Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 may 2017

andra Barneda y Nagore Robles comparten su pasión en un spa

La presentadora y la colaboradora de Telecinco comparten en las redes sociales su apasionada relación.

 


Sandra Barneda y Nagore Robles en imágenes de Instagram.

Comparten lugar de trabajo y también relación.
 La presentadora Sandra Barneda y Nagore Robles, dos de los rostros más conocidos del universo Telecinco, forman una de las parejas mediáticas más conocidas de televisión.
 Ambas han pasado el fin de semana unidas y han decidido compartir su pasión en las redes sociales.
Tanto Barneda como Robles no suelen mostrar en público su relación, algo que no solo se queda al margen cuando ambas se encuentran en el plató del debate de Supervivientes.
 Ambas prefieren dejar a un lado sus fotos íntimas, algo que este fin de semana ha sido una excepción
"El placer de atreverse a sentir", comentaba la presentadora catalana en su cuenta de Instagram acompañando a una fotografía en la que se la puede ver en una bañera tomando un baño relajante y con el pie de la colaboradora en el rostro.


Siguiendo con el momento de pasión entre ambas, Nagore Robles, habitual en los debates de realities de Mediaset, también subía a Instagram una imagen de la misma bañera, esta vez desde la perspectiva de Barneda."Día de spa. Deteniendo el tiempo", comentaba la vasca.
La relación entre ambas se hizo pública el verano pasado, aunque ya ha pasado un año desde que se comenzase a hablar del idilio entre presentadora y colaboradora.
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De Bigote Arrocet no se acuerdan ni en Chile................ Rocío Montes

Olvidado en su país y sin grandes recursos, la nueva fama del humorista depende de su relación con María Teresa Campos.

Ella piensa que es su amor, no quiere aceptar que si está con ella es porque actua de Gigoló. Quizás la excusa para ir a Supervivientes es sacarse una pasta para no estar siempre con ella. O dejar de estar, ese es el miedo de Mª Teresa Campos, perderlo de vista......pero....

Edmundo Bigote Arrocet,en Málaga durante la pasada Semana Santa.
Edmundo Bigote Arrocet,en Málaga durante la pasada Semana Santa. Getty Images

 Al humorista chileno Edmundo Bigote Arrocet, que tanta fama cosecha en España por su relación con la periodista y presentadora María Teresa Campos y actual participación en la edición 2017 del reality Supervivientes de Telecinco, apenas se le conoce en su país. 

Aunque en la década de los setenta tuvo sonadas actuaciones en el Festival de Viña del Mar, el mayor de los escenarios chilenos, las generaciones menores de 40 años apenas saben quién es.

 No es una figura frecuente de la televisión, no es parte de la farándula local, hace años que no se presenta en un teatro y cuando visita Chile lo hace, sobre todo, para ver a su familia y realizar actividades privadas.

 En el país sudamericano vive su hermana, su hija mayor, Gabriela, y sus tres nietos, Benua, Pedro y José.

 “¿Cómo se puede querer y respetar lo que no se conoce?”, se pregunta el humorista chileno Coco Legrand, amigo de Bigote Arrocet desde que ambos eran estudiantes de Secundaria.

 Legrand relata que su compañero tuvo muchos aciertos, pero que sin duda su mayor logro fue su intervención en 1971 en el Festival de Viña del Mar.

 “Hasta entonces, al humor no se le daba mucha importancia, servía para que el público se parara y fuera al baño.

 Con Bigote, por primera vez, un humorista estuvo una hora en ese escenario y ahora son invitados importantes dentro del cartel”.

Tres años después, en 1974, en el mismo escenario de Viña, su carrera vivió un nuevo hito después de una polémica actuación. Se trataba del primer festival después del golpe de Estado contra Salvador Allende y Arrocet interpretó en su presentación la canción Libre de Nino Bravo.

 Comprendido por sus compatriotas como un significativo gesto a la dictadura que arrancaba y que duró 17 años, marcó para siempre su carrera en Chile porque incluso quienes no lo conocen como cómico saben de este hecho político del inicio del régimen militar. 

