¿Por qué envejecemos?
El ser humano está diseñado para envejecer.
Un proceso biológico en el que, además de intervenir el factor
genético, influyen los ambientales y los hábitos de vida poco
saludables, responsables de acelerar el envejecimiento.
El espejo es el
termómetro que delata este proceso irrefutable. Aunque muchos desean la
eterna juventud, lo ideal es envejecer con dignidad; eso sí, con matices y recurriendo a las bondades de la medicina profesional para difuminar el paso del tiempo.
En los últimos años ha aumentado el
interés por los tratamientos de estética y cirugía tanto en mujeres como
en hombres, porque cada vez es mayor la preocupación por sentirse joven
y dar una buena imagen de salud y naturalidad.
A todo ello se une que
es cada vez mayor el número de personas que, sin presentar una patología
previa, sí demanda una mejora de su imagen, especialmente a nivel
oculofacial.
Una de las primeras zonas donde notamos
el paso del tiempo es alrededor de los ojos, donde encontramos la piel
más fina y delicada del rostro. Con los años, la claridad y viveza de la mirada que caracterizan la juventud, se va perdiendo por el crecimiento excesivo de piel en los párpados superiores o la aparición de bolsas grasas en los párpados inferiores —y arrugas como las patas de gallo— que van entristeciendo y apagando la expresión de nuestros ojos
Con el envejecimiento, el colágeno y la elastina se descomponen más rápidamente de lo que el cuerpo es capaz de regenerar, haciendo que la piel pierda elasticidad y causando la aparición de arrugas y bolsas.
La oculoplastia es la
rama de la oftalmología especializada en los tratamientos y técnicas
quirúrgicas para solucionar o minimizar esta situación.
En el
departamento correspondiente, en función de la exploración concreta, se
realiza el tratamiento pormenorizado de aquellas estructuras que se
consideran deterioradas, reparándolas y devolviendo al rostro un
rejuvenecimiento armónico y funcional. Nuestro objetivo es restaurar la
anatomía original del sujeto joven, devolviendo a los pacientes una
mirada fresca y relajada.
No se debe caer en el error de
simplificar los tratamientos oculofaciales reduciéndolos a retirar o
estirar la piel sobrante de los párpados, puesto que el paso del tiempo
afecta a otras estructuras que también se han de reparar para obtener el
resultado armónico y natural que pretendemos.
Actualmente conseguimos
excelentes resultados cosméticos con la combinación de distintas
técnicas: la cirugía cosmética palpebral, con la blefaroplastia como estandarte; la aplicación de toxina botulínica para mejorar la expresión y las arrugas perioculares; y el Thermage CPT System,
tecnología no quirúrgica de última generación para prevenir y combatir
el envejecimiento de la piel, de forma no invasiva e indolora, y
alcanzando resultados en una única sesión.
En la Unidad de Oculoplastia de Barraquer,
tras estudiar cada caso, se ofrece la mejor alternativa en función de
las necesidades requeridas. Contrarrestar el efecto del paso del tiempo
es, hoy en día, algo posible en manos expertas.