Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

9 feb 2017

Melania Trump quiere preservar su imagen, no ganar dinero

Los abogados de la primera dama aseguran que “no tiene intención de utilizar su posición pública”, tras presentar una demanda contra un medio que la calificó como 'escort'.

Melania Trump, el pasado 3 de febrero. REUTERS

Un día después de presentar en una corte de Nueva York una demanda por difamación contra el periódico Daily Mail, Melania Trump ha tenido que aclarar que no tiene ninguna intención de ganar dinero aprovechándose de su nuevo puesto como primera dama de Estados Unidos.
 En la reclamación presentada contra el tabloide inglés argumenta ante los jueces que el artículo en el que se decía que trabajó como escort en los noventa ha hecho que su “marca haya perdido un valor significativo”.
“[Melania Trump] tuvo una oportunidad única, como una persona extremadamente famosa y conocida, además de como exmodelo, imagen de marcas y empresaria de éxito, de lanzar una marca comercial con varios productos, cada uno de los cuales podría haberle proporcionado relaciones comerciales multimillonarias durante los años en los que ella va a ser una de las mujeres más fotografiadas del mundo”, reza el documento presentado por sus letrados el lunes en una corte de Manhattan. 
Esas palabras hicieron que muchos se preguntaran de sus intenciones, y ahora sus abogados han querido acallar esos rumores. 

Richard Painteer, consejero durante la presidencia de George W. Bush sobre cuestiones éticas, dijo ayer que el lenguaje empleado en la demanda de Melania Trump demuestra “en una violación sin precedentes y clara de las reglas sobre el uso de su posición gubernamental para ganancias privadas.
 Esta es una situación muy seria en la que ella dice que tiene intención de hacer mucho dinero.
 Eso tendría que ser rechazado por la Casa Blanca o investigado por el Congreso”.
 Y ya ha tenido respuesta. “La primera dama no tiene intención de utilizar su posición pública en beneficio personal.
 No es una posibilidad. Cualquier declaración en contra de eso está siendo malinterpretada”, es lo que han dicho los abogados de la mujer del presidente Donald Trump.

Por otra parte, el contencioso judicial que tenía abierto por la misma causas contra una bloguera ya ha sido cerrado. Melania Trump, de 46 años, va a recibir una “suma sustancial” de dinero de Webster Tarpley, a quien demandó por haber escrito que la exmodelo trabajó como escort en los años noventa en un club nocturno de Milán. 
Tras interponer una denuncia por difamación el pasado mes de septiembre en Maryland (EE UU), este martes ambas partes llegaron a un acuerdo judicial, aunque en el comunicado de los abogados de la primera dama no se especifica el dinero que va a recibir.
Donald y Melania Trump, en la gala anual de la Cruz Roja en Palm Beach la semana pasada.
Parece que como parte del pacto, Tarpley sí ha tenido que emitir una nota pública con sus disculpas:
 “Publiqué un artículo el 2 de agosto de 2016 sobre Melania Trump que estaba repleto de afirmaciones falsas y difamatorias sobre ella”. “No tenía una base de hechos legítima para hacer esas afirmaciones falsas y me retracto de ellas.
 Soy consciente de que fueron muy dañinos e hirientes para la señora Trump y su familia, y por consiguiente le pido perdón a ella, a su hijo, a su marido y a sus padres por haber hecho estas afirmaciones falsas”, admite en un comunicado divulgado por los abogados de la primera dama.
Melania Trump puso en septiembre una demanda contra la bloguera y otra contra el Daily Mail por publicar acusaciones similares de que trabajó como chica de compañía. 
Ambas partes ya se retractaron de sus informaciones al recibir ese primer aviso. 
El mismo día que ha alcanzado un acuerdo con la bloguera, interponía la misma demanda contra el diario británico en Nueva York tras ser rechazada su denuncia en Maryland, pues en Manhattan el medio tiene oficinas. 
Esa denuncia sigue su curso, y al tabloide británico le reclama 150 millones de dólares (141 millones de euros) con el argumento de que su artículo hizo que su “marca haya perdido un valor significativo”.
 Los abogados calculan que la primera dama ha perdido “millones de dólares” en oportunidades de negocio debido al daño que causó el diario a su imagen cuando se ha convertido en una de las mujeres más fotografiadas del mundo.

