Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

14 nov 2016

Superluna (casi) a la vista............................................. Miquel Serra-Ricart / Isabel Paz Menénde

La luna este domingo, en Santiago de Compostela. Lavandeira jr (EFE) / VÍDEO: ATLAS

Ningún planeta del Sistema Solar mantiene una relación relativa tan importante con un satélite como lo hace la Tierra con la Luna.
 Tal vez los humanos tratamos de devolverle el corazón que perdió cuando se separó violentamente de nuestro mundo. 
 El poder de atracción es enorme, fascinante. Ella, junto con el Sol, ejerce el suyo sobre la Tierra: las mareas. 
El lunes 14 de noviembre, pondremos de nuevo nuestros ojos en la Luna que, por lo brillante y cercana que estará, llamamos “Superluna”. 
Un término, por cierto, que se suma, desde hace tan solo unos cinco años, a los cientos de nombres que venimos dando a nuestro exclusivo satélite desde que fuimos capaces de observarlo.
 La Luna, después de todo, es de la familia.
Durante las Superlunas, el diámetro de la Luna llena puede aumentar hasta en un 14%, y su brillo, alrededor de un 30%, respecto a una Luna llena en el apogeo (máxima distancia a la Tierra).
 La pregunta es ¿podemos percibir el cambio de tamaño a simple vista? La respuesta es que será muy difícil apreciarlo, aunque la Luna será más brillante.


Para responder, debemos calcular el cambio angular aparente (tamaño aparente que tiene la Luna en el cielo si la observamos a simple vista) en la Luna llena. 
En el mejor de los casos, la diferencia de tamaño en el cielo de la Luna llena en el apogeo y en el perigeo (Superluna) es de cuatro minutos de arco.
Como referencia, podemos tomar el tamaño que ocupa (en el cielo) nuestro dedo meñique cuando lo observamos con el brazo extendido (ver figura 1), que es de sesenta minutos de arco (un grado).
 En promedio, la Luna llena tiene un tamaño angular (tamaño en el cielo) de 30 minutos de arco (¡la mitad del dedo meñique!).
El 14 de noviembre de 2016, la Luna llena se producirá a las 13h52m UT
La Luna gira alrededor de la Tierra con un periodo de aproximadamente 28 días, aunque su órbita no es circular -se trata de una elipse-, de ahí que la distancia Luna-Tierra no sea siempre la misma. 
Además, los parámetros orbitales de la Luna varían con el tiempo, debido principalmente a las influencias gravitatorias del Sol y los planetas.
Por esta última razón, siempre que se hable de alguna característica de la órbita lunar deberá referirse a un determinado periodo de tiempo.
Si tomamos el periodo de 5.000 años, desde -1999 hasta 3000, la distancia del perigeo lunar (mínima distancia Tierra-Luna) ha variado entre 356.355 y 370.399 km, mientras que el apogeo lunar (máxima distancia Tierra-Luna), entre 404.042 y 406.725 km (Five Millennium Catalog of Solar Eclipses, Espenak and Meeus, 2009).


Cerca del perigeo

Por definición, se producirá una Superluna si la Luna llena sucede cerca del perigeo lunar (normalmente a menos de dos días). 
 Matemáticamente, podemos definir la distancia relativa de la Luna llena para una órbita determinada (R Dfm) como:
La mayor Superluna del siglo XXI se producirá el 6 de diciembre del año 2052, con nuestro satélite a una distancia de 356,429 km
RDfm = (Da-Dfm) / (Da-Dp), donde Da es la distancia Luna-Tierra en el apogeo lunar; Dp, la distancia Luna-Tierra en el perigeo lunar; y Dfm, distancia Luna-Tierra en el momento de la Luna llena.
Si la Luna llena ocurre en el momento del perigeo, entonces RDfm es igual a 1 , mientras que si la Luna llena transcurre en el apogeo, RDfm es igual a 0 . Por definición, tendremos una Superluna si RDfm es igual o mayor que 0,9.
Si bien es cierto que durante las Superlunas la atracción gravitatoria lunar es mayor, el único efecto sobre nuestro planeta lo observaremos en mareas más vivas. 
El incremento gravitatorio sigue siendo demasiado débil para causar perturbaciones geológicas (terremotos, tsunamis...).
 

