Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

7 ene 2017

Al menos 5 muertos y ocho heridos tras un tiroteo en un aeropuerto de Florida


El agresor, arrestado, es un exsoldado hispano con problemas mentales y que estuvo en Irak.

!Vaya! recuerdo antiguos soldados de esas guerras que ahora son "Conflictos bélicos que al volver a su pais y con problemas mentales, porque nadie sale sin el alma herida en cualquier contienda. Muchos soldados a su vuelta de la Guerra de Vietnam se convertian en asesinos en serie hasta que los mataban, igual eso decía la policía para evitar otros males. Todos contra uno con la mente nublada.....Triste, porque ya no solo matan en aereopuertos los terroristas sino los excombatientes de cualquier guerra o igual no....


Imágenes del aeropuerto poco después del tiroteo. MIKE STOCKER AP QUALITY
Las armas de fuego han vuelto a poner de luto a Estados Unidos. Este viernes al borde de la una de la tarde hora local, un hombre ha matado a tiros a cinco personas y herido a otras ocho en una sala de recogida de equipajes del aeropuerto de Fort Lauderdale, Florida, en el Miami metropolitano. 
El agresor ha sido identificado como Esteban Santiago, de 26 años y con un hijo, nacido en Nueva Jersey y con pasado militar.
 De familia puertorriqueña y criado en la isla del Caribe, sirvió seis años en la Guardia Nacional de Puerto Rico y participó alrededor de un año en la misión de Estados Unidos en Irak. 
Al volver se fue a vivir a Alaska y se enroló en su Guardia Nacional.
 Al ser detenido llevaba una credencial militar. Testimonios diversos indican que tenía problemas mentales

Esteban Ruiz Santiago, en la foto de la ficha policial. AP
Santiago llegó al aeropuerto de Fort Lauderdale procedente de Alaska, tras hacer escala en Minneapolis.
 Dentro del equipaje que había facturado llevaba un arma de fuego. Al entrar a la terminal dos del aeropuerto, en la zona de equipajes, entró a un baño, supuestamente para cargar el arma, y al salir disparó indiscriminadamente contra pasajeros que esperaban sus maletas.
"Las personas comenzaron a gritar y tratar de salir por cualquier puerta que pudieran o a esconderse bajo los asientos. Él siguió acercándose, disparando al azar", contó un testigo a la cadena MSNBC.
En un vídeo tomado instantes después del suceso se ve a gente en estado de shock.
 Algunos de pie, otros en el suelo y al menos una persona desplomada con un charco de sangre junto a su cabeza.
 Un hombre vio cómo Santiago, con aspecto sereno, disparaba en la cabeza a otro y después sintió un golpe en su espalda. 
Segundos después el asesino era arrestado y él salió hacia el baño a comprobar qué era lo que había notado.
 Descubrió que a él también le había disparado. Pero no sangraba ni sentía dolor, porque la bala había sido detenida por la computadora que llevaba a la espalda.
Vestido con una camiseta de la película de ciencia ficción Star Wars, Santiago fue detenido casi al momento y puesto a disposición de agentes del FBI.
 Por el momento no hay ninguna versión oficial de los motivos del ataque, tampoco indicios de terrorismo.
 El agresor actuó solo y ningún testimonio de lo ocurrido ha referido que exclamara mensaje yihadista alguno.
Según han informado fuentes policiales a The Washington Post, Santiago protagonizó un extraño episodio en Alaska el año pasado. Acudió a la oficina del FBI en la ciudad de Anchorage preso de la paranoia de que el Gobierno federal lo seguía. 
Dijo que la CIA lo forzaba a ver vídeos del Estado Islámico para controlar su mente.
 A partir de ahí sólo se sabe que el FBI recomendó a las autoridades de salud locales que prestasen atención psiquiátrica a Esteban Santiago.
El tiroteo provocó instantes de pánico y carreras.
 Cientos de pasajeros fueron evacuados a las pistas, y dos horas después del tiroteo corrió el rumor de que había otro tiroteo en el aparcamiento de la terminal 2, lo que provocó una nueva fase de tensión con decenas de personas huyendo del lugar alteradas y, poco después, siendo evacuadas por el borde de una línea ferroviaria.
 Las autoridades informaron poco después de que el rumor era infundado.
En una entrevista con la cadena ABC que se emitirá el domingo, el presidente saliente Barack Obama dijo que se sentía "desconsolado". "Este tipo de tragedias han ocurrido con demasiada frecuencia durante los años en los que he sido presidente".
El presidente electo Donald Trump escribió en Twitter: "Monitoreando el terrible suceso de Florida. Acabo de hablar con el Gobernador Scott.
 Nuestros pensamientos y plegarias están con ellos". 
En la misma red social el exsecretario de prensa de la Casa Blanca Ari Fleischer, que estaba allí, alertó: "Estoy en el aeropuerto de Fort Lauderdale. Acaban de disparar. Está todo el mundo corriendo".
El Aeropuerto Internacional Fort Lauderdale-Hollywood, por el que pasan cada día más de 80.000 personas, ha cancelado operaciones hasta nuevo aviso. 
Según la Administración Federal de Aviación (FAA, siglas en inglés), los aviones programados para aterrizar en el aeropuerto de Fort Lauderdale-Hollywood que estuvieran a más de 80 kilómetros serían desviados a otros aeropuertos.
El estado de Florida, con 20 millones de habitantes, es uno de los estados más permisivos de Estados Unidos para comprar armas y poder llevarlas encima.
 En junio de 2016, Omar Mateen asesinó a tiros a 49 personas en el club Pulse de Orlando antes de ser abatido.
Desde los atentados del 11-S, las medidas de seguridad en los aeropuertos estadounidenses aumentaron para ejercer un mayor control sobre los pasajeros y evitar atentados similares.
 En los últimos años, no ha habido incidentes graves en los aeropuertos del país.
 El último ocurrió en 2013 en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles cuando un hombre mató a tiros a un policía del aeropuerto e hirió a otros antes de ser detenido.
 


