La Guardia Civil podrá recuperar la información contenida en el teléfono móvil de Diana Quer, hallado el pasado jueves por un mariscador cerca del muelle de Taragoña (A Coruña) —según informa ABC—.
De
este modo, los investigadores podrán disponer del 100% de la
información de la tarjeta SIM, tras el pertinente proceso de
desalinización y secado del iPhone 6 de la joven madrileña desaparecida
el pasado 22 de agosto en A Pobra (A Coruña).
O
tra de las incógnitas que se esperan desvelar es si el celular fue
lanzado desde el puente que conecta Taragoña y A Pobra o si lo tiraron
desde el propio muelle.
Esta segunda teoría es, sin duda, la más
probable, teniendo en cuenta que el mariscador encontró el aparato a
apenas 30 metros de la orilla.
La princesa Leonor, durante la misa de Pascua en Palma de Mallorca.
La princesa Leonor, con un abrigo de Carolina Herrera durante el desfile de la Fiesta Nacional.
El rey Felipe VI, junto a la doña Letizia y sus hijas la princesa Leonor y la infanta Sofía, en Palma de Mallorca.
Leonor ,por deseo de sus padres, solo ha
participado en tres actos oficiales junto a su hermana. El primero en la
Academia de San Javier, el segundo en los actos de relevo de la Corona y
el pasado 12 de octubre, en el desfile.
La princesa se mostró muy
atenta y siguió sin fallos el protocolo.
El 19 de junio se producía el relevo en la
Corona, don Felipe se convertía en Rey y Leonor, en Princesa de
Asturias. La nueva familia real salió al balcón principal del Palacio
Real.
Vestidas con la camiseta de la selección
española, Leonor y Sofía acudieron a la recepción ofrecida a los
jugadores de España tras su triunfo en el Mundial de Suráfrica en 2010.
Leonor y su hermana menor, Sofía, están muy
unidas. Aunque con personalidades muy diferentes se llevan bien. La
mayor cuida de la pequeña en los actos oficiales. La heredera es más
reflexiva mientras Sofía es más inquieta.
Don Felipe y doña Letizia intentan que sus
hijas lleven una vida lo más normal posible. Ellos se ocupan
personalmente de muchas de las tareas concernientes a Leonor y Sofía y
no es raro verles jugar con ellas.
La reina Sofía junto a la infanta Leonor,
durante el paseo que realizó por la bahía de Palma a bordo de la lancha
'Somni', para seguir el último día de regatas, agosto de 2008.
Los Príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, presentaron a la infanta Sofía, su segunda hija, el 4 de mayo de 2007.
Leonor ,a la salida de la clínica Ruber
Internacional de Madrid, donde visitó a su hermana recién nacida, la
infanta Sofía, el 1 de mayo de 2007.
La reina Letizia con la princesa Leonor, en la
Basílica de Nuestra Señora de Atocha, a donde acudieron para presentar a
la Virgen a la niña y cumplir de esta forma con una tradición de la
Familia Real española que se remonta al siglo XVII, 7 de junio de 2006.
Letizia, acompañada de la doña Sofia, y del
arzobispo Antonio María Rouco Varela, sostiene en brazos a su hija, la
infanta Leonor, el día de su bautizo celebrado en el Palacio de la
Zarzuela, el 14 de enero de 2006.
Los príncipes de Asturias presentan
públicamente a su hija, la infanta Leonor, a la salida de la clínica
Ruber Internacional de Madrid, el 7 de noviembre de 2005.
La princesa Leonor fue presentada a los medios
de comunicación en el exterior de la clínica Ruber Internacional de
Madrid, el 7 de noviembre de 2005.
EN EL MUNDO de lo inconmensurablemente pequeño, Alberto Ruiz (Logroño,
1952) y Jónatan Piedra (Barakaldo, 1976) han encontrado un espacio casi
ilimitado para crecer.
El primero es profesor de la Universidad de
Cantabria y el segundo fue su doctorando en el Tevatrón del Fermilab (un
laboratorio de física de altas energías en Chicago).
Los dos
investigadores trabajan actualmente para el Instituto de Física de
Cantabria. Junto a más de 7.000 profesionales internacionales aunados
por el CERN (la Organización Europea para la Investigación Nuclear, con
sede en Suiza), participaron en el revolucionario hallazgo, en 2012, del
bosón de Higgs, una partícula elemental ambicionada desde hace más de
medio siglo que explicaría el porqué de la masa en la materia ordinaria
en el universo.
Aunque ambos profesionales se encuentran ubicados en el mismo
edificio, en Santander, la colaboración entre científicos como ellos no
depende tanto de equipos reducidos, sino de una labor acumulativa que va
más allá de idiomas y fronteras.
“Nosotros no somos 2, sino 3.000”,
ilustra el más joven.
Desde el momento del diseño de un experimento
hasta la consecución de un conjunto de datos pueden pasar además grandes
periodos de tiempo.
“Es un proceso muy complejo”, agrega el mentor.
“Los que trabajan más directamente en los datos son los que están
haciendo sus tesis, supervisados por doctores jóvenes; y estos, a su
vez, lo están por otros doctores sénior, que además de coordinar hacen
un poco de política.
De hecho, hay incluso tesis de disciplinas sociales
o de economía dentro de estas grandes colaboraciones, porque estamos
hablando de una industria de la ciencia”.
De un tiempo a esta parte, el apoyo de las instituciones a este
sector –fundamental no solo en el sentido del avance del conocimiento
humano, sino también como motor de desarrollo tecnológico, informático o
energético– ha ido menguando de manera alarmante. “Es un poco triste,
porque no es un gasto: está demostrado que, de cada euro invertido, se
obtienen dos o tres”, subraya Ruiz.
“En cualquier caso, estos recortes
los vamos a sufrir sobre todo en los próximos años.
Ahora se nota en términos de capital humano, pero no tanto en lo que se
refiere a publicaciones o productos de transferencia, porque aún hay
réditos del pasado”.
Después de realizar su tesis en EE UU, para Piedra
el regreso a España se veía tan negro desde la distancia que llegó a
pensar “que tendría que quedarme de camarero en Hawái”. “Resulta muy
complicado volver”, asegura.
“Yo no he visto ningún interés por parte de
los políticos en recuperar a científicos como yo, pero espero que dejen
de tener unas miras tan cerradas, porque esto es una visión de futuro”.
De cara a ese porvenir, ambos vienen observando un cambio –positivo–
en lo que respecta a la percepción pública de su trabajo, que fluctúa
entre lo inequívocamente pragmático y lo irremediablemente esotérico.
La
explicación, apuntan, residiría en una labor de divulgación cada vez
más abarcadora e inteligible, promovida a través de propuestas
accesibles como los monólogos y conferencias que auspician los
organismos científicos hasta comedias televisivas como la popular The
Big Bang Theory, que ha ayudado a incrementar (ligeramente) el número de
matrículas universitarias en Física.
“En la serie hay pizarras rellenas
de fórmulas que están perfectamente expresadas, el fondo es correcto”,
indica el más veterano, que fue compañero del asesor de la ficción,
David Saltzberg, en su etapa en Chicago.
Puestos a imaginar el mañana de su día a día, la apuesta de Piedra va
para el descubrimiento de la hoy hipotética materia oscura. “Pero hay
muchos otros campos, desde los materiales hasta la energía”, agrega su
colega, que certifica:
“Vivimos tiempos interesantes”.