2 nov 2016
Pierre Casiraghi hará abuela otra vez a Carolina de Mónaco
El hijo de la princesa y Beatrice Borromeo, con quien se casó en 2015, esperan su primer hijo.
Desde hace meses se venía especulando con que Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo estaban esperando a su primer hijo, pero ambos permanecían en silencio.
Pero unas recientes imágenes de la periodista, en la que oculta su barriga tras varias bolsas, han confirmado la noticia. Beatrice está embarazada de seis meses, lo que quiere decir que Carolina de Mónaco será abuela por cuarta vez, ya que Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo tiene dos hijos, Sasha e India, mientras que Carlota tiene un niño, Raphaël, nacido de su relación con el actor Gad Elmaleh.
Los hijos de Carolina no acostumbran a oficializar los embarazos ni las bodas, así que por ahora Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo siguen en silencio.
Beatrice Borromeo y Pierre Casiraghi se casaron hace un año y medio en una doble ceremonia celebrada en Mónaco y en Italia, la primera civil y la segunda religiosa.
La cita congregó a representantes de la vida social internacional, ya que ambos están considerados dos de sus miembros más famosos.
La nuera de Carolina de Mónaco, que trabaja en la redacción de un diario izquierdista, Il Fatto Quotidiano, es hija de una relación larga y conocida pero que nunca llegó a ser oficializada en matrimonio entre el conde Carlo Borromeo y Paola Marzotto, hija de Marta Marzotto un aristócrata y una influyente mujer de la jet set italiana.
Pierre es el menor de los tres hijos que Carolina tuvo con Stefano Casiraghi. La pareja reside en Milán.
Ella trabaja como periodista y él en los negocios de los Casiraghi. También pasan mucho tiempo en Mónaco y dicen que Beatrice es la nuera favorita de Carolina.
Así han cambiado los protagonistas de ‘Romeo y Julieta’
Se cumplen 20 años de la película de Leonardo DiCaprio y Claire Danes, dos jóvenes talentos que hoy son reconocidos actores.
Claire Danes no fue la primera opción para interpretar a Julieta.
Los estudios pensaron primero en Natalie Portman, pero les pareció demasiada la diferencia de edad con DiCaprio, pues entonces Portman tenía 13 años. Finalmente Danes consiguió el papel, a sus 16 años, que también le daría un empujón a su carrera como actriz.
Leonardo DiCaprio consiguió el papel de Romeo cuando solo tenía 21 años.
Aunque ya había tenido una nominación al Oscar por '¿A quién ama Gilbert Grape?', la reinterpretación del clásico de Shakespeare dio el empujón definitivo a su carrera.
La reinterpretación con aires modernos del
clásico de Shakespeare 'Romeo y Julieta', dirigida por Baz Luhrmann, se
estrenó en los cines de Estados Unidos el 1 de noviembre de 1996. La
trágica comedia tantas veces contadas se convirtió en un éxito de
taquilla.
A la quinta nominación al Oscar, por fin Leonardo DiCaprio ganó la estatuilla en 2015 gracias a su interpretación en la película de Alejandro González Iñárritu 'El renacido'.
¿No más cenizas al viento?................................... Joseba Elola
El anuncio de que el Vaticano prohíbe guardar o esparcir los restos de los incinerados desata una polémica global.
El don de la oportunidad no se le puede negar al Vaticano.
Su polémico y controvertido anuncio de esta semana, el que insta a que las cenizas de los fallecidos no se esparzan en la naturaleza o en el mar, el que conmina a que no se custodien en el hogar, el que niega el funeral al que opte por la cremación por razones contrarias a la fe cristiana, llega en fechas solemnes, en vísperas del Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y de la Conmemoración de los Fieles Difuntos (2 de noviembre), en noches de disfraces de muertos vivientes importadas de otras latitudes.
Procede, por tanto, acordarse de los expirados.
La Iglesia católica lo hace para recordarnos que los muertos no son propiedad de los familiares, que son hijos de Dios, que forman parte de Dios y que “esperan en un campo santo su resurrección”. Así lo anunciaba el martes Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, órgano colegiado que custodia la doctrina católica de la Iglesia, sucesor de la Santa Inquisición.
Ad resurgendum cum Christo (Para resucitar con Cristo) es el nombre del documento de la polémica.
Las redes sociales empezaron a hervir a escala global poco después de producirse el anuncio.