Excepcionalmente, en 2014 Arrocet fue invitado por el programa Mentiras verdaderas, de la cadena La Red.
 En el espacio, donde habló casi dos horas sobre su vida, el humorista indicó que conoció personalmente a Augusto Pinochet y a sus principales colaboradores: “La Junta Militar me mandó llamar porque querían saludarme”.
Aunque se marchó en 1975, cuando su hija Gabriela tenía dos años, Arrocet mantiene contacto con Chile por motivos personales y de negocios. 
En 2000, por ejemplo, le propuso a Mario Tauscant, un joven emprendedor dedicado a la informática, abrir en España una filial de su empresa.
 Juntos fundaron la compañía Ebex España Ingeniería Limitada, dedicada a la ingeniería industrial, software, servicios digitales y comercio electrónico.
 “Me invitó a hacer un plan de expansión de mi negocio, pero cuando llegó el momento de las inversiones el asunto se diluyó”, relata Tauscant, que nunca volvió a saber de Arrocet.


Maria Teresa Campos y Edmundo Arrocet en 'Qué tiempo tan feliz'.
Maria Teresa Campos y Edmundo Arrocet en 'Qué tiempo tan feliz'. Cordon Press
Según su hija Gabriela, Bigote posee tierras en el norte del país: “Tiene viñedos y almendras en la zona de Ovalle”. 
Cantautora y líder de la banda Maela, de estilo indie rock, señala que Arrocet también posee propiedades en Argentina, el país donde nació en 1949.
 “Pero no sé mucho sobre el asunto, porque no hablamos de estos temas”, señala la primogénita.
Gabriela fue la única hija que Arrocet tuvo con su primera esposa, Gabriela Cañas, que llegó a ser conocida presentadora de la televisión local.
 Luego se casó con la odontóloga chilena Rocío Corral, fallecida en 2012 en España, con quien tuvo dos hijos: Maximiliano, que actualmente vive en Reino Unido, y Estefanía, radicada en Bahamas.
“Pero ninguno de mis hermanos habla sobre mi padre, porque desde España nos llaman todos los días para preguntarnos sobre su vida”, dice Gabriela, que remarca el contraste con lo que sucede en Chile
. “En Santiago solo de vez en cuando me reconocen como la hija de Arrocet.
 Muchas generaciones ni lo ubican”.

¡Oído cocina!................................... Boris Izaguirre

Veo ‘stagiers’ por todas partes. De la gala del Met a la boda de Fonsi Nieto.

'Seflie' de algunos famosos en el baño del Met publicado por Kylie Jenner en su Instagram.
'Seflie' de algunos famosos en el baño del Met publicado por Kylie Jenner en su Instagram.

 No sabía lo que era un stagier hasta que Jordi Cruz, el célebre y guapo cocinero, de voz rocosa, cargada de testosterona y juez televisivo de MasterChef, ofreciera sus declaraciones recién hechas. 

Cruz expresó: “Un restaurante Michelin es un negocio que, si toda la gente en cocina estuviera en plantilla, no seria viable”, y se publicó el Día de los Trabajadores, demostrando que como chef domina los tiempos de cocción pero no tanto el don de la oportunidad. 

En las redes sociales, le filetearon como a un pavo en Navidad, porque él es propietario de ABaC, un restaurante con estrella Michelin. 

Fue entonces, mucho después de la edad de oro de la cocina molecular, cuando supimos de la existencia de los stagier, que son los principiantes que ayudan en la cocina de un buen restaurante para mejorar sus conocimientos. 

Participan pero sin remuneración, a cambio reciben alimentación y alojamiento.

 Al leerlo, me levanté a mirarme al espejo y el espejo me dijo: “Tú crees que fuiste stagier, pendejo, y no te das cuenta de que sigues como pinche de cocina”.

 A Cruz sus declaraciones le han ganado una inspección a su restaurante y no precisamente del chef Chicote, su competidor en la tele que investiga locales problemáticos en el show Pesadilla en la Cocina. 

 ¿Y es que realmente hacia falta saber lo qué sucede en los fogones de los restaurantes con estrella Michelin?

 No suelo permitirme cenas en un restaurante así, a menos que me inviten.

 Pero, de hacerlo, ¿tengo que agregar una buena propina para los stagiers? ¿Cuántos másteres de la empresa privada no están repletos de stagiers?

