Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

10 may 2017

La ‘Muerte Gris’, el nuevo cóctel de opiáceos que infecta Estados Unidos


Las autoridades alertan de una combinación de drogas con un efecto fatídico.

Un forense de Georgia con una muestra de la 'Muerte Gris'.
Un forense de Georgia con una muestra de la 'Muerte Gris'. AP
Desde el boom de la heroína del último tercio del siglo pasado, Estados Unidos no vivía una epidemia de opiáceos tan devastadora como la actual.
 En 2015 se registraron 33.000 sobredosis mortales por consumo de cócteles de heroína y otros productos del ramal del opio.
 Y la amenaza muta, se renueva desconcertando a la policía, a los científicos y a los usuarios, que cada vez tienen menos seguridad de lo que están comprando, de qué se están metiendo en el cuerpo.
 La última novedad nefasta es el descubrimiento de una mezcla conocida con el sobrenombre de Muerte Gris.
La sustancia, de aspecto similar al cemento, a veces compacta, a veces en polvo, incluye heroína, fentanil, carfentanil -un tranquilizante tan fuerte que se usa con tigres y elefantes- y un opiáceo sintético denominado U-47700 o Pink [Rosa] o U-4.
 Los consumidores se la inyectan, se la tragan, la fuman o la esnifan.
 La toxicidad del compuesto es tal que los investigadores afirman que supone un auténtico peligro para la salud con solo tocarlo, dado que se absorbe por la piel.

Por ahora su presencia no es nacional.
 Ha sido detectado en los Estados de Alabama, Georgia y Ohio.
 En Georgia se han registrado unas 50 sobredosis ligadas a la Muerte Gris en los últimos tres meses.
 "Es una de las combinaciones más espantosas que he visto en 20 años de análisis forense", ha dicho a Associated Press la experta Deneen Kilcrease, del Gobierno de Georgia.
Si bien el mercado de la droga siempre ha ido un paso por delante de la policía y la ciencia en su capacidad de innovar, la nueva generación de cócteles de opiáceos ha impulsado una carrera química voraz que metamorfosea cada vez más rápido y con más peligro.
 Los adictos, convencidos de que compran heroína u otras mezclas que conocen, se exponen a sustancias desconocidas y para las que no existe ni un mínimo patrón de seguridad de consumo.

 Son los conejillos de indias de los laboratorios del narco.
El fiscal de Ohio, Mike De Wine, ha declarado que hasta el momento solían tener respuesta certera de sus cientificos cuando analizaban estas drogas: 
"Te decían: "Esto es heroína", o "Esto es fentanil", pero ahora ocurre que en ocasiones, al menos inicialmente, te dicen: "Pues no sabemos qué es"". 
 Ohio fue el Estado con más muertes por sobredosis de opiáceos en 2016, con más de 3.000.
La epidemia de los opiáceos hunde sus raíces en la explosión de adictos a los opiáceos de farmacia en la primera década de los 2000. 
Las regulaciones para su compra eran débiles. 
Cuando el Gobierno de EE UU asumió la gravedad del problema de adicciones y estableció unas normas más sevaras para despachar estos fármacos, una gran cantidad de consumidores migró al mercado clandestino en búsca de efectos similares en la heroína y los nuevos combinados.
Esta ola de muerte afecta sobre todo a población blanca trabajadora. 
 De los 33.000 fallecidos en 2015, 27.000 eran blancos, 2.700 eran negros y 2.500 latinos. 
Ligada socialmente a la depresión socio-económica de la tradicional clase media blanca, la epidemia es conocida en EE UU como la de las Muertes por desesperanza.

Una dosis de una de estas mezclas mortales se puede comprar en la calle a menos de 20 dólares.

 

 

Alba Carrillo siguió en ‘Supervivientes’ para no pagar una multa de 100.000 euros

La modelo, que amenazó con abandonar la isla, es una de las concursantes que más dinero gana y también quien tiene la cláusula de penalización más elevada.

Alba Carrillo, el pasado abril.
Alba Carrillo, el pasado abril. GTRESONLINE
Alba Carrillo se ha convertido, junto a su madre Lucia Pariente, en la gran protagonista de la presente edición del programa de Telecinco Supervivientes por sus enfrentamientos y sus salidas de tono.
 La más sonada llegó la semana pasada cuando la modelo y su madre abandonaron la zona de la isla conocida como la Palapa tras una fuerte discusión con Laura Matamoros. 
 Ambas cogieron el saco con sus pertinencias y anunciaron que dejaba de concursar. 
Laura Pariente ya había sido expulsada por el público, no así su hija.

