Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

5 oct 2016

Cynthia Nixon: “Como Emily Dickinson, estoy obsesionada con la muerte”.......................... Rocío García

La actriz de la serie 'Sexo en Nueva York' interpreta a la atormentada poeta en 'Historia de una pasión', de Terence Davies.

Cynthia Nixon, en 'Historia de una pasión'.
Tras esa apariencia suave, la sonrisa candorosa y la aparente formalidad, rematada con una finísima cadena de oro en el cuello, se esconde una mujer decidida y valiente, que declaró su homosexualidad, se separó de su marido, con el que tenía dos hijos, y se volvió a casar con la activista Christine Marinoni, con la que ha tenido otro hijo. 
Una mujer con cáncer de mama que ha batallado de manera pública contra su enfermedad. 
Es la actriz estadounidense Cynthia Nixon (Nueva York, 1966) la famosa abogada Miranda Hobbes de la serie Sexo en Nueva York, que ahora nos descubre en el cine la vida nada convencional y atormentada de esa poetisa, Emily Dickinson (1830-1886), que se retiró del mundo para escribir sus inquietudes en un tiempo muy masculino, en el que no había hueco para ella.
 Historia de una pasión, dirigida por Terence Davies, se estrenó en las pantallas el próximo viernes.
Le gusta a Nixon, de 50 años, recalcar que los dos personajes, el de la abogada Hobbes y la poetisa Dickinson, tan distantes entre sí, comparten algo importante como es la inteligencia, la disciplina y la absoluta determinación.
 En una entrevista realizada el pasado festival de Cine de San Sebastián, donde su película se presentó en la sección Perlas, la intérprete se sigue sorprendiendo por el huracán que arrastra el éxito de Sexo en Nueva York
“Sigue, sigue y sigue... A veces me resulta un poco pesado, pero, en general, me resulta agradable que la gente recuerde esta serie que, sin duda, ha marcado mi carrera.
 De hecho, yo llevaba actuando desde los 12 años, había trabajado en papeles de más categoría, pero fue a raíz de esta serie cuando mi teléfono no paraba de sonar".
La zambullida en la vida de Emily Dickinson, una autora que Cynthia Nixon conoce bien y admira desde joven como lectora, le ha supuesto un acercamiento mayor a esta mujer. 
“He leído su poesía  a lo largo de mi vida, no ha sido solo una lectura escolar o universitaria.
 Ahora para preparar esta película he vuelto a releer sus poemas, sus cartas y a investigar en su biografía. La Emily de mi infancia se centraba en la persona ansiosa y fuerte, con ganas de conocer el mundo.
 Hoy, me sugieren más aquellos poemas en torno al amor no correspondido, a la muerte, la eternidad y Dios”, explica la actriz, para quien Dickinson fue una incomprendida que no pudo ver en vida sus poemas publicados y eso le atormentó sobremanera. 
“Fue una persona con muchos miedos pero, a pesar de eso, tuvo la capacidad de cuestionarse y reflexionar sobre la muerte, igual que yo que estoy obsesionada con la muerte desde niña”, explica con su voz acompasada.
Defiende la actriz la libertad de Dickinson, que escogió su aislamiento como forma de defender su mundo interior frente a la represión exterior de la época y de la religión.
 “La religión era entonces el principal poder de control sobre la sociedad y Emily luchó contra esa moral represora, pero si hubiera vivido bajo el comunismo o cualquier otra dictadura también habría batallado y cuestionado ese régimen”, asegura.
La intérprete no esconde ni calla nada. “Como persona homosexual, sé que las cosas no se pueden esconder. Uno no se debe callar.
 Hay que salir del armario, pero no solo con la homosexualidad, sino también contra el racismo, los derechos de las mujeres o con tantos otros temas”.
 También con los peligros que atenazan a su país y al mundo con el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump. “Sería una locura no tener miedo a Donald Trump”.

 

Aniversario de Janis Joplin Janis Joplin, el recuerdo de una voz poderosa

La cantante americana murió hace 46 años tras una vida de éxito, excesos y anhelos.

 

La cantante estadounidense Janis Joplin. DANIEL KRAMER
"Hago el amor con 25.000 personas, pero luego me voy a la cama sola", escribió en una de sus cartas la cantante Janis Joplin, muestra del éxito musical que alcanzó y de la dependencia afectiva que hacía frágil a la musa del movimiento hippie.
 Hoy se cumplen 46 años de su muerte, el 4 de octubre de 1970.  
Murió a los 27 años, envuelta en un mar de desencuentros emocionales mezclados con heroína y el alcohol.

La cantante nació en el pueblo texano de Port Arthur, en la América profunda, un reducto conservador donde la joven Janis, desaliñada e inquieta, no pasó desapercibida.
 En la adolescencia, lejos de cumplir con los cánones de mujer de revista y de lo que esperaba en la época de una mujer, sufrió acoso escolar y fue víctima de miradas que la señalaron como un bicho raro.
 La falta de afecto de su familia abonó su inseguridad.

