3 oct 2016
“Al alumno que busca una carrera hay que decirle: ‘¡Arriesga!”.......................................................... Pilar Álvarez
El rector de la UB, el campus español mejor posicionado en el 'ranking' de Shanghái, advierte de que ya no vale solo un título: "Hay que formarse toda la vida"
Para elegir carrera hay que dejarse guiar por la pasión. Dídac Ramírez
(Barcelona, 1946) es un firme defensor de esta idea, sobre la que
reflexiona en una entrevista que tuvo lugar recientemente, aprovechando
una breve visita a Madrid.
Doctor en Economía, Ciencias de la Educación y
Ciencias Económicas, el rector de la Universidad de Barcelona desde 2008 analiza los éxitos de su campus, que aparece sistemáticamente entre los mejores de España en los rankings internacionales.
Considera que estas clasificaciones no son la verdad absoluta, pero, advierte, sí pueden ayudar a evitar universidades “que casi regalan el título”.
Pregunta. Su universidad siempre sale bien clasificada en los rankings.
Por ejemplo, es la única española entre las 200 primeras del más famoso, el de Shanghái.
Respuesta. No en todos los rankings la de Barcelona es la primera. Y, por cierto, no está muy lejos del grupo de universidades españolas
consolidadas en el tiempo y de excelente calidad.
No hay que sacar el
juicio de mejor/peor, sino considerar sencillamente que los criterios
que se utilizan benefician más a unas que a otras.
En el caso de Shanghái,
por ejemplo, si una universidad tuviera dos premios Nobel nos pasaría
por delante.
Otros tienen en cuenta la producción científica o la
reputación, qué se dice en el entorno.
El hecho de aparecer varias veces
en el grupo de los primeros puede reforzar mantenerse en ese grupo.
“Se precisa educación generalista que permita ir adaptándose a las situaciones que se presenten”
P. ¿Fijarse en un ranking es un buen sistema para que los alumnos elijan universidad?
R. El
alumno estudia para tener conocimientos, competencias y habilidades.
Para eso, tiene presentes diversos criterios.
Uno de ellos, y más en
España por la escasez de becas, es la proximidad.
Es muy importante que
esté cerca de casa si tiene estudios que se adecuan a la vocación.
Lo
más importante es que ponga pasión en ello
Las universidades españolas ya tienen profesores de calidad. Y que haya buenos investigadores, lo que suelen valorar los rankings,
no va a determinar su formación, al menos no al principio
. Un
estudiante con ganas en una universidad menos buena obtendrá mejores
resultados que otro que esté en una mejor pero desmotivado.
También le
digo que el mercado laboral sí valora de donde es el título.
Y digo esto
porque están apareciendo universidades que podríamos llegar a pensar
que regalan los títulos o casi.
P. ¿A cuáles se refiere?
“Seguimos en crisis de financiación. Soy incapaz de asegurar que en 2017 no habrá estrecheces”
R. No
le voy a decir los nombres porque son pocas.
Pero según la manga ancha
de los respectivos Gobiernos, podríamos tener un problema.
Una
universidad bien posicionada en un ranking hace que el valor de estas otras caiga y no puedan dar gato por liebre.
P. Hablaba de la pasión. ¿Es más importante que fijarse en el mercado laboral?
R. Debe
pensarlo todo.
Unos alumnos están más orientados por razones
familiares, de contexto o ambiente a ganar dinero, otros a conocimientos
más genéricos.
Mi recomendación es que piense en el campo que le guste
porque es en el que será mejor.
Y, en segundo lugar, saber también que
no siempre se puede hacer lo que nos gusta y que deben adquirir unas
competencias para
Desde la LERU [Liga Europea de Universidades Investigadoras, en sus siglas en inglés, de la que forman parte la Universidad de Barcelona, Cambridge, Oxford y University College London, entre otras] trabajamos intensamente para establecer acuerdos que dejen efectos mínimos o nulos en las universidades.
Algunas de las principales fundadoras de LERU, como Cambridge o University College London, estuvieron haciendo campaña por Europa, y son las principales interesadas en que no haya efectos.
