El denostado comandante del Sexto Ejército nazi es noticia por la reedición de ‘Stalingrado y yo’.
Pocos personajes hay en la II Guerra Mundial que caigan tan
antipáticos como el mariscal Paulus, el hombre que rindió el Sexto
Ejército alemán en Stalingrado y fue la cabeza visible de la derrota más
simbólica (en realidad la más decisiva fue la de Kursk) de los nazis en
la contienda . Los hay peores, claro, verdaderamente malvados y atroces
–de Heydrich, por ejemplo, no dices que fuera antipático, y menos se lo
hubieras soltado en su cara-, pero Friedrich Paulus destaca en la
categoría de los desagradables. Paulus , del que ahora se redita Stalingrado y yo (La Esfera de
los Libros), un libro fundamental y descatalogado desde hace años –en
realidad no unas memorias sino un conjunto heterogéneo de textos y
documentos compilados por Walter Goerlitz y prologados por Ernst
Alexander Paulus, el hijo del mariscal (tuvo otro que murió en Anzio)-,
fue siempre un tipo estirado, agrio, adusto, de nula empatía, indeciso,
pretencioso y cargante, que además se creía la repanocha. Era de
aquellos que en plena guerra mundial van por ahí medrando y preguntando
qué hay de lo mío. Es verdad que era alto, guapo y elegante y eso
engañaba. Pero no tenía para nada el carisma de Rommel, al que se parece
en otras cosas como lo de perder batallas famosas y que Hitler le
animara (en su caso sin éxito) a suicidarse.
Lo elevaron por encima de sus méritos y capacidades y ejerciendo el
mando se mostró estricto, puntilloso, ordenancista pero a la vez
vacilante, e incapaz de comprender y no digamos de compartir las
penurias de sus soldados. Por supuesto jamás mostró -mientras luchaba-
la más mínima compasión por el enemigo ni remordimientos por la guerra
de aniquilación que Hitler libraba y de la que él era parte privilegiada
del engranaje con sus pantalones de montar con raya roja, sus mapas y
sus guantes de cabritilla. Le indignaban más los malos modales de Jodl
que las Leyes de Nurenberg. Era un snob como una casa. Es cierto que el detalle parece añadir poco
al perfil negativo de alguien que comandaba un devastador ejército
mecanizado de Hitler pero es que Paulus era verdaderamente repulsivo en
ese aspecto y hasta coqueteaba con ese “von” de su apellido que no era
para nada de recibo y con el que sin embargo se le conoce popularmente. En realidad la aristócrata era su mujer, la rumana Elena-Constance
Rosetti Solescu, llamada Coca por su familia, descendiente de la más
rancia nobleza de Moldavia y Valaquia y que eran amigos de los
Cantacuceno (no me extrañaría que Elena hubiera conocido a Patrick Leigh
Fermor durante las andanzas moldavas de este con la princesa Balasha). Su esposa (que soñaba con verlo en el puesto de Keitel) le allanó el
camino al entonces joven alférez Paulus, de familia pequeñoburguesa de
Hessen (y rechazado por ello en la Marina imperial) para ingresar en el
gran mundo de la vieja Europa, pero también le puso el listón alto: ya
que no tenía pedigrí propio debía labrarse una reputación y esas cosas
suelen salir mal: igual que te lías en Nóos la lías en Stalingrado.
Allí demostró que ponerlo al frente del Sexto Ejército –sin haber
tenido antes ni siquiera el mando de un regimiento- había sido una
pifia, lo que, si bien se piensa fue una suerte para el mundo
civilizado. En el momento crucial, cuando desobedeciendo las órdenes de
Hitler pudo quizá haber salvado al menos una parte de sus fuerzas
rompiendo el cerco y huyendo de aquel infierno a la derecha del Volga,
se jiñó literalmente (sufría de colerina, “el mal ruso”) y permaneció
dudando, como acostumbraba. Hitler le nombró mariscal en los últimos
momentos (el 30 de enero de 1943) confiando en que se suicidaría; sin
embargo, Paulus prefirió entregarse a los soviéticos y quedar como un
cobarde, pero un cobarde vivo. Esto, que sorprendió a los propios rusos,
hasta nos podría inspirar simpatía –todo lo que sea hacer rabiar a
Hitler...-, pero el flamante mariscal se desentendió de la espantosa
suerte de sus hombres y pasó un cautiverio mucho más amable en el que
hasta tuvo oportunidad de aprender a jugar al bridge (le enseñó el padre
del dramaturgo catalán Pablo Ley, también prisionero). Mientras tanto,
accedió a dejarse manipular por la propaganda soviética e hizo profesión
de anti nazismo, lo que desde luego era más seguro en Moscú que en
Berlín. Tras la guerra participó en los Juicios de Nurenberg como testigo contra
sus pares, los jefes de la Wehrmacht, se instaló en la Alemania del
Este y allí murió en 1957, rodeado de los fantasmas mudos de todo su
ejército.
