Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

1 nov 2016

Por qué Jackie Kennedy casi no se casa con su vestido de novia.............................. Nuria Luis

Una exposición en el FIT de Nueva York rinde un justo homenaje a Ann Lowe, la diseñadora negra que realizó el vestido y que pasó grandes penurias para entregarlo a tiempo.

Por qué Jackie Kennedy casi no se casa con su vestido de novia
Vestida de negro y con un sombrero para cubrir su "delgado cabello", así era el uniforme de Ann Lowe.
Foto: Tumblr omgthatdress/Cordon Press
Si una novia debe sentir su vestido de boda como una segunda piel, Jaqueline Bouvier estuvo lejos de esa impresión.
 “Parece una pantalla de lámpara” se rumorea que comentó sobre el traje con el que dio el “sí quiero” a J.F Kennedy un 12 de septiembre de 1953 en Newport, Rhode Island.
 Crónicas de la época pasarían de puntillas sobre su autora: “El vestido fue diseñado por una diseñadora negra, Ann Lowe”.
 A los ciudadanos de a pie poco les podía decir ese nombre, pero esta mujer fue el secreto mejor guardado de la élite norteamericana a mediados de s. XX.
El vestido de novia que Ann Lowe diseñó para Jackie, uno de los más icónicos de la historia, poco tenía que ver con el que la futura primera dama tenía en mente.
 Frente al diseño minimalista y de líneas rectas al que aspiraba, se acabó casando por imposición familiar, según recogía Time, con uno mucho más tradicional. 
La fastuosidad de la ceremonia, que llegó a reunir a más de 900 invitados, debía hacerse también patente sobre la tela: 45 metros de tafetán de seda en color marfil envolvían el cuerpo de Jackie, con un corpiño decorado con dobladillos entrelazados y rematado en un escote retrato.
 La enorme falda, ahuecada, incluía pequeñas flores de cera. 
El velo de encaje de su abuela y un ramo de gardenias y orquídeas remataban el estilismo nupcial.
El encargo del vestido fue obra de la madre de Jackie, Janet Auchincloss.
 Lowe estaba entusiasmada: debía vestir a una socialité en potencia, a su madre, y a todo su elenco de damas de honor, que llevarían piezas en falla de seda rosa y satén rojo.
 Pero los conjuntos casi no ven la luz del sol: Diez días antes de la boda se rompió una tubería que inundó el estudio la diseñadora en Madison Avenue (Nueva York) y arruinó diez de los quince vestidos que debían lucirse en la ceremonia.
 ¿De dónde iba a sacar la diseñadora tantos metros de tela? 


Por qué Jackie Kennedy casi no se casa con su vestido de novia

Una exposición en el FIT de Nueva York rinde un justo homenaje a Ann Lowe, la diseñadora negra que realizó el vestido y que pasó grandes penurias para entregarlo a tiempo.

Por qué Jackie Kennedy casi no se casa con su vestido de novia
Vestida de negro y con un sombrero para cubrir su "delgado cabello", así era el uniforme de Ann Lowe.
Foto: Tumblr omgthatdress/Cordon Press