13 nov 2016

Si no tuviera tus palabras..............................................................Pinker Pinkerton

Canadian singer-songwriter Leonard Cohen is seen during a tribute in Gijon, northern Spain October 19, 2011. Cohen will be awarded with the 2011 Prince of Asturias Award for Literature in a traditional ceremony on Friday in the Asturian capital. The awards have been given out annually since 1981 to reward scientific, technical, cultural, social and humanitarian work done by individuals, work teams and institutions. REUTERS/Eloy Alonso (SPAIN - Tags: SOCIETY ENTERTAINMENT)
Fotografía: Cordon Press.
«Si no tuviera tus palabras me sentaría a escribir».
 Has venido tú, muriéndote, para que vuelva a abrir una página en blanco.
 Después de muchos intentos decidí dejar que lo hicieran los que saben hacerlo y, a partir de ahí, algunos cohetes despegaron hacia las estrellas y otros quedaron para siempre guardados en hangares de papel.
No puedo hacer un recorrido enciclopédico de tu vida ni de tu música. 
Sí, he leído tu biografía, ese libraco tan gordo y que tanto me gustó que me regalaron pocos años atrás y que me hizo descubrir las calles, las nieves, las islas, los hoteles, las drogas, las religiones, las mujeres que dieron forma a la persona difícil, compleja, atormentada, hombre entre los hombres, que fuiste.
 Sí, también eres el único músico del que he comprado todos sus discos de estudio, aunque algunos los escuche muy poco y ni me importe a ti ni a mí.
 Nunca he tenido esa capacidad de recuerdo tan literal de lo que me gusta para poder escribirte algo de ese tipo.
 No puedo ni quiero hacerlo, pero creo que un lugar como este en el que no se anuncie que has dejado de existir y se te dediquen unas líneas, se convertiría automáticamente en un lugar habitado por salvajes.
 Algunos quieren creer que eso todavía no ha ocurrido, así que hagámosles un favor e intentemos, de nuevo, evitarlo.
Cuando me lo anunciaron, lo tuyo, me quedé frío. Seco. 
Tuve un pensamiento estúpido: América se lo ha cargado votando a ese monigote megalómano, pensé. 
Creí que un golpe anímico de ese calibre había sido el tiro de gracia para tu delicado estado de salud. No.
 Moriste antes de eso, espero que inmediatamente después de sonreír. Espero.
Leo en mi mente fragmentos de tus inquietudes musicales y me convenzo de que alcanzaste cierto tipo de de paz fundada en el amor, en el arte y en la ironía, que te permitió vivir tus últimos años con una calma apasionada, ya algo más lejos de aquellas depresiones tan recurrentes, que compartiste y nos regalaste con tus últimos conciertos.
 Se te notaba. Te vi, sí, la última vez que pasaste por Madrid.
 Fue precioso, fue sorprendente y di las gracias por haberme dejado los cuartos y haber estado delante de esa iguana con sombrero en la que te habías convertido con el paso de los años.
 No quiero empezar a refunfuñar y decir que ya no hay otros, ni habrá, como tú, aunque lo crea.
Pocos artistas hay que me importe que se mueran. 
Algunos hay, sí. 
Tú no es que hayas muerto y no pueda disfrutar más de nuevas canciones; no es que ya no vaya a encender el lector de discos con otro álbum teniendo esa sensación de morbo reverencial al esperar comprobar los nuevos límites humanos de la dorada profundidad vocal que alcanzaste; no es que no vaya a leer más a un eterno infante que aprendió mucho, pero que continuaba acuciado por las grandes y eternas dudas humanas;
 no es que no vaya a volver a vivir la misma sensación infantil de abrir un sobre de cromos esperando encontrar dentro tarjetas llenas de voces, poesías y filosofía. 
No es solamente eso.
 Lo duro y verdaderamente jodido contigo es que siento que ha muerto una persona ejemplar, de las que ya no sabemos si quedan, de las que no dicen más que verdades.
 Te has muerto y el mundo se nota más vacío.
 Me dan igual las espirales económicas, las majaderías políticas, los viejos sentimientos salidos de las entrañas más oscuras que vuelven a estar sobre todos nosotros en este futuro brillante plagado de pantallas, márketing y poses torcidas.
 Tú ya no estás y te echo de menos, amigo mío.
Nos ayudaste y acompañaste a muchos a descubrir el amor, el cinismo, la desesperación religiosa, las noches más profundas y las palabras más altas y elegantes.
 Por eso me pongo el traje, mi sombrero siempre colgado en la pared, me planto delante del espejo y te hago una reverencia para desearte un paseo agradable de la mano con Marianne.
Me decía hoy un familiar cercano «Leonard nunca cantó, pero qué importa eso». Tiene razón.



