Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

9 mar 2017

Bertín Osborne, ¿la derecha amable?.................. Manuel Morales

'Mi casa es la tuya' aún despierta el interés de parte de la audiencia. Un misterio que ni su último invitado, Iker Jiménez, podría resolver.

Bertín Osborne e Iker Jiménez, en 'Mi casa es la tuya'.
Desde que dejó TVE para hacer lo mismo en Telecinco, Bertín Osborne ha visto reducida la audiencia de su programa de entrevistas, pero Mi casa es la tuya despierta aún el interés de, como mínimo, dos millones de personas por entrega, un 15% de audiencia. 
Un misterio que ni su último invitado, el periodista Iker Jiménez, vendedor de humo de psicofonías, podría resolver. 
En Telecinco, Bertín cambió el nombre del programa, que ahora se identifica con un logo que parece sacado de una tienda de muebles de barrio, y ha estirado la función hasta hacerla aburrida.
Quizás el éxito de Mi casa es la tuya proceda de una suma de factores: la fascinación / envidia que despierta ver lo bien que viven en sus enormes residencias aquellos que pueden, las versiones ñoñas de canciones populares y esa campechanía que, a veces, consigue sacar de sus invitados momentos divertidos porque se sienten como en casa.

Como está más a gusto Bertín es entre chascarrillos, como sucedió con el futbolista Joaquín imitando al expresidente del Betis Manuel Ruiz de Lopera.
 O con la berlanguiana madre del jugador, que contó cómo el niño vino al mundo con un problema testicular, "un huevo poco cocido", que precisaba de baños de sol diarios.
 Pero cuando los asuntos son más serios, como con el exministro José Bono, Bertín empieza a poner caras inexpresivas. 
En esas ocasiones parece desear que llegue el momento de la cocina, para tomarse un vino y chupar cabezas de gambas.
Todos sabemos cómo es este presentador después de años en televisión, él se define como "la derecha amable" y, con frecuencia, le delatan ramalazos de machismo: "Regálale el delantal a tu madre o a tu novia o a tu hermana...", le dijo al cantaor Miguel Poveda, que ha hablado de su homosexualidad.
 Cuando a Bertín le recuerdan ese deje rancio ya no es tan cordial, y la palabra "gilipollas" no se le cae de la boca.
 Con una fórmula que ya cansa por repetitiva, el programa depende cada vez más del salero del invitado.
 Sobre todo si pone una psicofonía de un cura fallecido en la que se escucha: "Tengo una lengua...".

 

8 mar 2017

Marion Cotillard transforma sus labios

La actriz ha publicado en su Instagram tres fotos con su nueva imagen.


Marion Cotillard siempre se ha mostrado contraria a la cirugía estética por eso ha sorprendido su cambio radical del que ella misma ha presumido en la redes sociales.
 La actriz francesa aparece con unos labios carnosos que no tienen nada que ver con los suyos naturales.
 Las tres fotos que Cotillard ha publicado en menos de 24 horas por las que cualquiera diría que ha sido mal intervenida de cirugía plástica corresponden en realidad a una obligada caracterización para su próximo papel en el cine en la película Rock'n Roll.

 

El regreso del mariscal Von Paulus.................... Jacinto Antón

El denostado comandante del Sexto Ejército nazi es noticia por la reedición de ‘Stalingrado y yo’.

 