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El vestido de Jackie Kennedy, diseñado por Ann Lowe.
Foto: Tumblr Omgthatdress
Afortunadamente, su proveedor tenía suficiente material extra como para poder sustituirlos.
 Lowe y su equipo trabajaron día y noche. 
El vestido de novia, que llevó ocho semanas hacerlo, quedó listo en dos días de corte y tres de confección.
 Ese viernes, Ann Lowe cogió un barco con los vestidos y partió rumbo hacia Newport.
 Janet nunca supo que el vestido de novia, adquirido por unos 500 dólares (unos 4.000 al cambio de hoy), no compensó las pérdidas de 3.200  que costó rehacer todo. Y a mayores, prácticamente sin ninguna mención.
A Ann Lowe la boda de Jackie Kennedy terminó por salirle muy cara. 
Pero no fue jugarse todo a una sola carta.
 La exclusividad era marca de la casa y se apreciaba tanto en las suntuosas telas que utilizaba como en la selecta clientela a la que vestía.
 Los Dupont, los Rockefeller o los Auchincloss (a la que pertenecía el padrastro de Jackie) eran solo algunas de las familias que engrosaban las cifras de su negocio.
 La propia Ann Lowe solo apuntaba en una única dirección: “No estoy interesada en coser para un ‘café society’ o para escaladores sociales.
 No sirvo a una Mery o una Sue. Coso para el Registro Civil” comentó para la revista Ebony en diciembre de 1966. 
Ella se refería a ese largo listado de familias aristocráticas que representaban la florinata de la sociedad estadounidense.
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Las flores tridimensionales eran una de sus especialidades, como se puede ver en este vestido de boda de 1968 incluido en la muestra ‘Black Fashion Designers’ del Fit de Nueva York.
Foto: Cortesía del FIT Museum
Su madre murió cuando ella tenía dieciséis años, dejándole con cinco hermanos y cuatro vestidos de baile que había que terminar para la mujer del gobernador de Alabama.
 Un encargo que sirvió para aupar su carrera.
 Aspiraba a ser mucho más que una costurera, y ni las clases segregacionistas de costura ni sus matrimonios, que desaprobaban su ambición, pudieron con su sueño. 
Ambos fracasaron porque antepuso su carrera a todo lo demás: “Mi segundo marido me dejó porque dijo que quería una mujer real, no una que estuviese saltando de la cama para bocetar vestidos” comentaba entre risas para Ebony
Con 20.000 dólares ahorrados, se mudó a Nueva York con su hijo Arthur, que le ayudó a llevar el negocio.
 Años después él moriría en un accidente de coche.
No había dos diseños de Lowe iguales. 
“Sus vestidos valen más de lo que cuestan” dijo uno de sus clientes. Y esa fue su perdición. 
 A Ann le interesaba mucho más el proceso creativo de los vestidos que el propio precio. 
No era precisamente una mujer de negocios, y esto le llevó a la bancarrota: “Me di cuenta demasiado tarde que los vestidos que vendía por 300 dólares a mí me costaban 450” recogía Ebony. Sus amigos de tiendas como Neiman-Marcus le prestaron dinero para que pudiera seguir abierta, pero un día se levantó con una deuda de más de 10.000 dólares.
 Su salud también era muy delicada: había perdido un ojo por un glaucoma y bocetaba a través de las manos de un ilustrador que plasmaba sus ideas sobre el papel. 
Murió en un piso del barrio de Queens, a los 82 años.

Varios de los diseños de Lowe se encuentran en la colección permanente del Smithsonian Institution de Washington. 
A partir del 6 de diciembre, el museo FIT de Nueva York promete hacerle un pequeño homenaje de mano de la exposición ‘Black Designers’. 
Un reconocimiento a una de las diseñadoras norteamericanas olvidadas que también merece su hueco en la historia.
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Olivia de Havilland recogió su Oscar en 1947 con un vestido de la diseñadora.
Foto: Tumblr Jodockerys

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La Palma, elegida como alternativa para el gigantesco telescopio de 30 metros................................ Javier Salas

El TMT se construiría en la isla española si finalmente los tribunales no dejan hacerlo en Hawái.


