8 dic 2016
Increible!!!!Así son los vaqueros que han facturado un millón de dólares en un día
Khloé Kardashian es la creadora de Good American, una firma de 'jeans' pensados para abrazar las curvas femeninas y adaptarse a todo tipo de cuerpos.
Su éxito de ventas ya sitúa el lanzamiento de la firma como “el mejor de la historia del denim”Clara Ferrero.
La filosofía de la firma apuesta por resaltar los cuerpos de las mujeres con curvas. todos los vaqueros de Good American están fabricados en Los Ángeles
. Estos jeans “de lujo” pasan por cien manos antes de estar listos para ponerse a la venta y siguen un proceso artesanal para su elaboración.
“Hemos tomado esta decisión para preservar la artesanía que genera muchos puestos de trabajo en todo el país y, lo más importante, para lograr nuestro objetivo de crear un vaquero como ningún otro”, explican.
Su tejido abraza el cuerpo evitando, por ejemplo, que determinada talla ajuste bien en la cintura pero mal en la cadera y, al parecer, la sensación al llevarlos es la de vestir unos jeggings. Por el momento, están a la venta en la página web de la firma –que hace envíos internacionales– y en los grandes y lujosos almacenes Nordstrom.
El hype por Good American llega en un momento en el que muchas firmas están aumentado su facturación al apostar por normalizar, aceptar y celebrar el cuerpo femenino (la marca de lencería Aerie, por ejemplo, aumentó un 21% su cifra de ventas gracias a sus campañas sin Photoshop).
Su mensaje, encarnado por la defensa de la voluptuosidad que abanderan las propias Kardashian, parece haber logrado la atención de muchas mujeres que quieren prendas que se adapten a sus figuras.
“Si le quedan bien a Khloé, me sentarán bien a mí”, afirmaba una joven antes de siquiera pasar por los probadores de Nordstrom. Si a eso le sumamos la popularidad del clan y sus contactos en la industria, el éxito parece asegurado.
La italiana Giovanna Battaglia, la cantante Kelly Rowland, y, por supuesto, Kylie Jenner, Kourtney Kardashian y la propia Khloé, ya forman parte de la #GoodSquad (solo es oficial cuando se traduce en hashtag) y presumen en las redes sociales de sus vaqueros nuevos.
Y parece que los ‘me gustas’ que acompañan sus publicaciones se traducen en suculentas ventas.
Racked resume muy bien la ecuación del éxito de un negocio en la era digital: “Kardashian + producto on-brand (cualquier cosa en sintonía con sus valores y estilo de vida) = $$$”. Así lo ha demostrado Kim Kardashian al recaudar más de 160 millones de dólares con su aplicación, Kylie Jenner –la más joven de la familia e hija del exatleta olímpico Bruce Jenner, conocido ahora como Caitlyn tras su cambio de sexo– agotando una y otra vez su línea de labiales y cosméticos o Kendall Jenner convirtiéndose en una de las ‘instamodelos’ más ubicuas, solicitadas y ultracotizadas.
Ahora Khloé Kardashian, que estuvo casada con el jugador de baloncesto Lamar Odom, se apunta otro tanto y suma algunos ceros a su cuenta corriente de la mano de su nueva firma. Y es solo el principio.
Parece que la buena acogida de su aventura empresarial podría hacerla crecer durante 2017.
Good American renovará su catálogo cada dos semanas (como mandan los cánones de Inditex) y lo ampliará los próximos meses incluyendo faldas, pantalones o chaquetas vaqueras.
Prepárense para otro año monopolizado por el clan Kardashian-Jenner.
Foto: Good American
Un chiste malo sobre ETA........................... Borja Hermoso
Es todo tan tosco, tan chabacano, tan de saldo y, en suma, tan increíble en la miniserie 'El padre de Caín' emitida por Telecinco.
Algo se nos escapa siempre, nos falta información y claro,
juzgamos a la ligera.
Por ejemplo: si consideramos increíble y algo bochornosa la adaptación televisiva que Telecinco ha hecho del libro El padre de Caín, obra del exsecretario de Estado de Seguridad Rafael Vera... ¿estaremos juzgando a la ligera?