Joplin hizo las maletas y viajó hasta San Franciso (California) donde protagonizó la ola contracultural y psicodelica que se desencadenó en la década de los sesenta.
 La escena musical estadounidense era pura revolución.
 Por aquel entonces, las letras de Bob Dylan, The Rolling Stones o Jimi Hendrix incendiaban los gramófonos.
Con una voz capaz de pasar de la ternura a la furia en un segundo, Joplin alcanzó el clímax de la fama, pero se volvió adicta al escenario, al calor del público.
 Después de cada actuación, tras el éxtasis del directo, se venía abajo, y ahí entraban las drogas que fueron apagando poco a poco su vitalidad. 
Salvaje, autodestructiva, trágica, su carrera comenzó con la Big Brother & The Holding Company y finalizó con la Full Tilt Boggie. Murió en plena fama después de consumir heroína de extrema pureza.
 Dejó interpretaciones que ya son historia de la música gracias a una voz torrencial: Summertime, Me and Bobby McGee o Bye Bye Baby.Una voz prodigiosa, la llamaban, La Blanca con Voz de Negra, era lo máximo que se podía decir de una cantante, aunque ella fue más que eso y se fue tan joven............


EL CORREO DEL ZAR Febril Lovecraft............................................... Jacinto Antón

No hay nada como leer con temperatura alta al viejo HPL, el soñador de Providence, o las obras basadas en su universo.

Siempre que leo algo de Lovecraft tengo fiebre.
 No podría decir de qué manera está relacionado lo uno con lo otro. Será el horror cósmico o un virus. 
Cuando paso de 37,5º ya me creo que estoy en Arkham o Innsmouth y deliro. 
Recuerdo que fue durante un ataque de fiebre altísima cuando a los 19 años leí Viajes al otro mundo, el ciclo de los viajes oníricos de Randolph Carter, para mí una de las cimas del gran HPL, al que muchos no le hacían caso y ninguneaban (entonces molaban más Althusser y Nicos Poulantzas –que curiosamente acabaron como personajes del propio Lovecraft-) hasta que vinieron con sus llaves de plata Rafael Llopis, Fernando Savater y Michel Houllebecq a reivindicarlo.

Siempre que leo algo de Lovecraft tengo fiebre.
 No podría decir de qué manera está relacionado lo uno con lo otro. Será el horror cósmico o un virus. 

La combinación de temperatura alta y las peripecias alucinatorias de Carter hicieron que a punto estuviera de no regresar nunca de la ignota Kadath –a veces me pregunto si en realidad he vuelto-. También con fiebre leí de cabo a rabo la canónica antología Los mitos de Cthulhu y esas cumbres sombrías que son El color que cayó del cielo, El que susurra en la oscuridad o En las montañas de la locura. 
 Cuando después de muchos años –y de haber visitado el castillo de Lord Dunsany y de lograr un juego de carnets de la Universidad de Miskatonic, incluido el pase de acceso a la zona restringida de la biblioteca y sus grimorios prohibidos- he vuelto a topar con Lovecraft, de nuevo ha sido afiebrado, claro.
Carnet de la Universidad de Miskatonic, Arkham
Un virus gastrointestinal (o quizá un hongo de Yuggoth) se ha sumado a la lectura de Carter & Lovecraft (Colmena Ediciones, 2016), un estupendo pastiche de Jonathan L. Howard (¡!) saludado por Locus como una de las novelas más interesantes del año y que parece que se convertirá en serie televisiva. 
He leído otras buenas obras que revisitan el mundo de HPL (como El libro de Lovecraft, de Richard A. Lupoff, en la que los nazis tientan al escritor para que pergeñe un Mein Kampf estadounidense, Extraños eones, de Emilio Bueso, que combina el viejo cementerio de El Cairo con el culto a Cthulhu o Los hombres muertos, de Jesús Cañadas, con Lovecraft, Frank Belknap Long y Robert Conan Howard buscando el Necronomicón –y encontrándose con Hitler, Pessoa, Crowley o Tolkien-) pero esta es de las mejores.
 Juega con mucha gracia, conocimiento y cariño con el canon y el universo lovecraftianos. 
De entrada el protagonista es un detective que se llama Daniel Carter (Randolph Carter es su ancestro) y que hereda una librería de lance en Providence que regenta una joven apellidada Lovecraft. Descendiente de HPL, Emily es negra, lo que tiene gracia si se piensa en la fobia racial del escritor. Juntos, Carter (que inicialmente confunde a HP Lovecraft con Linda Lovelace –la novela está llena de bromas y guiños-) y la chica Lovecraft afrontan el tradicional desafío a la cordura que supone la irrupción de fuerzas inexplicables, oscuras y malignas (y a menudo reptantes) en nuestro confiado universo convencional.
En fin, qué bonito es reencontrarse con Howard Philip Lovecraft mareado, sudando y tiritando, en vórtices idiotas atravesados por haces de luz. 
No hay como tener fiebre para adentrarse en el mundo no euclidiano de las divinidades requeteadjetivadas de HPL o entender en toda su angustia frases como “el todo y la nada lo atravesaron y su grito duró para siempre”.
 ¡Que suba el termómetro! ¡Cthulhu aguarda! ¡Cthulhu fhtagn!

