Ahora bien, ¿qué está pasando con la edición número 17?
Jorge Javier Vázquez no es Mercedes Milá
Toda superpotencia se sustenta en varios pilares, pilares fundamentales para sostener una base ya consagrada.
Gran Hermano no es Supervivientes, a pesar de compartir el ADN de reality.
Tampoco se maneja bien en terrenos más libres como la espontaneidad y
la naturalidad.
Si a eso le añadimos la saturación a la que nos han
sometido desde Mediaset, llegamos a una posición peligrosa que no deja
en muy buen lugar al formato.
Jorge Javier Vázquez no es Mercedes Milá,
pero eso ya lo sabíamos.
El casting
Pero la labor del presentador no es lo que ha hecho que en una semana, Gran Hermano
haya perdido el favor de su fiel audiencia. Desde Zeppeling sabían el
‘marrón’ que se les venía encima con la edición más diferente hasta la
fecha.
Por ello optaron por un casting joven con las hormonas
revolucionadas.
17 concursantes muy resabiados con un afán de
protagonismo desorbitado.
Solo ha pasado una semana desde que arrancara la décimo
séptima edición del concurso y el pescado ya está más que vendido.
Los
protagonistas han querido dar tanto juego en tan poco tiempo que el
incondicional público del programa no puede llegar a identificarse con
ninguno de ellos, ni siquiera acercar posturas.
Peleas, amores, desamores, celos, complejos, rivalidades…
todo lo que debería ir cogiendo forma poco a poco se nos ha dado en un
primer plato demasiado copioso, empachándonos de un casting poco
resolutivo.
No
obstante, las cifras no están a la altura de un formato que lleva 16
años dando el callo.