Si decimos que uno de los responsables de aquellos crímenes de Estado asiste feliz y contento a la adaptación de su libro y a cobrar, a cobrar, que el mundo se va a acabar... ¿estaremos siendo frívolos? Y es eso: que nos falta información, claro que sí.
Algo se nos escapa siempre, nos falta información y claro,
juzgamos a la ligera. Por ejemplo: si consideramos increíble y algo
bochornosa la adaptación televisiva que Telecinco ha hecho del libro El padre de Caín, obra del exsecretario de Estado de Seguridad Rafael Vera... ¿estaremos juzgando a la ligera?
Si decimos que uno de los responsables de aquellos crímenes de Estado asiste feliz y contento a la adaptación de su libro y a cobrar, a cobrar, que el mundo se va a acabar... ¿estaremos siendo frívolos? Y es eso: que nos falta información, claro que sí.
Tanta matraca con los GAL y con el señor X y con el bragado
del tricornio llamado Galindo y las torturas en Intxaurrondo y en La
Cumbre, y con los coches bomba y los puercos del tiro en la nuca y el
impuesto revolucionario, y total, para esto: para ver al repugnante
Amedo decir en pantalla que está triste por lo que hizo. Angelito.
Para ver a Rafael Vera hablar como si nada hubiera pasado, pero sí que pasó, vaya que si pasó.
Pobre, qué habrá hecho con la pasta. Para ver a Melchor Miralles explicando al universo de ETA y dándonos la información que, claro, nos faltaba, como siempre.
Para ver cómo unos productores engañan al espectador haciendo ver que la playa de San Lorenzo de Gijón es La Concha de San Sebastián, o que una casona asturiana es un caserío de Ataun, o que los familiares de unos terroristas recién detenidos podían agolparse como si tal cosa en las barreras de acceso al cuartel de Intxaurrondo.
O que un guardia civil al que ETA le mató un hijo le dice al asesino que nada, que ya irá un día a verle a la cárcel y hablarán de sus cosas, porque es que estuvo liado con su amatxo y se lo tiene que contar.
Es todo tan tosco, tan chabacano, tan de saldo y, en suma, tan increíble en la miniserie El padre de Caín emitida por Telecinco y en sus posteriores apéndices documentales que una de dos: o es una serie de ciencia-ficción o es una telecomedia con muertos... pero claro, es que nos falta información.
Vale Borja Hermoso, en muchas cosas debe tener razón, pero me quedo conque nadie olvide que fue ETA, por qué mataba ETA, y que los asesinatos de ETA no se perdonen nunca, ni olvido ni perdón, si que los comentarios de algunos, mejor olvidarlos, quizás al único que pude escuchar fue a Gabilondo. En fin que Hipercord fue ETA la que asesinó a gente que casualmente andaba de compras a hora temprana de la tarde , que sus asesinos se quedaron en Barcelona y casi al año los detuvieron, menos a uno que espero no esté entre nosotros.
Que ETA cuando amenazaba para que a sus queridos presos los llevaran a su "Pais", nadie los echó de menos ni a esos que van a acompañarlos mientras haya una Universidad cerca, que ETA mató a Tomás y Valiente porque estaba en una Universidad, que encima dicen que los lleven al ladito de su casa para no gastar, y ¿Sus muertos? a ellos nadie irá a verlos, que ETA es cobarde pues si, que lo más que les fastidie es que le digan "Maricones" no asesinos, no, que ellos son muy machos para pegarle un tiro a Yoyes con su hijo, porque se salió, con permiso, de ETA.
La serie hace revivir una época oscura, y no son generosos los que la hicieron, no nombran a Zapatero y Rubalcaba, si el año en que "ETA deja las armas" !!OJO!! las armas, no los asesinatos. bueno, que yo hubiera preferido que no estuviera Vera ni que Miralles me lo contase como cosa suya.....dejemos que solo fue un intento de algo, para mi ni Olvido ni Perdón, luego libros y series es otra cosa, no deben esperar mucho si es en esa cadena donde ponen Gran Hermano....y de hermanos se habla en el Padre de Caín....la vida ...como la otra serie basada en la cursi novela de la cursi Nieves Herrero, que hasta los fachas son amables y las mujeres,,,,,pues eso....mujeres de fachas...No abran los ojos sigan escondiendo la negrura de la España Franquista....