Cuando entran son muy jóvenes y, a esa edad, lo que hay que decirles es: “¡Arriesga!”.
Cuando empecé a dar clases en
Economía, tenía alumnos de economía de empresa que se consideraban de
segunda clase frente a los de economía general porque ellos se ocupan de
cosas más prosaicas.
Yo les decía: “Si venís a la universidad porque
queréis ser ministros, estudiad economía general.
Si lo que queréis es
ayudar a las empresas, habéis elegido la carrera adecuada”. Creo que
ayudé a subirles un poco la autoestima.
P. A veces es difícil tenerlo claro.
R. El
estudiante nunca debe dejar de lado la vocación.
Por eso es tan
importante que los sistemas universitarios establezcan cursos iniciales
en carreras que contemplen pasarelas para que pueda cambiar.
P. Entonces, el posgrado le serviría para apuntalar un poco más lo que ha elegido.
R. Hay
que tener muy presente que con el grado y el posgrado no se acaba la
formación de un individuo.
Al estudiante que me pidiera consejo, le
diría: “Mentalízate de que te vas a estar formando toda la vida”.
Antes
uno hacía una carrera, se colocaba y con sus conocimientos ya tenía
suficiente.
Hoy en día, el cambio es muy acelerado. Los robots de aquí a
2020 van a hacer tareas que ahora hacen los humanos. Así que el que
sepa hacer esas tareas se tendrá que reciclar y aprender a hacer robots.
Hay que huir de la enseñanza muy especializada al principio. Se
necesita formación generalista que te permita ir adaptándote a lo largo
de la vida a las situaciones que se puedan presentar.
P. ¿Sigue la crisis en la universidad?
R. Si
se refiere a la crisis de la financiación, seguimos en crisis.
No hemos
salido, pero ¿estamos en lo más profundo de la crisis? Espero que no.
¿Estoy convencido de que el año que viene remontamos? No. ¿Lo deseo?
Sí,
pero con las incertidumbres que hay en todos los niveles soy incapaz de
asegurar que en 2017 no habrá estrecheces.
La cuestión es que muchos
países durante la crisis han aumentado la financiación pública y aquí
no.
Si no renuevas un laboratorio, puedes tener grandes investigadores
pero no podrán trabajar en un lugar deteriorado.
Y tampoco podrás traer
profesorado de fuera para mejorar porque si ven que están mal
financiadas no querrán venir.
P. ¿Cómo puede ser que una carrera en una universidad pública de Cataluña cueste como dos en Galicia o hasta tres en Andalucía?
R. En
Cataluña ocurrió que, con la grave situación económico-financiera, el
Gobierno del presidente Mas se vio obligado a hacer recortes, como
todos.
Y ahí cada cual ordenó sus prioridades.
Él pensó que la sociedad
no le aceptaría recortar en todo y no en universidades.
Por eso se planteó subir las matrículas pero manteniendo la equidad.
Que las familias con más recursos compensaran parte de esos recortes de
forma que el estudiante de una familia de renta baja no tuviera ese
aumento.
P. ¿El Brexit afectará a las Erasmus?
R. No tiene por qué.Desde la LERU [Liga Europea de Universidades Investigadoras, en sus siglas en inglés, de la que forman parte la Universidad de Barcelona, Cambridge, Oxford y University College London, entre otras] trabajamos intensamente para establecer acuerdos que dejen efectos mínimos o nulos en las universidades.
Algunas de las principales fundadoras de LERU, como Cambridge o University College London, estuvieron haciendo campaña por Europa, y son las principales interesadas en que no haya efectos.
¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando duermes menos de 8 horas?.......................................Silvia C. Carpallo
Dormir poco para aprovechar más el día puede suponer un aumento de enfermedades, empeorar nuestro humor o incluso nuestra probabilidad de tener un accidente.
Tenemos la sensación de que a los días les faltan horas así que, para intentar llegar a todo, a lo que al final le robamos horas es a nuestro sueño.