La noche con Pedroche................................ Boris Izaguirre.

En la moda las influencias pueden reconvertirse en homenajes.

Chicote y Cristina Pedroche, en Noche Vieja.
 
 

No la conozco mucho, pero aplaudo que Cristina Pedroche haya convertido su estilo en una referencia.
 Que pasemos las navidades esperando a ver lo que se pone. 
Es una vedette patriótica, apareciendo enfundada en una capa tipo Ramón García con colores y justo antes de que acabe el año, zas, descubriéndonos un bañador estrellado, tan americano como el futuro presidente Trump al que todas y todos han criticado, pero al que deberíamos agradecerle entrar en 2017 con polémica y mucho brillo.
 Además, Pedroche nos ha recordado la diferencia entre glamour y elegancia. 
El glamour se adquiere y se transforma, no siempre gusta a todos, es más poroso e inflado, adora llamar la atención y entretiene. 
La elegancia es más adulta y escueta y afortunadamente tiene poco que ver con la televisión.
Es significativo que hablemos con transparencia e ilusión del traje de Pedroche porque viene a decir que estamos optimistas.
 Como en un primer día de rebajas. A pesar de que el padre de Cristina esté en paro, el desempleo ha descendido a finales de año. Se acercan tiempos mejores y por eso, como broche, tenemos a Pedroche.
 Todo lo que hace tiene guasa.
 Ha sido encantador ver a su marido, Dabiz Muñoz, enfundado en el traje de su esposa del fin del año de 2015 en Instagram.
 En Chueca, el barrio gay de Madrid, han vestido a los Reyes Magos con los tres atuendos que la presentadora ha lucido en sus campanadas.
 O sea, que Pedroche está coronada como sex symbol hetero e icono gay.
 Bravo. Y demuestra que la presentadora ha conseguido rejuvenecer las campanadas.
 Hacerlas más millennial.

Y precisamente ha sido un millennial el que ha destapado la poca originalidad del traje lucido por Pedroche.

