15 may 2017
Hablar bien para sentirse mejor..........................Lola Morón
ilustración de mikel jaso
La neurolingüística es una disciplina centenaria que analiza la
producción del lenguaje desde el cerebro y la influencia que la palabra
ejerce sobre la mente. ¿Cómo modifica nuestras vidas lo que decimos?
SEA AMABLE y será más feliz.
Repita “todo irá bien” y tendrá más posibilidades de que las cosas vayan bien.
Mantenga su discurso enfrascado en aquello de “esto no tiene solución” y jamás la encontrará.
Puede sonar a optimismo barato o a manual de autoayuda, pero la neurolingüística es una disciplina centenaria que no solo ha dedicado sus esfuerzos al estudio de la producción del lenguaje desde el cerebro, también a la influencia que la palabra ejerce sobre la mente.
Como defendía el psicólogo ruso Lev Vygotsky en la primera mitad del siglo XX, todas las funciones mentales –pero sobre todo el lenguaje– tienen una dimensión interna, mental o computacional, que puede y debe ser estudiada científicamente.
Pensamiento y palabra son dos conceptos íntimamente unidos.
Si tienen o no el mismo origen genético, o si se desarrollan de una forma más o menos independiente, todavía hoy resulta motivo de debate.
Las hipótesis coinciden en que, al menos, siguen un proceso de continua influencia recíproca.
Este binomio se concibe de manera habitual colocando antes al
pensamiento y después a la palabra, como su expresión: “Decimos lo que
pensamos”.
Invertir los términos –decir y después pensar– puede sonar a acto irreflexivo, a que “no se debe decir todo lo que se piensa” y se debe pensar todo lo que se dice, ya que puede resultar inconveniente decir lo que se piensa en según qué contexto.
Lo que hablamos influye, modifica e incluso corrige lo que pensamos.
A nivel cognitivo, buena parte de lo que se dice acaba siendo lo que se piensa.
La influencia que la palabra ejerce sobre el pensamiento puede comprenderse de manera intuitiva mediante la observación del efecto mantra.
Una práctica que se ha empleado tradicionalmente con diferentes objetivos.
La repetición constante de una misma palabra –o una serie corta de palabras– es un método eficaz para desconectar del medio, para relajarse, para evadirse.
En estudios sobre la técnica de neuroimagen se ha comprobado que este acto repetitivo produce una desactivación del córtex cerebral: repetir constantemente una palabra ayuda a “dejar de pensar”.
O, al menos, a desconectar del pensamiento consciente.
La capacidad de la palabra para comunicar emociones positivas no se limita al uso que de ellas hacemos para brindar apoyo a un amigo en situaciones difíciles.
Podemos alentarnos a nosotros mismos utilizando las palabras adecuadas, del mismo modo que el uso derrotista del lenguaje puede bloquearnos a la hora de afrontar la resolución de un problema.
En el conocido como Informe monja –una serie de estudios sobre la vejez llevados a cabo por el grupo de trabajo del doctor Snowdon, experto en alzhéimer, con 678 monjas de la Escuela de las Hermanas de Notre Dame– se valoraba el uso del lenguaje positivo como uno de los factores que influyen en la salud cerebral.
Repita “todo irá bien” y tendrá más posibilidades de que las cosas vayan bien.
Mantenga su discurso enfrascado en aquello de “esto no tiene solución” y jamás la encontrará.
Puede sonar a optimismo barato o a manual de autoayuda, pero la neurolingüística es una disciplina centenaria que no solo ha dedicado sus esfuerzos al estudio de la producción del lenguaje desde el cerebro, también a la influencia que la palabra ejerce sobre la mente.
Como defendía el psicólogo ruso Lev Vygotsky en la primera mitad del siglo XX, todas las funciones mentales –pero sobre todo el lenguaje– tienen una dimensión interna, mental o computacional, que puede y debe ser estudiada científicamente.
Pensamiento y palabra son dos conceptos íntimamente unidos.
Si tienen o no el mismo origen genético, o si se desarrollan de una forma más o menos independiente, todavía hoy resulta motivo de debate.
Las hipótesis coinciden en que, al menos, siguen un proceso de continua influencia recíproca.
lo que hablamos influye, modifica e incluso corrige lo que pensamos
Invertir los términos –decir y después pensar– puede sonar a acto irreflexivo, a que “no se debe decir todo lo que se piensa” y se debe pensar todo lo que se dice, ya que puede resultar inconveniente decir lo que se piensa en según qué contexto.
Lo que hablamos influye, modifica e incluso corrige lo que pensamos.
A nivel cognitivo, buena parte de lo que se dice acaba siendo lo que se piensa.