 
El mariscal Friedrich Paulus, prisionero tras su rendición en la batalla de Stalingrado, en febrero de 1943. Getty Images
Pocos personajes hay en la II Guerra Mundial que caigan tan antipáticos como el mariscal Paulus, el hombre que rindió el Sexto Ejército alemán en Stalingrado y fue la cabeza visible de la derrota más simbólica (en realidad la más decisiva fue la de Kursk) de los nazis en la contienda
. Los hay peores, claro, verdaderamente malvados y atroces –de Heydrich, por ejemplo, no dices que fuera antipático, y menos se lo hubieras soltado en su cara-, pero Friedrich Paulus destaca en la categoría de los desagradables.
Paulus , del que ahora se redita Stalingrado y yo (La Esfera de los Libros), un libro fundamental y descatalogado desde hace años –en realidad no unas memorias sino un conjunto heterogéneo de textos y documentos compilados por Walter Goerlitz y prologados por Ernst Alexander Paulus, el hijo del mariscal (tuvo otro que murió en Anzio)-, fue siempre un tipo estirado, agrio, adusto, de nula empatía, indeciso, pretencioso y cargante, que además se creía la repanocha.
 Era de aquellos que en plena guerra mundial van por ahí medrando y preguntando qué hay de lo mío. 
Es verdad que era alto, guapo y elegante y eso engañaba.
 Pero no tenía para nada el carisma de Rommel, al que se parece en otras cosas como lo de perder batallas famosas y que Hitler le animara (en su caso sin éxito) a suicidarse. 

Lo elevaron por encima de sus méritos y capacidades y ejerciendo el mando se mostró estricto, puntilloso, ordenancista pero a la vez vacilante, e incapaz de comprender y no digamos de compartir las penurias de sus soldados. 
Por supuesto jamás mostró -mientras luchaba- la más mínima compasión por el enemigo ni remordimientos por la guerra de aniquilación que Hitler libraba y de la que él era parte privilegiada del engranaje con sus pantalones de montar con raya roja, sus mapas y sus guantes de cabritilla.
 Le indignaban más los malos modales de Jodl que las Leyes de Nurenberg.
Era un snob como una casa.
 Es cierto que el detalle parece añadir poco al perfil negativo de alguien que comandaba un devastador ejército mecanizado de Hitler pero es que Paulus era verdaderamente repulsivo en ese aspecto y hasta coqueteaba con ese “von” de su apellido que no era para nada de recibo y con el que sin embargo se le conoce popularmente. 
 En realidad la aristócrata era su mujer, la rumana Elena-Constance Rosetti Solescu, llamada Coca por su familia, descendiente de la más rancia nobleza de Moldavia y Valaquia y que eran amigos de los Cantacuceno (no me extrañaría que Elena hubiera conocido a Patrick Leigh Fermor durante las andanzas moldavas de este con la princesa Balasha). 
Su esposa (que soñaba con verlo en el puesto de Keitel) le allanó el camino al entonces joven alférez Paulus, de familia pequeñoburguesa de Hessen (y rechazado por ello en la Marina imperial) para ingresar en el gran mundo de la vieja Europa, pero también le puso el listón alto: ya que no tenía pedigrí propio debía labrarse una reputación y esas cosas suelen salir mal: igual que te lías en Nóos la lías en Stalingrado. 


El regreso del mariscal Von Paulus
Allí demostró que ponerlo al frente del Sexto Ejército –sin haber tenido antes ni siquiera el mando de un regimiento- había sido una pifia, lo que, si bien se piensa fue una suerte para el mundo civilizado.
 En el momento crucial, cuando desobedeciendo las órdenes de Hitler pudo quizá haber salvado al menos una parte de sus fuerzas rompiendo el cerco y huyendo de aquel infierno a la derecha del Volga, se jiñó literalmente (sufría de colerina, “el mal ruso”) y permaneció dudando, como acostumbraba. Hitler le nombró mariscal en los últimos momentos (el 30 de enero de 1943) confiando en que se suicidaría; sin embargo, Paulus prefirió entregarse a los soviéticos y quedar como un cobarde, pero un cobarde vivo.
 Esto, que sorprendió a los propios rusos, hasta nos podría inspirar simpatía –todo lo que sea hacer rabiar a Hitler...-, pero el flamante mariscal se desentendió de la espantosa suerte de sus hombres y pasó un cautiverio mucho más amable en el que hasta tuvo oportunidad de aprender a jugar al bridge (le enseñó el padre del dramaturgo catalán Pablo Ley, también prisionero).
 Mientras tanto, accedió a dejarse manipular por la propaganda soviética e hizo profesión de anti nazismo, lo que desde luego era más seguro en Moscú que en Berlín.
Tras la guerra participó en los Juicios de Nurenberg como testigo contra sus pares, los jefes de la Wehrmacht, se instaló en la Alemania del Este y allí murió en 1957, rodeado de los fantasmas mudos de todo su ejército.