¿Por qué cuánto deberíamos dormir? Tal y como aclara Javier Albares, director de la Unidad de Investigación de la Clínica del Sueño Estivill, “las horas de sueño dependen de la edad”.
Así, según el experto, lo recomendable en niños son entre 10-11 horas, en adolescentes 9 horas, en los adultos 8 horas y en gente mayor entre 6-7 horas nocturnas, complementándolo con alguna siesta diurna de unos 30 minutos”.
Pero lo cierto es que con nuestro ritmo de vida, por mucho que nos lo propongamos, no siempre dormimos 8 horas del tirón.
Es por ello que el doctor Albares alerta de que “tener un buen sueño es fundamental para enfermar menos en general”, por lo que debemos tener en cuenta que alargar el día y acortar el descanso tiene sus consecuencias. Algunas de ellas son las siguientes:
1) Más enfermedades infecciosas: Sí, sabemos que no dormir lo suficiente altera nuestra salud, ¿pero a qué sistemas de nuestro cuerpo puede afectar y en qué enfermedades se traduce? Albares insiste en que, para empezar, “tener un buen sueño es fundamental para enfermar menos en general, pero concretamente, si vamos cortos de sueño tenemos más riesgo de tener enfermedades infecciosas ya que nuestra inmunidad disminuye”.
2) Problemas cardiovasculares: Dormir menos no solo nos hace perder defensas, sino que también altera nuestro mecanismo interno, ya que “dormir poco también está asociado a alteraciones cardiovasculares y enfermedades endocrinológicas”.
Más concretamente, el doctor Diego García Borreguero, director del Instituto del Sueño aporta que “la tensión arterial disminuye mientras dormimos.
En las personas en las que no baja por falta de sueño, aumentan las probabilidades de sufrir problemas cerebrovasculares”.
3) Más resfriados: No todo son problemas graves de salud a largo plazo, no descansar lo suficiente también nos puede afectar en el presente y en lo más cotidiano.
Esa era, al menos, la conclusión que científicos de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh (Estados Unidos), publicaban en la revista Sleep, donde relacionaban el sueño insuficiente con el incremento del riesgo a padecer con más frecuencia gripes y resfriados.
Concretamente, constataron que las personas que habían dormido menos de 6 horas eran 4,2 veces más propensos al resfriado, en comparación con los que durmieron más de 7 horas.
4) No dormir engorda: Hay quien prefiere hacer ejercicio por la mañana para empezar el día con energía.
Una opción recomendable siempre y cuando no suponga dormir menos, porque no dormir lo suficiente también engorda.
“Si dormimos poco o mal se produce en nuestro organismo un aumento de resistencia a la insulina y debido a esto una tendencia al aumento de peso.
Además si vamos cortos de sueño tendemos a comer peor y alimentos que engordan más, sobretodo hidratos de carbono y azucares”, explica el doctor Albares.
Por ello, si ese día no hemos dormido lo suficiente, mejor no apagar el despertador y salir a correr más tarde “es siempre recomendable intentar llegar a las horas necesarias de sueño y no acortarlas por ningún motivo”.
6) Menos control de nuestras emociones: Según un estudio de la Universidad de California en Berkeley y la Escuela Médica de Harvard, dormir menos también puede revolucionar nuestras emociones, provocando que tengamos reacciones mucho más extremas y por tanto más conflictos sociales.
Concretamente, en el estudio se utilizaron resonancias magnéticas, para mostrar que la falta de sueño hace que las regiones emocionales del cerebro estén un 60% más activas”.
Algo que explicaría por qué estamos más agresivos o por qué discutimos más cuando no hemos descansado lo suficiente.
7) Envejecemos antes: El dicho dice que “para estar bella hay que sufrir”, pero en realidad lo que hay que hacer es dormir un poco más. Porque dormir mal también marca más los símbolos de nuestro envejecimiento
. Así, García Borreguero relata que “dormir poco, indudablemente, hace que nuestro organismo envejezca antes”.