Mercedes Milá: «Que lleve en televisión tantos años solo demuestra que soy una fracasada»

La presentadora rechaza hablar de «Gran Hermano» y se centra en «Convénzeme», el nuevo programa que estrena este domingo a las 20.30 en Be Mad 

Noticias de Televisión

Mercedes Milá: «Que lleve en televisión tantos años solo demuestra que soy una fracasada»

La presentadora rechaza hablar de «Gran Hermano» y se centra en «Convénzeme», el nuevo programa que estrena este domingo a las 20.30 en Be Mad
Mercedes Milá en la librería barcelonesa +Bernat
Mercedes Milá en la librería barcelonesa +Bernat - JOSE IRUN/MEDIASET
Su relación de un cuarto de siglo con «Gran Hermano» se rompió pero, a cambio, emprendió una nueva «guerra», más personal y con menos espectáculo.
 Con «una mochila llena de lo más valioso, que es la literatura», sustituyó las cámaras que la seguían por móviles, y el plató, por una librería.
Se adueñó de la «z» de Stefan Zweig para «llamar la atención», y así reivindicar a un autor «más de actualidad que nunca».
Su periplo con el reality más longevo de la televisión española se terminó —«es el pasado»— pero Mercedes Milá no está dispuesta a dejar las entrevistas aunque, eso sí, en un formato más «cómodo y humilde», rodeada de volúmenes y estanterías y no de público y sillas.

Aunque asume que su fama en pantalla puede impulsar un proyecto en el que cree, «muy chiquitito pero con una potencia inmensa», lejos de regodearse en su dilatada trayectoria en el medio catódico, la sempiterna presentadora, siempre clara, admite sin tapujos en una entrevista a ABC: «Que yo lleve en televisión tantos años lo único que demuestra es que soy una fracasada, porque siempre he querido tener un programa de libros y no lo he conseguido hasta que he cumplido los 65 años».
Luchando por no ahogarse en facturas y, tras una conversación con su socia Montse Serrano en la librería +Bernat, recogió el capote que le echó. «"¿Por qué no haces un programa de libros que se transmita en una cadena pequeñita, con autores…?", me preguntó.
 Le dije que no, con autores no.
 Llevo toda la vida queriendo hacer un programa con lectores», cuenta.

Aprender del público

La Fábrica de la Tele le dio luz verde y un espacio los domingos a las 20.30 en Be Mad, y así surgió «Convénzeme». Niños cargados con «tochos de historia» o ancianos «tímidos». Todo el que lee tiene cabida en su espacio.
Su público no busca salir en televisión, sino «convencer» a la veterana periodista sobre «dos libros, uno que les guste y otro que no». Reconoce que su estilo, directo e incisivo, a veces intimida, pero no le preocupa. «Vienen con miedo y vergüenza al principio, pero al cabo de un minuto se olvidan porque hablan de lo que les gusta». Lo más importante, asegura, es que ha aprendido algo nuevo: «Conocer a esas personas a través de los libros que llevan al programa».
Reacia a recordar su pasado más inmediato en el programa de Telecinco, Milá admite que siempre ha «dado todo» de ella misma por lo que hacía.
 Por eso ahora se centra en «Convénzeme», una decisión que explica con una metáfora, curiosamente, más instintiva que literaria:
«Las cosas cuando empiezan son como un niño pequeño: hay que atenderlo, cuidarlo más y prestarle toda la atención, y no mezclarlo con otras cosas».
 Como «Gran Hermano», su «pasado»