Mujeres de todo el mundo se movilizan por el 8 de marzo

Organizaciones de 50 países se movilizan contra la violencia de género y por la igualdad en el Día de la Mujer.

Día Internacional de la Mujer 2017 Vídeo: M. R. S. / Foto: Efe
 
Por la igualdad.
 Contra la violencia de género. Por el derecho a decidir libremente su maternidad. Contra la brecha salarial. Para frenar la discriminación. Miles de mujeres de todo el mundo han participado este miércoles 8 de marzo en el Paro Internacional convocado por el día internacional de la mujer. En España, Bélgica, Polonia, Ucrania, Turquía, Japón, han cesado de trabajar, de consumir, de participar en los cuidados domésticos durante un buen rato y han salido a la calle para mostrar qué ocurriría si se parara la mitad de la humanidad.
 Si se paran las mujeres, se para el mundo.

Con el lema #YoParo #nosotrasparamos #womenstrike #8MParo o #mujeresenhuelga organizaciones de 50 países han programado estos paros y han convocado a manifestarse, con especial fuerza en América Latina, un continente con graves problemas de violencia contra las mujeres y donde a raíz del movimiento
 Ni una menos, la lucha por la igualdad ha cobrado fuerza. "Paramos porque no se puede discriminar a la mitad de la humanidad y que no ocurra nada.
 Nos movilizamos porque no queremos ser invisibles, porque podemos salir a la calle y reivindicar nuestro papel en el mundo", reclama Gloria García. Vestida de negro, como cientos de mujeres a su alrededor, esta funcionaria de 52 años (de 12 a 12.30) ha salido del trabajo y ha bajado a la calle en la Plaza de Cibeles de Madrid. 
Allí, durante media hora  se han concentrado cientos de mujeres, entre ellas la alcaldesa Manuela Carmena, y algunos hombres.
Junto a su compañera Rosalía Ordovás, de 48 años, también de luto, aunque animado con un brazalete de color morado (histórico símbolo de la lucha feminista), también participará en la manifestación de este 8 de marzo.
 El movimiento feminista quiere teñir España de negro y violeta para reivindicar la igualdad de género.
 En Madrid hay convocada una marcha a las 19 horas en Cibeles.
 En Barcelona, a la misma hora en Plaza Universitat.  

Razones para salir a la calle no faltan.
 Ni usted ni yo —ni nuestros hijos— vean un mundo en el que los hombres y las mujeres son iguales. 
Al ritmo actual faltan 169 años para alcanzar la igualdad económica, según los datos del Foro Económico Mundial. Y en pleno 2017, una radiografía de la situación todavía muestra un mundo abrumadoramente desequilibrado; un planeta que discrimina a la mitad de sus habitantes y en el que ellas son mucho más vulnerables.
 En el que cada 10 minutos una mujer es asesinada a manos de su pareja o expareja, donde una de cada tres ha sufrido una agresión sexual, ellas cobran menos que sus compañeros varones por un trabajo de igual valor, y donde todavía hay países que impiden a las casadas tener un pasaporte propio.
El 8 de marzo hay poco que celebrar y mucho por lo que luchar, Malgorzata Jonczy Adamska, psicóloga y pedagoga de origen polaco que vive en Noruega y que, como muchas de sus compañeras, va a secundar el paro. “Cada mujer y niña debe tener derecho a la educación, a una vida sin violencia, acceso a anticonceptivos seguros y baratos y al aborto seguro”, insiste. Esta reclamación, que debería sonar a antigua no lo es. Sobre la mesa, la cifra de los asesinatos machistas, el indicativo más extremo de la desigualdad de género.
 En España, 16 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año.
 En Argentina asesinan a una mujer cada 30 horas.
 En Alemania, son más de 300 los crímenes machistas al año.