La
izquierda británica lo tiene por un racista y la derecha lo considera un
librepensador al que le trae al pairo la corrección política.
Felipe de Edimburgo
conseva su humor a los 95 años. Nadie duda de que es el miembro más
políticamente incorrecto de la familia real británica, pero pese a ello
siempre ha contado con el respaldo incondicional de su esposa, la reina Isabel, con quien lleva 70 años casado.
La izquierda británica lo tiene por un racista sin remedio que no se da
cuenta de que sus pesadas bromas ponen en evidencia al país. La derecha
lo considera un librepensador al que le trae al pairo la corrección
política. Con su retirada de la vida pública, se pierde a uno de sus personajes más controvertidos. Este mismo miércoles, el duque de Edimburgo inauguró un
campo de cricket, el Warner’s Cricket Ground, en el centro de Londres ya
que era miembro honorario de por vida del Marylebone Cricket Club. Según la prensa británica que cubrió el acto, el duque de Edimburgo,
mantuvo el humor que le ha caracterizado. Sus resbalones han dado hasta para un libro, Prince Philip: Wise Words and Golden Gaffes, que recoge las frases más polémicas del duque. Una edición previa, titulada Duke of Hazard, fue lanzada aprovechando el 85º cumpleaños del príncipe y se convirtió en best seller en Reino Unido. Sus autores, el periodista especializado en monarquía Phil Dampier y el excorresponsal real para el Daily Express
Ashley Walton, mantienen que el tomo dista de ser una burla. “Es una
muestra de cariño para un tesoro nacional”, declaró Dampier. El duque de Edimburgo
es capaz de todo, como considerar que todo lo extranjero es raro y
probablemente inferior. O catalogar a la gente con viejos estereotipos:
los chinos destacan por sus ojos rasgados, los escoceses son borrachos,
los nativos de Nueva Guinea son caníbales, los caribeños son piratas,
los aborígenes australianos se matan a flechazos... Cosa curiosa en un
patriota británico que en realidad nació en Grecia y tiene sangre danesa
y alemana. El libro incluye algunos de los más recientes felipismos. “¿La
van a meter en el horno?”, espetó durante una recepción a una
nonagenaria en silla de ruedas que se protegía del frío con un material
parecido al aluminio. “Qué lugar más espantoso”, contestó cuando un
miembro del Parlamento informó de que representaba a la ciudad norteña
de Stoke-on-Trent. Otras anécdotas revelan su debilidad por las mujeres
atractivas: “Me arrestarían si bajara esa cremallera”, dijo durante una
visita en Londres a una joven rubia con un vestido de cierre frontal.
En 1967, cuando se le preguntó si le gustaría visitar la
Unión Soviética, contestó: "Me gustaría ir a Rusia mucho, aunque los
cabrones asesinaron a la mitad de mi familia". Dos años después, al
hablar de las finanzas de la familia real británica, dijo: "Vamos a
entrar en números rojos el año que viene, probablemente tendré que
renunciar al polo". En 1981, durante la recesión, reflexionó: "Todo el
mundo estaba diciendo que debemos tener más tiempo libre. Ahora se
quejan de que están en el paro". Durante un viaje a Kenia en 1984 al
aceptar una estatuilla de manos de una mujer, preguntó: "Eres una mujer
¿no?". Durante una visita al Hospital Dunstable, en Luton (norte de
Londres), saludó al personal médico y al hallarse delante de una
enfermera filipina le dijo: "Filipinas debe estar medio vacío porque
estáis todos aquí trabajando". Una de las meteduras de pata más sonadas de Felipe de Edimburgo fue en 2009 en presencia de Barack Obama. El presidente estadounidense le había dicho que ese día se había
entrevistado con el entonces primer ministro Gordon Brown, el político
David Cameron y Dmitri Medvédev, " ¿Es que puede distinguir a unos de
otros?", le espetó.
Durante una recepción al papa Benedicto XVI en Escocia, y
después de observar que el líder laborista escocés llevaba una corbata
de cuadros escoceses, Felipe de Edimburgo preguntó a la conservadora
Annabel Goldie: "¿Tú también llevas bragas hechas de eso?". En una fiesta organizada en Londres por la oficina de la
Commonwealth (la mancomunidad de excolonias y protectorados del Reino
Unido), el marido de Isabel II se dirigió a un sonriente invitado negro y
le preguntó: "¿De qué exótico lugar del mundo procede usted?". El
interlocutor, que resultó ser lord Taylor de Warwick, le respondió: "Soy de Birmingham [ciudad del centro de Inglaterra]".
Antonio Orozco recibió al programa Mi casa es la tuya
de Bertín Osborne en su domicilio y ofreció la entrevista más personal
que ha dado a lo largo de su carrera profesional. Y con una confesión
incluida. “La primera vez que perdí todo fue cuando decidí dedicarme a
la música. Y la segunda vez que lo volví a perder todo fue en 2007. Las
dos veces ha sido de la mano de mi mejor amigo”, contó el cantante sin llegar a especificar la razón.