Fue entonces cuando Jorge Javier Vázquez, el presentador, tuvo una larga conversación con ella para intentar que cambiara de opinión.
 Tras tres días en un hotel, pero siguiendo las mismas normas que los otros participantes, Carrillo regresó a la isla. 
 Al ser preguntada por sus compañeros de aventura dónde había estado, respondió: "Resolviendo unos problemas legales".
 La modelo se refería así a las negociaciones que mantuvo durante esos días con la productora del programa que estaba dispuesta a hacer valer la cláusula por la que debía de pagar 100.000 euros de penalización si abandonaba el concurso.

Carrillo cobra 26.000 euros a la semana, uno de los cachés más altos de este año junto con el de Bigote Arrocet y Gloria Camila Ortega.
 Los tres también tienen las cláusulas más elevadas en caso de abandono voluntario.
 Son las normas que el programa adopta para garantizar la presencia de sus consideradas estrellas de cada edición
Lucía Pariente sí se convirtió en la primera expulsada de Supervivientes 2017
 Una vez fuera del programa visitó la noche del martes el estudio para ser entrevistada por Jorge Javier Vázquez.
 En la charla, esta mujer de 54 años reservista del Ejército, admitió que tiene una relación que "puede ser tóxica con su hija".
 El entorno de Feliciano López, exmarido de la modelo, asegura que en el divorcio había tenido mucho que ver la presencia de su suegra en su vida cotidiana.
Pariente se mostró arrepentida de su comportamiento en la isla y se calificó como “una pandillera verbal”, pero se mostró fría y distante.

 

9 may 2017

Sira Ascanio, una sonrisa inmortal..................amparo r. montero

Madre de tres vástagos y abuela de dos preciosas niñas, Ascanio llegó al mundo el 1 de enero de 1946.

 

Sira Ascanio.
Artista, risueña, simpática, cercana, comprensiva, elegante y coqueta.
 Así es como recuerdan familiares y amigos a Sira Ascanio Gutiérrez, que falleció ayer a los 71 años de edad tras luchar durante más de dos décadas contra el cáncer.
 Una enfermedad que logró vencer anteriormente en dos ocasiones y que bajo ningún concepto pudo borrarle la sonrisa que tanto la caracterizaba y que mantuvo "hasta el último momento", según contó su hijo Ciro Gutiérrez Ascanio.
Hoy, a las 14.30 horas, sus seres queridos le dirán el último adiós antes de que sea incinerada en el tanatorio de San Miguel. 

Madre de tres vástagos y abuela de dos preciosas niñas, Ascanio llegó al mundo el 1 de enero de 1946.
 Una fecha que se convirtió en "el día grande" de su familia que celebró el inicio de cada nuevo año conmemorando el nacimiento de una persona poco convencional.
 "Mi madre era una bohemia", recuerda con cariño Gutiérrez sobre su progenitora.
 Y es que haber crecido entre la fotomecánica y los linotipos de la empresa familiar que dirigía su padre, Paco, bajo el nombre de Fotograbado Ascanio, hizo de ella una amante de las Artes Gráficas desde muy joven.
 "Tenía muy buen ojo para la fotografía ", si bien la pintura fue la gran pasión con la que consiguió el reconocimiento artístico allá por los años 70.

Su vínculo al mundo de la cultura y del arte contribuyó a que pasara por la Escuela de Luján Pérez y estar en formación continua en numerosos talleres técnicos promovidos por el Cabildo de Gran Canaria.

 Esto hizo que conociera a pintores como Gordillo y Canogar que influyeron en su forma de pintar caracterizada por el estilo figurativo y abstracto.
 "La recuerdo siempre en el taller que ocupaba toda la planta de abajo de la casa de Tafira donde vivíamos, rodeada de muchos de sus cuadros, algunos a medio hacer, en proceso", rememoró Gutiérrez, cuyo salón está presidido por una de las tantas obras que su madre dedicó al mar. 
Una temática sobre la que creó varias series y casi siempre lo hacía a gran formato.
 La casa de su hijo no es el único lugar en el que hay presencia del legado pictográfico de Sira Ascanio.
 También lo hay en el Gobierno de Canarias, donde Gutiérrez actualmente ostenta el cargo de director general de Universidades; así como en el rectorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria o el Club de Natación Metropole al que también estuvo vinculada durante muchos años gracias a prole.
 Ellos, Darío, Violante y Ciro, el fruto de su matrimonio durante 30 años con Carlos Gutiérrez, son las personas que han marcado los pasos de su vida.
 Ascanio no fue una madre convencional como las de las últimas décadas del pasado siglo.
 "Ella era diferente, no se dedicaba a las labores de la casa o a cocinar como hacían las madres de otros chicos de mi edad o la de mis hermanos cuando éramos pequeños".
 A Sira era frecuente encontrarla más en plena creación de sus cuadros en el taller que ocupaba toda la planta de abajo de la casa donde vivían en Tafira, o entre exposiciones de obras de arte o tal vez en alguna reunión del Colectivo Espiral que integraban numerosos pintores del momento
. Pero eso nunca le impidió velar por la crianza de sus hijos, a quienes tampoco mostró jamás la cara amarga de la enfermedad que con apenas media centuria se coló en su organismo.

