Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

28 abr 2017

¡Ay si dejaran expresarse libremente a Letizia, cuántas tardes gloriosas nos depararía!

No es por maldad

¡Ay si dejaran expresarse libremente a Letizia, cuántas tardes gloriosas nos depararía!

Pilar Eyre















¡Cómo se va a alegrar Letizia! De que Brigitte Trogneau se convierta en presidenta consorte de Francia, porque apareció por primera vez en las revistas cuando los reyes españoles visitaron París, hace un par de años. 
Entonces Emmanuel Macron era un desconocido ministro de economía y ambas damas departieron largamente, intercambiaron teléfonos y han estado estos años en contacto, por lo que es casi seguro que Letizia asista a la toma de posesión de Macron, si se produce.
Brigitte tiene una historia singular: conoció a su marido cuando él tenía 16 años y ella 36, era su maestra y estaba casada.
 ¡Para que luego critiquen que María Teresa Campos tenga seis añitos más que Bigote! 
Matrimoniaron casi dos décadas después y ahora Brigitte, que tiene mucho estilo, ha conseguido que los modistos se peleen por vestirla, convertida en un referente de la nueva mujer, sesentona, moderna e ingeniosa.
Macron estuvo un tiempo en la Banca Rotschild y, para justificarse, declaró, “haber trabajado de banquero es como haber ejercido la prostitución”.
 Después se vio obligado a disculparse en un acto público, “perdón, he insultado a los banqueros”, a lo que su mujer apostilló rápidamente, “no, a quienes has insultado ha sido a las prostitutas”. ¡Ay si dejaran expresarse libremente a Letizia, cuántas tardes gloriosas nos depararía! (me lo dice mi compinche del premio Planeta 2014 Jorge Zepeda, que la conoció muy bien cuando fue su director en México).
 






Letizia Ortiz

Beatty se lo guisa y se lo come. En vano.............. Carlos Boyero

Es de celebrar que el antiguo guaperas intente sentirse vivo siguiendo en la brecha, pero el resultado es mediocre.

Carlos Boyero analiza el cine de Warren Beatty.
El inagotable y torrencial ingenio de Woody Allen aseguró hace mucho tiempo que si existiera la reencarnación su mayor deseo sería hacerlo en las yemas de los dedos de Warren Beatty, anhelo que seguramente compartimos casi todos los heterosexuales de este mundo si constatamos la esplendorosa lista de mujeres con las que Beatty ha intercambiado fluidos a lo largo de su existencia.
 Constatada la lógica envidia y admiración hacia la capacidad de seducción de este hombre, aclaro que jamás me ha interesado ni poco, ni mucho, ni nada su faceta de actor, aunque haya protagonizado películas que me gustan, como Lilith, Los vividores, Esplendor en la hierba, Bonnie and Clyde, Rojos y alguna otra que seguramente olvido. 
Admito que ha sido una estrella pero su luz y su magnetismo ni me rozan. 
Nunca pagaría una entrada por el cebo de su presencia. 
Su corta filmografía como director es interesante, especialmente la épica y compleja biografía del periodista Jonn Reed que plasmó en Rojos.
El antiguo guaperas, que sufrió el tragicómico numerito en la última ceremonia de los Oscar, ya ha cumplido 8o años, edad invernal que puede invitar al retiro profesional debido a la falta de fuerza o a la sensación de que el camino ha llegado a su fin.
 No es el caso de Warren Beatty. Produce, interpreta y dirige La excepción a la regla. 
 Y al terminar su visión me pregunto: ¿para qué? 

Al igual que Martin Scorsese en la irregular El aviador (todo lo referente a Katharine Hepburn era una caricatura boba),
 Beatty se ha sentido fascinado por el personaje de Howard Hugues, aquel multimillonario enloquecido y excéntrico, amante del riesgo y del perfeccionismo en la aviación y en el cine, enganchado a la codeína y su propia leyenda, coleccionista de actrices en todos los sentidos, solitario, arrogante, maniático y déspota, alguien con múltiples zonas de sombra.