También reveló Orozco
el duro camino que ha tenido que recorrer hasta triunfar en la
industria de la música: cuatro años grabando maquetas y yendo a todas
las multinacionales en busca de una oportunidad pero sin éxito hasta que
conoció a Vicente Castro Parrita y le presentó a Pepe Rosero,
de la discográfica Horus, quien tras escuchar una de sus maquetas,
decidió ficharlo. “Me preguntó qué necesitaba y yo le dije simplemente
que ‘me gustaría que si le gusta, que nos deje hacerlo a nosotros”,
explicó.
Sus inicios fueron muy rudimentarios. Tras editar su primer
álbum, que costó 9.500 euros, adoptó el nombre de Carlos del Sol y llamó
personalmente a las emisoras de radio ofreciendo el disco. Su gran éxito Devuélveme la vida fue una canción
que escribió para pedir perdón a alguien, no fue un tema para grabar
como finalmente ocurrió y cantó a dúo con Malú. “La canción empezó a
hacerse conocida después de que Miguel Nández la cantara en Operación Triunfo
con Cristie. Así que decidí emular lo que estaba pasando en televisión y
llamé a Malú”, reveló. No habló de sus amores, pero insinuó que es un
hombre de muchas conquistas, pero sí lo hizo de su hijo por quien ha
pensado en más de una ocasión dejarlo todo. "No soporto estar lejos de
él durante las giras", se confesó en televisión.
"Bebía demasiado. El alcohol se convirtió en un problema", confiesa el
intérprete, algo que ya había trascendido pues para seguir viendo a sus
hijos debe someterse a pruebas de drogas y alcohol.
"No recuerdo ni un día
desde que salí de la universidad en el que no hubiera estado bebiendo o
me hubiera tomado algo", confiesa ahora.
"Cuando formé mi familia detuve
todo excepto el alcohol. Incluso este último año estaba bebiendo
demasiado.
Se había convertido en un problema", agrega.
También explica
que los largos períodos lejos de casa le pasaron factura a la que hasta
su divorcio era una de las parejas más envidiadas de Hollywood.
Cuenta a GQ cómo fue su vida en las semanas después de que
Angelina Jolie pidiera el divorcio y confiesa que estaba demasiado
devastado como para regresar a su casa en Beverly Hills. Así que decidió
dormir en el piso de un amigo, David Fincher, durante seis semanas
mientras trataba de hacer frente a la pérdida de su pareja y de su
familia. "Era muy triste estar aquí al principio, así que fui y me quedé
en el piso de un amigo, un pequeño bungalow en Santa Mónica".
Pitt asegura en la entrevista que ahora solo bebe zumo de arándanos: "Tengo una bodega y me gusta mucho el vino, pero lo he dejado”. También
asegura que está asistiendo a una terapia psicológica: "He pasado por
dos psicólogos hasta encontrar la correcta", declara. Esta semana se ha
dado a conocer que tanto Pitt como Angelina Jolie
asisten a la terapia de la prestigiosa terapeuta de Hollywood Katherine
Woodward-Thomas, que ayuda a la expareja a organizar la familia. La actriz ganadora de un Oscar solicitó el divorcio en septiembre en la
Corte Superior de Los Ángeles alegando diferencias irreconciliables,
según documentos judiciales. La separación se produjo repentinamente,
tras un incidente en un avión privado
en el que se supo que Pitt perdió los nervios frente a uno o más de sus
seis hijos. Jolie solicitó la custodia física completa de los hijos de
la pareja, con derechos de visita para Pitt. En noviembre, Pitt fue absuelto de las denuncias de abuso infantil y solicitó la custodia compartida de sus hijos. La pareja negocia ahora en privado los términos de su divorcio.
La primera en hablar fue Angelina Jolie. Lo hizo el pasado febrero
duranta una entrevista con la cadena BBC, en la que promocionaba su
último proyecto Primero mataron a mi padre, en Camboya. Con los
ojos llorosos y la voz entrecortada dijo: "No quiero decir mucho sobre
esto [de su divorcio], excepto que ha sido un momento muy difícil, y...
somos una familia, y siempre seremos una familia, pasaremos por este
momento y esperemos ser una familia más fuerte por ello".
De vez en cuando surges de la nada, convocas a la prensa, luces tu sonrisa de buena persona y hablas de dos temas: a) tu peso, b) tu antiguo noviazgo con el rey Felipe. Te preguntamos sobre los dos asuntos, sí.
Sí, pero…
Ahora te voy a confesar algo que quizá no sospechabas. Lo que nos interesa en realidad es lo segundo, lo de Felipe, pero tenemos que apechugar con lo primero
porque generalmente estas ahí para promocionar algún producto
adelgazante, o como modelo curvy de tallas grandes. Al final, los
compañeros siempre introducen el comentario “¡podrías ser reina de España!”, a lo que respondes como un disco rayado, “creo que doña Letizia lo está haciendo muy bien”, “¿tienes relación con ella?”, “por supuesto, somos muy amigas”. Y nos vamos todos a casa bostezando pero con la plácida sensación de que hoy, tú y nosotros, nos hemos ganado el pan sin esfuerzo alguno.