Recreación del Telescopio de Treinta Metros.
El Observatorio del Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma (Canarias), será el lugar alternativo para construir el gigantesco Telescopio de 30 metros (TMT, de sus siglas en inglés) si al final no se puede edificar en Hawái.
 El consejo de gobierno de ese telescopio reunido en California (EE UU) ha tomado hoy la decisión, que señala a las cumbres canarias como referencia mundial en astronomía gracias a la calidad de sus cielos y su actual desarrollo tecnológico.
Este monumental proyecto de 1.400 millones de dólares de inversión en ciencia de vanguardia está bloqueado desde 2014.
 La idea era levantar el telescopio TMT, mucho más grande que cualquiera de los que están actualmente en funcionamiento, en Hawái, pero los problemas legales han puesto en vía muerta su construcción.
 Los tribunales han reconocido que no se cumplieron los requisitos para edificarlo en Mauna Kea, una montaña sagrada según la religión de los nativos hawaianos y que cuenta con especial protección ambiental y cultural.
"Estamos muy contentos de haber pasado esta reválida", asegura a Materia Rafael Rebolo, director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), después de meses de trabajo para demostrar la calidad de la candidatura de La Palma, que competía con observatorios de primer nivel en Chile, México o China.
 "El criterio más importante del consorcio del TMT era que se pudiera hacer la mejor ciencia por las condiciones de observación. Canarias tiene unos cielos magníficos", celebra Rebolo.
El otro gran motivo que ha facilitado la elección de La Palma ha sido la calidad de sus comunicaciones digitales, "de las mejores del mundo", según Rebolo.
 "El impacto socioeconómico, para la ciencia española y para la imagen de Canarias sería extraordinario", afirma el director del IAC, que bromeaba por estar "celebrando Halloween de la mejor manera".
Otro de los factores que los responsables del supertelescopio valoraron de La Palma es que el coste de la instalación sería allí más barato que en otros lugares.
 Además, el hecho de que ya estén construidas las infraestructuras físicas y digitales para la comunicación ahorraría numerosas inversiones.
 Allí conviviría junto al Gran Telescopio de Canarias, el mayor de la actualidad.
"No podemos esperar más tiempo", reconocía el pasado mes de abril en La Palma el jefe de operaciones del TMT, Christophe Dumas
. "Hawái es el lugar favorito y vamos a darle unos meses o un año y, si no podemos construirlo allí, tenemos que elegir una alternativa. El tiempo es dinero", aseguró.
 En los últimos meses, los científicos y técnicos del TMT han visitado en varias ocasiones el Roque de los Muchachos para elegir un futurible emplazamiento y examinar al detalle las condiciones del lugar.
Si finalmente se lleva a cabo, supondrá un importante retorno para Canarias, tanto en el proceso de construcción como en la actividad científica que se generará durante un mínimo de 65 años. 
La inversión anual en las Islas será de más de 25 millones de euros tanto en gastos de personal como contratos de diversos suministros. El modelo que el TMT considera viable para la operación en Canarias contempla dos sedes vinculadas al Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC): una en La Palma y otra en Tenerife, con un total de 120 personas, entre personal científico, ingenieril y administrativo. 

Ahora, todo está en manos de las autoridades judiciales hawaianas, que deberán determinar si se puede levantar este formidable aparato de observación astronómica en Mauna Kea o si se abre el camino para su construcción definitiva en Canarias.


 

El Corte Inglés contratará a 8.500 personas para la campaña de Navidad

El grupo que dirige Dimas Gimeno espera mejorar las cifras de ventas del año pasado.

El Corte Inglés contratará a 8.500 personas para la campaña de Navidad, según ha anunciado la empresa en un comunicado.
 La compañía que dirige Dimas Gimeno espera una buena temporada de fin de año, dado que son 1.500 puestos más que los ofertados el año pasado.
 En su mayoría, se trata de empleos relacionados con la venta, la atención al público y la hostelería.

La campaña de compras de Navidad, que arrancará oficiosamente con el Black Friday el 25 de noviembre, se presenta como una de las mejores de los últimos años en cuanto a empleo, según las cifras ofrecidas por las cadenas distribuidoras y las asociaciones de comercio y hostelería.
 El Corte Inglés, que este verano presentó unos resultados que incluían un aumento del 34% en los beneficios y del 4,3% en la facturación, espera también superar las cifras del año pasado.
Según explica la empresa, los 8.500 empleados "cubrirán diversos puestos relacionados con la venta, el empaquetado especial de regalo, la hostelería, la atención al cliente y otras áreas de apoyo a la actividad comercial" y se repartirán por todos los centros de la empresa, especialmente en las áreas de "moda, accesorios, juguetería, ocio, deportes, tecnología, hogar y alimentación".
El Corte Inglés informa en su nota que las personas interesadas en trabajar en Navidad en alguno de sus centros han de enviar su curriculum a través de su página web, www.elcorteingles.es.