Velasco
cita de nuevo en la Audiencia al exgerente del partido Beltrán Gutiérrez
tras intervenirle una explosiva documentación confidencial en el marco
de Púnica.
La pieza que aún mantiene secreta el juez Eloy Velasco en el marco de la Operación Púnica contiene profusas pruebas que presuntamente acreditan la financiación ilegal del PP de Madrid
desde 2004 y que salpica a gran parte de la anterior cúpula del
partido, según fuentes jurídicas. Se trata de documentación confidencial
requisada por el juez en casa del exgerente del PP madrileño Beltrán
Gutiérrez y que destapa la caja B con la que los populares
madrileños han sufragado en los últimos lustros campañas electorales y
actos del partido. Y, según se desprende de las pesquisas, lo han hecho,
entre otros canales delictivos, a través de Fundescam,
la fundación que creó el PP en época de la expresidenta Esperanza
Aguirre y que se ha nutrido de fuertes sumas de dinero pagadas por
empresarios afines a cambio supuestamente de contratas públicas. El juez Velasco ha reactivado en los últimos días la
investigación sobre la caja b del PP madrileño, la única de las 14
piezas separadas del caso Púnica que permanece bajo secreto sumarial. Durante la mañana de este miércoles, el juez ha citado a declarar como
investigados -imputados- a Beltrán Gutiérrez, a José Ignacio Echeverría,
exconsejero de Transportes de la Comunidad de Madrid y extesorero del
PP madrileño y a Arturo Fernández, expresidente de la patronal madrileña
CEIM. Los tres han salido de la Audiencia sin hacer declaraciones.
Fuentes de la investigación han señalado que los tres "han
respondido a todas las preguntas" y que lo han hecho de forma "profusa y
contundente". Las mismas fuentes han señalado de las pruebas
documentales recabadas y de las declaraciones de este miércoles "se
derivarán más citaciones". Fuentes jurídicas han informado este miércoles que el juez
Velasco ordenó ayer registros en diversos domicilios particulares y de
empresas. También envió a agentes de la Guardia Civil a diferentes
sedes, entre ellas las de la Consejerías de Sanidad y Transportes de la
Comunidad de Madrid y de la sociedad autonómica de suelo Arpegio, para
requerir información. El juez Velasco ha dictado un contundente auto en el que describe la
financiación ilegal del PP madrileño y en el que vuelve a citar en su
despacho al exgerente Beltrán Gutiérrez para interrogarle sobre algunos
flecos que le faltan para terminar de encajar algunas piezas sueltas. Las pesquisas implican presuntamente al exconsejero de Presidencia y Justicia del Gobierno de Aguirre, Francisco Granados, encarcelado desde finales de octubre de 2014 por su condición de cabecilla de la trama Púnica. Y también salpican al expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González,
entre otros altos cargos del PP de los últimos 16 años. Otros
implicados en esta financiación ilegal ocupan ahora puestos de
responsabilidad en la Comunidad de Madrid, que preside Cristina
Cifuentes.
Las donaciones de empresarios a Fundescam han acabado con
los años conectando los dos casos más graves de corrupción política que
han sacudido España desde la transición: Gürtel y Púnica. El juez
instructor de Gürtel, Antonio Pedreira, investigó en 2010 Fundescam y,
según un informe policial de entonces elaborado por la UDEF, esta
fundación recaudó de empresarios afines, solo en 2003, unos 900.000
euros. Entre los donantes, con hasta 300.000 euros, estaba el expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán, posteriormente encarcelado por delitos de alzamiento de bienes en su extinto grupo industrial Marsans. Con parte de ese dinero el PP regional financió actos y
campañas electorales en los años 2003 y 2004. Pero Pedreira acabó
archivando esta parte del sumario al entender que los delitos habían
prescrito. Púnica ha vuelto a destapar Fundescam y en esta ocasión el
juez Velasco ha detectado que la financiación a través de esta fundación
se ha mantenido hasta casi 2011, con lo que los supuestos delitos
serían continuados y, por tanto, no prescritos. El juez envió a la Guardia Civil al registro de
asociaciones, a la sede del PP regional, al despacho del gerente y a
varios departamentos de la Comunidad en busca de pruebas con las que
hilvanar, y en gran parte lo ha conseguido, que las sumas de dinero que
aparecen en los papeles secretos del gerente tienen relación con
Fundescam y con otras aportaciones ilegales recibidas por el PP
madrileño. El juez sospecha que las entregas de dinero fueron onerosas y
a cambio de contratas y adjudicaciones públicas. El expresidente de la CEIM, la patronal de Madrid, Arturo
Fernández, es uno de los empresarios, ahora en pleno declive,
investigados en la pieza número 14 de Púnica. Su grupo de hostelería
Cantoblanco recibió lucrativas adjudicaciones de la Asamblea de Madrid y
de otras administraciones gobernadas por los populares. El juez también
ha pedido información sobre contratas al Ayuntamiento de Madrid de las
épocas en fue gobernado por los exalcaldes Alberto Ruiz-Gallardón y Ana
Botella, según las citadas fuentes. El expresidente Ignacio González mantuvo en nómina en el
partido a Beltrán Gutiérrez incluso después de que este tuviera que
dimitir como gerente por su implicación en el caso de las tarjetas
black, de las que se gastó 58.000 euros. El PP de Cifuentes le pagó
120.000 euros y Gutiérrez finalmente abandonó el despacho que le había
asignado González en Génova tras el escándalo de las tarjetas.