 Fotograma de 'La exepción a la regla'

Aquí la historia se centra fundamentalmente en la relación de Hugues con una sureña muy joven que aspira a ser actriz, compositora y cantante.
 También en el ejército de exasperados servidores del magnate, gente que aunque haya comenzado trabajando de chófer es consciente de que puede prosperar enormemente si sabe interpretar los deseos y las órdenes de su enigmático jefe.
No existe pulso narrativo ni aliento en esta fatigosa película. Muestra situaciones repetitivas y es muy difícil que te interesen lo más mínimo el presente y el futuro de sus personajes.
 Se nota que la producción es tan posibilista como ausente de medios, nada del derroche que caracterizaba al antiguo cine de Beatty.
 Los amigos le han echado una generosa mano interpretando papeles breves. 
Y hay gente ilustre poblando secundariamente ese universo, como Annette Bening, Candice Bergen, Ed Harris, Oliver Platt, Alec Baldwin, Martin Sheen y Paul Sorvino. 
Si su presencia ha salido barata, Beatty tampoco se ha gastado mucho en decorados ni en efectos especiales.
 Abundan los interiores.
 Y celebras que Beatty intente sentirse vivo siguiendo en la brecha.

 Pero el resultado es mediocre. Y por supuesto, me asalta el rubor cuando esa actriz casi adolescente y de principios rígidos se lo monta con el anciano. 

No te lo crees. 

El gran seductor debería de saber que la vejez también impone límites.

El actor de Disney Michael Mantenuto se suicida a los 35 años

Tras su paso por el cine, el intérprete había ingresado en el Ejército de EE UU.

 

Michael Mantenuto, en el estreno de la película 'El Milagro', en 2004. Getty Images

El actor Michael Mantenuto, de 35 años, se ha suicidado este lunes en Washington (Estados Unidos), según ha informado el portal estadounidense TMZ, citando fuentes policiales.
 El intérprete, que llegó a ser un destacado jugador de hockey hielo en la Universidad de Maine, alcanzó la fama por la película de Disney El Milagro, en 2004.
 Según las fuentes policiales fue hallado muerto en su coche después de dispararse a sí mismo.
En su breve paso por el cine, Michael Mantenuto participó en otras dos cintas: Dirtbags, en 2006, y Surfer, dude (Conquistando las olas), en 2008.
 Después, ingresó en el Ejército de los EE UU. El coronel Guillaume Beaurpere, comandante del grupo de las Fuerzas Especiales al que pertenecía, ha asegurado que se le recordará por ser un "apasionado de su familia", según informa el portal Legacy.com.
 Estaba casado y tenía dos hijos, una niña y un niño. 

El Milagro, la cinta que llevó a Michael Mantenuto a la fama, es una película de hockey sobre hielo basada en hechos reales en la que también participó Kurt Russell
Narraba la victoria del equipo americano de hockey sobre hielo en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1980 tras enfrentarse al aparentemente invencible equipo de la Unión Soviética. Mantenuto se metió en la piel del jugador Jack O’Callahan, pieza clave del equipo, que durante el partido se lesionó la rodilla y siguió jugando, a pesar del dolor.

El secreto de los suecos para ser los mejores en su trabajo sin agobiarse se llama 'fika'

Otra lección de vida del país escandinavo. O por qué deberíamos asumir que un empleado tomando un café también está trabajando.

El secreto de los suecos para ser los mejores en su trabajo sin agobiarse se llama 'fika'
Lo hemos estado haciendo mal toda la vida. Porque aquí es sinónimo de pérdida de tiempo, de huida del trabajo; de vasos de plástico, brebajes artificiales y bollería industrial.
 Es el momento de poner verde al jefe, de compartir quejidos y lamentos. 
De contar los días para las vacaciones.
 Pero las pausas para el café son otra cosa para los suecos, que vienen a enseñarnos cómo exprimir al máximo cualquier minuto de la jornada laboral.
 Porque si en España dedicamos un espacio más o menos amplio a apurar la reconfortante bebida frente a la máquina, obviando por un tiempo nuestras tareas, ellos organizan en torno a esta práctica toda una celebración, sin ir en detrimento de su título de uno de los diez países más competitivos del mundo según el Foro Económico Mundial
Así son las fikas suecas, el momento del café en la oficina que se revela como uno de los factores que explica la alta productividad de sus trabajadores, según estudios de la Universidad de Linköping, y sus reducidos niveles de estrés, los más bajos del mundo según International Business Report.
“Fika es un fenómeno social.
 Es tomarse un café o un té, pero también es una razón para socializar y disfrutar de un momento de calidad con los compañeros de trabajo”.
 Así define este sello cultural Emelie Gallego, agregada cultural de la embajada de Suecia en España.
 Y se trata de una realidad tan impresa en el alma de los suecos que son las propias direcciones de las empresas las que promueven estos descansos
. Aunque no haga falta.
 Como afirma Israel Úbeda, responsable de prensa y redes sociales de VisitSweden en España, “más que proponerlo, es algo que pertenece a la personalidad de los suecos y las compañías.
 Porque, al fin y al cabo, las forman personas con sus idiosincrasias". Y Úbeda añade: 
“Los suecos aman el café y las pastas y por ello parece lógico que en un sitio donde vas a pasar horas cada día tengas una breve pausa para estirar las piernas, conversar con los colegas y disfrutar de dulces, fruta o un pequeño tentempié”. 
Todo, gentileza de la empresa. 

