Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

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30 ene 2017

Este no es país para profetas................................. Manuel Vicent

En el campo de Podemos juega de interior este joven revolucionario

Su bautismo fue la manifestación contra la OTAN a la que le llevaron sus padres.

Íñigo Errejón, fotografiado en Madrid.
Íñigo Errejón nació en Madrid, el 14 de diciembre 1983, en la colmena de la plaza de los Cubos, el bosque animado de la movida, en cuyos sótanos las discotecas iniciáticas expandían latidos del infierno; cerca de los vagabundos dormidos bajo cartones de embalaje saltaba el ganado de punkis, que se lo montaban de tétricos; en la puerta del VIP pedía limosna para un bocata con voz gangosa aquella joven princesa de Sabina hecha ahora una pálida ruina. 
Y en el cine Alphaville ponían la película Entre tinieblas, de Almodóvar, donde aparecían las monjas drogotas, sor Estiércol, sor Perdida, sor Víbora y sor Rata de Callejón.
 En un apartamento de esa colmena la madre de Íñigo acunaba a su bebé cantándole Grândola, Vila Morena,aquella canción de la Revolución de los Claveles, como una nana para que se durmiera.
 Puede que Íñigo Errejón no haya podido zafarse de este caldo de cultivo.
 Su padre, funcionario de carrera y alto cargo en la Administración, había sido verde y maoísta; 
la madre era bióloga y militante feminista, de las de tijera. 
 Por supuesto no se habían casado y llegado el momento también cumplieron el rito de separarse como es debido.
 Lógicamente Errejón no fue bautizado ni tomó la primera comunión, pero esto no significa que el niño no recibiera estos mismos sacramentos bajo otro sello más indeleble.
 Su bautismo fue la manifestación contra la OTAN a la que lo llevaron sus padres en cochecito, con gorro de lana y bufanda tejida por la abuela.
 Era entonces un niño rollizo y nada presagiaba el espárrago fibroso en que se convertiría de mayor, aunque los gritos de protesta de la multitud tal vez se le quedaron grabados en alguna mucosa para siempre.
 Después, con cinco años, el 14 de diciembre de 1988, aniversario de su nacimiento, recibió la primera comunión bajo la hostia consagrada de la huelga general de la UGT y de CC OO contra el gobierno socialista de Felipe González a cuya manifestación también lo acarreó su padre, esta vez encaramado en los hombros.

La camiseta de Buyo

Muy pronto la familia abandonó el ruido y la furia de la plaza de los Cubos y se fue a vivir a una urbanización de clase ejecutiva, con jaula de tenis y piscina nefrítica, de Pozuelo de Alarcón en cuyo instituto Errejón alternó sobresalientes y una primera novia con pompa de chicle en la boca, el movimiento libertario estudiantil y la camiseta del portero Buyo del Real Madrid a medias con el pañuelo de boy scout. 
 Sus padres pensaron que el escultismo era ideológicamente blando, pero mejor que al chaval le diera el aire de la sierra a que pasara las tardes de domingo con las manos en los bolsillos dando patadas a un bote en la calle y que un camello le regalara la primera papelina.
El sacramento de la confirmación marca la entrada del héroe en la edad núbil y te permite cambiar de nombre. 
A Íñigo comenzaron a llamarle Eneko, solo porque sonaba a vasco y era entonces lo último que se llevaba. 
El héroe creció flaco y nervioso como un Tintín revolucionario y fue midiendo sus armas sucesivamente con el Prestige, en la huelga general contra la LOU, en el No a la Guerra, contra las vallas acorazadas de las cumbres del G-8 en Escocia, en Barcelona y Sevilla. 
El estallido de escaparates, los contenedores ardiendo y la luz cobalto de los furgones de policía iluminaron sus libros de texto de la facultad de Políticas de la Complutense, su Erasmus en Holanda, su estancia con su novia Eli en Girona, su tesis doctoral sobre la construcción de la hegemonía en Bolivia, su vida en Los Ángeles en 2008 y los viajes en compañía de su novia catalana a Tijuana donde vivió la experiencia de las novelas negras de frontera entre chacales, burros pintados de cebra y cabarets de carne barata que no tenían puertas.
Mientras tanto en Madrid se iba incubando la ira popular hasta que se produjo la espiral del 15 de mayo de 2011 en la Puerta del Sol. Ese día Íñigo Errejón regresaba de Quito y recién aterrizado con jet lag recibió una llamada de su nueva pareja, Rita Maestre.
 No era como otras veces, le dijo. Era la explosión que se produjo, sin saber por qué, al entrar en contacto 12 tribus urbanas igual de cabreadas.
Ya se sabe qué ha pasado.
 Como portavoz de Podemos, Íñigo Errejón aparece ahora en el Congreso de los Diputados sentado en medio de la pareja sentimental que forman Pablo Iglesias e Irene Montero, amigos y adversarios declarados, ya a cara de perro, imagen excitante donde las haya.
 Parece evidente que este político por un lado se niega a convertirse en un funcionario como su padre y por otro se resiste a ser un profeta como el líder del partido.
 Entre exigir en política el Todo que conduce a la Nada y contar votos como si fueran lentejas en la cocina sobre el mantel de hule, hay un espacio pragmático en que la izquierda, radical o moderada, sin el pesado fardo del comunismo, tiene que seducir a la clase media para llegar al gobierno y conquistar cotas concretas de poder, de otra forma inalcanzables.
 En el campo embarrado de Podemos juega de interior este joven revolucionario.