Creo que casi todos lo fuimos alguna vez.

 Viendo a Cristina Cifuentes, que ya forma parte del menú del restaurante Casa PP, alineada junto a otras mujeres poderosas en el desfile del 2 de Mayo, pensé en que ella también ha sido stagier

Revisé un poco su currículo y comprobé que durante años estuvo en las cocinas de los gobiernos de la Comunidad de Madrid que ahora preside, seguro que trabajando sin mucha remuneración y peor alimentada que un stagier de AbAC, pero aprendiendo de primera mano cómo se hornearon y cocieron muchos platos en las diferentes Administraciones populares por las que pasó. 

Cifuentes aguantó el fuego lento y el fuego amigo, favoreciendo recetas exóticas y, a veces indigestas, para compañeros como el expresidente Ignacio González.

 Hasta que la vida misma la hizo pasar de stagier a ser presidenta.

 Y a esperar un poco a que Esperanza se volviera un plato frío. Cifuentes me recuerda a esas heroínas frías de Hitchcock. Atrapada en una intriga.

 Rubia, pelín hierática pero que sabes que por dentro arde. Y quema como un hornillo. 

La pena es que su partido no haya decidido darle este protagonismo antes, sacarla del purgatorio de los stagiers y ponerla como chef anticorrupción. 

Aunque su propia indumentaria, siempre con su pizca de folk (como traída de la Ruta de las Especias), nos puede desorientar un poco sobre su recetario político.

Veo stagiers por todas partes.

 De la cocina al baño.

 En la saturadísima gala del Met, que se convoca cada año el primer lunes de mayo, convirtiéndose en un festín de moda y locura, dirigido por Anna Wintour, editora de la revista Vogue. Y también en la última boda de Fonsi Nieto, que se organizan cada década. 

En ambas fiestas, los invitados trabajan y su remuneración es un plato de comida.

 Y una foto. Todo sea por la cultura de masas y el entretenimiento.  

La gala del Met homenajeaba a Rei Kawakubo, la diseñadora de Comme des Garçons, extravagante, brava y un poco molecular. 

Fue la excusa para un desfile disparatado y divertido. Una explosión controlada de creatividad individual.

 Madonna, ataviada como una Cleopatra en camuflaje. Jennifer Lopez vestida como la princesa Elsa de Frozen. 

 Y Rihanna, como florero de fantasía y barroca arquitectura.

 Para vestirla hicieron falta ocho stagiers que a lo mejor tuvieron como recompensa un selfie con la cantante. 

Porque un selfie alimenta. La prueba es el que se tomaron en un baño del Met las Kardashian, Paris Jackson y una ensaladilla de nuevas figuras de la música urbana.

 La Wintour había prohibido a sus invitados que se hicieran fotos en las salas del Museo Metropolitano de Nueva York.

 Pero no contó con la astucia y apetito de los millennials, que aprovechando un momento en el baño crearon un retrato generacional.

 Al congelarlo todo lo vuelven un poco histérico pero histórico.

Setenta años fiel a la Reina pero infiel a su esposa............... Mábel Galaz ..

Felipe de Edimburgo ha permanecido junto a Isabel II como un poder en la sombra sin renunciar a otra vida lejos de palacio.

 

Isabel II y Felipe de Edimburgo por las calles de Londres. Reuters-Quality
 
La primera temporada de la serie The Crown ha permitido recordar cómo fue la historia de amor de una joven Isabel de Inglaterra con un oficial de la marina llamado Felipe, nacido del matrimonio de Andrés de Grecia y Dinamarca y de Alicia de Battenberg, y cómo la pareja se vio sorprendida por la repentina muerte de Jorge VI y el ascenso al trono de la joven princesa. 
Todo ello supuso un cisma en su feliz matrimonio. 
Felipe no perdonó a su esposa que mantuviera el apellido Windsor y que le obligara a retirarse del Ejército para acompañarla en la tarea de dirigir una de las casas reales más importantes del mundo.
Durante 70 años el duque de Edimburgo ha sido un trabajador fiel a la Corona, a la que ha servido con total dedicación, pero un hombre infiel que buscó consuelo y reconocimiento lejos de los palacios donde era Isabel II quien gozaba de todo el protagonismo.