Por ejemplo: si consideramos increíble y algo bochornosa la adaptación televisiva que Telecinco ha hecho del libro El padre de Caín, obra del exsecretario de Estado de Seguridad Rafael Vera... ¿estaremos juzgando a la ligera?
Si decimos que uno de los responsables de aquellos crímenes de Estado asiste feliz y contento a la adaptación de su libro y a cobrar, a cobrar, que el mundo se va a acabar... ¿estaremos siendo frívolos? Y es eso: que nos falta información, claro que sí.
Si decimos que uno de los responsables de aquellos crímenes de Estado asiste feliz y contento a la adaptación de su libro y a cobrar, a cobrar, que el mundo se va a acabar... ¿estaremos siendo frívolos? Y es eso: que nos falta información, claro que sí.
Para ver a Rafael Vera hablar como si nada hubiera pasado, pero sí que pasó, vaya que si pasó.
Pobre, qué habrá hecho con la pasta. Para ver a Melchor Miralles explicando al universo de ETA y dándonos la información que, claro, nos faltaba, como siempre.
Para ver cómo unos productores engañan al espectador haciendo ver que la playa de San Lorenzo de Gijón es La Concha de San Sebastián, o que una casona asturiana es un caserío de Ataun, o que los familiares de unos terroristas recién detenidos podían agolparse como si tal cosa en las barreras de acceso al cuartel de Intxaurrondo.
O que un guardia civil al que ETA le mató un hijo le dice al asesino que nada, que ya irá un día a verle a la cárcel y hablarán de sus cosas, porque es que estuvo liado con su amatxo y se lo tiene que contar.
Es todo tan tosco, tan chabacano, tan de saldo y, en suma, tan increíble en la miniserie El padre de Caín emitida por Telecinco y en sus posteriores apéndices documentales que una de dos: o es una serie de ciencia-ficción o es una telecomedia con muertos... pero claro, es que nos falta información.
Vale Borja Hermoso, en muchas cosas debe tener razón, pero me quedo conque nadie olvide que fue ETA, por qué mataba ETA, y que los asesinatos de ETA no se perdonen nunca, ni olvido ni perdón, si que los comentarios de algunos, mejor olvidarlos, quizás al único que pude escuchar fue a Gabilondo. En fin que Hipercord fue ETA la que asesinó a gente que casualmente andaba de compras a hora temprana de la tarde , que sus asesinos se quedaron en Barcelona y casi al año los detuvieron, menos a uno que espero no esté entre nosotros.
Que ETA cuando amenazaba para que a sus queridos presos los llevaran a su "Pais", nadie los echó de menos ni a esos que van a acompañarlos mientras haya una Universidad cerca, que ETA mató a Tomás y Valiente porque estaba en una Universidad, que encima dicen que los lleven al ladito de su casa para no gastar, y ¿Sus muertos? a ellos nadie irá a verlos, que ETA es cobarde pues si, que lo más que les fastidie es que le digan "Maricones" no asesinos, no, que ellos son muy machos para pegarle un tiro a Yoyes con su hijo, porque se salió, con permiso, de ETA.
La serie hace revivir una época oscura, y no son generosos los que la hicieron, no nombran a Zapatero y Rubalcaba, si el año en que "ETA deja las armas" !!OJO!! las armas, no los asesinatos. bueno, que yo hubiera preferido que no estuviera Vera ni que Miralles me lo contase como cosa suya.....dejemos que solo fue un intento de algo, para mi ni Olvido ni Perdón, luego libros y series es otra cosa, no deben esperar mucho si es en esa cadena donde ponen Gran Hermano....y de hermanos se habla en el Padre de Caín....la vida ...como la otra serie basada en la cursi novela de la cursi Nieves Herrero, que hasta los fachas son amables y las mujeres,,,,,pues eso....mujeres de fachas...No abran los ojos sigan escondiendo la negrura de la España Franquista....
Suya es la gloria, Espartaco...................... Carlos Boyero
Cuando Kirk Douglas desaparezca habremos perdido al último símbolo de un cine legendario.