Por una parte desde el punto de vista estético, ya que “el sueño ejerce importantes funciones sobre la reparación y la hidratación de la piel”.
Pero también a un nivel cerebral, puesto que como puntualiza el neurólogo, “la falta de sueño, si se produce de manera crónica, produce un envejecimiento precoz de algunas funciones cerebrales. También produce un aumento del riesgo de padecer enfermedades metabólicas, especialmente en relación al que correspondería para nuestra edad real”.
8) Más accidentes de tráfico: Otra de las ideas por las que madrugamos voluntariamente, aunque eso suponga no dormir las horas necesarias, es salir temprano para hacer un viaje o evitar atascos.
Si queremos llegar pronto a nuestro destino, más vale que las prisas sean para de acostarse temprano. Según la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos una de las consecuencias más graves de no dormir lo suficiente son los accidentes de tráfico, debido precisamente a conducir con sueño.
Así, se estima que uno de cada seis los accidentes de tráfico mortales, y uno de cada ocho en lo que se requiere hospitalización, tienen que ver con que los conductores padecían falta de sueño.
9) Acorta la vida: Puede que pensemos que aprovechar el día estando despiertos nos hace la sensación de vivir más, pero paradójicamente lo que quizás estemos provocando es que vivamos menos, porque no dormir lo suficiente también puede acortar nuestra vida.
“Como resultado del incremento del riesgo de padecer algunas enfermedades que se han mencionado más arriba, las personas que duermen pocas horas tienen una esperanza de vida menor.
Este hecho se ha demostrado en numerosos estudios epidemiológicos a lo largo de los últimos años”, concluye García Borreguero.
5) Producimos menos: Otra de las razones para dormir menos es quedarse hasta tarde repasando un examen o acabando tareas que se quedaron pendientes o incluso contestando aquellos mails que fue imposible responder durante el día.
Pero quitarnos horas de sueño supondrá que a la larga seamos menos productivos.
“Uno de los efectos fundamentales de la disminución de horas de sueño nocturno es la pérdida de capacidad cognitiva”, aporta García Borreguero.
De forma más específica, explica que supone “una atención menos persistente y menor capacidad de evocación de memoria, aunque también afecta a algunas de nuestras funciones ejecutivas, como la capacidad de establecimiento de prioridades y secuencias de actuación ante un problema determinado, etc.”
Para quienes siempre quieren tener la última palabra: 21 términos con la Z
La Z es la última letra del alfabeto español y “representa
el fonema fricativo interdental sordo en los territorios no seseantes, y
en las áreas seseantes el mismo fonema que la letra s”, según recoge el
diccionario de la RAE.
Procede de la dseda o dseta griega, que se pronunciaba como
/ts/ o /dz/.
Y, por cierto, la ce cedilla vendría de la ceda
visigótica, variante de la zeta latina, que era una zeta
con un copete
de adorno.
El copete se fue haciendo cada vez más grande y la zeta quedó
reducida “a un rabito”, como apunta Alberto Bustos en su Blog de Lengua.
Se usaba en castellano hasta el siglo XVIII, en palabras como cabeça, mançebo y braço.
La zeta es la vigésima letra que más palabras encabeza, el 0’87% y la vigesimosegunda en frecuencia (0,52%).
Y, como no podía ser de otra forma, hemos seleccionado 471 palabras y las hemos
ilustrado con el magnífico trabajo de Luis Demano.
Ha estado bien, pero hay que admitir que el libro tiene pocos personajes, una trama difusa y un final previsible.
Zabarcero, ra. Persona que revende por menudo frutos y otros comestibles.
Zabazala. Encargado de dirigir la oración pública en la mezquita.
Zaborrero, ra. Dicho de un obrero: Que trabaja mal y es chapucero. Peón de la construcción que ayuda al cantero.
Zabuquear. Menear o revolver una cosa líquida moviendo la vasija en que está. Traquetear mover o agitar líquidos y otras cosas).
Zacear. Espantar y hacer huir a los perros u otros animales con la voz za.
