necesita, en cada tiempo, desde la infancia a la vejez, y los pueblos también lo necesitan, desde la infancia a la vejez: que sus ansiedades sean representadas por la canción, por la letra de sus himnos o de sus poetas, y cada uno escucha lo que quiere.
Pero ahí está Raimon: no se ha variado del sitio en que estuvo, desde que empezó, en medio de la ciénaga fascista, cantándole a la libertad, al amor, a la belleza y a la muerte. 
Y contra el miedo
. De vegas la pau no ès mès que por. 
 Sus canciones no son de ahora mismo, pero están en nosotros como queramos que estén.
 De modo que el público aplaude lo que quiere oír, incluso aquello que no se canta.
No se puede apropiar nadie ahora de los himnos de Raimon; fueron letras, a favor de la libertad, viento contra el miedo, luz contra la oscuridad, el gran fum de la terra. 
 Abrieron nuestro tiempo a la posibilidad de la canción. He mirat aquesta terra, Yo vinc d´un silenci… Hace tanto que lo cantamos. El tiempo ha pasado, pero no por la voz de Raimon sino por la esencia de la Historia.
 Ahora el cantar que nos sublevó es ética y poesía, la esencia de un cantante que fue nuestro y lo sigue siendo.
 Se despide. Eso cree él. Su eco es demasiado verdadero como para diluirse en los dedos de la actualidad. 
Ajena a toda manipulación circunstancial, pues, la poesía cantada de Raimon conserva su ejemplar independencia ética, el eco sobrio de la raíz xativí de su libertad.

Abandonar el grupo.................................... Elvira Lindo

Nuestros mayores se sienten como chiquillos con su nueva vida virtual.

Una turista hace una fotografía con su móvil en Barcelona. 
Una turista hace una fotografía con su móvil en Barcelona.
Es primavera.
 Un amigo va a la comunión de un sobrino.
 La cita es a las 10 de la mañana. 
Entre la ceremonia, los aperitivos, la comida, el corte de la tarta con espada como en las bodas, los gin-tonics, la merienda y la vuelta a los gin-tonics previos a la cena se hacen las 10 de la noche. Exhausto, derrotado, cuesta abajo en su rodada, mi amigo decide abandonar el evento, no sin percibir que su adiós decepciona un poco a esos seres queridos que opinan (en bloque) que se está yendo cuando empieza lo mejor.
 Pero así somos los espíritus libres, de vez en cuando decimos, ¡no al yugo familiar! Ja. 
Eso es lo que el pobre iluso se cree: la comunión del sobrino no se va a acabar nunca, porque esa fiesta familiar ha entrado en el pesadillesco bucle del WhatsApp.
 Ríete tú de El día de la marmota: las nuevas tecnologías han convertido los eventos familiares en una versión si cabe más inquietante de El ángel exterminador. Buñuel, te lo has perdido.
 
Una turista hace una fotografía con su móvil en Barcelona. Ampliar foto
Una turista hace una fotografía con su móvil en Barcelona.

Antes de que abandone el recinto celebratorio mi amigo ha sido incluido por una de sus tías en un grupo llamado Comunión y mientras, un poco borracho, espera un taxi percibe la vibración en el bolsillo de la americana de las muchas fotos que el núcleo duro familiar, tías, abuelos, abuelas y esas amigas de las madres que son como casi tías, van compartiendo.
 Fotos que provocan entusiasmo, vídeos que se cuelgan al instante de ser grabados, comentarios que comienzan siendo graciosillos pero que a estas horas de la noche ya se tornan guarros; ya se sabe lo que hace el alcohol en la mente de nuestros mayores.
 A las doce de la noche ya han hecho su aparición los emoticonos de la berenjena y la gitana.
 Así comenzó la caída del Imperio Romano.


Luego hablamos de los estragos que está causando en la mente de los más jóvenes la vida hiperconectada, pero ¿y en la de nuestros mayores? 
Nuestros mayores.
 Cuántos chistes se habrán hecho sobre su analfabetismo informático.
 Pues bien, ha llegado la hora de la venganza de toda una generación.
 Han abrazado sus teléfonos inteligentes y se sienten como chiquillos con su nueva vida virtual. 
Es el paraíso de los jubilados, el edén de las madres que se sienten conectadas con sus hijos permanentemente, el hábitat ideal de los primos, de los cuñados, de los excompañeros unidos por los Expedientes de Regulación de Empleo. 
Yo había aventurado algunas teorías al respecto, dado el número inaudito de vídeos que a diario me inundan el WhatsApp, enviados en abrumadora mayoría por personas de los 60 en adelante. Sospechaba que esta afición descontrolada de los que se han incorporado al universo cibernético a última hora tenía que responder a algún impulso psicológico, y cuál no ha sido mi sorpresa cuando veo que The New York Times abordó este crucial asunto la semana pasada.
 Al primero que señalaban como un abuelete que no sabía qué uso debía hacer de Twitter era a Donald Trump.
 De acuerdo, él es el presidente de los Estados Unidos y eso marca la diferencia; de acuerdo, es un ser incontinente, chulesco, con tendencia a la ira y al desprecio, pero incluso contando con esos rasgos patológicos está claro que hay un componente generacional de inadecuación a este sistema de redes que, por sus propias características de superficialidad, resultan apropiadas para un espíritu juvenil y forzadas para la gente de edad. 
Pensamos equivocadamente que la virtualidad encubre nuestra fecha de nacimiento pero se está viendo que no, que hay una especie de gagaísmo digital que se dispara a partir de una franja de edad y que lleva a los individuos a enviar a todos sus contactos vídeos chistosos (presentándolos como descacharrantes, un aviso de que no te lo parecerán), sobre la conmovedora maternidad de las hienas o las inusitadas habilidades de una niña prodigio.
 Eso sin dejar a un lado los selfis o el lenguaje hipersentimentalizado del Facebook, con el que se dice te quiero más de lo que cualquier corazón pueda resistir.
Incluso los que no somos aficionados a los libros de autoayuda hemos dedicado algunos minutos de lectura a esos artículos ahora tan abundantes en la prensa en los que te enseñan a decir que NO en 10 pasos a fin de que los compromisos no te roben la vida. Muchos llevamos entrenándonos en esa disciplina muchos años: hemos conseguido con gran esfuerzo decir que no a cenas, a viajes, a trabajos sin remunerar, nos hemos aplicado en distinguir lo fundamental de lo prescindible, pero, ay, han desembarcado la familia y los mayores en la escena virtual y no somos capaces de salirnos de sus grupos de WhatsApp.
Mi amigo lleva una semana recibiendo material gráfico de la comunión y no se atreve a abandonarlo.
 Le da miedo que su familia piense que tiene algo en contra del chiquillo.