La influencia que la palabra ejerce sobre el pensamiento puede comprenderse de manera intuitiva mediante la observación del efecto mantra.
Una práctica que se ha empleado tradicionalmente con diferentes objetivos.
La repetición constante de una misma palabra –o una serie corta de palabras– es un método eficaz para desconectar del medio, para relajarse, para evadirse.
En estudios sobre la técnica de neuroimagen se ha comprobado que este acto repetitivo produce una desactivación del córtex cerebral: repetir constantemente una palabra ayuda a “dejar de pensar”.
O, al menos, a desconectar del pensamiento consciente.
La capacidad de la palabra para comunicar emociones positivas no se limita al uso que de ellas hacemos para brindar apoyo a un amigo en situaciones difíciles.
Podemos alentarnos a nosotros mismos utilizando las palabras adecuadas, del mismo modo que el uso derrotista del lenguaje puede bloquearnos a la hora de afrontar la resolución de un problema.
En el conocido como Informe monja –una serie de estudios sobre la vejez llevados a cabo por el grupo de trabajo del doctor Snowdon, experto en alzhéimer, con 678 monjas de la Escuela de las Hermanas de Notre Dame– se valoraba el uso del lenguaje positivo como uno de los factores que influyen en la salud cerebral.
La infanta Sofía hará la primera comunión el miércoles............. Mábel Galaz
La Casa del Rey anuncia la ceremonia que tendrá un carácter familiar.
La hija menor de don Felipe recibirá el sacramento con sus compañeros de clase.
Se trata de un acto privado y de carácter familiar.
La celebración será en la parroquia Asunción de Nuestra Señora, en Aravaca.
La infanta, que ocupa el segundo lugar en la línea de sucesión al trono, recibirá la comunión junto a sus compañeros de cuarto de primaria.
o a sus compañeros de cuarto de primaria
Como indican las normas del colegio Santa María de los Rosales, Sofía irá vestida con el uniforme del centro educativo: falda gris peto, camisa blanca con corbata y blazer azul marino con el escudo del colegio bordado en hilo de oro en el bolsillo izquierdo.
A la iglesia solo tendrá acceso un reducido número de familiares. Está previsto que acudan al templo los Reyes y la princesa de Asturias, los reyes eméritos y la abuela materna de la niña, Paloma Rocasolano.
Tras la ceremonia habrá un breve posado familiar a las puertas de la iglesia.
Posteriormente la familia se reunirá en la residencia de los Reyes en el palacio de La Zarzuela para un almuerzo al que se sumaran otros familiares. Al almuerzo de la comunión de Leonor asistió la infanta Cristina con su hija Irene.
No hay noticias de qué sucederá en esta ocasión.
La infanta Sofía nació el 29 de abril de 2007 en la madrileña clínica Ruber Internacional.
El primero en contar cómo era la pequeña de la familia fue su padre, el Rey. "Sofía se parece a Leonor, aunque es un poco más delgada", anticipó en aquel entonces.
Sofía lleva este nombre en honor de su abuela la reina.
"Nos hacía mucha ilusión que la niña se llamara como la reina y creo que a ella también le ha gustado; además es un nombre muy bonito", confesó en esos días doña Letizia.
Allegados a la familia real aseguran que la infanta es una niña alegre y espontánea que mantiene una excelente relación con su hermana mayor a la que ya ha superado en altura.
Las primeras imágenes de Ricky Martin en la serie de Versace
Se filtran escenas de la tercera entrega de 'American Crime Story', dedicada al asesinato del diseñador, en la que el cantante interpreta a su novio.
Edgar Ramírez interpreta a Versace y el cantante encarna el papel de la pareja del modisto, Antonio D'Amico, con quien mantuvo una relación durante 15 años.
En las instantáneas del rodaje aparecen ambos actores dando paseos por la playa y en el momento justo del asesinato de Versace a las puertas de su casa en Miami.
Versace, diseñador nacido en Calabria y de fama mundial, fue abatido a tiros en las escaleras de su mansión de Ocean Drive, el 15 de julio de 1997.
Tenía 50 años.
La recreación, producida por Ryan Murphy, está tratando ser lo más fiel posible a los hechos, un terrible suceso que conmocionó al mundo de la moda.
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En esta nueva temporada de la serie de Ryan Murphy, también aparecerá Penélope Cruz, interpretando a Donatella Versace, y Darren Cruis, que hará del asesino del diseñador, Andrew Cunanan,que se suicidó días después del asesinato.
No es la primera vez que Murphy ficha a un cantante para protagonizar una de sus series: Lady Gaga lideró el reparto de American Horror Story: Hotel y participó en la última entrega de la serie, Roanoke.
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