 Es un tema que en la noche de Reyes ha eclipsado todo. 

Ni siquiera las declaraciones de Esperanza Aguirre en contra de que la Gran Vía de Madrid se haga peatonal (¡viniendo de ella, que fue multada por aparcar de forma indebida en esa calle!), han podido con la ola de comentarios.

 Un bloguerito, Ralph Frew, que tiene tres mil seguidores en Instagram, descubrió que el diseño de Pronovias para Pedroche resultaba muy similar a un corsé del célebre Mr. Pearl, que fue vestido por Eva Herzigova y fotografiado por Helmut Newton en Mónaco.

 O sea, una superproducción que ahora Pedroche y Pronovias nos han hecho más televisiva, más accesible.

 También hay plagios en las universidades, ¿o no? En la moda las influencias pueden reconvertirse en homenajes que se vuelven nuevas tendencias.

 Y hay que aguantarse. 

Aunque la polémica de la autoría pueda servir a los que odian el traje de Pedroche para castigarlo aún más, confirma que ella ha vuelto a dar la campanada. 

Mariah Carey, en Times Square. FilmMagic
En realidad, ¿qué es original hoy día? 
Sobre todo en la moda y en el glamour. Puede que no seas original, pero todo tiene un origen. 
Y el traje, traje de baño, de Pedroche pasa por los bañadores de la natación sincronizada, donde España es olímpica y nos lleva a Dita von Teese, la famosa artista del burlesque que es clienta de Mr. Pearl y una artista probablemente admirada por la presentadora. Un bañador de fantasía, al final, está lleno de historia. 
Otro gol de Cristina.
Mariah Carey también se puso un bañador dorado para despedir el año y acabó en burla social. 
Se descubrió que actuaba en playback, ella, la gran vocalista de los agudos más altos.
 Fiasco, titularon los periódicos, una palabra que se escribe y significa lo mismo en inglés y español.
 La cadena ABC asegura que la cantante no se presentó a la prueba de sonido que hubiera evitado ese fiasco.
 Ya lo dice Raffaella Carrá: ¡Hay que ensayarlo todo! Quizás el problema es que ni las cadenas ni los intérpretes quieren reconocer que en televisión se recurre al playback o pistas pre grabadas. 
Hace unos años, María José Cantudo recibió acusaciones de que la voz que se escuchaba en sus espectáculos era la suya pero proveniente de un cassette pre grabado.
 Así se acuñó el término “en riguroso playback”.
 Un ejercicio más artesanal, pero más sincero que la tecnología alrededor de Mariah, pero está claro que en tiempos de la Cantudo y en los de Carey, la voz es un arma arrojadiza. Cantudo, finalmente, ganó un juicio contra esas acusaciones, pero se retiró. 

Por todo ello, solo pido que 2017 sea como el traje de Pedroche. Con curvas y brillos. 
Polémica y entretenimiento.

Cosas de ti que dicen que eres inteligente, según los científicos


Tus padres no te hubieran dejado hacer casi ninguna de las de esta lista.


Sherlock / BBC
Sherlock / BBC
 
Hace unas semanas repasábamos todo lo que deberías hacer antes de las 8 de la mañana, si hicieras caso a internet
 Infinidad de artículos proponen buenos hábitos y consejos que, al comparar unos con otros, terminan por incurrir en contradicciones imposibles de cumplir. 
Los estudios sobre aspectos de nuestro carácter o comportamiento que indican si somos más inteligentes que la media o que hacer determinado tipo de cosas desarrollan nuestra inteligencia son igual de comunes.
Muchos de ellos, aunque no todos, están relacionados curiosamente con hábitos que solemos considerar un defecto o algo políticamente incorrecto. 
Investigadores de universidades con nombres larguísimos han analizado el asunto y los medios no hemos dudado en publicarlos, en ocasiones siendo muy reduccionistas en los titulares con respecto a las investigaciones realizadas.
 En cada título de este listado de artículos puede encontrarse un enlace que afirma la relación entre inteligencia y los actos con los que se relaciona.
 Cada uno puede juzgar por sí mismo la validez de los métodos científicos empleados y la coincidencia con los resultados anunciados.