 

Superluna (casi) a la vista.................................................................... Miquel Serra-Ricart / Isabel Paz Menéndez

Mañana se producirá la mayor y más brillante Luna desde 1948 y hasta 2034, aunque será muy difícil apreciar la diferencia de tamaño.

Tamaños aparentes de SuperLunas (10 agosto 2014) y Luna llena (18 octubre 2013). J.C Casado / VÍDEO: QUALITY
 
Ningún planeta del Sistema Solar mantiene una relación relativa tan importante con un satélite como lo hace la Tierra con la Luna.
 Tal vez los humanos tratamos de devolverle el corazón que perdió cuando se separó violentamente de nuestro mundo. El poder de atracción es enorme, fascinante.
 Ella, junto con el Sol, ejerce el suyo sobre la Tierra: las mareas.
 El próximo 14 de noviembre, pondremos de nuevo nuestros ojos en la Luna que, por lo brillante y cercana que estará, llamamos “Superluna”.
 Un término, por cierto, que se suma, desde hace tan solo unos cinco años, a los cientos de nombres que venimos dando a nuestro exclusivo satélite desde que fuimos capaces de observarlo.
 La Luna, después de todo, es de la familia.
Durante las Superlunas, el diámetro de la Luna llena puede aumentar hasta en un 14%, y su brillo, alrededor de un 30%, respecto a una Luna llena en el apogeo (máxima distancia a la Tierra).
 La pregunta es ¿podemos percibir el cambio de tamaño a simple vista?
 La respuesta es que será muy difícil apreciarlo, aunque la Luna será más brillante.
Para responder, debemos calcular el cambio angular aparente (tamaño aparente que tiene la Luna en el cielo si la observamos a simple vista) en la Luna llena. 
En el mejor de los casos, la diferencia de tamaño en el cielo de la Luna llena en el apogeo y en el perigeo (Superluna) es de cuatro minutos de arco.
Como referencia, podemos tomar el tamaño que ocupa (en el cielo) nuestro dedo meñique cuando lo observamos con el brazo extendido (ver figura 1), que es de sesenta minutos de arco (un grado).
 En promedio, la Luna llena tiene un tamaño angular (tamaño en el cielo) de 30 minutos de arco (¡la mitad del dedo meñique!).
La Luna gira alrededor de la Tierra con un periodo de aproximadamente 28 días, aunque su órbita no es circular -se trata de una elipse-, de ahí que la distancia Luna-Tierra no sea siempre la misma.
 Además, los parámetros orbitales de la Luna varían con el tiempo, debido principalmente a las influencias gravitatorias del Sol y los planetas.
 Por esta última razón, siempre que se hable de alguna característica de la órbita lunar deberá referirse a un determinado periodo de tiempo.
Si tomamos el periodo de 5.000 años, desde -1999 hasta 3000, la distancia del perigeo lunar (mínima distancia Tierra-Luna) ha variado entre 356.355 y 370.399 km, mientras que el apogeo lunar (máxima distancia Tierra-Luna), entre 404.042 y 406.725 km (Five Millennium Catalog of Solar Eclipses, Espenak and Meeus, 2009).

Si bien es cierto que durante las Superlunas la atracción gravitatoria lunar es mayor, el único efecto sobre nuestro planeta lo observaremos en mareas más vivas.
 El incremento gravitatorio sigue siendo demasiado débil para causar perturbaciones geológicas (terremotos, tsunamis...).