Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

7 feb 2017

La Academia de Cine denuncia el robo de joyas por valor de 30.000 euros durante la gala de los Goya

Los ladrones se apropiaron de las alhajas en una habitación del hotel en el que se entregaron los galardones.

Anne Igartiburu, Bárbara Lennie y Marta Nieto con joyas de Suárez en los Goya. Gett

La Academia de Cine ha denunciado el robo de joyas valoradas en 30.000 euros durante la gala de los Premios Goya, que se celebró este sábado 4 de febrero, según ha confirmado la Jefatura Superior de Policía de Madrid. 
Los ladrones aprovecharon, posiblemente, la entrega de los premios para sustraer cuatro pares de gemelos, una sortija y un juego de pendientes que habían sido prestados para el evento por la Joyería Suarez.
 Para hacerse con ellas, tuvieron que acceder a una de las habitaciones del hotel Marriot Auditorium, donde se celebró la gala, y donde se almacenaban los objetos dentro de sus respectivas cajas.

Las primeras sospechas han recaído sobre un trabajador de los Premios Goya, según fuentes policiales citadas por Europa Press. La puerta de la habitación no estaba forzada y se investiga si la tarjeta de acceso pudo ser manipulada, según estas mismas fuentes. 

Los investigadores están visionando las cámaras de seguridad del hotel donde ocurrió el robo, situado en el número 400 de la avenida de Aragón, frente al aeropuerto de Madrid-Barajas. Los ladrones probablemente se colaron en la estancia a partir de las diez de la noche del sábado pasado, que fue cuando comenzó la entrega de premios. 

Las joyas sustraídas estaban en la habitación que había reservado el departamento de producción y vestuario de la gala.
 No se guardaron bajo una especiales medidas de seguridad ni dentro de cajas fuertes. "Es normal no disponer de un vigilante de seguridad específico cuando las joyas no superan una cierta cantidad de valor o no tienes ninguna pieza exclusiva.
 Lo habitual es contar con una póliza de seguros con determinada cobertura ante este tipo de sucesos", ha señalado a Europa Press el secretario general del Gremio de Joyeros y Relojeros de Madrid, Armando Rodríguez.
El número de personas que pasaron por la habitación entre el sábado y el lunes, momento en el que se descubrió su falta, fue "incontable", según indican fuentes policiales.
 Las cajas con las joyas desaparecidas nunca fueron usadas por los artistas que participaron en los Premios Goya, según la policía.
 Tras acabar la celebración, el cuarto se cerró con llave y ésta, quedó a cargo del personal de la productora.
El robo no se descubrió hasta las diez de la mañana de este lunes. El jefe de la gala y el responsable de seguridad del hotel acudieron por la tarde a denunciar los hechos en la comisaría del distrito de San Blas, cuyo grupo de Policía Judicial se ha hecho cargo de las investigaciones. 
Los agentes de Policía Científica han realizado una inspección ocular de la habitación y han reclamado también un listado completo de todo el personal de la productora.
El secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, ha tachado de "lamentable" el robo y ha expresado su deseo de que los objetos sustraídos puedan ser recuperados lo antes posible.
 "Creo que ha sido [joyas prestadas] a Bárbara Lennie y es una desgracia que puede ocurrir en cualquier momento", ha explicado Benzo en una entrevista en RNE.
 El secretario de Estado ha expresado su deseo de que "recuperen lo robado" después de ironizar con su presencia en la gala: "Yo no he intervenido en eso (el robo), fui a los Goya, me divertí y me fui".
Este no fue el único robo durante la gala.
 Un operador de cámara de TVE también ha denunciado que le sustrajeron varios objetivos y tarjetas de memoria que había dejado en un momento durante la celebración de los Goya.
 Cuando regresó a recogerlos, ya no estaban.

 

 

6 feb 2017

“Los libros nos protegen de lo que pasa ahí fuera”

Lola Larumbe, propietaria de la librería Rafael Alberti de Madrid, recomienda libros como un doctor receta medicamentos.

Lola Larumbe, en la librería Rafael Alberti.
Si existiera una escuela para aprender a ser librero, Lola Larumbe debería ser su jefa de estudios.
 En ella se concentran todas aquellas virtudes que un buen librero debe conservar: disposición, amabilidad, conocimiento, sentido crítico, paciencia, inteligencia. 
Lola recomienda libros como el doctor receta medicamentos, con la exacta convicción de que lo que proponen a sus pacientes-clientes-lectores tiene la extraordinaria cualidad de salvar y animar vidas.