Entre otras cosas porque además de ser risueña, era también "muy coqueta". 

Hasta tal punto que Ciro no alberga recuerdo alguno de los estragos que en ella hizo la quimioterapia a la que se sometió con el primero de los tres cánceres que tuvo a lo largo de dos décadas.
 "Se compró una peluca de tal calidad que yo nunca noté que no era su pelo", asegura. "Ella era muy elegante y guapísima, morena, muy canaria", apostilló con orgullo quien la acompañó durante sus últimas horas. 
 Todas ellas características de las que también se han hecho eco las redes sociales como Facebook donde, Ascanio pasaba muchas madrugadas charlando numerosos amigos que ayer escribieron emotivas despedidas y condolencias como la publicada por el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) en su perfil.
 Y es que ella era muy querida por su faceta artística, pero sobre todo por su forma de ver y vivir la vida.
 Esa en la que en la recta final volvió a sus orígenes, cambiando pinceles y paletas de colores por la por la fotografía a la que dedicó infinitas horas tras el ocaso, manteniendo viva la que fue su gran pasión hasta que nacieron sus nietas María y Nora.
 Las pequeñas a las que trató con "gran cariño maternal" y que al igual que el resto de su familia, mantendrán viva la eterna sonrisa de Sira Ascanio en su recuerdo.
D.E P.
 

 

La violencia de género en los grandes museos.......... Coordinado por Isabel Valdés

Raptos, violaciones, humillaciones y toda clase de vejaciones hacia las mujeres están ampliamente representadas en cuadros, dibujos y esculturas.

'Susana y los Viejos', de Artemisia Gentileschi. 
Pincha sobre la imagen para ver el cuadro completo.  'Susana y los Viejos', de Artemisia Gentileschi.

 

 
Visitar los grandes museos europeos, aquellos que recogen las obras que la historia del arte ha calificado como maestras, no es siempre una experiencia gratificante, independientemente de la perfección técnica, el tratamiento del color, el equilibrio en la composición, el ritmo, la luz, la atmósfera… 
A veces el tema, especialmente el de las escenas bíblicas o mitológicas, puede dejar sin aliento; raptos, violaciones, humillaciones y toda clase de vejaciones hacia las mujeres están ampliamente representadas en cuadros, dibujos y esculturas, y obedecen a una ideología visual en la que la situación social de la mujer queda explícitamente agraviada.
La obra de Pedro Pablo Rubens, Rapto de las hijas de Leucipo, que podemos contemplar en la Pinacoteca Antigua de Múnich, nos sitúa ante una de las escenas más violentas de todo el período barroco. En ella se desarrolla una brutal agresión. 
El secuestro de dos bellas jóvenes de la época, que desnudas, son atrapadas entre unos caballos encabritados por unos seres descomunales, con la evidente idea —así su título lo indica— de ser arrancadas de su entorno natural y forzadas hacia una vida desconocida.
 La mitología nos cuenta que ese rapto forma parte de una historia romántica, ya que incluye un pequeño cupido, pero a nadie se le escapa la desesperada resistencia de las dos mujeres y la ferocidad que desprende toda la composición.
  'El rapto de las hijas de Leucipo', de Rubens.  Pincha sobre la imagen para ver el cuadro completo.  'El rapto de las hijas de Leucipo', de Rubens.
En el Museo del Prado también podemos asistir a este tipo de escenas violentas pintadas con gran maestría por Rubens, como El rapto de Hipodamía, en este caso realizado con la colaboración de su taller.
 Ilustra la escena del secuestro de una de las mujeres más hermosas de su generación el día de su boda por parte del centauro Éurito. Hipodamía aparece representada semidesnuda, con el pecho al aire y los ropajes desgarrados, probablemente debido a la resistencia que opuso ante la fuerza de su secuestrador y que Ovidio lo describe de la siguiente forma en Las Metamorfosis
  'El rapto de Himodamía', de Rubens.
'El rapto de Himodamía', de Rubens.  
 
"Porque a ti, el más bestial de los bestiales, Éurito, te ardía el corazón tanto por el vino como por la visión de la novia, y reinaba una embriaguez que duplicaba la lujuria”.
Al parecer Rubens se especializó en la escenificación de raptos: Rapto de Proserpina y la copia anónima de su obra Rapto de Deyarnira, todos ellos pertenecientes a las colecciones del Museo del Prado.
La escultura tampoco fue ajena al tema, una de las obras más celebradas de esta disciplina artística es El rapto de las Sabinas de Juan de Bolonia, actualmente en la Galería de la Academia de Florencia. 
Algunas opiniones quieren ver en el grupo escultórico el carácter romántico de un ballet, pero una mujer extremadamente levantada mientras lucha por su libertad, agitando los brazos y gritando de desesperación para poder desprenderse de su secuestrador no convence como idea de consentimiento. 