 

Karl Lagerfeld critica a Kim Kardashian por presumir de joyas

Según el diseñador de Chanel, la estrella de la televisión debía haber sido más precavida.

Ella vende su vida, y no solo de escaparate, tiene que decir los millones que lleva encima, ha hecho de ella , nunca mejor dicho "una Mujer Objeto"" y claro se expone a que alguien lo quiera ser igual que ella . Aquí se ha intentado con Las Campos, en versión cutre de enseñar sus casas y criadas además de zapatos y comida....

Kim Kardashian, en el desfile Balenciaga. BERTRAND RINDOFF PETROFF (GETTY IMAGES) / VÍDEO: REUTERS-QUALITY
 
El robo sufrido por Kim Kardashian va a ser una mala publicidad para París.
 Lo han dicho desde la oficina de turismo de la ciudad hasta su amigo el diseñado Karl Lagerfeld. “Lo sucedido perjudica a París.
 No entiendo cómo ella estaba en un hotel sin seguridad, por ejemplo.
 Si eres famosa y muestras todas tus joyas en la Red te pueden suceder cosas como está. 
No se puede exhibir la riqueza y luego sorprenderse de que alguien quiera compartirla”.
Lagerfeld, director creativo de Chanel, no entiende cómo la estrella de la televisión pudo ser tan relajada a la hora de organizar su seguridad.
 Pero no es el único que opina así. Fuentes de la investigación señalan que que tanta exposición de sus joyas se convierte en un reclamo para los ladrones.
 Esta misma fuente señala que por la manera en que se realizó el hurto, los asaltantes debían de estar compinchados con personal del círculo de la estrella o del hotel.
En el momento del robo, Kardashian se encontraba sola en su habitación.
 Dos personas de su servicio de seguridad se habían ido con sus hermanas a una fiesta en una discoteca y el tercero que la acompañaba se hallaba en el bar de la residencia en la que se alojaba.

Kim Kardashian, en el desfile Balenciaga. BERTRAND RINDOFF PETROFF (GETTY IMAGES) / VÍDEO: REUTERS-QUALITY
El robo sufrido por Kim Kardashian va a ser una mala publicidad para París. Lo han dicho desde la oficina de turismo de la ciudad hasta su amigo el diseñado Karl Lagerfeld. “Lo sucedido perjudica a París. No entiendo cómo ella estaba en un hotel sin seguridad, por ejemplo. Si eres famosa y muestras todas tus joyas en la Red te pueden suceder cosas como está. No se puede exhibir la riqueza y luego sorprenderse de que alguien quiera compartirla”.
Lagerfeld, director creativo de Chanel, no entiende cómo la estrella de la televisión pudo ser tan relajada a la hora de organizar su seguridad. Pero no es el único que opina así. Fuentes de la investigación señalan que que tanta exposición de sus joyas se convierte en un reclamo para los ladrones. Esta misma fuente señala que por la manera en que se realizó el hurto, los asaltantes debían de estar compinchados con personal del círculo de la estrella o del hotel.
En el momento del robo, Kardashian se encontraba sola en su habitación. Dos personas de su servicio de seguridad se habían ido con sus hermanas a una fiesta en una discoteca y el tercero que la acompañaba se hallaba en el bar de la residencia en la que se alojaba.
Kris Jenner, tras el robo sufrido por su hija en París. AP
La precisión y la rapidez con la que se produjo el robo lleva a pensar de que se trata de grandes profesionales de la delincuencia incluso se habla de una banda organizada procedente de países del este.
Kim Kardashian fue asaltada la noche del domingo al lunes en París.
 Ocurrió en una mansión del distrito VIII de París, en el barrio de La Madeleine, en la que se hospedaba la estrella de la telerralidad durante su asistencia a la Semana de la Moda de París. 
 Un lugar discreto en el que se alojan las grandes estrella cuando visitan la capital francesa.
 Se llama Pourtalès y hasta ahora pasaba casi desapercibido, pero la cantidad de prensa que ha retratado el lugar tras el atraco en el que cinco ladrones a mano armada se han llevado unos 16 millones de dólares en joyas ha acabado con su privacidad y ha puesto en cuestión su seguridad.
Pourtalès se compone de nueve apartamentos de lujo que van dese los 85 a los 350 metros cuadrados.
 Cuenta con un cuerpo de servicio integrado por 20 personas.
 Hasta el asalto sufrido por Kim Kardashian, que fue encerrada en el baño de la habitación, se consideraba un lugar seguro ya que además de famosos, la residencia aloja una importante colección de arte.
 Kardashian, según ha relatado una amiga, temió ser violada y asesinada.
 Los ladrones actuaron con gran violencia y ella tuvo una pistola apuntándola en la cabeza mientras se produjo el hurto.
Kardashian llegó a Nueva York en avión privado horas después del asalto. Desde entonces no ha aparecido en público ni ha hecho declaraciones; tampoco a usado las rede sociales donde es muy activa.