Leí a Lola antes de conocerla. 
Ella escribió el hermoso prólogo del libro Mujeres y libros, de Stefan Bollmann
 Allí Lola, recordando la España franquista, incidía en la necesidad de que las mujeres leyeran libros como herramienta para conquistar la independencia.
 Después de conocerla, entendí que ninguna otra persona hubiera sido mejor para introducir ese impecable ensayo.
 Lola ha dicho en alguna ocasión que el oficio de librero es hermoso si tú lo haces hermoso.
 Ella no ha dejado de intentarlo desde que llegó a principios de los años 80, en un convulso y revolucionario Madrid.
Cinco años antes Enrique Lagunero había abierto esta librería en pleno barrio universitario. “Nosotros somos ahora la segunda generación. La librería se llama Rafael Alberti para homenajear al gran poeta que estaba en el exilio y del que Lagunero era muy amigo, pero también a toda una generación esencial en nuestro país”, explica la librera, que también recuerda los años furibundos en los que grupos de extrema derecha campaban a sus anchas por todo Madrid atentando contra periódicos, librerías o revistas. “Cuando heredamos la librería, intentamos mantener el espíritu abierto y de talante progresista que todavía conserva”, relata Lola.
 
Interior de la librería Rafael Alberti de Madrid.
En su librería uno viene a comprar libros, por supuesto, pero sobre todo, viene a refugiarse; cuando has tenido un mal día, cuando el mundo no te gusta, cuando las cosas fallan... la librería Alberti deja que te quedes allí, sin ser molestado, mientras observas cómo van recibiendo a un tipo insólito de ser humano: aquel que “está dispuesto a compartir la lectura y el placer la amistad”.
 Cada sábado realizan actividades infantiles para ir propagando este placer —el de la lectura y el de la amistad— a los más pequeños. Sin embargo, hay una actividad que brilla especialmente en este refugio: 
“Desde el año 2002 hasta ahora, y con la ayuda de la editorial Pre-Textos y del Colegio Mayor Chaminade, desarrollamos un programa que se llama Encuentros en Alberti, en el que intentamos poner en contacto a autores con sus lectores”, explica Larumbe. Comenzaron escribiendo y enviando cartas a los escritores que más les conmovían —los poetas Muñoz Rojas y Joan Margarit, entre otros— y les invitaban a acudir al encuentro.
 Lola tiene grabado a fuego el primero de ellos: “Fue con Bernardo Atxaga.
 El almacén era un galpón lleno de libros y de cajas.
 Hicimos un gran esfuerzo para ordenarlo y limpiarlo.
 Alquilamos las sillas de un sitio de bodas cercano y las trajimos todas en mi coche”, comenta entre risas.

Es difícil imaginar ahora, en una época en la que las promociones de libros proliferan durante todo el año, la titánica labor de esta mujer, esforzándose por concitar a un grupo de 60 o 70 personas para escuchar a autores que venían de cualquier parte del país.
 Y pese a esta dificultad, en el año 2005, la librería se llevó el premio que concedía el Ministerio de Cultura y que valoraba su fantástico e ingente trabajo.
Fachada de la librería Rafael Alberti.
Pese a que el barrio no conserva muchas de las cualidades que sí tenía en su origen (“Era un barrio con muchos bares y cuando los alumnos salían de la universidad venían aquí”), y ahora ha sido sustituido por otros como Lavapiés, Chueca o Malasaña que han sido “higienizados, modernizados y gentrificados”, a la librera le gusta este aroma de los años 70 que se respira en este “barrio transversal que no está de moda pero que tiene una caída hermosa hacia el Parque del Oeste y desde el que se puede ver una preciosa puesta de sol”.
 Unos días antes de la última Navidad, la librería sufrió un accidente a causa de una negligencia que rompió las cañerías e hizo desplomarse el techo:
 “Hubo bastante destrozo material y destrozo anímico también, porque a veces te fallan las fuerzas.
 Si no vendes libros dices 'pues tengo que mejorar', pero si es una negligencia de alguien, pues te vienes abajo”.
 Sin embargo, la librería, gracias a la gran red de amigos que ha ido fabricando, mimando y cuidando en este tiempo, consiguió un enorme apoyo y una solidaridad inaudita: 
“Tanto apoyo nos dio muchas ganas de mejorar, de dejar el espacio más bonito y con nuevas ganas de recibir a gente”, concluye Larumbe.
La librera cree tanto en sus amigos-clientes-lectores como en los libros que dispensa con fervor: 
“Los libros nos protegen de lo que pasa ahí fuera, de todas esas cosas que no siempre son tan bonitas como querríamos. 
El libro te aguarda, te recoge, es un sitio para estar”. Aunque sospecho, antes de despedirme, que para Lola los libros son nada más —y nada menos— que la más hermosa de las excusas para iniciar nuevas amistades.
 La nuestra, por supuesto, acaba de comenzar.