Durante estos años, Felipe ha sido el hombre que caminaba siempre dos pasos por detrás de la reina de Inglaterra, aunque en privado mantiene una cercanía que le permite influir en algunas de las decisiones que toma su esposa.
 A pesar de que el duque anunció el jueves que se retira de la vida oficial a punto de cumplir 96 años, seguirá siendo una voz a la que Isabel II continuará escuchando.

El duque de Edimburgo en el cortejo fúnebre de Diana de Gales.
El duque de Edimburgo en el cortejo fúnebre de Diana de Gales. AFP
El duque de Edimburgo ha sido siempre un hombre polémico y ha disfrutado de ello.
 Los comentaristas más monárquicos subrayan que detrás de sus meteduras de pata se esconde un gran sentido del humor y el espíritu libre de un hombre que pertenece a una generación pasada, que ni puede, ni quiere, ni debe cambiar. 
Y destacan, sobre todo, la buena pareja que hace con la reina: ella, de profesionalidad indiscutida, es fría como un témpano y de muy pocas palabras; él es dicharachero y cálido aunque su probado clasismo y sus amagos racistas ponen en cuestión esa calidez.
A Felipe de Edimburgo se le atribuyen decenas de anécdotas y conflictos. 
El más sonado es el que mantiene desde hace años con su hijo Carlos. 
En varias ocasiones ha dejado claro que no le gusta ni su proceder ni su forma de ser. 
El punto de inflexión llegó cuando el heredero decidió casarse con Diana de Gales.
 El duque fue uno de los grandes enemigos en palacio de Lady Di. 
La aceptó por obligación cuando contrajo matrimonio con el heredero e incluso medió para que la pareja no se separara.
 Quiso, como él mismo ha hecho, que los príncipes de Gales mantuvieran las apariencias de pareja. 
Y cuando decidieron divorciarse la reina y él organizaron una reunión para que se reconciliaran. 

Isabel y Felipe, con sus dos hijos mayores.
Isabel y Felipe, con sus dos hijos mayores. AFP
 
Hay una carta que ha salido a la luz tras la muerte de Diana en la que Felipe escribe a su hijo expresando su decepción por sus relaciones extramaritales.
 Sin embargo, puso a Diana de Gales en su lista negra tras la entrevista que concedió a la televisión para contar precisamente estas historias extramatrimoniales de Carlos de Inglaterra.
 A Camilla Parker-Bowles tampoco la aguanta. Carlos ha hablado en más de una ocasión de la falta de cariño que sufrió por parte de sus padres.
Carlos y Diana, el día de su boda con el duque de Edimburgo.
Carlos y Diana, el día de su boda con el duque de Edimburgo. Tim Graham/Getty Images
Cuando Diana murió en 1997 Felipe participó en su funeral, caminando junto a sus dos nietos en el cortejo fúnebre —con ellos mantiene una cordial relación—. Semanas más tarde Mohamed Al Fayed, padre de Doddi —pareja de Lady Di en esos momentos y que también falleció en el accidente de París—, afirmó que el duque había ordenado la muerte de la princesa y que el accidente fue un montaje. 
La investigación sobre la muerte de Diana concluyó en 2008 que no había pruebas de una conspiración.
Un documental emitido hace dos años por el Canal 5 de la televisión británica generó una notable inquietud en Buckingham. 
En él se indagó en los entresijos del matrimonio real y en las crisis por los líos de faldas de Felipe, incluyendo la escapada con una misteriosa mujer en el yate Britannia o las noches de juerga en un club del Soho, donde frecuentaba a las showgirls.

En el pasado también se le atribuyó una relación con Zsa Zsa Gabor. Igualmente se habló de su fijación por otra actriz, Patricia Hodge. “El duque necesitaba una válvula de escape”, aseguraba en el programa el historiador Piers Brendan. 
“La reina se llegó a mostrar perturbada, especialmente cuando volvía oliendo a Oporto", llegaba a asegurar Brendan
. Pero observadores de palacio afirman que fue junto a Lady Penny Brabourne, 30 años más joven que él, con quien encontró el amor maduro. 
Oficialmente, se trató de una entrañable amistad pero alguna que otra foto robada demostró que el duque tenía otra reina lejos de palacio.