 

Inquietante extrañeza de David Lynch...................... Álex Vicente

Nicolas Bourriaud se adentra en Montpellier en los meandros de 'Mulholland Drive'.

'Field', del artista francomarroquí Hicham Berrada.
Teórico estrella y padre de la estética relacional, Nicolas Bourriaud formó parte del tándem que fundó el Palais de Tokyo, cuyas primeras muestras transformaron el paisaje del arte en París.
 Desde entonces han pasado 15 años y Bourriaud ha encontrado un nuevo refugio en Montpellier.
 Desde allí pilota La Panacée, nuevo centro de exposiciones que, junto a otro futuro museo que abrirá en 2019, aspira a colocar a la ciudad francesa en el mapa del arte contemporáneo.
Si hace una década su modelo era Berlín, erigida entonces en indiscutible place to be, Bourriaud parece inspirarse ahora en Los Ángeles, escogida prácticamente por unanimidad como nueva capital del arte.
 De manera lógica, sus primeras exposiciones indagan en la escena de la ciudad californiana: una monográfica dedicada a Tala Madani, iraní asentada en la Costa Oeste, y una muestra sobre la influencia de Mulholland Drive en el arte de los últimos tiempos.
La segunda exposición es la más estimulante.
 Recoge obras de artistas mayormente emergidos durante la década pasada, en quienes Bourriaud observa los mismos motivos y marcas de autor que contenía la inquietante película de David Lynch.
 Los 24 trabajos expuestos son un reflejo de la "inquietante extrañeza" sobre la que discurrió Freud, que emana de formas y objetos banales, pero con un enorme potencial enigmático.
 Por ejemplo, Dumpster (2014), del japonés Kaz Oshiro, también instalado en Los Ángeles, es un contenedor de basura que irrumpe en una sala oscura de geometría irregular, igual que las habitaciones que Naomi Watts exploraba, con un asombro beato y paleto, al descubrir su apartamento de estilo colonial en Hollywood.

Todos los artistas expuestos en la muestra admiten la influencia de ­Lynch. Wendy Jacob presenta volúmenes amorfos que respiran intermitentemente bajo una manta azul. Morgane Tschiember elabora cerámicas amordazadas y sometidas a algo parecido al bondage, y Rodrigo García propone una performance filmada que también indaga en el tema lynchiano de la monstruosidad que encierra lo cotidiano. 
También se inscribe en esa inquietud Max Hooper Schneider, estrella pujante de la escena angelina, que presenta un lavavajillas con vida propia al que ha titulado Cold War Dish­washer (2015). No hay un reflejo directo de la película, aunque sí los mismos enigmas irresolubles.
Para Bourriaud, estas obras ilustran una tendencia: una inesperada revivificación del surrealismo, al que muchos daban por enterrado. Este comisario tan adepto a adjetivar el arte lo ha rebautizado como "minimalismo fantástico". 
Los artistas de la muestra parecen buscar otros mundos que se esconden en este, pero su surrealismo tiene poco que ver con el que pregonó Breton.
 En un tiempo en el que el sueño ha quedado banalizado y agotado como objeto y como método, parecen recorrer al esoterismo y a eso que algunos denominan, con un vago sincretismo, como "energías".
Inspirada en el taoísmo, Jennifer Tee surte sus obras textiles de piedras mágicas, que remiten a la caja azul en la obra de Lynch. Ugo Rondinone dibuja círculos de colores que reinventan las mandalas budistas e hinduistas, cuya lenta y minuciosa realización parece invitar a la meditación trascendental. 
No queda muy claro qué persiguen estas prácticas, si no es la búsqueda de una identidad propia, igual que la amnésica Rita intentaba dar en la película, cual detective metafísica, con su auténtica personalidad.
 El conjunto resulta desdibujado y, a ratos, también frustrante. Exactamente igual que el modelo que lo inspira.
Retour sur Mulholland Drive. La Panacée. Montpellier. Hasta el 23 de abril.