Se llama Issur Danielovitch, pero el hijo de aquel trapero
judío llegado de Rusia decidió por estrategia, o conveniencia, o porque
su nombre resultaba demasiado hebraico (aunque Hollywood lo inventaran
ellos y lo sigan reinventando), que sería mejor cambiarlo por algo tan
contundentemente estadounidense como Kirk Douglas.
Y siempre existían mil agradecidas y admirativas razones para recordarle, pero en esta ocasión se debe a algo tan insólito como que cumpla 100 años mañana viernes.
No sabemos cómo ha afectado su longevidad a su estado físico y mental.
Lo único que deseo es que alguien que nos ha transmitido sensaciones tan intensas, que nos regaló con su presencia y su arte algo parecido a la felicidad, tenga una ancianidad plácida, que el dolor y la devastación no se hayan ensañado con él, que aún pueda disfrutar de ciertas cosas de la vida.
Cuando él desaparezca habremos perdido al último símbolo de un cine legendario, en blanco y negro y en color, de una época en la que el público pagaba la entrada para ver actores y actrices que le ofrecían algo hipnótico, mágico y veraz, gente en perpetua posesión de algo llamado magnetismo, independientemente de la calidad del producto.
Nos quedará la memoria y la posibilidad de revisar en formatos que ya no pertenecen a la sala oscura el talento y la personalidad de histriones a los que amaremos siempre.
Además de haber sido con naturalidad un dios,
de comerse la pantalla, este señor tuvo la suerte o la intuición de que
una cantidad apabullante de grandes directores exigiera su presencia.
La lista acojona: Wilder, Hawks, Mankiewicz, Tourneur, Huston, Wyler, Minnelli, Hathaway, Vidor, Kubrick, Preminger, Fleischer, Aldrich, Sturges, Frankenheimer, Donen, Ritt, Kazan, De Palma, Mann y otros ocasionalmete meritorios.
De acuerdo, falta John Ford, no se puede tener todo, pero la carrera de Douglas si poseyó casi todo.
Si añadiera algunos nombres de directores europeos, e incluso algún oriental, yo disfrutaría el resto de mis días y pasaría en Arcadia todas las noches volviendo a ver la obra de esos señores que dirigieron a Kirk Douglas.
Ninguna de sus interpretaciones fue bendecida con el Oscar. Tampoco se lo otorgaron a Cary Grant.
Creo que a ambos pretendieron consolarles al final de su carrera con el honorífico. ¡Qué vergüenza para el Oscar!
No premiaron a un actor dotado de una energía proteica, creíble en múltiples registros, alguien que desprende electricidad, capaz de otorgar autenticidad y fascinación al heroísmo pero igualmente al lado oscuro, a trepas, canallas, obsesos, crueles, cínicos, manipuladores y outsiders, a matices sobre el bien y el mal, dueño de una fuerza expresiva impresionante en movimiento o parado, en primer plano y en plano general, mirando, escuchando, hablando, retando, en réplica y contrarréplica.
Alguien contó que, si Douglas era fotografiado en medio de un grupo de gente, la mirada de un espectador virgen inevitablemente se iba a concentrar en él, porque la cámara le amaba.
Son los atributos y el perpetuo misterio que distinguen a las grandes estrellas.
Y de acuerdo en que era un hombre guapo y musculado, que el hoyuelo de su barbilla molaba mucho, pero lo más atractivo de él nacía de su cabeza, su sensibilidad, su corazón, su inteligencia, su estilo, su clase.
Tendría un grave problema si me preguntaran cuáles son las interpretaciones de Kirk Douglas que prefiero.
Ha tocado el cielo muchas veces con una tipología tan variada como atractiva, de bueno o de malo, de atormentado o de racional, de intimista o de épico, pero incluso en sus películas más débiles o convencionales, yo pertenezco a ese público que salía contento por el goce de ver actuar a ese señor llamado Kirk Douglas.
Y tampoco olvido que, gracias a él, las infames listas negras perecieron, cuando impuso que en el guion de Espartaco apareciera el nombre de Dalton Trumbo, su verdadero y hasta entonces clandestino autor.