 

Los dos ‘pendrive’ de Púnica............................ Óscar López-Fonseca Fernando J. Pérez

La Guardia Civil destapa la caja b del PP de Aguirre gracias a un par de memorias informáticas halladas en casa del gerente.

Beltrán Gutiérrez sale de la Audiencia Nacional junto a su abogado.
Beltrán Gutiérrez sale de la Audiencia Nacional junto a su abogado.
Si el caso Gürtel tuvo su "puto pendrive" —en palabras de un Francisco Correa consciente de que la memoria USB que la Policía intervino a su contable guardaba los secretos de su trama—, la Púnica tiene dos de estos delatores ingenios informáticos. 
Ambos fueron localizados por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en el registro que realizó el 11 de febrero de 2016 en el domicilio de Beltrán Gutiérrez, exgerente del PP madrileño y uno de las personas de la máxima confianza de Esperanza Aguirre.

El primero, de color pistacho y con la inscripción "Indra", fue encontrado en un cajón del dormitorio junto a la ropa interior. 
El segundo, azul y plata y con publicidad del Ayuntamiento de Las Rozas, al fondo de una balda del armario de la misma habitación. Los agentes, que durante tres horas y media registraron la vivienda, también hallaron otros equipos electrónicos —intervinieron un móvil, una tableta, un disco duro y un tercer pendrive—, pero 15 meses después son ambas memorias las que sustentan buena parte de los informes sobre la supuesta financiación irregular del PP que la UCO ha entregado al juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco.
En el primero de estos pendrive, la Guardia Civil localizó carpetas denominadas "elecciones 2007", "proveedores" y "actos del PP en Madrid 2006/2007" en el que se recogían facturaciones, importes sin impuestos y con ellos, y un desglose de los pagos y las deudas que se habían generado. 
En ese archivo, se recogían todos los mítines celebrados entre el 10 de abril y el 27 de mayo de 2007, así como la forma en la que el PP iba abonando "de manera fraccionada" los mismos. 
 En total, la contabilidad reflejaba pagos por un total 980.133,97 euros. 
 Sin embargo, el mismo documento digital también incluía aquellos cargos que, de manera irregular, eran cargados a otras entidades, como la fundación Fundescam. 

Entre estos gastos, los agentes destacan varias facturas giradas por empresas como Back RVS y Formaslect, que partir de ese momento centraron buena parte de las pesquisas.
 Era el primer indicio de la supuesta utilización por parte del PP de Aguirre de empresas interpuestas para facturar gastos electorales. En este mismo pendrive se localizaron varios correos electrónicos incriminatorios. 
Uno de ellos, intercambiado por Beltrán Gutiérrez con otro dirigente del PP madrileño, apunta a que en las actuaciones musicales del último mitin de la campaña de 2007, celebrado en el Palacio de los Deportes de la capital, costaron el triple de los 20.000 euros que reflejaba el contrato formalizado. 
En otro, la directiva de una empresa le preguntaba al entonces gerente del partido de Esperanza Aguirre "a quién tenemos que facturar" los 30.000 carteles electorales que iba a imprimir para la campaña.
 Acabó pagando Fundescam.
 La supuesta contabilidad opaca de los populares madrileños apareció en la otra memoria USB.
 En ella, la UCO encontró un archivo digital bautizado como "caja 07-08" que, según los informes de la Guardia Civil, refleja "la existencia de una caja b controlada por el gerente del partido que se nutre de fondos opacos y que se destina al pago de proveedores de campaña". 
En el mismo, aparecen escritas en color negro las cantidades que reflejan las entradas de dinero.
 En rojo y con el signo menos delante, los pagos.
 Este archivo contable recoge la entrada de 1.014.375 euros en efectivo.
 Pese a la elevada cifra, otro archivo denominado "deudas nov 2007" desvelaba que el saldo negativo de esta supuesta caja b del PP después de aquellas elecciones autonómicas de 2007 alcanzó los 873.027 euros.