No es la primera vez que Gutiérrez es citado por el juez. Ya
compareció el 3 de marzo de 2016. El detonante entonces fue una agenda
intervenida a Granados en la que figuran, junto a entregas de casi dos
millones de euros, las iniciales de “BG”, presumiblemente referidas a
Beltrán Gutiérrez, y las de “JLM”, en alusión a Javier López Madrid,
yerno del dueño de la constructora OHL. David Marjaliza, exsocio
arrepentido de Granados, ayudó al juez a identificar las citadas
iniciales. El nombre de Beltrán Gutiérrez, a quien Velasco atribuye en
Púnica delitos de cohecho y falsedad, también salió a relucir en Gürtel
al estar detrás de facturaciones del PP a la empresa de Francisco Correa
Special Event que a la postre fueron abonadas por Fundescam. En Gürtel,
fue también documentación secreta intervenida al contable de la red en
su casa la que puso al descubierto los amaños y comisiones pagadas a
altos cargos del PP nacional. El contable de Gürtel volcó la caja B de las empresas en un pendrive. Lo ocultaba en la mano, cerrada, cuando la policía se lo intervino. "El puto pendrive", como lo definió airado Francisco Correa al enterarse, una vez detenido, de su existencia y de su contenido. investigacion@elpais.es
El músico británico sufrió una cardiomiopatía dilatada con miocarditis, según el juez forense que lleva el caso.
Dos meses y medio después del fallecimiento de George Michael,
se han esclarecido las causas de su muerte. El cantante murió por
causas naturales, según ha informado este mares el juez forense a cargo
del caso. El músico británico sufrió una "cardiomiopatía dilatada con
miocarditis", según los resultados de las nuevas pruebas practicadas al
artista, ha informado Darren Salter, médico forense del condado de
Oxfordshire. El cantante falleció el pasado 25 de diciembre a los 53 años
en su casa de la localidad de Goring-on-Thames. La primera autopsia que
se le practicó arrojó resultados "no concluyentes", por lo que se
dispusieron nuevas pruebas.
Desde el principio se descartó alguna circunstancia "sospechosa" en el deceso de Michael, autor de conocidos temas comoCareless Whisper o Faith,
y la policía de Thames Valley, responsable del área de
Goring-on-Thames, consideró entonces que el fallecimiento era
"inexplicable, pero no sospechoso". "La investigación de la muerte de George Michael ha quedado concluida y
se ha recibido el informe final de la autopsia", ha indicado Salter en
un comunicado. "Al existir una causa natural confirmada de la muerte,
una cardiomiopatía dilatada con miocarditis e hígado graso, la
investigación no continuará y no existe ninguna necesidad de llevar a
cabo una investigación o nuevas pesquisas", ha afirmado el juez. En la
nota se indica, además, que no se proporcionarán en el futuro "nuevas
actualizaciones" sobre el fallecimiento y que la familia del cantante
"pide a los medios de comunicación y a los ciudadanos que respeten su
privacidad".
Ahora que el caso ha sido cerrado, la familia del
cantante podrá celebrar su funeral, después de semanas de pruebas para
poder determinar la causa de la muerte de Michael. Fue su pareja,el libanés Fadi Fawaz,
quien halló el cuerpo sin vida del músico la pasada Navidad. El mes
pasado se filtró a medios británicos la llamada que realizó Fawaz —a
quien la policía británica interrogó el pasado mes de enero—
a los servicios de emergencia cuando encontró el cuerpo sin vida del
intérprete. La familia del músico pidió entonces una "investigación
completa" en un comunicado en el que aseguraban sentirse "verdaderamente
horrorizados" por la divulgación de un fragmento de audio en el que el
novio del cantante pedía ayuda al teléfono 999.