Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

19 oct 2016

Si Bob Dylan fuera sueco ya habría respondido..................................................... Juan Cruz

Al cantante le dieron el Príncipe de Asturias y ahí se quedó la estatua de Joan Miró: esperando.


Bob Dylan, durante un concierto en Munich, en 1984.
Se tiene una idea tan desconsiderada de los suecos que conceden el Nobel, y de los suecos en general, que siguen en la historia como un grupo de borrachuzos (eso le leí a un conspicuo escritor que fue joven) que se reúnen por las tardes para beber y para hacer ruindades. 
Y los suecos, los del Nobel y los de Volvo, y los que hacen cine y teatro, los suecos como Ingmar Bergman o como Olof Palme, no son esos despistados que asociamos a esa frase tan tonta que nos permite hacernos los suecos sobre los suecos. 
Los suecos no se hacen los suecos nunca; cumplen con sus obligaciones, son respetuosos con sus compromisos, son rectos en su comportamiento y se manifiestan siempre por las buenas causas.
Ese tópico, hacerse el sueco, ha venido ahora a todas las mentes para justificar la dejadez aparente con la que Bob Dylan ha atendido a la noticia de que la Academia sueca le ha concedido el Nobel.
 Bob Dylan se hace el sueco. 
Pues si Dylan fuera sueco, o quisiera hacerse el sueco, ya hubiera respondido a la demanda del Nobel.
 Y no porque sea un homenaje a su música y a su poesía, sino porque el hombre que dedicó una canción a las respuestas (que están en el viento) tiene que atender a sus propias plegarias.
Y en segundo lugar, porque el esfuerzo que hace la Academia cada año para dilucidar quién se lleva ese galardón merece el respeto de una respuesta. 
Cuando lo ganó Samuel Beckett y este no respondió fue porque estaba en una playa, paseando su silencio, que fue la materia de su escritura, mientras que la palabra que hizo famoso a Dylan fue precisamente la palabra respuesta y su arte está basado en lo que suena.
 Y cuando Jean Paul Sartre se negó a recibirlo era porque, además, quería ser famoso por eso; y para que la santidad no le fuera completa, más tarde pidió que le enviaran el dinero.
Bob Dylan ya es famoso entre nosotros por las espantadas; una vez, porque le pagaban poco por un concierto que se quedó en el viento, como su respuesta; y la segunda vez fue para estupor de la Fundación Príncipe de Asturias, cuyo director de entonces, Graciano García, tanto hizo por darle al galardón la capacidad de anticipación al galardón sueco (Günter Grass tuvo el Príncipe de Asturias y luego tuvo el Nobel, con Doris Lessing pasó lo mismo...). Y a Dylan le dieron ese galardón, en el apartado Artes, y ahí se quedó la estatua de Joan Miró, esperando por el cantante que ahora no responde a los suecos.
La Academia es una institución muy seria, como los suecos.
 Basta leer el interesantísimo libro de uno de sus miembros, el poeta Kjell Epspmark, El premio Nobel de Literatura (Nórdica, 2008, Traducción de Marina Torres), para saber hasta qué punto no son solo minuciosos en sus deliberaciones sino autocríticos respecto a sus meteduras de pata.
 No quiero sugerir ahora que los suecos de la Academia estén pensando en desposeer a Dylan de la dignidad que le han dado. 
Son demasiado serios los suecos como para hacerse los suecos, o los Dylan, en que toca a sus compromisos.

Bob Dylan ya es famoso entre nosotros por las espantadas; una vez, porque le pagaban poco por un concierto que se quedó en el viento, como su respuesta; y la segunda vez fue para estupor de la Fundación Príncipe de Asturias, cuyo director de entonces, Graciano García, tanto hizo por darle al galardón la capacidad de anticipación al galardón sueco (Günter Grass tuvo el Príncipe de Asturias y luego tuvo el Nobel, con Doris Lessing pasó lo mismo...). Y a Dylan le dieron ese galardón, en el apartado Artes, y ahí se quedó la estatua de Joan Miró, esperando por el cantante que ahora no responde a los suecos.