1. Ser vago
La Universidad de la Costa del Golfo de Florida explica que, para compensar el esfuerzo y el sacrificio de pensar tanto, las personas inteligentes reducen la cuota de actividad física diaria.
 El equipo de investigadores dirigido por Todd McElroy envió un examen a un gran número de estudiantes, de los que se seleccionó a 30 que tenían tendencia a pensar demasiado ("pensadores") y otros 30 que intentaban evitar a toda costa la reflexión excesiva ("no pensadores").
 Se les colocó un acelerómetro en la muñeca durante siete días. De lunes a viernes, los "pensadores" realizaban mucha menos actividad física que los "no pensadores", solo durante el fin de semana se igualaba el esfuerzo físico de ambos grupos.

2. Tener el escritorio desordenado
Es un signo claro de inteligencia y creatividad, dicen investigadores de la Universidad de Minessota.
 Entre otros muchos argumentos, aportan como pruebas imágenes de los escritorios de genios como Albert Einstein, Steve Jobs o Mark Zuckerberg; todos ellos son un desastre que de seguro han sido la vergüenza de sus padres al hacerse públicos.
 Aunque nos resulten más aburridas, aquellas personas que son ordenaditas resultan ser más generosas, concluye el estudio
 
Los investigadores, liderados por Kathleen Vohs, convocaron a los voluntarios a dos oficinas de mismo tamaño, mobiliario e iluminación.
 Una de ellas con sus escritorios desordenados y la otra completamente limpia. 
Les pidieron realizar varias actividades, como donar o elegir entre comer una manzana o una barrita de chocolate.
 Los de la oficina ordenada eran más propensos al donativo y a comerse la manzana, en cambio, los de la oficina desordenada eran mucho mejores cuando se les pedía hacer una lluvia de ideas
3. Tener pocos amigos
¿Por qué la gente inteligente está mejor con pocos amigos?, se preguntaba el pasado mes de marzo The Washington Post. La respuesta la tiene la publicación en National Center for Biotechnology Information, que explica que "los individuos más inteligentes se sienten menos satisfechos con su vida si socializan más a menudo con amigos".
 Son más infelices cuando se interrelacionan, así que lo hacen con menos frecuencia.
 Extraen esta conclusión tras analizar una encuesta en todo el Reino Unido con 15.000 personas de entre 18 y 28 años de edad. 
En general, quieren que les dejes en paz y no les molestes.
4. Hablar solo
"No significa que estés loco: hablar solo tiene beneficios cognitivos", dice un artículo de Science Daily.
 Hacerlo, asegura esta investigación, permite tener mejor memoria porque activa el mecanismo sensorial del cerebro, centrarse mejor en las tareas y clarificar los pensamientos.
El estudio encabezado por los psicólogos Gary Lupyan (Universidad de Wisconsin) y Daniel Swingley (Universidad de Pennsylvania) pusieron a los voluntarios a encontrar determinados objetos.
 En ocasiones les pidieron que dijeran el nombre del objeto en voz alta mientras buscaban, lo que descubrieron que facilitaba el proceso.

5. Consumir drogas
Los británicos James White, David Batty, Catharine Gale se basaron en otro estudio para concluir que aquellos individuos que en su niñez cuentan con un CI superior a 125, tienen más posibilidades de consumir alcohol y drogas en la edad adulta que aquellos con un CI inferior a 75.