¿Se trata entonces de un mero descanso pagado?

En absoluto. 
Gallego lo explica: “Ese ambiente más familiar fortalece los lazos entre los compañeros, pero también los directores están presentes. La cultura empresarial en Suecia es, en general, bastante cercana y poco jerárquica”. 
Por eso también jefes y coordinadores se suman a estas “paradas técnicas”, buscando que entre todos, en esos momentos de relax, se puedan alumbrar mejores ideas para solucionar los asuntos que les ocupan frente al ordenador. 
Es decir: igual se habla del increíble partido de fútbol de ayer que de cómo afrontar la reunión de márketing de mañana.
 Y usted dirá: igual que en España. No tan rápido: su alta consideración por parte de todos los estratos de la compañía hace que las ideas y el optimismo fluyan con vigor, como prueba un estudio elaborado por LinkedIn 
. La investigación Relationships @Work relevó que mantener buenas relaciones con compañeros y superiores redunda en un mejor desempeño profesional y una mayor motivación en el trabajo. 
En la misma línea, otro análisis realizado por expertos de la Universidad de Florida constató que fomentar una relación de confianza entre trabajadores y superiores trae consigo mayor colaboración, innovación y eficiencia.
Además, despojar a estas pausas de la clandestinidad aumenta la felicidad del trabajador, que mejora, según varios estudios, tanto ambiente de oficina como productividad. Aunque no están regulados por una agenda, los fikas tienen varios espacios durante la jornada. 
En la empresa de Israel suelen parar varias veces al día, durante 10 minutos por receso: “Depende de la compañía, pero un par de pausas por la mañana y otra por la tarde puede ser perfectamente normal, aunque eso no quiere decir que todo trabajador participe en todas y cada una de ellas”, comenta.
 De ello da fe Jónatan López, arquitecto español que vive en Estocolmo desde hace más de seis años.
 Ha trabajado en tres empresas distintas y en todas ha podido constatar que las fikas forman parte de la cultura empresarial sueca: “Ahora somos unos 200 trabajadores, así que cada grupo tiene sus propias costumbres.
 Una de mis compañeras está haciendo un curso de pastelería y los miércoles trae sus elaboraciones caseras”.
 Jónatan recuerda su paso por empresas españolas y cómo, a diferencia de lo que ocurre en Suecia, el café es algo que siempre se tenía que costear uno mismo.
 "Aquí las cafeteras son tan importantes como los ordenadores y los jefes son los que nos dicen que tenemos que mejorar [acabar antes con las tareas urgentes] para sacar tiempo para más fikas”, añade.
En efecto, la EFSA (el panel de expertos europeos en salud alimentaria) ha reconocido que a partir de 75 miligramos, la cafeína aumenta la atención, la memoria y la capacidad de aprendizaje.
 Y los defensores del fika matizan: no es lo mismo tomarlo en un vaso de plástico que en una taza personal, como no es igual hacerlo en un pasillo frente a una máquina metálica que en un espacio diáfano con sofás y bandejas de pastas caseras. 
Para practicarlo, como afirma Ana Berdún, “el cambio cultural tiene que ser propiciado por los empresarios, que deben entender que esto es algo positivo”.
 Y también debe ser tomado con responsabilidad por los trabajadores. ¿Llegará ese día? Habrá que pensarlo con un cortado en la mano…