La noticia publicada por Pablo Ordaz en elpais.com alcanzaba en poco tiempo los 1.241 comentarios.
El debate era acalorado.
En un reportaje de la cadena hispana Univision, una madre mostraba su desconsuelo ante la perspectiva de tener que separarse de las cenizas de su hijo, que le hacen compañía cada día —la decisión vaticana, afortunadamente, no tiene efecto retroactivo —. ¿Quién decide dónde reposan mejor las cenizas del difunto?
Mientras los que apoyan el pronunciamiento vaticano hablaban de manipulación informativa por mencionar prohibición (al no haber jurisdicción para ello; el documento dice que “no se permite”), y la revista mexicana Observador Católico sometía la medida a una votación online (el 70% de sus usuarios se declaraban a favor de la medida papal), los críticos tiraban de humor negro y señalaban que la instrucción esconde intereses pecuniarios.
Se citaba, entre otros, el don de la oportunidad de la catedral de Albacete, que esta semana anunciaba su renovada oferta de columbarios (entre 1.200 y 3.500 euros) para que las cenizas reposen en lugar santo.
El debate está en el aire.
Las cenizas, no tanto.
La instrucción papal pretende impedir abusos y faltas de respeto con los restos (ha habido más de un caso de urnas que han acabado por los suelos durante una mudanza).
Se trata de evitar que se produzcan situaciones como la de aquella memorable secuencia de El Gran Lebowski: frente a un acantilado, en día ventoso, Walter (John Goodman) abre el bote de café que contiene los restos de su amigo Donny; al esparcirlos, una ráfaga se los lleva; The Dude (El Nota, Jeff Bridges), aparentemente imperturbable, recibe los vestigios en plena cara.
Su polémico y controvertido anuncio de esta semana, el que insta a que las cenizas de los fallecidos no se esparzan en la naturaleza o en el mar, el que conmina a que no se custodien en el hogar, el que niega el funeral al que opte por la cremación por razones contrarias a la fe cristiana, llega en fechas solemnes, en vísperas del Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y de la Conmemoración de los Fieles Difuntos (2 de noviembre), en noches de disfraces de muertos vivientes importadas de otras latitudes.
Procede, por tanto, acordarse de los expirados.
La Iglesia católica lo hace para recordarnos que los muertos no son propiedad de los familiares, que son hijos de Dios, que forman parte de Dios y que “esperan en un campo santo su resurrección”. Así lo anunciaba el martes Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, órgano colegiado que custodia la doctrina católica de la Iglesia, sucesor de la Santa Inquisición.
Ad resurgendum cum Christo (Para resucitar con Cristo) es el nombre del documento de la polémica.
Las redes sociales empezaron a hervir a escala global poco después de producirse el anuncio.
La noticia publicada por Pablo Ordaz en elpais.com alcanzaba en poco tiempo los 1.241 comentarios.
El debate era acalorado.
En un reportaje de la cadena hispana Univision, una madre mostraba su desconsuelo ante la perspectiva de tener que separarse de las cenizas de su hijo, que le hacen compañía cada día —la decisión vaticana, afortunadamente, no tiene efecto retroactivo —. ¿Quién decide dónde reposan mejor las cenizas del difunto?
Mientras los que apoyan el pronunciamiento vaticano hablaban de manipulación informativa por mencionar prohibición (al no haber jurisdicción para ello; el documento dice que “no se permite”), y la revista mexicana Observador Católico sometía la medida a una votación online (el 70% de sus usuarios se declaraban a favor de la medida papal), los críticos tiraban de humor negro y señalaban que la instrucción esconde intereses pecuniarios.
Se citaba, entre otros, el don de la oportunidad de la catedral de Albacete, que esta semana anunciaba su renovada oferta de columbarios (entre 1.200 y 3.500 euros) para que las cenizas reposen en lugar santo.
El debate está en el aire.
Las cenizas, no tanto.
La instrucción papal pretende impedir abusos y faltas de respeto con los restos (ha habido más de un caso de urnas que han acabado por los suelos durante una mudanza).
Se trata de evitar que se produzcan situaciones como la de aquella memorable secuencia de El Gran Lebowski: frente a un acantilado, en día ventoso, Walter (John Goodman) abre el bote de café que contiene los restos de su amigo Donny; al esparcirlos, una ráfaga se los lleva; The Dude (El Nota, Jeff Bridges), aparentemente imperturbable, recibe los vestigios en plena cara.
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