Su metodología consistió en comparar los datos de 6.713 personas que formaron parte del Estudio Nacional de Desarrollo Infantil en 1958.
 Se les tomó varios datos a la edad de 11 años, entre ellos su CI y se hizo un seguimiento de los participantes al cumplir los 16, 23, 33, 42, 46, y 50. 
A los 42 años, se les preguntó por su consumo de drogas y tiempo después, en 2012, este estudio comparó los resultados de esta encuesta. 
 Ahí pudo comprobarse la correlación entre el patrón de consumo de alcohol y drogas de aquellos que habían obtenido mejores resultados en el test de inteligencia en su infancia.
6. Decir palabrotas
Solemos relacionar el uso de palabras malsonantes con la pobreza de vocabulario. Camilo José Cela, con su Diccionario secreto, y Arturo Pérez-Reverte no estarían de acuerdo con esta premisa y, al parecer, llevaban razón.
 La revista científica Language Sciences explicaba el año pasado el experimento realizado por los psicólogos Kristin y Timothy Jay, de la Universidad de Artes de Massachusetts.
Solicitaron a los participantes de su estudio que dijeran tantas palabrotas como les fuera posible durante un minuto.
 Aquellos que ofrecieron un listado más amplio de respuestas fueron también los que demostraban un vocabulario más inteligente en otras áreas generales (nombres de animales o ciudades).
7. Acostarse tarde
La Universidad de Legia en Bélgica apoya a aquellos que se levantan tarde porque se acuestan tarde.
 El investigador del sueño Philippe Peigneux lideró un grupo de estudio en 2009 que comparaba 15 aves nocturnas (se levantan a las 11 de la mañana) con 16 madrugadores (estás despiertos a las 7) y se les sometió a un escáner cerebral al comenzar su día.
La conclusión a la que llegaron es que la actividad cerebral de los primeros es superior a la de los segundos, al mantener un nivel de alerta mucho más elevado.
 La diferencia entre ambos tipos de personas no se nota tanto por la mañana como en las horas vespertinas.
El asunto de acostarse tarde es muy discutido, como explicaba a Verne Ana Adan, doctora en Psicobiología de la Universidad de Barcelona.
8. El póker definitivo: de izquierdas, sin hijos, gay y vegetariano
Que nadie se enfade con Verne, que no lo decimos nosotros.
 Lo asegura Satoshi Kanazawa, experto en psicología evolutiva de la Escuela de Ciencias Económicas y Políticas de Londres.
 Su libro The Intelligence Paradox argumenta sus teorías, que resume en una entrevista para The Economist.
 Hay consuelo para aquellos que no cumplan con ninguna de estas pautas:
 "Los inteligentes hacen las cosas mejor en casi todos los aspectos de la vida moderna, excepto en los verdaderamente importantes como son encontrar pareja, educar a un hijo y hacer amigos", sentencia el autor.






 

6 ene 2017

“Para hacerme ver leyendo”................................... Juan Cruz......

Ricardo Piglia era un motor intelectual, un hombre sabio que además era educado.

Ricardo Piglia, en una imagen de 2011. AFP
Ricardo Piglia se sentaba como si fuera a enredarse en sus pies chiquitos; y cuando ya estaba aposentado como es debido, como él creía estar más cómodo, comenzaba a hablar, de Borges, de Musil, de Lugones o de Macedonio Fernández, de Kafka o de Pitol, sin una nota delante, sin otro instrumento que el de su palabra, como si estuviera leyendo (como Borges hacía) desde una sabiduría infinita hacia un espejo lleno de memoria que él ordenaba a la vez que hablaba.
 Era un motor intelectual, un hombre sabio que además era educado, como alguien de Oxford o de Princeton, alguien aprendiendo aprendido.
 