 

Operación Fracaso......................................................................... Fernando Navarro

En 'OT: El reencuentro' hubo que tragar con un exceso de azúcar médicamente mortal y un desfile de despropósitos.


Chenoa y Bisbal cantando 'Escondidos' en 'OT: El reencuentro'. TVE | EFE
No ha podido ser casualidad, y, si lo ha sido, la coincidencia no podía ser más acertada: el concierto de OT: El reencuentro se ha celebrado en la noche de Halloween, la noche más terrorífica del año, la del desfile de todos los horrores imaginables. 
De hecho, la televisión pública nos ha brindado uno nuevo: el horror musical en formato de espectáculo televisivo.
 Algo así como si ves a Frankenstein cantando a pulmón abierto y bailando un vals tras una eufórica borrachera de campeonato. Desastroso.
 Inenarrable.
Tal vez OT: El reencuentro pase a la historia como un hábil recurso nostálgico de audiencia barata en una parrilla de televisión sin un solo programa musical, pero ni con esas credenciales de buenos números y promoción de telenovela se sustenta como contenido.
 Es un fracaso para la música española, como ya fue en su día este programa de supuesto talento que ayudó más que la piratería a destrozar la música como elemento cultural de importancia en el tejido social. OT, el famoso Operación triunfo, solo sirvió para pasar productos prefabricados como artistas, educando a toda una generación de oyentes en lo anecdótico e intrascendental, en la simple nada.
Desde las multinacionales discográficas interesadas y TVE —la misma cadena que se fue cargando sistemáticamente los espacios musicales rigurosos y entretenidos que la caracterizaron— se impulsó a este tipo de intérpretes hasta consolidarlos en la conciencia colectiva como músicos de pop.
 Y lo consiguieron.
 En un país donde no era difícil ver en lo más alto de las listas de ventas a Miguel Ríos, Rosendo, Gabinete Caligari, Loquillo, Radio Futura, Nacha Pop, Héroes de Silencio o Andrés Calamaro, consiguieron hacer pasar la comida basura por platos de calidad.
 Si hubiese sido verdadera gastronomía, tanto en las cocinas y mesas de El Bulli como en casa de cualquier abuela, hubiese habido una revolución a cucharazos si alguien quería hacer creer que Rosa, la ganadora de ese primer OT, era un manjar. 
Pero España se tragó eso.
En OT: El reencuentro esta vez hubo que tragar con un exceso de azúcar médicamente mortal y un desfile de despropósitos.
 Casi las pobres coreografías y el paupérrimo sonido parecían un mal menor ante la aparición de Juan Camus, Nuria Fergó, Gisela Lladó, Verónica Romero, Javián Antón o Alex Casademunt mientras los supuestos pesos pesados incidían en el espanto. 
 Rosa desafinando con saña, Bustamante haciendo de sí mismo y Alejandro Parreño convirtiéndose en una copia mala de Melendi, propósito que ya lo dice todo.
 En otras palabras, por cada canción interpretada por cada uno de los protagonistas sobre el escenario del Palau Sant Jordi, ha debido morir un músico en algún lugar del ancho planeta. También, cómo no, un gatito en la India. Y, entretanto, al pobre Cupido lo acribillaron entre bambalinas cuando Chenoa y Bisbal cantaron Escondidos con ese frustrante acercamiento final de ella hacia él ante la mirada atenta de media España.
 Ese quiero y no puedo escenificó a la perfección lo que es todo este espectáculo triunfal para el verdadero arte de la música: una Operación Fracaso. En mayúsculas.