 

Fallece una niña de seis años en Zamora tras precipitarse desde un cuarto piso

La Policía Nacional investiga las circunstancias de la caída de la menor.

Una furgoneta de la policía, en una imagen de archivo.

Una niña de 6 años ha fallecido este lunes tras precipitarse desde una vivienda situada en un cuarto piso en la calle de Arapiles, en Zamora.
 Por el momento, se desconocen las circunstancias de la caída de la menor. 
La Policía Municipal ha cortado al tráfico la calle en la que ha ocurrido el suceso.
 La vivienda se encuentra en las inmediaciones de la comisaría de la Policía Nacional, que también ha acudido al lugar y se ha hecho cargo de la investigación del suceso, junto al juzgado de guardia en la localidad.

 

Guillermo y Enrique de Inglaterra recuerdan a su madre con una estatua

Los príncipes han encargado una escultura de la fallecida Lady Di que colocarán en los jardines del palacio de Kensington.

 

Guillermo y Enrique de Inglaterra, el pasado 10 de octubre. Cordon Press
Cada vez son más frecuentes las declaraciones tanto de Guillermo de Inglaterra como de su hermano, el príncipe Enrique, sobre su madre y las consecuencias que ha tenido en sus vidas su muerte
. Justo cuando este año se celebra el 20º aniversario de la muerte de Diana de Gales, sus dos hijos la quieren recordar de manera permanente con una estatua, que será colocada en los jardines del palacio de Kensington.
Guillermo y Enrique de Inglaterra han encargado una estatua de la princesa Diana precisamente con motivo del aniversario de su muerte, ocurrida el 31 de agosto de 1997 en un accidente de coche en París cuando el automóvil en el que viajaba con su pareja Dodi al Fayed era perseguido por los paparazis.
 Los príncipes consideran que “ha llegado el momento de reconocer su impacto positivo” con la colocación de una escultura permanente, que podrá ser vista por el público en los jardines del palacio de Kensington, donde vivía Lady Di y que hoy es la residencia del príncipe Guillermo, su mujer, Kate Middleton, y sus dos hijos.
 

Ver imagen en Twitter

“Ya han pasado 20 años desde la muerte de nuestra madre y es el momento adecuado para reconocer su impacto positivo en Reino Unido y en todo el mundo con una estatua”, indicaron los príncipes en un comunicado y también a través de su cuenta de Twitter este domingo. 
Por ese entonces, Guillermo, ahora duque de Cambridge, tenía 15 años, y Enrique 12. “Nuestra madre tuvo un impacto en tantas vidas.
 Esperamos que la estatua ayude a todos los que visiten el palacio de Kensington a reflexionar sobre su vida y su legado”.
 Según informan los medios británicos, la reina Isabel II ha dado su apoyo a sus nietos para que Lady Di sea honrada de esta manera.


Lady Di, en la India en 1992. Cordon Press
El escultor aún no ha sido elegido aún, pero será designado por un comité de seis personas, entre ellas la hermana de Diana, lady Sarah McCorquodale, según los medios, que indican que la estatua será financiada por los mismos príncipes.
 Además, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Diana de Gales, también se va a llevar a cabo una exposición que repasará cómo la princesa se llegó a convertir en todo un icono de estilo dentro y fuera de Reino Unido.
 
 
Kensington Palace