 

Del lenguaje sexista a una agria polémica entre académicos

Francisco Rico y Arturo Pérez-Reverte cruzan artículos y dirimen sus diferencias.

Arturo Pérez-Reverte junto a Francisco Rico, en 2005.

Los académicos Arturo Pérez-Reverte y Francisco Rico han protagonizado estos días una controversia que se ha desarrollado en parte en este periódico. 
El fondo de la discusión es la actitud que han de tomar los miembros de la Academia ante el llamado lenguaje inclusivo, el que se dobla en ambos sexos, esto es, profesores y profesoras, alumnos y alumnas.
La diatriba comenzó el 2 de octubre en la revista XL Semanal, donde escribe Pérez-Reverte.
 El 14 de octubre prosiguió Francisco Rico en EL PAÍS, donde colabora

Ayer, el novelista replicó a su colega y en el recuadro bajo estas líneas tienen hoy los lectores lo que Rico señala como “punto final” por su parte.

En el XL Semanal escribió Pérez-Reverte:
 “En la Academia, los acuerdos se toman por unanimidad o mayoría; pero allí, como en otros lugares, hay de todo. 
Eso incluye a acomplejados y timoratos. 
Es mucha la presión exterior, y eso lo comprendes. 
No todo el mundo es capaz de afrontar consecuencias en forma de etiqueta machista o verse acosado por el matonismo ultrafeminista radical, que exige sumisión a sus delirios lingüísticos bajo pena de duras campañas por parte de palmeros y sicarios analfabetos en las redes sociales”.

Rico explicó en su réplica cómo había “embestido” Pérez-Reverte “contra los miembros de la Academia que se negaron a hacer suya la petición que unos supuestos profesores” le habían enviado. Denunciaban “la sugerencia surgida en la Junta de Andalucía de imponer en las aulas los ‘todos y todas’, ‘los madrileños y las madrileñas’ y demás prevaricaciones por el estilo”.
 “Podía haber hablado de académicos tontos y talibanes, pero le parece preferible discriminar soezmente ‘tonto del ciruelo’ y ‘talibancita tonta de la pepitilla”, que Rico recoge del texto de su colega.
Pérez-Reverte replicaba ayer al texto “irrespetuoso y agresivo, venenoso incluso”, de su colega, que lo llamó alatristemente célebre productor de best sellers”, hallazgo, el alatristemente, que Reverte subrayó como “feliz”. 
El novelista sugería que Rico tiene la intención de acaparar los derechos de edición del Quijote que elaboró para la Academia. Pérez-Reverte quería basarse en esa versión para un Quijotillo infantil, pero observó que Rico quería derechos por ella.
 Le acusa de “manosear” Quijotes.

SOEZ INSULTO

FRANCISCO RICO
Cuanto escribe Pérez-Reverte en EL PAÍS de ayer es un mero intento de ocultar con cortinas de humo lo que era la clave del artículo mío [del viernes, 14] al que finge contestar: salir al paso del soez insulto de “talibancita tonta de la pepitilla” que en una entrega de XL Semanal Pérez Reverte había dirigido a “alguna” académica no nombrada, y por ende a todas las académicas de la Española. Punto final.
Total que todo queda como estaba.

 

18 oct 2016

Sorprende










贅沢に女性らしさを纏う。



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Lo que identifica un color........................................... Silvia Cándano Ocaña