Zahorí. Persona a quien se atribuye la
facultad de descubrir lo que está oculto, especialmente manantiales
subterráneos. Persona perspicaz y escudriñadora, que descubre o adivina
fácilmente lo que otras personas piensan o sienten.
"Empiezo a sentir las corrientes", explica Laureano, "antes de llegar a ellas, y cuando paso por su vertical me es imposible controlar la varilla". En un punto del caminar del zahorí, la varilla se encabrita, primero a saltos y luego imparablemente, hasta quedar completamente empinada hacia arriba, hacia el cielo.Javier Valenzuela y Miguel Barroso en La quimera del agua, reportaje publicado en EL PAÍS en 1982.
Zahoriar. Escudriñar, penetrar con la vista.
Zalagarda. Emboscada dispuesta para coger
descuidado al enemigo y dar sobre él sin que recele. Escaramuza (pelea
de los soldados a caballo). Lazo que se arma para que caigan en él los
animales.
Quedó el nido de emprestillones haciendo la cuenta de cuánto dinero traería; y sobre si serían seiscientos y cuatrocientos reales, armaron una zalagarda del diablo.La fortuna con seso y la hora de todos, de Francisco de Quevedo.
Zaloma. Voz cadenciosa simultánea en el trabajo de los marineros.
Zamborotudo, da. Tosco, grueso y mal formado. Dicho de una persona: Que hace las cosas toscamente. Dicho del vino: Turbio o peleón.
Zangarriana. Enfermedad leve y pasajera, que repite con frecuencia; p. ej., la jaqueca periódica. Tristeza, melancolía, disgusto.
Zangolotino, na. Dicho de una persona joven: Aniñada o infantil en su comportamiento y en su mentalidad.
Esa es la principal conclusión que extrajimos de Ratatouille, donde el Chef Skinner, el villano de la historia, no lo era tanto por su –por otra parte, lógico– empeño en desenmascarar a aquel zangolotino que cocinaba con una rata sobre la cabeza.Claudio M. De Prado en El comidista.
Zangón. Muchacho que estando ya en edad de trabajar se dedica a holgazanear.
De apariencia sosegada, Nacho Duato es la antítesis del latino zangón, de puro ocioso desgarbado.Sol Alonso en EL PAÍS, en 1993.
Zarco, ca. Dicho especialmente de los ojos: De color azul oscuro.
Zipizape. Riña ruidosa o con golpes.
Zonzo, za. Soso, insulso, insípido. Tonto, simple, mentecato.
Zorrocloco. Hombre tardo en sus acciones y
que parece bobo, pero que no se descuida en su utilidad y provecho.
Gesto exagerado y fingido de afecto.
Zurriburri. Barullo, confusión. Sujeto
vil, despreciable y de muy baja esfera. Conjunto de personas de la
ínfima plebe o de malos procederes.
Al buitre leonado no parece perjudicarle este zurriburri, a juzgar por los censos, pero las estadísticas nada dicen de la paz del campo, esa ave solitaria que no puede anillarse, medirse ni pesarse, y que está tan en desgracia, aquí en el Duratón, como un joven buitre al que hubiera sorprendido el Levante cruzando en otoño el estrecho de Gibraltar.Andrés Campos en el reportaje “Un día en ‘Buitrelandia’”, publicado en EL PAÍS en 2000.
Zurumbático. Lelo, pasmado, aturdido.
Pero si le digo que esa muchacha me tiene zurumbático, no le miento.María, de Jorge Isaacs.
Zurupeto. Intruso en la profesión notarial. Corredor de bolsa no matriculado.
Mingote había ejercido todos los oficios que un hombre puede ejercer, no siendo persona decente; prestamista, policía, jefe de clac, zurupeto de la bolsa, agente de quintas, curial, revendedor y gancho…Mala hierba, de Pío Baroja.
Zuzón. Hierba cana, que es una planta
herbácea.
La incluimos porque es la última palabra del diccionario, lo
cual es útil si quieres tener la última palabra o, esperemos que no se
dé este caso, si un verdugo te pide unas últimas palabras.
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