Quiero pensar que además de un actor genial este tipo se comportara alguna vez en su vida como un hombre valiente, justo y honrado.
Creo que esta noche veré un programa grande. O sea: Cautivos del mal, El gran carnaval y Espartaco. Felicidades, señor Douglas y que se muera cuando usted quiera.
Y siempre existían mil agradecidas y admirativas razones para recordarle, pero en esta ocasión se debe a algo tan insólito como que cumpla 100 años mañana viernes.
No sabemos cómo ha afectado su longevidad a su estado físico y mental.
Lo único que deseo es que alguien que nos ha transmitido sensaciones tan intensas, que nos regaló con su presencia y su arte algo parecido a la felicidad, tenga una ancianidad plácida, que el dolor y la devastación no se hayan ensañado con él, que aún pueda disfrutar de ciertas cosas de la vida.
Cuando él desaparezca habremos perdido al último símbolo de un cine legendario, en blanco y negro y en color, de una época en la que el público pagaba la entrada para ver actores y actrices que le ofrecían algo hipnótico, mágico y veraz, gente en perpetua posesión de algo llamado magnetismo, independientemente de la calidad del producto.
Nos quedará la memoria y la posibilidad de revisar en formatos que ya no pertenecen a la sala oscura el talento y la personalidad de histriones a los que amaremos siempre.
La lista acojona: Wilder, Hawks, Mankiewicz, Tourneur, Huston, Wyler, Minnelli, Hathaway, Vidor, Kubrick, Preminger, Fleischer, Aldrich, Sturges, Frankenheimer, Donen, Ritt, Kazan, De Palma, Mann y otros ocasionalmete meritorios.
De acuerdo, falta John Ford, no se puede tener todo, pero la carrera de Douglas si poseyó casi todo.
Si añadiera algunos nombres de directores europeos, e incluso algún oriental, yo disfrutaría el resto de mis días y pasaría en Arcadia todas las noches volviendo a ver la obra de esos señores que dirigieron a Kirk Douglas.
Ninguna de sus interpretaciones fue bendecida con el Oscar. Tampoco se lo otorgaron a Cary Grant.
Creo que a ambos pretendieron consolarles al final de su carrera con el honorífico. ¡Qué vergüenza para el Oscar!
No premiaron a un actor dotado de una energía proteica, creíble en múltiples registros, alguien que desprende electricidad, capaz de otorgar autenticidad y fascinación al heroísmo pero igualmente al lado oscuro, a trepas, canallas, obsesos, crueles, cínicos, manipuladores y outsiders, a matices sobre el bien y el mal, dueño de una fuerza expresiva impresionante en movimiento o parado, en primer plano y en plano general, mirando, escuchando, hablando, retando, en réplica y contrarréplica.
Alguien contó que, si Douglas era fotografiado en medio de un grupo de gente, la mirada de un espectador virgen inevitablemente se iba a concentrar en él, porque la cámara le amaba.
Son los atributos y el perpetuo misterio que distinguen a las grandes estrellas.
Y de acuerdo en que era un hombre guapo y musculado, que el hoyuelo de su barbilla molaba mucho, pero lo más atractivo de él nacía de su cabeza, su sensibilidad, su corazón, su inteligencia, su estilo, su clase.
Tendría un grave problema si me preguntaran cuáles son las interpretaciones de Kirk Douglas que prefiero.
Ha tocado el cielo muchas veces con una tipología tan variada como atractiva, de bueno o de malo, de atormentado o de racional, de intimista o de épico, pero incluso en sus películas más débiles o convencionales, yo pertenezco a ese público que salía contento por el goce de ver actuar a ese señor llamado Kirk Douglas.
Y tampoco olvido que, gracias a él, las infames listas negras perecieron, cuando impuso que en el guion de Espartaco apareciera el nombre de Dalton Trumbo, su verdadero y hasta entonces clandestino autor.
Quiero pensar que además de un actor genial este tipo se comportara alguna vez en su vida como un hombre valiente, justo y honrado.
Creo que esta noche veré un programa grande. O sea: Cautivos del mal, El gran carnaval y Espartaco. Felicidades, señor Douglas y que se muera cuando usted quiera.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)