  • Según un artículo publicado en 2013 en la revista 'Livescience', el verde fue el color elegido para vestir a los doctores a partir del siglo pasado, porque, al ser el color opuesto al rojo, les ayuda a ver mejor en el quirófano. Al parecer, cuando un cirujano pasa mucho tiempo mirando las partes del cuerpo que está operando, su ojo se vuelve insensible al rojo, pero si durante unos instantes mira el color opuesto, logra que su vista se refresque y así pueda volver a diferenciar perfectamente la zona que está interviniendo. La socióloga y psicóloga alemana Eva Heller, experta en teoría del color, propone otra teoría: la sangre sobre verde se ve marrón e impresiona menos, algo fundamental para todos los presentes en una operación quirúrgica.
    Cirujanos de verde Según un artículo publicado en 2013 en la revista 'Livescience', el verde fue el color elegido para vestir a los doctores a partir del siglo pasado, porque, al ser el color opuesto al rojo, les ayuda a ver mejor en el quirófano. Al parecer, cuando un cirujano pasa mucho tiempo mirando las partes del cuerpo que está operando, su ojo se vuelve insensible al rojo, pero si durante unos instantes mira el color opuesto, logra que su vista se refresque y así pueda volver a diferenciar perfectamente la zona que está interviniendo. La socióloga y psicóloga alemana Eva Heller, experta en teoría del color, propone otra teoría: la sangre sobre verde se ve marrón e impresiona menos, algo fundamental para todos los presentes en una operación quirúrgica.
    • Para Rubén Sánchez, profesor de karate del CEIP Severo Ochoa (Móstoles, Madrid), “el obi (cinturón en japonés) simboliza el periodo de aprendizaje de una persona en esta disciplina: el blanco representa la ingenuidad propia del principiante que no posee ningún conocimiento; el amarillo, el descubrimiento de este arte; el naranja, la ilusión por adentrarse en él e ir descubriendo sus riesgos y precauciones; el verde: la esperanza, en una fase en la que el estudiante empieza a tener una serie de conocimientos marciales; el azul simboliza el idealismo y la pureza del estudiante maduro; el marrón marca el inicio hacia el 'obi' más avanzado; y el negro es lo opuesto al cinturón blanco, la madurez y el compendio de todo lo aprendido”.
      Cinturón negro Para Rubén Sánchez, profesor de karate del CEIP Severo Ochoa (Móstoles, Madrid), “el obi (cinturón en japonés) simboliza el periodo de aprendizaje de una persona en esta disciplina: el blanco representa la ingenuidad propia del principiante que no posee ningún conocimiento; el amarillo, el descubrimiento de este arte; el naranja, la ilusión por adentrarse en él e ir descubriendo sus riesgos y precauciones; el verde: la esperanza, en una fase en la que el estudiante empieza a tener una serie de conocimientos marciales; el azul simboliza el idealismo y la pureza del estudiante maduro; el marrón marca el inicio hacia el 'obi' más avanzado; y el negro es lo opuesto al cinturón blanco, la madurez y el compendio de todo lo aprendido”.
       
     
    • Le parece que esta diferenciación lleva siendo así toda la vida, ¿verdad? Pues no. Jo B. Paoletti, historiadora de la Universidad de Maryland, explica en su obra 'Pink and Blue: Telling the Girls from de boys in America' que, hasta la Primera Guerra Mundial en Estados Unidos, no se utilizaban los tonos pastel para distinguir a los niños y las niñas, sino que todos usaban el color blanco hasta que cumplían los seis o siete años. Además, por aquella época, el rosa se asociaba más a los niños por ser un color fuerte (similar al rojo de la sangre) y el azul a las niñas, por ser un tono más suave y delicado (como el del cielo). De hecho, curiosamente, según una tabla publicada por 'Time' en 1927, el 60% de los grandes almacenes apostaba por el rosa para ellos.
      Niñas de rosa Le parece que esta diferenciación lleva siendo así toda la vida, ¿verdad? Pues no. Jo B. Paoletti, historiadora de la Universidad de Maryland, explica en su obra 'Pink and Blue: Telling the Girls from de boys in America' que, hasta la Primera Guerra Mundial en Estados Unidos, no se utilizaban los tonos pastel para distinguir a los niños y las niñas, sino que todos usaban el color blanco hasta que cumplían los seis o siete años. Además, por aquella época, el rosa se asociaba más a los niños por ser un color fuerte (similar al rojo de la sangre) y el azul a las niñas, por ser un tono más suave y delicado (como el del cielo). De hecho, curiosamente, según una tabla publicada por 'Time' en 1927, el 60% de los grandes almacenes apostaba por el rosa para ellos.
      • En un artículo publicado en 2011 en la revista 'Livescience', la física Natalie Wolchover, de la Universidad de Tufts (Massachusetts, Estados Unidos) explica que el color naranja se utiliza para la ropa de alta visibilidad (trajes espaciales, por ejemplo), porque contrasta con mucha fuerza con el color azul y es perfectamente distinguible contra un cielo claro. Tal vez éste sea el motivo por el que en muchas prisiones del mundo visten a sus presos de naranja, para evitar posibles fugas.
        Monos naranja En un artículo publicado en 2011 en la revista 'Livescience', la física Natalie Wolchover, de la Universidad de Tufts (Massachusetts, Estados Unidos) explica que el color naranja se utiliza para la ropa de alta visibilidad (trajes espaciales, por ejemplo), porque contrasta con mucha fuerza con el color azul y es perfectamente distinguible contra un cielo claro. Tal vez éste sea el motivo por el que en muchas prisiones del mundo visten a sus presos de naranja, para evitar posibles fugas.
         