 

 

Guillermo, Kate y Enrique, tres príncipes a la carrera

Los duques de Cambridge y el hjo menor de Diana de Gales participaron en una prueba de atletismo


Los duques de Cambridge y el príncipe Enrique han demostrado que están en plena forma.
 Los tres han participado el pasado fin de semana en una carrera para la campaña Heads Together por la salud mental.
 La prueba se celebró en el Parque Olímpico Reina Isabel y en ella participaron junto a otros 150 corredores que se preparan para el maratón de Londres. 
No es la primera vez que los tres acuden a eventos en favor de campaña Heads Together, que busca eliminar el estigma en relación con las enfermedades mentales.
 En el vídeo se ve que es inicialmente Enrique quien toma la delantera en la prueba seguido de Guillermo y Kate. 
Pero al final de la prueba, el hermano mayor superó al menor, mientras que Kate obtuvo una meritoria tercera plaza.
Los miembros más jóvenes de la familia real británica cada vez tienen un papel más activo en la agenda oficial de palacio
. De hecho, los duques de Cambridge han dejado de vivir en el campo para instalarse en Londres para que así Guillermo asuma más tareas de representación.

 

La última fuga de Bob Dylan............................... Diego A. Manrique

Cuando se esperaba un mensaje del Maestro, responde con canciones de Sinatra.

Montaje con imágenes de Frank Sinatra y Bob Dylan.
Desde hace una semana, arden los foros y los blogs y las páginas especializadas: la dylanosfera está zumbando como una colmena enfurecida
. Se anunció que, a finales de marzo, Bob Dylan publicará un triple disco, Triplicate. 
Hay más: Triplicate incluirá treinta piezas pertenecientes a lo que llaman el Gran Cancionero Estadounidense: casi todos los temas fueron previamente grabados por Frank Sinatra.
Bueno Dylan sabe que se lo puede permitir, de joven él y nosotros era "pecado" oirle cantar, lo hacíamos en la clandestinidad. 

¿Una provocación de artista conceptual? A principios de 2015, cuando Dylan editó Shadows in the night, el esfuerzo lucía encomiable.
 Había registrado diez baladas identificadas con Sinatra en uno de los lugares sagrados del desaparecido vocalista: el Estudio B de Capitol Records, en Hollywood. 
Lo hizo además al estilo clásico: músicos y cantante funcionando juntos, directo de los micros al máster, sin apenas cirugía sonora. Se trataba de una apropiación en toda regla: versiones desnudas, casi fantasmales, con la steel guitar como principal instrumento. 
En aquellas sesiones de 2014, contó el ingeniero Al Schmitt, se facturaron 23 temas.
 Así que hubo recelos cuando salió Fallen angels, en mayo de 2016. ¿Eran 12 de las canciones que no habían pasado el corte del disco anterior? 
El sentimiento general se podría resumir como "vale, ya hemos pillado el chiste, pero ¿no es hora de volver a las canciones propias?"; Tempest, el último álbum con material original, data de 2012.  
Pues va a resultar que no. Triplicate insiste en la cantera de los standards interpretados por Sinatra
. Ostenta, por lo que se ha filtrado, una portada francamente fea.
 El máximo esfuerzo extramusical parece consistir en agrupar ese venerable cancionero en tres discos, titulados Hasta que caiga el sol, Muñecas diabólicas y Volviendo a casa tarde. Como si fueran nuevas entregas de su memorable programa radiofónico, Theme Time Radio Hour.
Obviamente, nadie pretende negar a un Dylan ya septuagenario la libertad para editar lo que quiera.
 Su amigo Willie Nelson lleva décadas confeccionando discos vertebrados a partir de un concepto; de hecho, su exquisito Stardust (1977) posiblemente fue el modelo de partida para estos, eh, "homenajes a Sinatra".
 Nelson y su productor, Booker T. Jones, demostraron la flexibilidad de aquellas joyas del llamado Great American Songbook: unas músicas urbanas que podían caminar con botas y pantalones vaqueros.
 No, ese no es el problema.
 La decepción, siempre implícita, rara vez verbalizada, reside en que los dylanitas esperaban ansiosamente un mensaje del Maestro; puestos a desear, un ramillete de canciones para tiempos procelosos.
 Algún seguidor impertinente ha recordado que Dylan sacó en 1983 canciones que Donald Trump podría aplaudir: la denuncia de la deslocalización que es Union sundown o la defensa de Israel titulada Neighborhood bully. 
 En realidad, con un repertorio tan profundo y heterogéneo como el de Dylan, se pueden localizar argumentos para cualquier ideología o religión.
Pero resulta inútil buscar motivaciones en el Dylan público.
 A falta de declaraciones específicas, podía estar reaccionando burlonamente ante los superlativos que se derramaron sobre su faceta de poeta a partir del Nobel de Literatura. 
Urge volver a la primera ley del Mundo Dylan: “nunca hace lo que se espera de él”.