 

¡A la hoguera!............................ Luz Sánchez-Mellado

¡Adónde vamos a llegar, hermanos! Villar no es la primera ni la última lapidada viva.

Esta feo que yo lo diga, pero tengo el verbo florido, el dedo rápido y la sangre caliente.
 Una combinación óptima para ciertos menesteres, no me quejo, pero letal para desenvolverse en las redes sociales.
 A ver, no soy nueva, hartita estoy de oír consejos para mantener un perfil sobrio, eficaz, eficiente, discreto.
 Pensárselo dos veces antes de lanzar tus sentencias al orbe, no alimentar a quien insulta y, sobre todo, ser consciente de que lo que sueltes por esas teclas quedará para los restos.
 Da lo mismo.
 En cuanto me siento atañida, entro al trapo como dicen que entraban los miura a la muleta.
 Cieguita perdida. Y, yendo o no a por lana, salgo en cueros. 
Pero bueno, habíamos quedado en que los periodistas no éramos noticia, salíamos con el neopreno puesto por si los esputos y las hostias nos iban en el sueldo.
 Hasta cierto punto.
A la colega Samanta Villar, reciente madre de mellizos, la han condenado a la hoguera algunas inquisidoras del Tribunal del Santo Oficio de las Madres Perfectas por afirmar que no es más feliz ahora que antes, que ha perdido calidad de vida y que, si llega a saber que ser madre era eso, igual se lo hubiera pensado más despacio.
 Horroris causa. ¿Qué será lo próximo? ¿Que diga que es mujer antes que madre y que a veces fantasea con devolver a sus niños por donde vinieron?
 ¡Adónde vamos a llegar, hermanos! Villar no es la primera ni la última lapidada viva.
 Hoy, cualquiera que disienta de la doctrina del otro, sea cual sea la doctrina y el otro, es llevado a la pira.
 Si fuera por debatir de todo y con todos, aunque fuese a cara de perro, perfecto.
 Pero me temo que casi siempre es para dejar su meadita en la cerca, lograr su nanosegundo de gloria, marcar su impronta en la tierra
. Lo dijo la otra tarde en la SER Francino, que no es porque sea uno de mis 10.000 jefes, pero a veces la clava, el jodío:
  “Estamos en el tiempo del yo, yo, yo y del ya, ya, ya”. Y, algunas, encima, vamos provocando.
 

 

8 feb 2017

Un documental revelará la "gran farsa" del divorcio de Angelina Jolie y Brad Pitt

El reputado documentalista Ian Halperin quiere dejar claro que “todo ha sido una gran farsa y un negocio” para la pareja de actores.

 Para demostrarlo, ya está buscando información para su nuevo trabajo, que promete generar ríos de tinta.

Foto: Brad Pitt y Angelina Jolie en un fotomontaje realizado en Vanitatis

Brad Pitt y Angelina Jolie en un fotomontaje realizado en Vanitatis

Las teorías de la conspiración siempre han sido una temática recurrente para los documentales.

 Desde los capítulos más oscuros del nazismo a la masonería, aquello que desconocemos suele ser el objetivo de los investigadores para dar forma a proyectos que traten de desvelar qué se nos oculta.

 Sin embargo, nunca habríamos imaginado que el leitmotiv de un nuevo documental fuese el divorcio de la pareja de oro de Hollywood, Angelina Jolie y Brad Pitt

La premisa desde la que parte el reputado documentalista Ian Halperin es clara: “Todo ha sido una gran farsa y un negocio”. Y para demostrarlo está dispuesto a filmar un documental en el que se recojan las evidencias de que su matrimonio no era tan idílico como han tratado de vender y que meses antes de anunciar su divorcio ambos ya hacían vidas por separado. Es aquí donde entrarían en escena las terceras personas, tanto para él -con Marion Cotillard o Selena Gomez- como para ella -con Jared Leto-.
Angelina Jolie y Brad Pitt en una imagen de archivo (Gtres)
Angelina Jolie y Brad Pitt en una imagen de archivo (Gtres)

 

 

Una ruptura que pilló a todos por sorpresa y que se convirtió en la noticia más relevante del cuché internacional del 2016.