       
      • Este color se hizo popular en 1840 porque así fue vestida la reina Victoria I de Inglaterra para casarse con Alberto de Sajonia Coburgo-Gotha. Así lo cuenta un artículo publicado en 'Time' en 2015. La novia eligió un vestido blanco, algo tan iconoclasta para esos tiempos como lo hubiera sido hoy que Kate Middleton apareciera vestida de rojo en la Abadía de Westminster el día de su boda. El retrato oficial, en una época en la que nadie se fotografiaba, se difundió extensamente y muchas novias optaron por llevar un vestido similar para casarse. Esta tendencia, que ya no es un guiño a la reina Victoria, ha pasado a convertirse en una tradición popular.
        Novias de blanco Este color se hizo popular en 1840 porque así fue vestida la reina Victoria I de Inglaterra para casarse con Alberto de Sajonia Coburgo-Gotha. Así lo cuenta un artículo publicado en 'Time' en 2015. La novia eligió un vestido blanco, algo tan iconoclasta para esos tiempos como lo hubiera sido hoy que Kate Middleton apareciera vestida de rojo en la Abadía de Westminster el día de su boda. El retrato oficial, en una época en la que nadie se fotografiaba, se difundió extensamente y muchas novias optaron por llevar un vestido similar para casarse. Esta tendencia, que ya no es un guiño a la reina Victoria, ha pasado a convertirse en una tradición popular.
        • Según publica la 'Guía de Nueva York', los taxis son amarillos, porque en la década de los años veinte del siglo pasado, John Hertz, fundador de la Yellow Cab Company, leyó una investigación realizada por la Universidad de Chicago (Estados Unidos), que aseguraba que este color era el que mejor se divisaba a lo lejos. Debido a ello, el magnate hizo pintar todos los vehículos de su compañía de este tono. Con el transcurso de los años, esta estrategia de negocio pasó a convertirse en una tradición, no solo en Estados Unidos, sino también en otros países del mundo, que además se expandió a los autocares escolares. Precisamente por esta facilidad del amarillo para ser vislumbrado, muchas de las señalizaciones actuales de peligro y advertencia (carteles, balizas, sirenas, boyas…) también son de este color.
          Taxis amarillos Según publica la 'Guía de Nueva York', los taxis son amarillos, porque en la década de los años veinte del siglo pasado, John Hertz, fundador de la Yellow Cab Company, leyó una investigación realizada por la Universidad de Chicago (Estados Unidos), que aseguraba que este color era el que mejor se divisaba a lo lejos. Debido a ello, el magnate hizo pintar todos los vehículos de su compañía de este tono. Con el transcurso de los años, esta estrategia de negocio pasó a convertirse en una tradición, no solo en Estados Unidos, sino también en otros países del mundo, que además se expandió a los autocares escolares. Precisamente por esta facilidad del amarillo para ser vislumbrado, muchas de las señalizaciones actuales de peligro y advertencia (carteles, balizas, sirenas, boyas…) también son de este color.