'El rapto de Proserpina', de Rubens. 
'El rapto de Proserpina', de Rubens.
 
El grupo escultórico fue expuesto en el exterior, concretamente en la Piazza della Signoria Loggia dei Lanzi de Florencia, donde fue agredido por unos vándalos, causándole graves daños. 
Pretendían colocar una botella en la mano de la secuestrada. 
Parece lógico pensar que el hecho de mostrar públicamente una vejación de derechos puede incitar a que esa actuación pueda ser compartida por otros que hacen alarde de los mismos principios.

"Cuando el objeto erótico es una mujer, la incitación al rapto se potencia porque también, en cierto modo, puso Dios en el mundo a la mujer para ser arrebatada, no digo que deba ser así, pero ¿qué le vamos a hacer si Dios lo ha arreglado de esa manera?", se preguntaba Ortega y Gasset en Estudios sobre el amor (Editorial Plenitud, 1957).



Entre los grabados de la serie 'Los Desastres de la Guerra', el aguafuerte titulado 'No quieren', de Goya.
Entre los grabados de la serie 'Los Desastres de la Guerra', el aguafuerte titulado 'No quieren', de Goya.
En la producción de Francisco de Goya encontramos otras escenas que contienen violencia explícita contra las mujeres.
 Entre los grabados de la serie Los Desastres de la Guerra, el aguafuerte titulado No quieren representa a una mujer aparentemente joven que se defiende del acoso de un soldado francés mientras una anciana, cuchillo en mano, trata de protegerla. 
Con esta obra Goya parece ser sensible a la dignidad femenina, sorprendentemente en la serie Los Caprichos, junto a la estampa Que se la llevaron, incluye un comentario manuscrito en el que culpabiliza a la mujer de la agresión:
 "La mujer que no sabe guardar es del primero que la pilla y cuando no tiene remedio se admiran de que se la llevaron".

Susana y los Viejos

La Historia de Susana y los Viejos es un breve texto independiente asociado al Libro de Daniel del Antiguo Testamento que ha sido ilustrado ampliamente: Rembrandt, Rubens, Artemisia Gentileschi, Lorenzo Lotto, Albrecht Altdorfer, Anthonis van Dyck, Tintoretto, Veronese, Guercino, Domenichino, Francesco Hayez, Franz von Stuck, Lovis Corinth, Bartolomeo Altomonte, Lukas Vorstermann o Johann Spillenberger plasmaron en sus lienzos el esplendor de la belleza desnuda de la joven.
Arquián y Sedequía eran dos ancianos jueces que acudían asiduamente a casa del rico Joaquín, esposo de Susana, para dirimir algunos pleitos.
 Un día de mucho calor Susana quiso bañarse en una de las fuentes de la casa sin percatarse de que los ancianos, que desde hacía tiempo la deseaban con pasión, se habían escondido para observarla. 
Trataron después de forzar su voluntad para ser sometida sexualmente, al resistirse ella, la calumniaron acusándola de adulterio.
 El juez Daniel demostró su inocencia y la sentencia a muerte que pendía sobre Susana acabó recayendo sobre los ancianos.

'Susana y los Viejos', de Tintoretto.  
'Susana y los Viejos', de Tintoretto.
'El rapto de las Sabinas', de Juan de Bolonia.
'El rapto de las Sabinas', de Juan de Bolonia.
Muy al contrario, la versión que sobre el episodio realiza la italiana Artemisia Gentileschi, que se conserva en el Castillo de Weissenstein de Pommersfelden (Alemania) presenta a la joven Susana avergonzada, huidiza y asqueada del acoso de las dos figuras grotescas que traman sus estrategias.
En la mitología el rapto era un acto razonablemente legitimado, cuyas víctimas propiciatorias solían ser jóvenes vírgenes, o bien mujeres honestas que los pintores de todas las épocas —incluido Pablo Picasso— han representado de manera misógina para uso y disfrute no sólo de los cuerpos esteriotipados por los gustos de la época, sino también como demostración de la fuerza y la razón del género masculino frente al definido como débil. 
Estos hechos seguramente continuarían con una violación. 
Raptos, vulneración de la intimidad o calumnias pueden ser vistas en otras muchas obras maestras que componen la historia del arte con mayúsculas estetizando la violencia de género, por ello es importante que la belleza que encierran no desvíen la atención de que somos testigos también de la representación de delitos infames.