Ricardo Piglia, en una imagen de 2011. AFP
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Esa vez era cerca de Veracruz, en México, en un festival Hay, al aire libre; en aquel mundo abarrotado de jóvenes que comían y hablaban como si el que se iba a subir al estrado fuera un cantante de rock, no había ni reverencia ni silencio. 
En ese incómodo ensamblaje de expectación aburrida empezó a hablar Ricardo Piglia de los mundos de Borges, por ejemplo, ensamblados con los mundos de Kafka, y de manera súbita se fue ordenando aquella muchedumbre y ya parecía que había un hombre solo, una voz sola, una sola acentuación: la de la sabiduría.
 Podía pensarse, en efecto, que como le pasaba a Borges, al fin y al cabo uno de los principales padres de sus batallas, tenía ante sí un minúsculo y poderoso espejo lleno de palabras que se iban ajustando a los periodos de su respiración. 
Y delante sólo había silencio, admiración y silencio.
No era eso tan solo, era la inteligencia.
Después de ese encuentro cerca de Veracruz parecería un milagro que eso ocurriera otra vez, que tanta perfección, en el habla y en lo que hay dentro del habla, tuviera repetición. 
Y fue en Madrid, algunos años después, cuando estaba, de nuevo, ante un auditorio, en el Círculo de Bellas Artes, contando cómo pintaba, mentalmente, sus diarios; era con ocasión de la exposición que hizo con su paisano, y amigo, Eduardo Stupía.
 Los diarios fueron el alimento de su escritura durante años, y en esa exposición se alternaba esa escritura personal, llena, la inteligencia de un hombre habitado por el fantasma de la cultura, con la pintura clásica, casi ateniense, del pintor Stupía. 
Ya entonces, 2014, tenía Piglia los síntomas del mal que siguió, y siguió tan cruelmente, marcando su paso hacia la parálisis, que desafió con una energía emocionante.
  Algún tiempo antes, en Buenos Aires, en la casa del galerista Jorge Mara, los mismos Stupía y Piglia, el propio Mara, amigo de todos, el periodista Ricardo Kirschbaum…, Piglia tomó cualquier asunto, una bagatela, y lo convirtió de pronto en el origen del mundo, de la pintura, de la literatura; relacionó todo con todo y al final parecía que había hecho, delante de todos nosotros, un libro, una conferencia, un recorrido mundial, como el Aleph, hasta por lo incomprensible que sirvió nítido a los comensales.
Desde Jorge Luis Borges nunca había visto a alguien tan inteligente y tan menos ufano de lo que sabía; aquel día de Madrid le pedí que me dijera en una entrevista cuál era su primera imagen en la vida, aquella postal que vivía con él.
 Quería que explicara, en realidad, el origen de la potencia de su ansia de saber, que luego se plasmó en libros maravillosos a los que hay que regresar para entender por qué llegó a ser, y es, faro de todas nuestras letras, las inteligibles y las que no lo son.
En ese momento le estaba escociendo en el alma y en el cuerpo la enfermedad cruel que quiso inutilizarlo, pero que no lo logró, porque él impuso su inteligencia y su memoria al chasquido del mal. 
Su mano se resistía a alcanzar del todo las cosas que tenía cerca, y a su cara subía de vez en cuando un sudor monótono, como si una mosca sin nombre pero con aliento posesivo lo estuviera rodeando sin darse a conocer.
Era tan inteligente como educado, pues ambas cosas no siempre se juntan. 
En su caso era así. Y habló y habló, parecía, otra vez, Piglia escribiendo, como hacía Borges, como también hacía Paz. 
Ahí desveló su secreto: leía antes de leer, y siempre se veía leyendo.
 Esta fue su primera postal, decía. 
Estaba sentado cerca de la estación, viendo llegar a la gente en los trenes, y él estaba con un libro, haciendo que leía, “para hacerme ver leyendo”. 
De pronto el niño aún analfabeto ve a alguien desde arriba que le advierte: “El libro está al revés”.
 De broma, me dijo cuando me contó eso: “¡Podía haber sido Borges aquel hombre!... Porque, ¿a quién otro se le puede ocurrir tener esa precisión pedagógica? Ja ja ja”.
Siempre se veía, desde esa edad, “con un libro, regalado o comprado”. 
Y lo primero que leyó, hasta eso lo recordaba Piglia, fue la puerta de su casa.
 “Era la casa de mis abuelos; tenía su nombre y ese nombre fue lo primero que aprendí a leer”.
 La enfermedad lo paralizó del todo, pero sus ojos y su inteligencia siguieron viviendo.
 Hasta el final. El lector Piglia, el escritor Piglia.
 El invencible lector. Nunca dijo por carta que sufría.
 Leer lo mantuvo vivo, la rabia de lector lo hizo invencible.